Su prima pequeña arrastró a Cornalina hasta un cartel. Venía el circo a la ciudad.

—Ya sabes a quien le toca – Cornalina puso los ojos en blanco al oir a su hermana. El día fechado era el cumpleaños de su mejor amiga.
—Es el cumpleaños de Isa, no puedo.
—¿Y porque no la llevas allí? Total no deja de salir con payasos
—¡Carol! ¿Tu quieres que te lleve?
—“Zi” – dijo la pequeña deseosa de diversión

La noche en que el circo abría sus puertas, Cornalina realizó un hechizo de desdoblamiento, con él consiguió un doble el cual llevo a la pequeña al feriado. Antes de dirigirse a la fiesta fue a casa de su pareja, de allí fueron a la fiesta en el antiguo cine.

La anfitriona les recibió vestida con su última adquisición, un Channel precioso. Esta chica siempre vestía de punta en blanco. Miró de arriba abajo a su amiga, cuestionando su estilismo, tras esto la abrazó fuertemente.

—Que cara tiene esta tía… ¡Yo no podría!
—Tú tienes demasiado estilo para esta ciudad – la sonrió Cornalina

Allí estaban los íntimos. Su pandilla, con los novios, había algún amigo más de las clases de pintura de la cumpleañera. Dos horas más tarde llegaron más gente, la que no sueles conocer en ninguna fiesta:
los típicos que pasaban por allí, los que les llegó la invitación por Facebook o twitter, los de otras fiesta…
Pasó de unas cincuenta a unas trescientas personas en esas dos horas.
Algunos robaron varias cajas de bebidas de una furgoneta de reparto.
Barra libre sin límite.

Una extraña sensación sacó a Cornalina de la mejor fiesta que había dado por ahora Isabel.
La noté mareada por el alcohol, el ruido y la marabunta. Poco después Oliver salió, abrazándola y dándole un beso que la estremeció.

—¿Quieres ir a casa?
—No… Sólo necesito aire – una palabra salió de mi atropelladamente – Marta.
—¿Quien?
—Mi prima Marta, la dejé con un doble mío en el circo…
—¿Qué has hecho que? – me reprendió.
—Dile a Isabel que no me encuentro bien.
—Espérame, y no te muevas.

Ella haría algo queenfadaría a Oliver, pero la maga debía salvar a su prima.
En el circo había problemas de un tamaño descomunal, estaba allí cuando sucedió, sé que ella lo sentía, os lo podría contar, pero prefiero que os lo cuente Cornalina:

Fui hacia la parte trasera del edificio saque la pluma del bolso e invoqué al libro cerré los ojos concentrando el poder del encantamiento.
Al abrirlos oí gritos de emoción y de miedo.
Una espiral de fuego abrazaba el circo consumiendo la lona y algunas tablas de madera.

Apunté con la pluma hacia el lugar, encerrando la llama en su interior.
Corrí hacia adentro, en el centro el cuerpo de mi doble yacía sin vida.
Pobre Marta

—¡Tita!
—¡Es ella!
—¡Marta vete de aquí! – uno de esos magos me elevó. Rápidamente me deshice del libro con un hechizo.
—¡Danos el libro!
—Ya no lo tengo – le apuntécon la pluma, arrojándole un poco de fuego. Caí en el suelo – ¿Queréis fuego?
—¡Cornalina no vamos en contra de ti!
—¿Cómo sabes mi nombre? ¿Por qué me has elevado? – la mujer se disculpó – ¿Y que hace así mi doble?
—He sido yo – silbó una sombra detrás de mi. Me quedé fría, se dejó caer gracilmente en el suelo, al igual que sus palabras – Cornalina, aún tienes algo que me pertenece.
—¿¡Cómo estas vivo!? Matamos a tu padre – grité a Amäel.
—Es un auténtico hijo de… – Amäel le aprisionó la garganta. Con un toque convertí la pluma en varita, deshaciendo el encantamiento. Al verlos, comprobé quienes eran aquellos, los amigos de mi tía.
—¿Cómo es esto posible? ¿Un grupo de magos veteranos no pueden contra él? – pregunté al de mi izquierda, quien lanzó un potente hechizo.
—Acabamos de recibir la llamada de Geraldine
—Podréis contra micuerpo, pero no con mi espíritu.

Aquí vuelvo yo.
Seguidamente aquel gigantesco hombre extendió sus manos humeantes rodeando a los magos, recibiendo ellos pequeños y molestos calambres. En contra de la voluntad de Amäel el humo desapareció, ellos no pudieron ver quien los salvó, quitándome parte del trabajo, aún así algunos no se levantaron.
Acto seguido Amäel lanzo una luz oscura concentrada sobre ellos.

De todos esos magos que murieron en aquella pelea, me lleve a una bella joven al otro mundo