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Ladrillo a ladrillo - por David M. Sobrino Platas
El autor/a de este texto es menor de edad
La construcción del castillo llevaba ya meses parada, pero hoy se ha retomado. Se tuvo que tirar la torre derecha, la que tenía el tejado puntiagudo, porque le faltaban ladrillos. Era de nuevo hora de continuar con el tedioso trabajo y terminar de una vez de contruir la fortaleza para poder abrir las puertas al público. Una a una se iban trayendo las piezas para terminar la última parte de la obra.
El sol se empezaba a ocultar ya tras el horizonte y el cielo se comenzaba a poner naranja.
Lentamente, la torre se construye. El castillo es una autentica obra arquitectónica del nuevo siglo. Parece que está sacado de un cuento de hadas y magos.
Uno a uno, los ladrillos se van colocando, sólo falta el tejado rojo. Las tejas también se van colocando. El cielo ya está negro y la obra espera terminarse hoy. Sólo falta un ladrillo…
Y… Colocado.
Por fin he terminado la maqueta del castillo Neuschwans. Se acabó el juego.
Ccomentarios (1):
Aurora Losa
02/05/2014 a las 12:50
Ja, ja, ja. Te prometo que pensé que era un castillo de verdad, vamos, tamaño real.
Lo malo de atreverse con el microrrelato es que hay que condensar mucho la información, pero se presta a este tipo de historias.
Te apuntaré que también es importante la sonoridad, y la repetición de palabras iguales o similares en la misma frase no contribuye a la lectura.
De todas formas siempre habrá cosas que mejorar, pero te animo a seguir haciéndolo. La idea me ha gustado y, salvo la reiteración, el relato está bien.
Enhorabuena.