Literautas - Tu escuela de escritura

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EL JUEGO - por Carmen Serrano

–¡Princesa Carolina!, ¡Princesa Carolina! Han traído tu vestido para la fiesta.
–A ver, a ver. ¡Qué bonito! Voy a estar guapísima esta noche en el baile.
–Sí. ¿Me dejarás que te peine?
–Claro que sí… siempre me haces unos peinados muy bonitos. Voy a probármelo. No puedo esperar hasta el baile.
–…y ¿qué zapatos vas a ponerte?
–No sé. Me pondré estos blancos que tienen un lacito rosa.
–…pues a mí me gustan más estos plateados.
–Bueno ya lo decidiré después. Ahora ayúdame a probarme el vestido.
Se acabó el juego. La puerta de la habitación se abre dejando paso a la madre que con voz dulce apremia a la niña a abandonar la diversión. Es hora de irse a la cama y como cada noche comienza el ritual nocturno. A las protestas de la pequeña, que nunca encuentra el momento de irse a la cama, siguen las órdenes inflexibles de mamá instándola a ir al baño, lavarse los dientes y ponerse el pijama.
La lectura del cuento irá adormeciendo a la nena que esa noche soñará cómo la princesa, desde lo alto de la torre del castillo, verá acercarse al príncipe azul cabalgando en su hermoso caballo blanco.
Sueña pequeña, sueña. Algún día descubrirás que los príncipes azules no existen y el juego sí habrá terminado.

Comentarios (2):

Aurora Losa

02/05/2014 a las 10:52

Aunque varios compañeros han usado un juego infantil como “excusa” para el relato de este mes, tu texto me ha encantado por su brevedad y su sentencia final. Tristemente besará muchos sapos y ranas, aunque su inocencia infantil todavía tenga que ignorarlo.
A mi me ha parecido un ejercicio entrañable y muy bien hecho, especialmente los diálogos del juego, que le dan profundidad.
Enhorabuena.

Gabontza

02/05/2014 a las 13:54

La frase final es el contrapunto de toda la historia. El final de la inocencia. No, no me parece que el cuento sea tan “infantil” ni inocente.

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