Literautas - Tu escuela de escritura

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¡Orgullo y Prejuicios! - por Lagarto

Se dice que cuando canta la gorda se acabó el juego, o algo así. El caso es que el tiempo se agotaba, y allí no parecía haber nadie que supiese poner punto y final a una situación que se tensaba por momentos: ni el gordo, ni la flaca y alta, ni los soldados que les rodeaban espada en mano, ni las llamas que asolaban el castillo, ni el horrendo dragón que lo sobrevolaba a todo, ni yo, que me estaba poniendo súper nervioso, ni… Bueno; pensándolo mejor, quizás deba comenzar por el principio.
Resulta que cierto día en el que, cierta princesa, una muy alta y delgaducha, no quiero decir más, se empeñó en casarse con un príncipe que fuese el más alto, rubio y valeroso de los que se pudiesen encontrar. Para procurarle este nuevo capricho, su padre mando emisarios a todos los reinos conocidos y por conocer, invitando a sus respectivos herederos a un lujoso baile en el inmenso salón principal. De estos últimos reinos, los desconocidos, no acudió nadie excepto un tipo bajo, moreno y regordete que no parecía un príncipe en sus maneras por mucho que él insistiese en serlo de uno de estos reinos; mmm sospechoso ¿no? O eso debieron pensar los consejeros reales, sin embargo le permitieron participar, ya que amenazó con asediar el castillo con diez mil soldados si se atrevían a excluirle del evento. Aunque dudaban también de la veracidad de la amenaza, le recordaron al rey que el tipo no tenía nada de lo deseado por la princesa y que no merecía la pena hacerle enfadar; por lo que las apariencias pudiesen ocultar. Aun y así, el rey, herido en su orgullo, pensaba que dejaba entrar al baile de su hija a un arrogante charlatán. Y sabiendo del espíritu caprichoso de la princesa, que le sobraba un sapo entre un centenar de príncipes para fijarse en él, sin perder un segundo comenzó a maquinar.
Dio buen alojo a sus invitados, incluido al impostor; ya se lo cobraría al desenmascararle. Y retrasó la fecha del gran acontecimiento tres días con sus tres noches, mientras calculaba y calibraba el método y las formas. Y volvió a retrasar todo otro tanto mientras hacía traer la sutil pero, pieza maestra, de su gran plan, de su plan; bueno pronto comprobaras que tampoco era para tanto. ¡¡El dragón escupe fuego!!
En su esquema científico/mental la cosa iba tal que así: 1º Cambiar baile por torneo a muerte entre los participantes, no le importaba que el príncipe “perfecto” terminase hecho un guiñapo, en absoluto; 2º Al ganador lo enfrentaría al dragón, y punto. Por supuesto todo estaba sujeto a la muerte del susodicho estafador. En tal caso todo volvería al cauce original, como si nada.
Pero las cosas siempre son como tienen que ser, y se veía a la legua que no se habían calculado bien. Efectivamente la princesa solo se fijó en el sapo. En cambio, cuando el rey dio la orden para activar su malévolo plan los príncipes se descubrieron, aparte de estupendísimos, recatadísimos; y el dragón y su fuego resultaron ser ingobernables. Así pues su majestad, rojo por la furia y el calor de las llamas, se dejó de sutilezas y mandó a sus hombres a acabar con el impostor antes de que pudiese escapar junto a la princesa.
Como ya dije al principio, la situación se tensaba por momentos a pesar del tono jocoso de la narración, y yo ya no podía más. Menos mal que el charlatán, con un alarde de agilidad y de elegante destreza, digna de todo un príncipe, consiguió deshacerse de algunos guardias, subirse a una almena y hacer una serie de extraños movimientos, una especie de baile. Esto dicho así sonará raro, y en persona lo fue mucho más ¿estaría loco quizás? Nunca lo llegué a saber, pero poco después del baile golpearon el portón del castillo con extrema sutileza, y esto es puro sarcasmo, ya que al otro lado había unos diez mil soldados bien pertrechados.
Bueno, finalmente el resultado de la suma de estos diez mil guerreros fue que el rey dejó de lado su orgullo, para alivio de sus consejeros, y rápidamente fijó la fecha del enlace. Pero como a él le gustaba decir a los más allegados, inflando pecho “Es qué, sin la ayuda de esos diez mil hombres habríamos tenido difícil el sofoque de las llamas y el espante del dragón. Porque sino…”.

Comentarios (13):

Denise (ex Cibeles)

28/04/2014 a las 19:41

Muy divertido y original, me gusta el tono del narrador.

Chiripa

29/04/2014 a las 04:22

Lagarto, que buena onda tu narrador, original el estilo e interesante el desenlace.
Te felicito por el tono de humor y lo bien logrado de tu relato
Saludos y nos seguimos leyendo

lunaclara

29/04/2014 a las 13:44

Hola Lagarto:

Yo entré aquí solo atraída por el título de tu relato. Me recuerda a mi libro romántico favorito.

¡Qué divertido tu relato! Todo debido al tono del narrador, como dice Denise. Entretenido y asombroso. Me he reído mucho.

Supongo que ya te habrán corregido, así que no te digo nada. Solo he visto pequeñas cosas de formato. (Por ej: después de “inflando pecho” pondría dos puntos). Es lo que tiene la escritura cuasi informal 🙂

Escribes muy bien. Felicidades.

Julia María

29/04/2014 a las 22:12

Hola Lagarto,

Estoy totalmente de acuerdo con los comentarios previos. Muy original, desde el comienzo hasta el fin. Original y graciosa la manera en que el narrador da su opinión sobre los acontecimientos.

¡Enhorabuena por un divertido relato!

Julia María

Aina Pons Triay

30/04/2014 a las 20:45

Lagarto, un relato original, sin duda. Me ha dejado un poco despistada el tono del narrador con los dragones y princesas, pero después he visto ante mi la historieta de dibujos animados que has coloreado. Felicidades.

Lagarto

30/04/2014 a las 21:36

Hola a todas, gracias por pasaros por mi relato.

Lo del título es que estaba a huevo, el rey era un orgulloso y un prejuicioso. Y no hay más. Bueno, también trata de ser cómica y cuasi romántica XD

En cuanto al estilo, en uno de los tres comentarios me dijeron que quizás el ritmo, al ser tan alto y sin pausas, hacía un poco difícil digerir toda la información. Y bueno, esa fue una de las cosas que pensé nada más subir el relato. Como me dijeron también por ahí, quizás con algún dialogo entre medias quedaría mejor. Pero el problema del espacio. Ya sabéis.

Nos leemos ; )

Saludos.

Chiripa

30/04/2014 a las 23:14

Gracias Lagarto por tus comentarios a BIPOLAR
Feliz fin de semana

Adella Brac

01/05/2014 a las 18:06

A mi también me engañaste con el título 😀
Después de leer tantos relatos “serios” este, por su informal voz narrativa, me parece refrescante.
Me he divertido. ¡Gracias!
Un saludo 🙂

Kangreja

01/05/2014 a las 21:11

Me gustó el recurso del narrador, sin embargo el tema del dragón y el supuesto enfrentamiento pues me recordó una peli con esa temática. Bienvenido al grupo y esperemos leernos más.

Lagarto

01/05/2014 a las 22:01

Hola Adella Brac y Kangreja. Gracias por comentar.
Siento “engañar” con el título, pero es que me hacía gracia : )
Lo de que la historia se parece a la de alguna película, quien sabe, a veces has visto cosas que no recuerdas haber visto y las tienes dando vueltas en la cabeza XD De todas formas, por suerte o por desgracia la humanidad tiene tantas historias a sus espaldas que es casi imposible hacer algo que no esté hecho ya. Habrá que esforzarse más ; )
Saludos

Aurora Losa

02/05/2014 a las 08:10

Desde luego un relato muy divertido, me encantan los textos con sentido del humor y el tuyo lo tiene a raudales, ahora bien, creo que una revisión del texto ayudaría a hacer más comprensibles algunos párrafos y mejoraría la fluidez de la lectura. Claro, que eso es mi opinión.
Ya te digo que me parece un ejercicio fantástico y desternillante y que lo más destacable, como ya han apuntado otros compañeros, es la voz del narrador.
Enhorabuena
PD: el título cumple todos los requisitos: intriga, engancha y define el texto.

Maureen

05/05/2014 a las 19:39

Me he reído muchísimo, me ha encantado. Muchas gracias por el soplo de aire fresco 🙂

Lagarto

09/05/2014 a las 11:06

Hola Aurora y Maureen.

Pues creo que tienes razón Aurora. Desde el principio tuve la sensación de que no se terminaba de entender alguna de las ideas. Más arriba he dicho que sería cosa del ritmo, pero bueno, en una lectura reciente, con los detalles de la trama algo olvidados, he notado que no se sabe muy bien el porqué de algunos acontecimientos que en su día me parecían “obvios”. También, como tu decías, reescribir partes, y bueno, un poco de todo.

A falta de lectores cercanos no hay como dejar un tiempo de reposo para sacarte tú mismo errores.

Gracias a l@s dos por comentar ; )

Saludos

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