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Que se pare el tiempo - por Cristina

Ese día decidimos ir al circo, sin ningún motivo, simplemente vimos un anuncio y allí fuimos. Había tensión entre nosotros, el día anterior habíamos discutido por una tontería, como siempre. La verdad es que tras todo este tiempo se podría decir que nuestra relación era sinónimo de perfección. Después de tanto tiempo, todavía notaba ese cosquilleo en el estómago al mirarle. Dicen que los desacuerdos entre parejas son muy comunes y que son un signo de amor. Más que las peleas, las reconciliaciones.
No sabía cómo íbamos a arreglarlo esta vez pero decidí no pensarlo y dejar que surgiera solo. Fuimos dando un paseo. Durante el camino no sabía qué sería más oportuno si cogerle de la mano o no. En un impulso decidí hacerlo, y después del distanciamiento de ayer, sentir sus dedos entrelazarse con los míos fue como un calmante que me alivió enseguida. Aún no nos habíamos dirigido la palabra, al final él me preguntó ‘¿Tienes ganas de ir al circo?’, intentando sonar con normalidad contesté ‘Sí, la verdad es que me apetece mucho’. ‘Genial’ contestó Gabriel sin mirarme. Fue como si me clavaran una espina, así que intenté sacar un tema de conversación ‘Hay gente en contra de los circos, dicen que es como una cárcel de animales, pero no sé, también tiene una parte nostálgica que te lleva a recordar tu infancia, ¿no te pasa?’. Gabriel me miró de una manera que nunca antes había visto, como si no entendiera por qué le había preguntado eso. ‘La verdad es que no’. Miré al suelo. No iba a resolverse con facilidad.
Giramos la esquina y vi un puesto, así que me acerque a comprar unos cacahuetes, fue un impulso, ya que no tenía hambre, ni me apetecía comer nada.. Gabriel me esperó unos metros alejado del puesto, cuando me acerque a él noté la frialdad con la que me miraba y también me di cuenta de que no me volvió a coger la mano.
Nos dirigimos a la entrada del circo, donde afortunadamente no había cola, iba comiéndome los cacahuetes para excusarme por no hablar. Gabriel pidió las entradas y las pagó sin decir nada. El lugar estaba lleno de gente, familias con sus niños, parejas, y grupos de gente. Miré a Gabriel, que estaba mirando su teléfono móvil. ‘Es por aquí’ le dije. Sin decir palabra me siguió por los pasillos hasta que encontramos nuestro sitio.
Nos sentamos uno al lado del otro, estábamos rodeados de gente que hacía fotografías sin parar, se oía mucho ruido y risas. Saqué el móvil para mirar la hora. Las 17.50h. Quedaban diez minutos que pasamos observando a la gente y fingiendo que mirábamos algo con mucho interés en nuestros móviles.
A las 18.05h empezó el show, no pude evitar una sonrisa cuando escuche la música del circo, salió el presentador, que con un par de chistes nos hizo reír, algo que agradecí ya que me hizo relajarme un poco y acercarme a Gabriel. Creo que había estado conteniendo la respiración. Le miré y noté que él también se había relajado y sonreía. En ese momento giró la cabeza y me miró a los ojos. Fue como si intentara decirme algo. Y noté ese cosquilleo otra vez. No habría nada que consiguiera alejarme de él.
El espectáculo continuó y note como Gabriel me ponía el brazo sobre los hombros, también intercambiamos algunas palabras. Uno a uno, vimos como actuaron los trapecistas, los cuales saltaban y se colgaban del techo como si no existiera el miedo a caer, lo hacían con tanta facilidad… Me reí mucho con el show de las focas y de los elefantes. ¿Cómo podían balancearse esos animales que pesaban toneladas con tanta gracia? No sé si ir al circo fue como una especie de terapia que nos alivió a los dos, lo que sí sé es que al acabar el espectáculo del fuego, Gabriel me acarició el pelo, y metiéndomelo detrás de una oreja, me miró a los ojos, sonrío con ternura y me dijo: ‘Te quiero’, y acercó sus labios a los míos.
Me besó como nunca me había besado, y fue un beso que consiguió que se me erizara el bello, en aquel momento el circo desapareció y solo existíamos él y yo, yo y él. No sé cuál fue el motivo que le llevó besarme en ese momento, lo que sí que sé es que me encantó y que sonreí mientras me besaba cogiéndole de la nuca, acercándole aun más a mí.

Comentarios (13):

Sonia Pozo

27/05/2014 a las 21:17

¡Hola Cris! Me ha gustado mucho tu relato; tanto como el contenido como la manera de organizarlo, correcta y ordenada. Me gustan las historias de amor (sobretodo las difíciles, por lo que ésta me encanta jeje), pero yo soy prácticamente incapaz de escribirlas. Admiro mucho a la gente capaz de emprender en mi opinión tan “ardua” tarea. Para mí siempre será más fácil redactar un asesinato que un beso (suena un poco psicópata, pero es mi realidad ;)) Y por eso aprovecho en cada ocasión que veo, como está, para aprender de personas más profesionales. Me gusta la testarudez inicial de Gabriel; me recuerda mucho a mí, pero amo el final que le has dado a este relato; por dentro siento que es un acabado perfecto, que es el final correcto, la pareja, reconciliada por fin.
¡Buen trabajo, sigue escribiendo! <3
¡Un saludo!

Cristina

27/05/2014 a las 22:53

¡Muchas gracias, Sonia!¡Que subidón con tu comentario! 🙂 La verdad es que me encanta escribir historias de amor, y siempre tiro por ahí… aunque me gustaría tener un abanico más amplio. ;)Es la primera vez que participo en el taller, y tenía un poco de miedo… pero ha resultado ser una experiencia genial 🙂 Respondiendo a la pregunta en tu relato, esta era la última tarea hasta después del verano. Así que tendremos que esperar 🙁

¡¡Muchas gracias por leerme, un saludo!!

José Torma

27/05/2014 a las 23:02

Como diria Jarabe de Palo, Bonito, todo me parece bonito.

Muy padre historia, llevada lentamente y sin apresurar conjeturas. En realidad no sabia yo bien que iba a pasar. Me queda claro que la culpable del pleito era ella, mas como no ahondas en el asunto pues queda a la imaginacion.

Gracias por no sacar el cliche de que le pidiera matrimonio en el circo y despues darse un beso. Eso lo aprecie bastante.

Felicidades y te invito a dejarme tu opinion en el relato No 38

Saludos

hupacal

28/05/2014 a las 21:38

Me ha gustad mucho. Me parece una historia simple, sin complicaciones pero de esas que te hacen leer hasta el final. Es realmente fácil leerla. Es natural y creo que todos nos hemos visto en situaciones similares de no saber cómo volver a la normalidad después de un enfrentamiento con alguien.

¡Muy bonita!

Ana Vera

30/05/2014 a las 14:33

Muy bonito, muy sutil lo que cuentas, con esa forma tan natural de narrarlo, parece que, de alguna manera, estás contando un episodio de nuestras propias vidas… enhorabuena!!

Aina Pons Triay

01/06/2014 a las 11:44

Cristina, una preciosa historia. Algunas de las imágenes, como el caminar comiendo cacahuetes para no hablar y el mirar el móvil como si fuera interesante lo que vemos, hace que nos sintamos muy identificados. Creo que a todos nos ha pasado algo así y tu lo has reflejado muy bien. Enhorabuena.

Kangreja

01/06/2014 a las 20:03

Es una historia muy bien narrada, donde consigues que el lector se interese fácilmente por lo que ocurrirá con los personajes. Logras transmitir esa energía del desconcierto con la persona a la que amas cuando surgen las dudas, y a la vez llevas la historia a buen puerto. Felicidades.

Kelly Hernández

03/06/2014 a las 21:39

Cristina, mientras leía tu historia, sentí como si mi mejor amiga me estuviera contando algo que le pasó. Es un texto sencillo y ágil con un tono reflexivo. Me encantó

Un abrazo

kelly

Cristina

04/06/2014 a las 10:06

¡Muchas gracias a todos por vuestros comentarios!
Me anima mucho leer vuestras opiniones ya que apenas tuve tiempo para escribir este relato y además es la primera vez que participo. Me alegro mucho de haber encontrado esta comunidad, sin duda ¡seguiré participando en Septiembre! 😀

¡Gracias por leerme!

Luis del Moral Martínez

16/06/2014 a las 19:36

¡Enhorabuena, Cristina!

Para ser la primera vez que participas, Wow, ¡tienes mucho, pero que mucho potencial! Me ha encantado tu relato. A mí también me cuesta escribir sobre el amor, y es bastante arduo, como dice Sonia. Yo soy más de ciencia ficción y algo de terror. Por lo que, nuevamente, enhorabuena por esta historia tan tierna y apasionante.

Si tienes un rato, pásate por mi relato del taller y me dices qué te parece.

¡Nos leemos!

Cristina

21/06/2014 a las 12:46

¡Hola, Luis!
Mil gracias por tu comentario 😀
Me gustó mucho tu relato, lo comenté casi al principio 🙂

Agradezco tus palabras,

¡Un saludo!

juanjohigadillo

18/07/2014 a las 11:07

¡Felicidades! Un relato tierno y sencillo, y cuando el personaje piensa que “Hay gente en contra de los circos, dicen que es como una cárcel de animales, pero no sé, también tiene una parte nostálgica que te lleva a recordar tu infancia” me recuerda el relato con el que participé, y que te invito a leer.
Muchos ánimos y… ¡Adelante!

Cristina

29/07/2014 a las 13:56

Hola Juan
¡Muchas gracias por tu comentario!

Pasaré por el tuyo 🙂

¡Un saludo!

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