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15 Octubre 2054 - por José Torma

Web: http://www.cuentoshistoriasyotraslocuras.wordpress.com

—Del log Terra-10152054. Sargento Rodríguez en misión de exploración…

Oprimió el botón de pausa, no le gustaba el tono metálico que producía utilizar el traje anti radiación. Las exploraciones le molestaban, tanta destrucción le obnubilaba la razón y le hacía perder la esperanza.

—General Martínez, ¿me escucha?—Preguntó por el comunicador.

Estática.

Revisó el medidor de radiación. 40 años desde la primera explosión se conmemoraban en este día. El alto comando había determinado una exploración preliminar para determinar el grado de habitabilidad. El aparato marcaba un nivel de dos en la escala de Sievert, lo que aún no garantizaba la supervivencia.

—Mucha interferencia, Sargento —comentó presionando el botón de grabar nuevamente.

—La edificación se ve sólida, sobrevivió los impactos. Es como un faro de esperanza entre tanta desolación.

Presionó pausa. Tendría que editar esa parte. Las apreciaciones subjetivas no eran admisibles. Se acercó al portón principal…

“Colegio Marie Curie”

Sonrió ante la ironía. Con precaución empujó el portón. A pesar de haber realizado esta tarea en más de 20 sitios dispersos en Latinoamérica, mantenía la misma aprensión. Las imágenes que encontraba habitaban sus pesadillas. Huesos humanos, mudos testigos de lo que otrora fuera una gran institución educativa.

Sacó las probetas para analizar partículas de los restos. Siempre el mismo resultado. Siguió avanzando hasta llegar al patio principal del colegio. Las estructuras en perfecto estado se mantenían inmóviles, en espera de los niños que las hicieran vibrar. Los columpios y resbaladeros cubiertos de una espesa capa de polvo. Acercó su medidor. La radiación era un poco menor adentro del colegio.

—Control, ¿me recibe?

—Adelante, lo escuchamos perfectamente.

—Me encuentro en el patio del colegio.

—¿Hay indicios de…?

—Negativo, control, le estoy enviando los resultados de las muestras.

—¿Estado del edificio?

—Salvo una capa de polvo, la estructura está intacta…

Guardó silencio unos instantes, una reja a nivel de piso le llamó la atención.

—Control, hay una entrada al edificio, una reja con candado…

—¿Puede obtener acceso?

Con precaución jaló del candado, éste se desprendió produciendo un extraño ruido que se multiplicó en el patio vacío.

Haciendo un esfuerzo levantó la reja. Ésta daba paso a un pequeño pasillo que se desarrollaba a lo largo de unos 15 metros, al final se encontró con una puerta metálica. Encendió un par de barras luminosas y examinó la pared. Ésta se encontraba en perfecto estado, al igual que el resto del edificio; lo cual no dejaba de sorprenderle.

“Albergue nuclear silo 34, grados tercero y menores,”

rezaba la leyenda en la parte superior. «¿Sería acaso posible…?». Con una escobetilla limpió la superficie de la puerta, no había una cerradura propiamente dicha, sino un tablero numérico. Presionó una tecla y el tablero se encendió. Sorprendido dio unos pasos hacia atrás…

—Control, adelante…

—Adelante, Sargento… —Procedió a relatar su descubrimiento.

—La mayoría de esos tableros tenían una combinación de cuatro números, pero también tenían una protección para evitar que se introdujeran números de forma aleatoria… —guardó silencio unos instantes— Sargento, espere instrucciones.

Con un clic la comunicación se interrumpió.

Dándose la vuelta empezó a revisar el pasillo en sí. Mochilas, cubre vientos, pequeños sombreros. Tuvo una imagen clara de lo que pudo haber ocurrido el día que cayeron las bombas.

Cerró sus ojos y escuchó la sirena, vio a los niños salir al patio principal, buscando la manera de llegar pronto al refugio. Los maestros intentando conducirlos de manera ordenada, tratando de no provocar un pánico mayor. Vio a los niños empujarse para ganar la entrada, soltar sus pertenencias si estas les estorbaban el avance…

—Sargento, análisis nos da dos posibilidades de combinación numérica. La primera y más obvia seria 1867…

—Negativo.

—1934.

Se prendió un foco verde mientras la combinación se borraba de la pantalla.

—Me temo que es combinación doble, General.

—Lo anticipábamos, introduzca los siguientes números… 8488.
La puerta hizo un fuerte sonido al abrirse, aire contenido a presión levanto una nube de polvo, que poco a poco se fue asentando.

Entró al refugio.

Todo se encontraba en perfecto estado, las camas lucían impecables. Encontró juguetes y varios enseres, nada excepcional.
La exploración le llevo un poco más de una hora. El lugar se veía prolijo, pero no habitado. La presión inversa había impedido que entrara el polvo, conservando todo en mejor estado.

Salió a la superficie.

—Control, el resultado de la exploración es negativo. No hay más rastros que los encontrados en el patio.

—Nuestros análisis confirman que las muestras que tomó son de adulto, entonces…

—¿Dónde están los niños?

Comentarios (32):

Pato Menudencio

28/10/2014 a las 14:21

Buenas compañero, Como te lo dije anteriormente. ¡Quiero saber qué pasará!
Es tu obligación moral hacer la segunda parte, XD.

Saludos estimado y que interesante cambio de género hiciste.

Diego Manresa Bilbao

28/10/2014 a las 14:29

Jose,
Muy interesante relato, con un suspense muy conseguido y una idea muy original… Me cojea un poco el final, queda demasiado abierto, pero me ha parecido un Gran relato.
Nos leemos!

Nick Brooks

28/10/2014 a las 16:48

Qué interesante…
Yo quiero saber algo.
¿Dónde están los niños?

Nymeria

28/10/2014 a las 20:22

Un relato muy interesante, y al igual que todos, me deja con una intriga enorme.¡Quiero saber más!. El toque futurista me ha encantado. ¡Nos leemos!

Ana

28/10/2014 a las 21:13

Hola Jose,

¡Nos dejas con la duda! Es un relato con mucho suspense y el final resulta inquietante.

El escenario está muy bien descrito, tan solitario y desolador.

Pero, dinos, ¿dónde están los niños?

Un saludo,
Ana

hupacal

29/10/2014 a las 00:35

Hola José,

Primero de todo, gracias por leerme 🙂

Y respecto a tu texto: me ha encantado este relato, está muy bien ambientado y me dejas con una grandísima intriga.¡ Y eso que no me suelen gustar estos temas!

Me gustaría una segunda parte 😉

Hasta pronto!

tavi oyarce

29/10/2014 a las 02:20

Hola José
Somos viejos conocidos.EL año pasado era -Peneca- A ahora fui con mi nombre.
Un agrado el comentario de alguien que dominaa tan bien el relato.Saludos desde Chile

Maureen

29/10/2014 a las 09:48

Digo lo mismo que los demás: qué interesante y qué ganas de seguir leyendo tu historia, a ver qué ha pasado con los niños de ese colegio, por qué cayeron las bombas y quiénes son esos personajes que ahora buscan supervivientes.

Como detalle a mejorar, hay un par de frases de diálogo que no me acaba de quedar claro quién las dice. Son las frases:

“—Mucha interferencia, Sargento —comentó presionando el botón de grabar nuevamente.”

La frase la dice Control, pero la acotación la hace el sargento, por lo que queda un poco raro.

“—Adelante, Sargento… —Procedió a relatar su descubrimiento.

—La mayoría de esos tableros tenían una combinación de cuatro números, pero también tenían una protección para evitar que se introdujeran números de forma aleatoria… —guardó silencio unos instantes— Sargento, espere instrucciones.”

Creo que las dos líneas de diálogo las dice la misma persona, Control, por lo que quedarían mejor en una sola línea.

¡Yo quiero leer más! ¿Vas a continuarla?

Aldo Brov

29/10/2014 a las 13:22

Hola Jose, gracias por pasarte por mi texto y comentar, devuelvo la cortesia.

Muy buena historia, bien contada, y con buen ritmo. Me gusta porque trasnmite lo interior del personaje, no solo cuenta una historia. El comentario que hace y que luego tendria que editar es un elemento muy bien usado, porq describe algo del personaje sin describirlo.

Respecto al dialogo, hubo dos de ellos que no me quedo claro quien lo hizo

1) -Mucha interferencia, sargento -comento presionando el boton de grabar nuevamente. ¿Se estaba hablando a el mismo?
2) -¿Donde estan los niños? Considerando que desde el control terminaron diciendo entonces… supongo que quien lo dice es el personaje, en ese caso me hace pensar a cuando una madre le recriminaba algo a su hijo y le dice, entonces… si ya se mama, tienes razon, mejor devuelvo el chocolate que me robe del kiosco. (No es autoreferencial, jaja)

Sobre una de las acciones que suceden, me pregunto ¿Y si el codigo de apertura lo consigue el mismo personaje, con algun dispositivo futurista que porte para las exploraciones?, similar a los que usan en las peliculas de espias? tal vez eso se ajuste mas a la epoca y resuelva la cuestion con mayor credibilidad, no entiendo como obtuvieron los codigos.

No creo que sea necesario escribir mas, porque a mi parecer lo importante no es resolver donde estan los niños, sino ver como esa pregunta le devuelve minimamente esa esperanza perdida que comentas al principio.

Y por ultimo, me parece que el titulo puede mejorarse, hay gente que dice que el titulo es muy importante, y en este caso creo que es muy simple.

Saludos

lunaclara

29/10/2014 a las 14:30

Qué guay!!! Vaya peliculón!!!
Perfectamente escrito.

Muchas felicidades!!! Si lo continúas, avisa, porfiiiii!!!!!!!!!

Chiripa

29/10/2014 a las 14:35

Antes de mi comentario te agradezco pasarte por mi relato y comentarlo.
Si, efectivamente, “cantina” le decimos en algunos países sudamericanos, a lugar donde puedes comprar merienda y chucherías en los colegios.

En tu relato haces gala de mucha creatividad futurista. Describes maravillosamente un escenario desolado. Necesitamos lo amplies para salir de esta intriga en la que nos has dejado!
Felicitaciones José

Iracunda Smith

29/10/2014 a las 15:51

¡Me ha gustado mucho!
Pero, en serio, ¿dónde leches están los niños? y, ¿que las muestras encontradas fuesen de adulto significa que los niños han sobrevivido y crecido?
¡Exijo una segunda parte ya!

Miranda

29/10/2014 a las 16:26

Jose ya sabes lo que opino del escrito. Me gusta, aunque la tematica futurista no sea mi fuerte, pero estoy de acuerdo con Iracunda, quiero más respuestas
Y hablando de respuestas, desde tu comentario sobre la importancia de los números, lo he vuelto a leer, he intentado encontrar paralelismos, pero estoy perdida, la unica conexión es que tu cumple es en octubre. Espero que me saques de dudas.

Voy a seguir leyendo a los compis
Saludos

Roger/NHICAP

29/10/2014 a las 16:53

Hola Josë,
Primero, decirte que no soy mexicano, soy español, pero “viví” mucho México, de 2008 a 2012, con domicilio en DF por motivos profesionales. Me parece que en la Argenina también dicen güera a las mujeres rubias.
Vamos con tu relato. Vaya cambio de género te has marcado. Felicidades porque te ha salido un buen relato, imaginativo, bien descrito el ambiente y manejando la intriga.
Al leer el título, pensé: ¡ándele! esto va de Santa Teresa, onomástica del día, y me sorprendes con este buen relato.
Me alegro de tu iniciación en el género.
Te mando un abrazo

Sergio Mesa

29/10/2014 a las 19:32

buenas amigo, ¿qué más puedo añadir que no hayan comentado ya los compañeros? como a Maureen a mi también me despistó el diálogo en torno al cierre de la puerta y como los demás te felicito por la incursión en un género poco habitual en ti.
el relato es de los más “sólidos” que te he leído. y aunque sabes que me gusta mucho cuando tiras de tus raíces y de la narrativa de tu tierra, este estilo también resulta gratificante 😉
un abrazo, nos leemos!
Sergio Mesa / forvetor
http://miesquinadelring.com/

Fernando Sanz Félez

29/10/2014 a las 19:35

Hola, José. Vaya tela de historia que nos has vendido. Muy, muy muy interesante. Futurista en un patio de colegio… para flipar. Recreas muy bien el caos, el miedo, la incertidumbre y… ¿dónde están esos crios?
Cuéntanos el final, anda…
Magnífico cuento.
Un saludo.

Peter Walley

29/10/2014 a las 23:12

Hola, José,

Me parece un relato súper original y muy bien contado, por favor amplíalo en tu blog, el mes que viene o donde sea, no nos dejes con esta intriga.

A mí también me han despistado un poco los diálogos, quizá porque estaba leyéndolo muy rápido para ver qué ocurría. Y en la primera parte me parecía que había demasiadas palabras acabadas en ‘ón’ (radiación, explosión, razón, destrucción…), me sacaba un poco de la historia. En cualquier caso según avanza te va atrapando la historia, enhorabuena.

Osvaldo Mario Vela Sáenz

29/10/2014 a las 23:39

Felicidades José. Te has aventurado a otro género. Paso dado con el pie derecho. Con todos los comentarios hasta ahora recibidos por ti, ya te abras dado cuenta de tu exito. Cuando primero leí tu texto para tallereo, lo primero que me dejó con la mente abierta, fue el pensar que lo que seguía. ¿Tendrían suficiente abastecimiento? ¿estarían las fechas de caducidad de las provisiones vigentes? Y así como estas dos preguntas, despertaste muchas mas, de las cuales espero un dia poder obtener una respuesta. Enhorabuena.

Denise

30/10/2014 a las 00:05

La verdad que me sorprendiste con este cambio de género! Y una sorpresa muy agradable, ya que soy una gran amante de la ciencia ficción. El relato está muy bueno y, a pesar de que prefiero los finales abiertos, por esta vez voy a hacer una excepción, porque yo también quiero saber dónde están los niños jajaja

Ah, y por cierto, sé el secreto de los números jejeje

David Rubio

30/10/2014 a las 01:13

Hola Jose,
Poco te puedo añadir a lo que te han comentado ya. La escena está bien llevada, con las descripciones justas y con términos futuristas adecuados al tono de la historia. Me gustó el chiste sobre que el colegio se llamara “Marie curie”.
En cuanto a los números, fecha y códigos, es algo que no le he pillado el significado oculto. En cuanto al final te dejo mi interpretación. Los niños que se encerraron en el refugio se quedaron allí, crecieron se hicieron adultos, quizás lucharon entre ellos y, hasta podrían haberse comido unos a otros”. Por eso los rastros que quedan son los de un adulto.
¡Ya dirás! Felicitaciones por tu búsqueda de nuevas fórmulas narrativas.
Un abrazo

Aldo Brov

30/10/2014 a las 01:43

Bueno, viendo lo misterioso del tema de los numeros recurri a google, puse los numeros y veo que no era tanto misterio Marie Curie nacio en 1867 y se murio en 1934, gracias por educarnos con tu narracion, el otro numero no tengo idea, tal vez sea las veces que haya ido a hacer el numero 2 al baño, lo que daria un promedio de 10.5 veces al mes, JAJA, se ve que los del control eran mucho mas inteligentes que yo.

Asi y todo, creo que la facilidad con que consiguen el dato, a no ser que hayan tenido un registro con codigos correspondientes a cada refugio, me hace pensar en lo que tanto lei sobre darle veracidad a las cosas que escribimos, para que no suene a falsa y por ende le quite fuerza a la historia, si prefieres poner un dato misterioso y que la gente piense como hicieron estos del control?? entonces esta bien.

Y en argentina, respecto a lo que dijo Roger, jamas usamos, ni usamos la palabra Guera, y mucho menos para referirnos a las chicas rubias.

Saludos

Denise

30/10/2014 a las 04:01

Te mandé el mail, José, pero como veo que Aldo ya develó el misterio, sí, los dos primeros son esos años, y 84 y 88 son los números atómicos del polonio y el radio respectivamente.

Veo mucho Discovery 😛

Netogonzo

31/10/2014 a las 03:29

Caray, que pedazo de cuento has escrito, a mi me ha enganchado desde el principio, buen ritmo y excelente ambientación. Tengo mis teorías acerca de donde quedaron los niños, pero prefiero que me lo cuentes tu si decides hacer una segunda parte.

Felicidades y gracias por tomarte un rato y leer mi texto.

Aurora Losa

31/10/2014 a las 13:48

Concho, Jose, por poco soy la última en pasarme.
Te dije en su momento que me gustó mucho que te atrevieras con algo de ciencia ficción y que la conversación “nave-enviado” me parece ágil y emocionante. Coincido con PAto en lo de la obligación moral de continuarlo.
Un acierto de tema y ejecución.
Besos.

kelly J. Hernández

31/10/2014 a las 23:38

Vaya que te fajaste con las descripciones. Mientras leía el relato, las imágenes iban llegando a mi mente. Suspenso bien llevado. Sargento Torma, Le va tocar continuarlo, porqué yo también quedé intrigada.

Un abrazo

isabel pérez

01/11/2014 a las 22:17

Te felicito,y cómo todo ya ha sido dicho por los compañeros,sólo añadiré:

XD,¿Para cuando la próxima entrega? No seas perezoso y ponte ya, el virus de la intriga me invade,y sólo tú tienes el antídoto……

Emmeline Punkhurst

02/11/2014 a las 18:11

¿Temática futurista apocalíptica con un reto ambientado en un patio de colegio? Lo tuyo es la creatividad, desde luego.
No te puedo decir mucho más que mis compañeros. Simplemente me apunto a su petición de que no nos dejes con esta intriga. ¿Para cuándo la continuación?
¡Un saludo!

Marazul

03/11/2014 a las 23:50

Me ha encantado tu relato. Manejas muy bien ese lenguaje tan técnico que hasta parece ¨metálico¨. En cuanto al final, yo lo encuentro perfecto. Casi prefiero no saber lo que les pasó a los niños (aunque tú lo imaginas muy sutilmente). Y además dejas la puerta abierta por si te apetece continuarlo. Muy ingenioso. Felicidades…!!!

Wolfdux

05/11/2014 a las 12:30

¡Por fin conozco el significado de los números!

Bien jugado, José.

Aldo Brov

06/11/2014 a las 15:15

Hola Jose, te envie un correo al mail que figura en tu blog, espero que te haya llegado.

Saludos

Brillo De Luna

07/11/2014 a las 16:49

¿Porqué José, porqué? Quisiera decirte que te odio, pero me abstendré de hacerlo ja,ja,ja. No puedes dejarme con la incógnita. Todo estaba tan perfecto, yo estaba sumergida en la escena, iba tras los pasos del sargento, tomé las pruebas en las probetas, abrí el refugio y luego… el sargento sale con la bobada de que ¿dónde están los niños? Coincido en que tienes la obligación moral de escribir una segunda parte…
Me ha encantado leerte. Gracias.

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