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EL GRITO - por Chiripa+18

Las andanzas del Beto-grupo son la comidilla de la comunidad educativa, el amedrentamiento y las tareas que impone a los pobres desafortunados que caen en su mira, incapaces de enfrentarlo o revelarse. Ciertas mañanas, el líder del grupo escoge a una nueva víctima, sin importarle la edad ni el sexo. Pero eso si, de menor estatura y más delgadas que él. Si es buen estudiante mejor aún porque, al terminar la etapa de los insultos y empujones, viene el "cobro del peaje", del salvoconducto, que va desde hacerle las tareas que asignan los profesores o pagarle las cuentas de la cantina, hasta cargarle la mochila cuando le viene en gana.

Vengo de un país donde el acoso escolar es llamado "bullying" y es combatido a través de todos los medios de comunicación; en el que nos animaban a denunciarlo, a defender y proteger a las víctimas. Me he imaginado protegiéndolas y acusando abusadores, pero nunca imaginé estar en la piel del acosado. Pues sí, ayer me gané el bingo.
A la hora del recreo y en el patio del colegio, Beto y sus secuaces me empujaron hacia la esquina de la cantina y me acorralaron contra la pared. No era un acto a escondidas, parecía que él deseaba exhibirse, ser admirado y temido; que el resto de los alumnos supiera lo cruel que podía ser. Algunos de los testigos lo azuzaban, otros simplemente se limitaban a mirar. Unos pocos gritaban -¡Defiéndete, Mariol ! O bien, -¡déjala en paz, es una niña!
La verdad, es que estaba asustada por lo que sabía me tocaría oír y sentía rabia por lo dispar de la situación. Tengo 14 años y ellos deben rondar los dieciséis; yo estaba sola en el rincón mientras se me venían encima seis zagalones.

-¿Así es que tu eres la nueva? Pues bien, considera esta nuestra bienvenida, ¿entiendes?

Con los ojos casi desorbitados observé a quienes me rodeaban. No había adultos ni para una muestra. Vi a dos de mis compañeras con el terror dibujado en sus caras. Por último, miré a los ojos al cabecilla, quien me escaneaba de pies a cabeza, como midiéndome el miedo.

-Primero voy a tantear tu anatomía a ver si me mereces o no. Tu, calladita, ¿vale?
Y, para que no se corra la voz de que soy injusto, todos mis amigos harán lo mismo. Pero si quieres evitar que esto se repita te invitamos a jurar, ante todo este venerable público, que me servirás en todo lo que te exija- El granuja se fue acercando lentamente a mi y, procurando ser oído, continuó: -Te va a gustar la inspección, nena. No te defraudaré, te lo aseguro. Te haré gemir como una perra y quedarás pidiendo más.

-Te recomiendo que ni lo intentes- susurré ahogada por el terror y sin separar mis pupilas de las suyas. Traté de ordenar mi cerebro, analizar todo lo discutido en el pasado con familiares y maestros, pero el pánico me petrificaba y las neuronas parecían haberse desconectado. Sentí una opresión en la garganta.

-¿Oyeron eso? Esta cree que va a poder impedir el manoseo- Y se carcajeó con un gusto tal que hasta a mi me dieron ganas de reír. Percibí un cambio en la expresión de sus caras, ahora mostraban una mezcla de duda y furia ante lo que, quizás, les pareció un reto.

En una fracción de segundo mis ojos revisaron el patio. Parecía desolado ya que todos los alumnos estaban concentrados a nuestro alrededor. Vi un par de celulares en posición de grabar y, por el rabillo del ojo, que varios adultos salían del salón de profesores y se dirigían a la cantina.

Me sentí a salvo. Sacudí el pánico. Como si se activara un flash recordé que a los violadores les excita el terror y la oposición. Entonces cambié la estrategia: -Ven, cariño, prueba que eres bueno- No se como articulé esas palabras, pero noté cierto desconcierto en su cara.

-¿Dónde están los niños?- Escuché a uno de los maestros preguntar a lo lejos. Me envalentoné y quise hablar pero lo que salió de mi garganta fue un alarido espeluznante cargado de pavor e impotencia que creo brotó desde lo más profundo de mi estómago. Percibí que algunos adultos aceleraban el paso y se acercaban a nosotros.

Sintiéndome libre y fortalecida penetré las pupilas de mi acosador y logré articular mi advertencia: -Tengo esta escenita grabada en varios celulares. ¿Entiendes? Hasta aquí llegó el abuso, Beto. ¡Lo juro! Como que me llamo Mariol.

Comentarios (17):

José Torma

28/10/2014 a las 19:21

El maldito bullying! yo fui victima, aunque en mis tiempos no se le conocia de esa manera, simple y sencillamente eran niños siendo niños. No se ni como me sacudi a mi acosador, pero debe de haber sido leve porque gracias a Dios no lo recuerdo mas que por lo anecdotico jaja.

Me gusto la manera, aun que hay cosas que no me cuadran… “¿la cantina?” es como la cafeteria del colegio?

Me gusta que tus relatos siempre llevan carga social y no te dejan indiferente.

Saludos y que gusto volver a leerte.

lunaclara

29/10/2014 a las 14:50

Hola Chiripa: Un tema bastante crudo este del bullying… Creo que lo has escrito muy bien. No veo ninguna falta ni nada que no se entienda.
Efectivamente, eres el escritor, junto con Pato, de los temas con carga social.
Felicidades!!

Miranda

29/10/2014 a las 17:25

Enhorabuena Chiripa:
Excelente relato y muy bien contado. Has tratado además un tema espinoso con mucho tacto. Y me alegro que terminase con final feliz, aunque en la vida real desgraciadamente no suele ser así. Acabo de leer un relato en el que en la ultima escena, le sacan los ojos al gato y hubiera sido demasiada dosis de violencia, seguida.
Me alegra reencontrarte por aquí despues del parón del verano. Te espero por mi relato.
Un abrazo.

Roger/NHICAP

29/10/2014 a las 19:19

Hola Chiripa,
Llama la atención que la escena de este mes, colegio y niños, inspire un relato sobre el bulling. Algo muy gordo falla en nuestra sociedad. Educación, respeto y responsabilidad.
Buen relato Chiripa y creo que aciertas con la chispa positiva de crear un final optimistas, no me atrevo a catalogar de feliz.
Felicidades
Te mando un abrazo.

tavi oyarce

29/10/2014 a las 20:29

Hola chiripa.
Primero agradecer tus comentarios y ver como el tema va tomando diversas caracterizaciones según sea el autor.

Tu relato tiene todo lo que se le exige a un buen cuento: contenido, ritmo y una forma de construir, amena y digerible. Para que te digo, lo leí fascinado.
Te felicito.
y espero encontrarte pronto en estas páginas.

Fernando Sanz Félez

30/10/2014 a las 13:14

Buenas, Chiripa. He leído el cuento. Me gusta. Es un tema delicado este del acoso. Si es una banda de malotes es más sencillo. Acosan ante el miedo y la indiferencia general. Esos abusadores, los matones, suelen serlo sobre todo con aquellos que son más débiles. Pero de vez en cuando enfrentan a mayores o más grandes. sólo así se ganan el miedo de todos. Si han podido con fulano, a mi me desencajan. Pero también hay otro bulling, que es el acoso de la totalidad de la clase, incluído el empollón (por usar un tópico), contra “el otro”. El acoso masivo. Pero bueno, esa es otra historia.
Un saludo y bien llevada la tensión y la historia. El final “feliz” se agradece.

Netogonzo

30/10/2014 a las 19:35

Hola Chiripa,

Que bueno que trates este tema en tu cuento, me ha gustado bastante, sobre todo por el final feliz, solo me causa un poquito de ruido lo de una cantina en la escuela, pero en todo lo demas me cuadra muy bien, me parece que es un trabajo bien hecho.

Felicidades.

Ojalá pueda seguir leyendo mas de tus cuentos.

Denise

31/10/2014 a las 00:45

Está muy bien narrado y sí que tiene suspenso, y la identificación con Mariol es tan fácil, que el final feliz es un alivio, porque encima del bullying veo ahí violencia de género. Y eso me saca tanto o más que el bullying.

Miles

31/10/2014 a las 19:58

Chiripa

Antes que nada, muchas gracias por los comentarios y los halagos. Maestro del terror es una categoría un poco exagerada para un principiante como yo, pero igual aprecio el gesto.
Leí tu obra y me pareció muy buena, la narración en primera persona nos hace estar en los zapatos de la protagonista. Además tu tema, el bulling, es una realidad actual que supera las fronteras y esta bueno reflexionar sobre esta problemática. Te felicito! Muchos saludos!

David Rubio

01/11/2014 a las 13:56

Buena historia Chiripa, has sabido mostrar el drama de estas canalladas escolares.
Como sugerencias, diría que contiene demasiadas explicaciones. Por ejemplo: “Como si se activara un flash recordé que a los violadores les excita el terror y la oposición. Entonces cambié la estrategia:”
En ese exceso de explicaciones, fíjate que si comenzamos a leer el relato desde “-¿Así que eres la nueva?” Es decir sin todo ese inicio, la historia se comprendería exactamente igual y tendrías más espacio para mostrarnos ese encuentro.
Un abrazo!!!

Diego Manresa Bilbao

01/11/2014 a las 18:03

Hola Chiripa!!!!
Muchas gracias por tus comentarios en mi texto!
Casualidad, yo fui uno de los comentaristas anonimos de tu texto. Me gusto mucho la madurez y el proceso mental que presentaba la protagonista, y me parecio que chirriaba un poco el heco de que todo pasara en una cantina de colegio que debia estar infestada de gente, pero te vuelvo a repetir, me gusto tu relato…SIGUE ASI!!!!

Un saludo y nos leemos

Emmeline Punkhurst

02/11/2014 a las 12:37

Hola Chiripa:
Me ha emocionado mucho tu relato. Yo también fui víctima de Bullying hace años y como comentaba otro compañero de aquí, ni se le llamaba de ese modo ni se tenía tanta preocupación por ello como ahora.
Has descrito muy bien lo que desarma al verdugo: el mirar a los ojos y no mostrar miedo. Me ha encantado tu protagonista y me ha hecho reflexionar…ojalá hubiera tenido su arrojo hace años.
¡Enhorabuena!

Maureen

02/11/2014 a las 17:55

Una historia interesante, Chiripa, me alegro de que acabe bien para la protagonista.

Me ha encantado ese personaje: tiene narices para enfrentarse a los matones del colegio a pesar de que puedan llegar a hacerle daño y eso me gusta.

He encontrado una falta de ortografía en el primer párrafo: “rebelarse”, en el contexto que lo has puesto, es con b y no con v.

Rebelarse: oponer resistencia.

Revelarse: mostrarse.

Una historia para pensar, enhorabuena.

Peter Walley

02/11/2014 a las 20:23

Hola Chiripa,

Buen texto, y encima con final feliz (no como otros ;-)). Me ha parecido un acierto el contarlo en presente, hace que te involucres más en la historia. Enhorabuena, nos leemos.

Roger Prats Herrera

02/11/2014 a las 23:43

Buenas, gracias por comentar mi escrito.
Me gusta tu escrito aunque no compartimos estilo de forma ni contenido. Creo que te mató lo de la 750 palabras,como a todos. Me gustó el final, aunque yo hubiera sido bastante más violento.
Respecto al final de mi cuento, es un final abierto, me gusta que sea así; pero si preguntas que “creo” yo, creo que los niños desexistieron por algún tipo de invasión.
Te dejo mi Blog por si quieres seguir leyendo escritos míos estoy escribiendo una novela online: http://elultimoimaginador.blogspot.com.es/

Brillo De Luna

04/11/2014 a las 14:47

Bastante realista, me gustó mucho lo desinhibido del tema y que se lo presente tal cual es. Un placer leerte!

Wolfdux

10/11/2014 a las 18:56

Un buen relato Chiripa. Bien escrito y como dicen mis compañeros un tema interesante el que nos expones.

Un abrazo. ¡Nos leemos!

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