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El circo de Antonio García - por Eva
El circo de Antonio García no se llamaba “Circo de Antonio García”, sino el “Circo de Antoine Galtieur” porque su dueño lo creyó así conveniente para alimentar los sueños de lejanía y exotismo de su público. Los vecinos volvían los ojos hacia otra parte o se santiguaban o se daban la vuelta sin formular palabra cuando la cuadrilla de estrellas hacía su entrada por las calles del barrio porque conocían bastante bien el origen de este circo donde las pulgas no saltaban, los leones no rugían y los enanos crecían. Aún así permitían que sus hijos, todavía con la ilusión en sus mentes y en sus ojos, dedicaran unos aplausos y sonrisas a los artistas, que se envalentonaban lo suficiente para hacer alguna voltereta que les hubiera supuesto un seis con cinco como mucho en las clases de gimnasia del colegio. Las entradas a dos euros, porque haber pagado más por verles les hubiera supuesto unas gradas en silencio, desaparecían de sus manos, porque a todos nos gusta mirar por encima del hombro y reír ante la degradación de los demás, bien sea por sus caídas, por sus lágrimas o por su bobería. Por el amor de Dios, el que iba a la función hacía bien en saber a lo que atenerse para no defraudarse, porque la calidad estaba reñida con la mediocridad que imperaba en los espectáculos del Tonino, como aún lo llamaban los vecinos por mucho que Antoine Galtieur quisiera que se adoptara su nombre de artista. El beso con el que se despedían los saltimbanquis al final de la función unas veces aterrizaba en las mejillas como una mariposa y otras como un escupitajo, en consonancia con las expectativas del respetable que había pagado dos euros. Tonino se mesaba los cabellos de desesperación ante los abucheos de sus compañeros de colegio, que a gritos le recordaban que empezó como chapuzas allá en el cine Vistalegre y que qué sueños eran esos para meterse a empresario de circo.
“La valía hay que saber valorarla” le espetó un día la Rosana saliendo de la nada tras su espalda después de una función para el olvido. Le puso la mano en el hombro para darle ánimo y le dijo que elevar la chapuza a obra de arte sin necesidad de esmerarse para conseguirlo era su talento y que debía mimarlo hasta la alcanzar la gloria. Tonino la miró con incredulidad, después ojeó a su panda de comediantes, sacados de rincones de miseria y desesperación, que trabajaban por su sustento con una necedad nacida de lo más recóndito de sí mismos que ningún actor podía igualar. Y por una vez en la vida, tomó una decisión con atino porque no hay mayor sordo que el que no quiere oir y había oído muy bien lo que le acababan de decir.
Al día siguiente se presentó en casa de la Rosana, sudando profusamente tras escalar los cuatro pisos sin ascensor de su bloque. La Rosana, con la boca abierta, lo dejó pasar a su cocina-comedor-dormitorio tres-en-uno, prototipo de los pisitos de la zona que los vio nacer, y se lo quedó mirando sin disimular su asombro por la visita. El Tonino sacó un pliego del bolsillo del sobaco de su chaqueta, humedecido por sus exhalaciones, que tendió a la Rosana con reverencia. El pliego era un contrato que nombraba a la Rosana consejera del Circo de Antoine Galtieur,con capacidades para hacer y deshacer a su conveniencia por el bien de la sociedad anónima que el señor Antonio García regentaba. Tras un forcejeo de verbos, dimes y diretes, la Rosana aceptó empujada por el paro y por la oportunidad de hacer algo y punto. Y así nació la extraña pareja del soñador con sus sueños y la ejecutiva con sus realidades, la que tiraba del cordel del globo de helio que era el Tonino y lo ataba convenientemente a aquellos postes con la visibilidad y el resplandor que la chapuza llevaba a arte se merecía. Porque nuestra vida a veces necesita de otros ojos que la vean como es y nos saquen de la ceguera de nuestras miserias y de otras voces que nos chillen y que nos rompan la sordera a los buenos consejos para poder pasar de las entradas de dos euros a las de veinte en el gallinero.
Comentarios (17):
Eva
27/05/2014 a las 16:12
Como siempre, muchísimas gracias a las tres personas que comentaron mi relato. Voy a dar un pequeño tirón de orejas a una de ellas porque me dice que alguna frase podría mejorarse pero no me dice cuál!!!! aaaaaaaaaaaaaaaayyyyyyyyy, de verdad que apreciaría que me dijeras qué es lo que te llamó la atención para que pueda mejorar 🙂 Por mi parte ya he empezado a precisar más cuando comento otros textos. Espero que os sirva!
Un abrazo a los tres y, de nuevo, gracias!
forvetor
27/05/2014 a las 18:24
wenas Eva!
jeje, menudo cambio respecto a las cinco furias del mes pasado 😉 aunque gusto más de las fábulas salvajes y sangrientas como la anterior esta sobre la bondad humana y su miseria intrínseca también tienen su aquel.
no sé a qué se referirían tu comentarista pero a mi hay algunas frases en la primera parte que se me atragantaron, del estilo de: “Por el amor de Dios, el que iba a la función hacía bien en saber a lo que atenerse para no defraudarse, porque la calidad estaba reñida con la mediocridad que imperaba en los espectáculos del Tonino, como aún lo llamaban los vecinos por mucho que Antoine Galtieur quisiera que se adoptara su nombre de artista.” es una frase enooorme, que además se mueve en diferentes niveles de información. se podría partir y/o simplificar. y es que además alrededor de esa hay alguna más.
por otro lado hay frases muy buenas como la segunda, que empieza con “Los vecinos volvían…” 😉
sobre el desafío de este mes… adjetivos calificativos hay uno al menos (“humedecido”), pero no sé si se te escapó o simplemente no tuviste en cuenta la propuesta ^^
un saludo compañera, nos leemos!
Sergio Mesa / forvetor
http://miesquinadelring.com/
Eva
27/05/2014 a las 21:21
Sergio,
Eres un cielín. Muchísimas gracias por tus comentarios. Tienes toda la razón y ya he mejorado el texto. Tengo que trabajar más mis frases porque tienden a ser bastante densas a veces. Creo que la clave está en releer mi texto más críticamente la próxima vez.
Sí que intenté escribirlo sin adjetivos pero vaya, se me escapó uno!
Me pasaré por tu texto mañana. Gracias de nuevo!
@lGaspaRodriguez
27/05/2014 a las 21:38
Hola Eva! seguramente fui yo, disculpa por no explanarme tanto 🙁 concretizare a la proxima, de veras! Es por eso mismo que dice Sergio, das mucha y variada información en una frase y ademsd es tan densa que… Uf! Pero oye, si te consuela, mi texto lo hice tan a prisa que me salió fatal! 😛
Saludos!
Eva
27/05/2014 a las 22:10
Hola Laura!
Muchas gracias por precisar ahora. Me ayuda muchísimo saber que tengo que simplificar las frases. He conseguido lanzarme sobre el papel en blanco sin complejos pero, una vez que la primera versión está hecha, ahora me toca pulirla mejor 🙂
Un abrazo
Aurora Losa
28/05/2014 a las 11:04
Chapó, me quito el sombrero. GRANDE, que eres una grande.
Me encanta enterito, de la primera mayúscula al punto y final, sin excepciones, hasta la combinación de palabras “cuasihomófonas” lo enriquece de forma sorprendente. Un tratado de sociología, antropología y vida corriente aplicable a cualquier época y lugar.
La descripción del piso de la Rosana, inmejorable.
Y yo, que te tenía el ojo echado me reafirmo en seguirte, sé que merece la pena.
Enhorabuena.
Aurora Losa
28/05/2014 a las 11:13
Por cierto, con respecto a lo de las frases largas, será porque yo tengo el mismo defecto o porque me gusta ese tipo de literatura, pero no me pareció que aquí fuera un problema, yo lo entendí.
(este mes Sergio y yo vamos por caminos divergentes, no nos ponemos de acuerdo ni en la hora)
Wolfdux
28/05/2014 a las 12:50
¡Gracias por deleitarnos con relatos como este!
Un abrazo.
Denise
28/05/2014 a las 18:40
Muy buen relato, en cuanto a la oración de la discordia, tanto forvetor como Aurora tienen buenos argumentos, pero personalmente creo que no es tan terrible como parece a simple vista.
Me gusta mucho tu estilo, y creo que saliste bien parada de tu experimento XD
Ana Vera
29/05/2014 a las 11:43
¡Estupendo!, me ha encantado, escribes francamente bien y me he reído con ganas, ¡muy bueno!. Yo le quitaría la conclusión final.
Emyl Bohin
29/05/2014 a las 17:54
Hola
Pues yo voy a decir las que más me han gustado:
1.- elevar la chapuza a obra de arte sin necesidad de esmerarse para conseguirlo era su talento.
2.- se envalentonaban lo suficiente para hacer alguna voltereta que les hubiera supuesto un seis con cinco como mucho en las clases de gimnasia del colegio
3.- su cocina-comedor-dormitorio tres-en-uno
Enhorabuena, un gran relato para disfrutar.
Eva
29/05/2014 a las 22:58
Hola a todos!
Siento responder en grupo y no individualmente! Muchas gracias por vuestros comentarios. Emyl, agradezco de veras que señales las frases que te gustaron 🙂 Así he recibido esta vez una ce cal y otra de arena y la verdad es que aprecio ambas para mejorar.
Le comenté a Aurora en su relato que una vez hice un ejercicio en el que escribí una historia dos veces: una vez con frases largas, que dan profundidad al texto, y otra vez con frases cortas, que dan pinceladas y dinamismo. Si queréis probar, merece la pena. A mi me sirvió para reafirmar mi preferencia por las frases largas… aunque reconozco que aún puedo mejorar. Un abrazo a todos
hupacal
29/05/2014 a las 22:59
Hola, Eva!
Gracias por leer mi relato. Yo he hecho lo propio con el tuyo y me ha gustado bastante!
Tienes alguna frase que me ha encantado, como las que comenta Emyl Bohin, o la de los vecinos que comenta Forvetor, en especial esta parte: “el origen de este circo donde las pulgas no saltaban, los leones no rugían y los enanos crecían.”
Además, me gusta como, a través de esta bonita historia, nos dejas con la moraleja de que hay que saber escuchar a los que ven nuestra función (nuestra vida, nuestros problemas) desde fuera para poder mejorar o solucionarlos!
Aina Pons Triay
30/05/2014 a las 08:49
Hola Eva. ¡Muy buen relato! Aplicable a todos los niveles de la vida, sí señor. Tenemos que aprender a escuchar, potenciar lo que somos, sin necesidad de cambiar.
Coincido con que tiene frases muy buenas (“elevar la chapuza a obra de arte”, ¡me encanta!). Es verdad que otras son largas y densas, hay que leerlas un par de veces para no perderte, pero ya has dicho tu misma la solución, hay que pulirlas un poco, pero de verdad que no demasiado. Me ha gustado mucho. Enhorabuena.
Vicente Pacheco Gallego
30/05/2014 a las 14:28
Una historia de luchadores que no siempre tiene el merecido reconocimiento, en el texto mismo aparece: elevar la chapuza a obra de arte sin necesidad de esmerarse para conseguirlo era su talento. Es una verdadera lastima que la gente no sepa valorar lo que tiene, aunque ellos no sean lo mejor. El esfuerzo es siempre lo que prevalece.
He encontrado una frase que me ha despistado un poco, seguramente será cosa mia, pero te la apunto:
– …”el resplandor que la chapuza llevaba a arte se merecía.” ¿Quizá en vez de llevaba no sería llevada…? Y esta frase también es muy similar a la anterior de elevar la chapuza a obra de arte.
De todas formas no me hagas mucho caso, todavía ando aprendiendo y tu forma de escribir es mucho mejor que la mia. Te felicito por ello.
Un saludo.
Adella Brac
03/06/2014 a las 13:18
Volviendo al texto, después de leer los comentarios, me doy cuenta de que es verdad que hay frases largas y complejas. Pero a mí no me han interrumpido para nada la lectura.
Me gusta el mensaje y la forma de narrar.
Un saludo 🙂
José Torma
10/06/2014 a las 17:06
Hola Eva.
Debido a mi empeño en leer todos los relatos de este mes pues llego tarde al tuyo y esta todo dicho. A mi como lector profesional, tu historia me ha gustado, lo de las frases largas o cortas, pues si estan bien redactadas no me causan problema, tanto que ni me percate.
Tienes joyas como…
“Los vecinos volvían los ojos hacia otra parte o se santiguaban o se daban la vuelta sin formular palabra cuando la cuadrilla de estrellas hacía su entrada por las calles del barrio porque conocían bastante bien el origen de este circo donde las pulgas no saltaban, los leones no rugían y los enanos crecían. ”
Una frase larga? si. Pero esta llena de una maestria que me dejo babeando. No hagas caso de rumores, a mi me gusto un monton.
Saludos y felicidades