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Columpios oxidados - por Wolfdux

Web: http://www.wolfdux.blogspot.com.es

John pisó a fondo el acelerador, las ruedas produjeron un fuerte chirrido mientras derrapaban en la calzada rompiendo el silencio. Se alejó de allí a toda velocidad, dejando el banco atrás. Con la vista clavada en la carretera no podía evitar mirar constantemente por el espejo retrovisor de manera nerviosa, pero el único coche que circulaba por aquella maltrecha calle era su descapotable rojo.

Con una conducción frenética se adentró en una zona de la periferia, plagada de traficantes, vagabundos y prostitutas. A medida que se acercaba a su destino comenzó a disminuir la velocidad. Giró a la derecha y vio el edificio al final de la calle. Se dirigía al antiguo colegio de secundaria y no tenía tiempo que perder. Condujo su coche hasta allí y paró el vehículo junto al patio. La verja se mantenía a duras penas en pie en algunas zonas, en otras, directamente no había rastro de ella. Cogió una bolsa que minutos antes había introducido en la guantera, salió del coche y caminó hasta el interior del silencioso patio. Pasó por encima de una verja caída que había cerca de unos columpios oxidados y llegó a una pista de baloncesto que presentaba un aspecto descuidado con una de las canastas tirada en el suelo. Dirigió la mirada hacia la otra parte del patio y observó como dos hombres esperaban resguardándose del sol en la sombra que producía un viejo cobertizo junto a la pista.

Cuando John se acercó, se percató del rostro serio e intimidatorio de estos. Vestían de color oscuro y ocultaban sus ojos tras unas gafas de sol produciéndole cierta incomodidad. Caminó hasta allí y esperó a qué fueran ellos quienes comenzaran la conversación.

—¿Has traído el dinero? —le preguntó el más bajo y musculoso tras ver que John no decía nada.

John observó bien a su interlocutor. Era un hombre joven con la cabeza rapada y de orejas pequeñas. Su voz era grave y decidida.

—Sí —dijo nervioso—. Pero antes… ¿Dónde están los niños? —preguntó con voz quebrada.

—Primero el dinero —intervino el otro dando un paso al frente.

Éste a diferencia de su compañero era más alto y delgado. El tono de su voz le hizo erizar el vello y las facciones duras del rostro le atemorizaron.

—¡Teníamos un trato! —exclamó John retrocediendo y ocultando la bolsa tras de sí.

El hombre bajo y corpulento sin mediar palabra desenfundó un revolver y le apuntó.

—El dinero —exigió al tiempo que deslizaba hacia atrás al martillo del arma—. ¡Ahora!

John que se había jurado no cometer ninguna locura, dudó unos segundos, pero finalmente alargó el brazo tendiéndole la bolsa. Éste la agarró y se la entregó a su compañero.

—Está todo —habló con voz seca tras mirar el contenido—, vámonos.

El hombre bajó el arma, se giró y siguió a su compañero hasta el exterior.

—¡Eh! —gritó John. Los dos hombres se volvieron y le miraron con ferocidad—. ¿Y mis hijos?

—Están en el cobertizo —habló el hombre que segundos antes le había apuntado con el arma.

John corrió hasta la puerta del cobertizo y trató de abrirla. Un par de maderos clavados en ella le impidió el acceso. Trató de arrancarlos tirando con fuerza de ellos, escuchó el crujir de la madera antes de partirlo en dos. Entonces, reparó en que no había maneta en la puerta por lo que sin pensárselo dos veces dio un paso atrás y embistió con el hombro golpeando la puerta. Ésta cedió y cayó al suelo levantando una nube de polvo. Esperó a que sus pupilas se adaptaran a la oscuridad y escudriño el interior de la habitación, descubriendo horrorizado qué estaba completamente vacía.

Comentarios (20):

Nick Brooks

28/10/2014 a las 16:56

Pues vaya timo el que le hicieron xD
Muy buena historia 😀

José Torma

28/10/2014 a las 17:28

Me paso algo raro. Empiezo a leer tu relato y por lo oscuro pienso que es de noche y al llegar a la parte donde los hombres se resguardan del sol, me hizo detenerme y regresar a ver si no habia leido mal algo.

Que fuerte la historia del secuestro, sabemos, desafortundadmente, que no siempre el pagar garantiza recuperar al ser querido y como en este caso, solo es una estafa mas.

Muy bien contado amigo, si algo pudiera criticar es algun patio que se podria obviar, pero es solo ganas de molestar jaja

Un abrazo.

V de Valdés

28/10/2014 a las 21:17

Me ha gustado tu relato. Los diálogos son muy dinámicos, se lee muy bien y muy ameno. 😉

Pato Menudencio

28/10/2014 a las 22:35

Muy buen relato.
Espero la segunda parte porque la historia atrapa.
Saludos.

hupacal

28/10/2014 a las 23:20

¡Hola Wolfdux!

Yo comenté tu texto y ya te dije que me gustó, me gustó la sorpresa final y como pide Pato Menudencio, quiero segunda parte 😉

Te invito a que me leas, soy el texto no. 10.

¡Hasta pronto!

Wolfdux

29/10/2014 a las 12:05

Primero quiero dar las gracias a los tres comentaristas que se tomaron su tiempo y comentaron mi relato. Segundo, daros las gracias a vosotros por pasaros por aquí y comentar. 😉

Como bien dicen Nick y José, es una estafa en toda regla, jeje, que puede darme para una continuación que no había contemplado, pero quizás sea interesante, juju.

¡En cuanto pueda me paso por vuestros relatos!

¡Nos leemos!

Fernando Sanz Félez

29/10/2014 a las 13:24

Muy buenas, señor. Te devuelvo la visita del otro día.
Estupendo relato. No hay mucho que añadir. Sencillamente estupendo. De alguna manera se intuye que puede que no haya nadie tras el cobertizo. No hay sorpresa. Pero y si… aguantas la respiración con el protagonista.
Sólo un pero… más bien un porqué: ¿por qué John? ¿Por qué no Juan, o Jon o Joan? De alguna manera, al llamarlo así lo alejas de mi mundo. Esa escena ya no sucede en Móstoles o Barakaldo o Badalona. De alguna manera me resulta algo ajeno. Pero en fin eso no quita que sea un estupendo relato.
Enhorabuena.

Roger/NHICAP

29/10/2014 a las 18:30

Hola Woldux,
Oye, me subì al descapotable, junto a John, y en un plis-plas, estaba en el final del cuento. Buena historia que engancha y no respiras hasta el fin. Buena estructura y excelente desarrollo de la narración, con un medido equilibrio de diálogos y prosa.
Felicidades, y si merece el Be Continued.
Un abrazo

Denise

29/10/2014 a las 23:24

De los cuentos tuyos que vengo leyendo, éste es uno de los que más me gustan. Breve, contundente, con suspenso, final abierto, y con tu estilo, por supuesto. La verdad que resolviste el reto de una forma bastante original.

Excelente.

Aurora Losa

30/10/2014 a las 08:37

Buenas, Wolfdux. Qué bien todos aquí otra vez.
A lo que vamos. LA historia, demoledora, me imagino las sensaciones de John durante todo el relato y el desenlace es terrible.
Lo que sí te quería apuntar, es que en la introducción de la escena, me ha parecido que abusabas un poco de la reiteración (coche y sus sinónimos), yo hubiera incidido más en la forma en que acude y no en el medio de locomoción, más en los actos y menos en el atrezzo, no sé si me explico.
Espero que en otro taller aproveches para devolverle a los hijos sanos y salvos.
Saludos.

Miranda

30/10/2014 a las 18:19

Hola Woldfux:

Estupendo relato, se me ha hecho muy corto, has conseguido transmitir la acción de tal forma que parecia una pelicula. Y me he quedado con muchas ganas de saber ¿donde están los niños?.

Saludos. Nos leemos

Sergio Mesa

30/10/2014 a las 19:22

hola compañero!
mira tu que al final uno va cogiéndole el gustillo a estas escenas de acción que tanto te gustan … aunque en las últimas te hayas empeñado en joderles la vida a tus pobres protagonistas xD.
ya que los compañeros se me han adelantado a subrayar los parabienes del relato, me vas a permitir que sea un poco maligno.. jeje.. por un lado estoy muy de acuerdo con Fernando, no sólo los americanos viven historias trepidantes y llenas de acción. me gusta encontrar personajes con nombres cercanos.
por otro, veo que sigues sin pararte a pulir los relatos (¿cuatro “-mentes” en 600 palabras?). abusas de las expresiones prefabricadas: gomas que derrapan rompiendo el silencio, vistas clavadas en la carretera, desenfundar sin mediar palabra … me parece que eso te resta credibilidad. otra que cosa que podrías pulir si repasaras un par de veces el texto es la descripción excesiva, a veces parece que uno está leyendo un guión: “Con una conducción frenética se adentró en una zona de la periferia, plagada de traficantes, vagabundos y prostitutas. A medida que se acercaba a su destino comenzó a disminuir la velocidad. Giró a la derecha y vio el edificio al final de la calle. Se dirigía al antiguo colegio de secundaria y no tenía tiempo que perder. Condujo su coche hasta allí y paró el vehículo junto al patio”.. ¿de verdad te parece importante decirle las maniobras que hace con el coche antes de aparcarse fuera del colegio? creo que es por eso por lo que a Aurora le parece muy reiterativa esta parte, porque describes cada acción, cuando realidad no son significativas.
también veo muchos verbos y adjetivos que podrías obviar. una frase como: “Dirigió la mirada hacia la otra parte del patio y observó como dos hombres esperaban resguardándose del sol en la sombra que producía un viejo cobertizo junto a la pista.” se podría quedar perfectamente en “Miró al otro lado del patio, dos hombres se resguardaban del sol junto a un viejo cobertizo”.
y no me enrollo más que va a parecer que voy de listo, espero haber ayudado.
un saludo compañero y seguir dándole caña 😉
nos leemos!
Sergio Mesa / forvetor
http://miesquinadelring.com/

Kelly J. Hernández

01/11/2014 a las 00:00

Una situación compleja la que plasmas en tu relato y por demás, la realidad en muchos lugares. Y lograste plasmarla en tu texto con diálogos muy creíbles y una historia bien contada.

Siempre es un gusto leer textos de esta calidad

Saludos

David Rubio

01/11/2014 a las 13:22

Poco puedo añadir a los comentarios, todos y cada uno refleja los clarooscuros. Es un relato muy entretenido, quizás como sugerencia aprovecharía el final tan bueno para dotarlo de un tono más dramático. Con ese final tendríamos que conocer, desde el principio la dramática situación de su padre, los problemas para conseguir el dinero, lo que tuvo que ocultar a la policía, todo lo que ha hecho por recuperar a sus hijos, para que al final no los encuentre o, incluso, pueda haberlos perdido para siempre.
Un abrazo!!

Emmeline Punkhurst

02/11/2014 a las 18:16

Hola Wolfdux:
Un relato propio de la mejor novela negra. Me hubiera gustado leer más: qué les pasó a los niños, qué relación tiene John con ellos, quiénes son los secuestradores… ¿Te animas a alargarla un poco más?¡Felicidades!

Wolfdux

03/11/2014 a las 11:46

¡Qué alegría!
Hola Fernando, me ha gustado que me preguntes por el nombre, jeje. Cuando me pongo a escribir alguna idea, siempre elijo el nombre para el protagonista usando el primero que me viene a la cabeza, para así no entretenerme a pensar uno y continuar con la historia sin demoras. Suelen ser nombres como Juan y Pepi. (los veo como la idea de un nombre, filosóficamente hablando)
Mas tarde mientras continúo escribiendo el nombre viene por sí solo, los actos que lo definen en el texto le dan el nombre. Y John es el nombre del protagonista porque no me imaginé a Juan haciendo lo que ha hecho John, no sé si me explico. (también hay que decir que hace poco volví a terminarme de ver la serie de Lost y también ha influido, jeje)
¡Gracias Roger! Me alegra que hayas disfrutado del viaje en el descapotable. 😉
Denise, no te puedes llegar a imaginar lo bien que me han sentado tus palabras, viniendo de uno de mis TOP de Literautas. Muchas gracias.
Yo también me alegro de vernos a todos por aquí otra vez, Aurora, lo de la reiteración, la noté a escribirlo, pero tengo que confesar que fui vago y decidí no tocarlo, jeje. Y lo de los hijos… No sé… Aquí os gusta mucha la sangre… Y como todos, me debo a mis lectores, jaja.
Gracias Miranda. ¿Dónde están los niños? No lo sé ni yo.
Sergio no sabes lo que me alegra que no hayas sido el primero en comentar. Gracias por tu sinceridad. Muchas veces, cuando termino de escribir un relato y lo valoro decido no cambiar nada porque al hacerlo creo que empeoro el texto…
David y Emmeline, gracias por pasaros por aquí y dejar vuestra opinión, las tendré en cuenta si decido hacer una ampliación o continuación.
Esta semana pasada he estado bastante liado, pero ahora se acercan días más tranquilos por lo que intentaré pasarme por vuestros relatos si todavía no lo he hecho.
¡Un abrazo y gracias, otra vez!

carla lopez

04/11/2014 a las 23:21

Hola! Lo he leido de un tiron y me ha parecido muy buen relato. Engancha y el final me ha dejado queriendo saber mas! un abrazo

Wolfdux

05/11/2014 a las 10:16

Muchas gracias Carla (y Kelly, que se me coló en el anterior comentario.

¡Nos leemos!

Anoide

13/11/2014 a las 00:24

¡Hola! Vine a visitarte tras ver tu comentario en mi texto (¡muchas gracias! Me alegra que te gustara), y qué bien haberte leído porque me estaba perdiendo uno de los relatos que más me han gustado este mes. Engancha de mala manera: desde que te subes al descapotable con John estás perdido y solo puedes esperar a ver qué pasa.

El final es lo mejor. A mí me gustan los finales que se alejan del “todos felices” y dejan la situación pintando mal para el protagonista. Pero lo que no dejo de preguntarme ahora es qué habrán hecho con los niños…

He visto por ahí que te proponen darle continuación al relato. ¡Hazlo, por favor! Perfectamente podría pasar por el inicio de un texto más largo y se presta a muchas posibilidades.

Un saludo. Este mes buscaré tu relato para leerte 🙂

Wolfdux

13/11/2014 a las 09:08

Gracias Anoide por pasarte por aquí. Me alegra mucho saber que te ha gustado. Lo de la continuación lo estoy estudiando, a ver si consigo hilar algo interesante.

Un abrazo.

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