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EL “SECRE” - por Aina Pons Triay

Web: http://ainaponstriay.wordpress.com

– A ver, chavales, contádmelo todo, desde el principio.
Miguel y Juan estaban sentados en el pequeño y ruidoso despacho a la inspectora Susana Gutiérrez. Empezó Juan
– Miguel y yo estábamos en Can Valero, jugando con una máquina de videojuegos antigua.
– Debía estar rota o algo – intervino Miguel – pues estuvimos jugando gratis toda la tarde.
– Pero Valero nos pilló – dijo Juan – y vino hacia nosotros con un bate de béisbol. No nos alcanzó, su barriga no le dejaba correr. – Ambos se pusieron a reir.
– Todo esto es muy interesante – les cortó la inspectora – pero me habéis dicho que teníais información importante, y no tengo todo el día.
– Vale, vale, pero ha sido usted quien ha pedido la historia desde el principio – dijo Juan. Una mirada de Gutiérrez bastó para que se encogiera. – Perdón… Pues eso, salimos de Can Valero, y nos fuimos a nuestro “secre”.
– ¿“Secre”? – preguntó la inspectora.
– Sí.
– ¿Y me podéis explicar que es un “secre”?
– El “secre” es… es un lugar secreto dónde pasamos las tardes sin que los mayores nos molesten – dijo Miguel.
– Entiendo… Y ese “secre”, ¿dónde está?
– Al lado del Castillo de…
– ¡Cállate! – dijo Juan, propinándole un codazo – ¿Cómo va a seguir siendo secreto si se lo cuentas a la “pasma”?
Gutiérrez sonrió. “Los niños de hoy en día ven demasiada televisión”, pensó. Al menos tenía una pista: el “secre” estaba al lado de las ruinas del Castillo de Sent Agaiz. No había ningún otro en quilómetros.
– Bien, continuemos. Estabais en vuestro refugio ¿qué pasó después?
– Pues estuvimos pasando el rato… – dijo Miguel.
– … hasta que oscureció – continuó Juan. – Cuando íbamos a marcharnos, oímos unos ruidos que venían de las ruinas. Era muy raro, porque el camino es muy complicado para ir de noche. Entonces llegaron dos chicos. Creo que estaban borrachos.
– Seguro que venían de las fiestas del pueblo de al lado, porque iban llenos de arena y fango, con las camisetas medio rotas – dijo Miguel.
– ¿Pudisteis reconocerlos? – preguntó la inspectora.
– A uno sí, – dijo Miguel – era Richi, el “Patillas”. El otro no sé quién era ¿y tú?
– No, yo tampoco – dijo Juan. – El tío era grande, ya sabes, cachas, un “caga-hierros” de esos de gimnasio, con tatuajes y todo eso.
– ¿Recuerdas algún tatuaje?
– En la espalda llevaba una palabra, algo de “ero” o así, pero más larga, no sé, no pude verlo muy bien, estaba oscuro.
– Llevaba algo en el brazo también – dijo Miguel – una mujer con las tetas bien gordas.
Gutiérrez suspiró, cerró los ojos y levantó las cejas.
– Vale, vale, ¿y qué pasó?
– Se pusieron a bailar como tontos. Entonces, el “Patillas” le dio un empujón al cachas. Éste se lo devolvió y empezó a gritarle no sé qué del fuego o de que se acabó el juego o algo así, no sé.
– Y entonces el cachas empezó a pegarle puñetazos ¡zas! ¡plas! – Miguel se había levantado de la silla imitando los movimientos de la pelea.
– Uno de los puñetazos – le relevó Juan – tiró al “Patillas” al suelo, muy cerca del borde. Entonces el otro le agarró por el cuello, le dijo algo al oído y le levantó por encima de su cabeza. Lanzó un grito como de león y lo lanzó por el precipicio.
Los niños se quedaron callados. Gutiérrez también. No podía creer que unos niños hubieran presenciado un asesinato como aquél.
– Habéis hecho muy bien en venir, chicos. Bien, si eso es todo, podéis iros. Yo me encargo del resto.
***
Tras encontrar el cadáver, la inspectora Gutiérrez se dirigió a Can Valero, para seguir los pasos de los niños. Entró en el pequeño local, haciendo sonar la campanilla sobre la puerta. Un joven se acercó a ella. Iba sin camiseta, empapado en sudor y lleno de grasa. Un repentino ardor recorrió su cuerpo.
– ¿Puedo ayudarla? – preguntó el joven.
– Ehm.. eh.. – “¡serás estúpida Susana! ¡Espabila!” – Estoy buscando a Armando Valero. ¿Está por aquí?
– Sí, es mi padre. ¡Papá! – le llamó, girándose.
Entonces lo vio. En el brazo izquierdo del chico, la imagen de una pin-up de pechos enormes la miraba descarada. En la espalda, un gran tatuaje cubría casi por completo la piel, enmarcando una única palabra: Valero.
La inspectora Gutiérrez sacó la pistola y apuntó al joven.
– Sr. Valero, queda usted detenido por el asesinato de Ricardo Morell.

Comentarios (36):

Wolfdux

28/04/2014 a las 19:16

Hola Aina,

salvo algún que otro error ortográfico que seguramente tus comentaristas habrán comentado, chapó por el relato. Me ha gustado mucho el diálogo entre los chicos y la inspectora. Me chocado, que no tiene que verse como algo negativo, el contraste que muestra la inspectora, la estoicidad de la que hace gala en la conversación con los muchachos y el “atontamiento” al ver a Valero sin camiseta.

¡Nos leemos!

David Rubio

28/04/2014 a las 22:44

Hola Aina, tu relato tiene dos partes. El “interrogatorio” a los menores es extraordinario. Al margen de algún error de puntuación, el diálogo es fluido, ameno y natural. Se lee en un suspiro. Excelente.
Sin embargo la segunda parte, el encuentro de la inspectora con Valero me ha gustado menos. No añade nada a lo que ya se había dicho. Los niños dieron todas las claves y la inspectora solo va al lugar a arrestar a Valero. Quizás me faltaría aquí alguna vuelta más o simplemente suprimirlo y trabajar un final con el diálogo anterior. No sé si me expliqué bien.
En todo caso muy buen relato Aina.
Un abrazo

Chiripa

29/04/2014 a las 04:43

Excelente relato que se lee rápido por lo fluida y dinámica que es la narración, cuyo pilar principal ha resultado ser el interrogatorio. Me gustaron tus personajes: los niños y la inspectora

La historia la vas desarrollando poco a poco, lo cual genera una curiosidad sin igual.
te invito a revisarlo de nuevo y agregar una que otra tilde.

Enhorabuena Aina. Saludos y nos seguimos leyendo!

NHICAP

29/04/2014 a las 09:18

Hola Aina,

Buen relato. Me gusta mucho como manejas los diálogos. Consigues narrar la historia con frescura debido a las intervenciones consecutivas de los dos chavales a las preguntas de la inspectora. Muy bien Aina.

Pienso lo mismo que te dicen en los anteriores comentarios. El final es mejorable, el relato merece terminar de forma mas sorprendente.

Felicidades y un abrazo

Borja González

29/04/2014 a las 11:21

Hola!
Es un relato muy original. Me gustó bastante. Sobretodo, también como señalan los compañeros, la parte de los diálogos. Son naturales. Funcionan. Otra cosa que me gustó, fue como introdujiste la frase del taller. Me sorprendió verla así.
Un saludo!

Eva

29/04/2014 a las 11:59

Está muy bien. El diálogo es la parte que más me ha gustado. Fluye sin problemas, da pistas sobre los personajes sin ser excesivo y a la vez lo suficientemente descriptivo. Coincido con los otros en que el final se pude mejorar. Un ligero toque y tienes un relato redondo.

Pato Menudencio

29/04/2014 a las 13:43

El interrogatorio me ha encantado. Muy bien Narrado.
Estoy de acuerdo con el resto del equipo respecto a la parte final.
pd: me encantó la expresión “caga hierros”, en mi país también se les dice “cabeza de músculo”.
Saludos.

Ricar

29/04/2014 a las 14:09

Hola Aina, me da mucho gusto leerte otra vez. Bueno si te parece bien te volveré a hacer una crítica completa porque no me acuerdo completamente de lo que te puse. Empiezo por los aspectos positivos de tu relato:
-Uno de los puntos más importante es que muestras en lugar de contar.
-No te andas con florituras sino que vas directamente al grano que es lo que hay que hacer en los relatos de tan poca extensión.
-Tanto el género como el tono y el lenguaje, palabras tipo “El Patillas”, “La mujer con las tetas bien gordas” son coherentes con la historia de manera que haces introducir más facilmente al lector en tu relato.
-Los dialogos, uno de tus puntos mas fuertes son ágiles, cada uno de tus personajes tiene su propia voz lo que hace ser mas verosimil, sobre todo los niños.
En cuanto a los aspectos negativos tampoco hay mucho que destacar pero te diré algunos:
-También estoy de acuerdo con los compañeros, creo que el final se podría mejorar, hacerlo mas atractivo.
-Como ya te dije para mi la frase “Se acabó el juego” tiene que ser relevante para la historia, no introducir la frase así por así.
-Hay algunos errores de menor importancia como por ejemplo en vez de “a la inspectora Gutierrez” sería mejor “de la inspectora Gutierrez”.
-La discusión que tienen los dos muchachos no la he entendido muy bien¿Cual es el motivo de la pelea? Estaría bien si dieras alguna pista del porque.
De todos modos has echo un buen trabajo este mes, diviertete escribiendo, practica la lectura y la escritura con pasión y esfuerzate al máximo así mejorarás cada vez más. Esto es todo lo que te quería decir de tu relato.
A parte te diré que hace un momento visité tu blog y me ha gustado mucho. Las imágenes son espectaculares.

Emyl Bohin

29/04/2014 a las 18:18

Hola Aina

Yo sí leo los comentarios que se han hecho a los relatos, más que nada por no repetir lo que ya se ha dicho, o para poder llevar la contraria que dicen que me gusta. Pero el caso es que el final lo veo adecuado, es una forma de acabar la historia como puede haber otras. Pero de esta manera conocemos un poco mejor al personaje de Susana. Me ha recordado un poco, el final digo, a unas series americanas de los años sesenta que después de llegar al clímax y solucionar el conflicto añadían un acto más llamado epílogo en el cual cerraban un poco más la historia. Y como toda la escena anterior es dialogada me puedo imaginar tu historia viéndola en una tele en blanco y negro, mientras evito que las cáscaras de pipas se caigan entre las rendijas del sofá de escay.

Enhorabuena. Una emocionante historia.

PS también me ha servido tu relato para averiguar que significa “can” que llevaba tiempo preguntándomelo.

Aina Pons Triay

29/04/2014 a las 19:10

Hola compañeros,

¡Muchas gracias a todos por vuestros comentarios!

Este mes he pecado de poca “revisión” y por ahí es por donde he hecho “agua” como me comentáis algunos de vosotros. Pido disculpas, pues me gusta ser perfeccionista en este aspecto.

Sobre la parte final de la inspectora, para mí era necesaria y tenía que ser así. No estaba terminado si no entraba esa parte. El problema fue que no pude desarrollarla bien, me faltaban 100 palabras (¡¡excusas, excusas, lo sé!!) pero preferí un final algo precipitado a recortar los diálogos de los niños, ya que disfruté a lo grande al escribirlos.

Pato, la expresión “caga-hierros” no sé si existe, pero tengo un amigo que la utiliza siempre y me vino a la mente, así que la usé. Me alegro de que te haya llamado la atención ;).

Ricar ¡muchas, muchas gracias por tu comentario! Y por detallarlo aquí de nuevo, refrescándome la memoria. Lo único que estoy en desacuerdo es en la frase “se acabó el juego”. Las “reglas” dicen que debe aparecer, no que debe ser relevante para la historia. Decidí desde el principio que la frase no marcaría en absoluto mi relato para que así fuera diferente, por eso la he colocado en una frase en la que pasa desapercibido.

Tienes razón con las faltas y con “de la inspectora Gutierrez”. Lo corrijo para mi blog ;). ¡Gracias por visitarlo! 🙂

Te explico el tema de la discusión entre los muchachos: para mí no tiene importancia. Vienen de unas fiestas de pueblo (imaginaos Sant Joan en Ciutadella), van borrachos, sucios, han fumado demasiado, están cansados de no dormir… Se pelean por cualquier tontería y al cachas se le va la pinza. La importancia de la historia son los niños, lo que ven, lo que viven y cómo lo cuentan.

La inspectora gana su razón de ser al final, en el cual quería que quedara mejor retratada, pero como he dicho, la sacrifiqué por los niños. Creo que voy a utilizarla en algún otro relato. 🙂

Emyl, “Can” significa “Casa de”. Sería “Casa d’en Valero” – “Can Valero”. No sé exactamente cómo se escribe, y creo que nadie lo sabe, pues puedes encontrarlo escrito como “can” o “ca’n”.

Gracias de nuevo a todos por pasaros por aquí.

¡Un abrazo!

Aina
ainaponstriay.wordpress.com

Kangreja

30/04/2014 a las 01:33

Aina como siempre un placer leerte! Los diálogos tienen tanta fuerza y son tan buenos que se le olvida a uno lo demás. Felicitaciones por esa capacidad tan amplia para que tus personajes se comuniquen. Saludos y nos leemos.

Ricar

30/04/2014 a las 07:04

Hola Aina. Bueno ahora que me lo has aclarado ya lo he entendido. Tu crítica ha sido como debe de ser. Habían algunas cosas que ni siquiera he caido en la cuenta. Gracias.

lunaclara

30/04/2014 a las 09:50

Hola Aina: ¡Muy entretenido tu relato! Casi parecía que estaba ante una película.
Felicidades!

Aurora Losa

30/04/2014 a las 11:18

Tuve la fortuna de comentar tu texto y sigo encandilada con cómo has manejado los diálogos y la forma en que estos definen a los personajes. Me reitero en que me encantó el texto entonces y me gusta más cada vez que lo leo.
Enhorabuena.

Miranda

30/04/2014 a las 12:35

Hola Aina:
Creo que ya te lo han dicho todo y tu has aclarado muy bien las dudas que pudiéramos tener.
A mí, personalmente, me han encantado los diálogos, que son muy reales, con los niños quitándose la palabra. Lo has descrito de tal forma que parece un guión, y eso hace que la escena se vea.
Me ha parecido muy ingenioso como has introducido la frase sobre el juego, me gusta.
El final me parece correcto para terminar la historia y teniendo en cuenta el limite de las 750 palabras. En el blog podías ampliarlo con las 100 palabras que te faltaban.
Te felicito por el relato, y aprenderé de este ejercicio como desarrollar diálogos.

Saludos. Nos leemos.

José Torma

30/04/2014 a las 14:56

HOla, tarde pero llegando jaja

Como te comentan, la primera parte excelente, me gusta mucho la fluidez de los dialogos, como los niños hablan como niños y se percibe su inocencia.

La segunda parte me parece innecesaria, tal vez un colofon de como la inspectora atrapa al culpable.

Pero pequeñeces fuera del quilometro, yo no le encuentro falta.

Saludos

Aina Pons Triay

30/04/2014 a las 20:20

¡Muchas gracias de nuevo a los que habéis pasado por aquí!

Estoy entusiasmada con lo que me decís de los diálogos. Creía que mi fuerte eran las descripciones y en sentimiento (me lo habían dicho en otros relatos) así que decidí probar algo más “visual”. ¡Me alegro mucho de que os guste!

Gracias Aurora por tu comentario, creo que sé cuál de mis comentaristas eres ;).

Recibir vuestras bonitas palabras me alegra el día, de verdad.

Gracias, gracias, gracias. 🙂

Chiripa

30/04/2014 a las 23:19

Aina, otra vez por aquí para agradecerte hayas pasado por BIPOLAR y dejado tan generoso comentario
¡Feliz fin de semana!

Vicente Pacheco Gallego

01/05/2014 a las 12:22

Lo primero que quiero es felicitarte Aina y darte las gracias por pasar por mi relato. También he sido absorbido y conquistado por los diálogos. Son de una soltura sin igual y muy creibles.

Por mis tierras (Alicante) estamos acostumbrados a decir “ca”, así que no me ha sorprendido al verlo por este relato, aunque claro es normal que cualquier otra persona no lo identifique.

La inspectora, sobre todo en la parte final, me ha recordado mucho a la inspectora Laura Lebrel, será al ver la serie, y me la he imaginado a ella cuando al principio no tenia rostro para ese personaje.

Enhorabuena y sigue adelante.

Adella Brac

01/05/2014 a las 17:29

Coincido más o menos con lo que se ha dicho. Me han encantado los diálogos, me he creído a los personajes totalmente 🙂
Es verdad que la parte final no brilla tanto, pero no está mal.
Un saludo.

Vicente Freire

01/05/2014 a las 20:16

Ya sabes, el secreto está en escribir y escribir, revisar y revisar, por ahí quizá podrías mejorar el relato, pero me ha gustado mucho. Se ve que se te queda corto, pero para mí ese final es impecable. Mi felicitación.

Ana

02/05/2014 a las 12:21

Hola, Aina,

Genial el relato. Como dicen los compañeros, los diálogos están muy bien escritos. Me puedo imaginar perfectamente a los niños.

Lo único que no termina de cuadrarme es que los niños no reconocieran al hijo de Valero. Por lo que se deduce de la historia, van con frecuencia a Can Valero y la acción transcurre en un pueblo, donde normalmentre se conoce todo el mundo. El hijo de Valero debería ser un personaje conocido en el pueblo. Pero a lo mejor yo me he imaginado un escenario a partir del relato y en realidad tú lo concebiste de otra forma.

En cualquier caso, felicidades por lo sumamente bien llevados que están los diálogos y lo bien perfilados que quedan los personajes.

Un saludo.

Aina Pons Triay

02/05/2014 a las 18:58

¡Gracias a todos por pasar por aquí!
Vicente Pacheco, no se quien es Laura Lebrel, así que cualquier parecido es pura casualidad. Tendré que buscarla 😉
Ana, pues ¡tienes toda la razón! La verdad es que no había caído en ese detalle ¡qué tonta! Lo tendré en cuenta para próximos relatos 🙂 Siempre podemos pensar que vive fuera y ha venido tan solo a pasar las fiestas… (¿cuela? jajaja)
¡Un abrazo a todos!

Emmeline Punkhurst

02/05/2014 a las 21:05

Hola Aina:
He intentado enviarte dos veces este comentario. A ver si a la tercera va la vencida jeje.
Te comentaba que aún me queda el “regustillo” del relato del anterior mes sobre el parque. Era muy bonito.
En cuanto a éste, tampoco se me ocurre nada nuevo aparte de lo que han dicho los compañeros. El lenguaje está muy bien adaptado y el punto fuerte del relato son los diálogos. Nos quedamos con ganas de que desarrollaras más la segunda parte ¿tal vez en tu blog? 😉
Te seguiré leyendo porque me gusta mucho tu estilo, así que aquí tienes a una incondicional.
Un saludo 😉

Yiye

03/05/2014 a las 01:42

Muy bien logrados esos niños que hablan como… bueno, como niños. Y la forma de colar la frase del taller ha sido bastante sorprendente.

Por poner una pega, aunque ya te la han comentado: que los niños no reconocieran a Valero.

Servio Flores

03/05/2014 a las 08:58

Que buen relato! Engancha desde el inicio y esos diálogos son increibles.
Felicidades!

Lagarto

03/05/2014 a las 14:43

Hola Aina.

Primero, gracias por pasarte y comentar mi relato.

Respecto al tuyo ya han dicho lo que pienso, estoy totalmente de acuerdo con el segundo comentario que te hicieron, el de David Rubio. La primera parte me gusta, es graciosa, fluida y con detalles. Pero en la segunda la historia deja de avanzar, se confirma lo que contaron los dos chavales y ya. La verdad es que son las últimas líneas y cumplen su función, cerrar la historia. Pero me queda la espinita porque me parece ver alguna posibilidad más para esta última parte. Quizás podrías omitir algún detalle de los que cuentan los chavales y hacer que ella ate cabos. Aparte del de Valero.

Pero bueno, esto es solo mi opinión sobre las últimas líneas. El relato en conjunto me gusta. Está muy bien.

Saludos.

Aina Pons Triay

04/05/2014 a las 18:49

¡Muchas gracias por leerme y comentarme!

La verdad es que quise probar algo nuevo, más ligero y visual, y aun me falta pulirlo un poco. Para este mes la idea que tengo pensada vuelve a ser más de sentimiento 😉

El gazapillo argumental de Valero se me pasó por alto. Tendré que ir con más cuidado cuando escriba algo de este estilo “medio-detectivesco-sin-llegar-a-serlo”.

La historia me salió así, no le dí mas vueltas. El final sonaba más “espectacular” en mi cabeza :).

¡Gracias a todos!¡Espero leeros el mes que viene!

Maureen

05/05/2014 a las 18:08

Creo que el resto ya lo han dicho casi todo, pero también quería dar mi opinión 🙂

Como al resto, la primera parte, la conversación de la policía con los niños, me ha parecido buenísima: el diálogo fluye, cada personaje tiene su voz, y los hechos quedan perfectamente explicados sin necesidad de un narrador. También me gusta cómo has introducido la frase “se acabó el juego”.

La parte final falla un poco, pero en mi opinión, por otro motivo diferente al que escribe el resto: no entiendo por qué la inspectora Gutiérrez entra a Can Valero a interrogar al dueño, ya que los críos se habían ido de allí tiempo antes y la discusión y asesinato ocurrieron en otro lugar. En todo caso, sí que me gusta que se encuentre al asesino por casualidad, ya que los chavales demostraron ser unos testigos muy fiables.

Me ha gustado mucho, enhorabuena.

Peter Walley

05/05/2014 a las 18:19

Hola Aina,

Enhorabuena por el relato, te han salido unos diálogos muy naturales, lo que no es fácil.

Un saludo,
Peter

fernando sanz

05/05/2014 a las 20:10

A estas alturas poco nuevo voy a decir. Me ha gustado mucho la parte del diálogo y la parte de la pelea por el dramatismo absurdo que implica y la gracia descerebrada que tienen los muchachos cuando la cuentan. El contraste entre lo que cuentas y cómo lo cuentas es fantástico.
Pero la segunda parte decae por lo fácil de su resolución. Como ya te han dicho Ana y Yiye, me ha extrañado que no conocieran al hijo de Valero. De hecho había supuesto, por lo musculado y lo tatuado, y sabiendo por tu blog (he leído el texto directamente en el blog) que eres menorquina, zona turística, que sería algún turista del norte. Incluso imaginé una historia de homosexualidad y violencia entre el “patillas” y el turista…
En fin un gran cuento, con grandes diálogos e ingenio.
Un saludo

Aina Pons Triay

05/05/2014 a las 21:40

¡Gracias a todos!
Veo que tengo que ir con más cuidado con los finales de mis historias. Está claro que esta pierde el fuelle por ahí… ¡Agh, qué rabia!
Debí pensarlo mejor, con más calma, darle una vuelta más. Qué se le va hacer, mejorar con cada texto y aprender mucho de vosotros, compañeros.
Como decimos en Menorca “a cossa i clotellada” es como más se aprende 😉
En fin, que para eso estamos aquí, para escribir un poco mejor cada día.
Muchísimas gracias a todos de nuevo.
¡Nos leemos!
Aina.

forvetor

07/05/2014 a las 18:56

bueno… 32 comentarios después qué puedo añadir? xD
buen diálogo, hay alguna palabras que yo cambiaría por otras más coloquiales (“pues estuvimos” – “porque estuvimos”, “lanzó un grito” – “pegó un grito”) … pero vamos, por ponerme puntilloso 😉
y es verdad que uno al final se queda un poco asín… pero yo supuse que era culpa del poco espacio
un abrazo, nos leemos!
Sergio Mesa / forvetor
http:/miesquinadelring.com/

Moria Puch

08/05/2014 a las 00:08

¡Hola, Aina! 😀
Un relato muy dinámico y que leí de una patada. Excelente desarrollo (:
Deberías ver el aspecto técnico de los diálogos. Siempre empiezan con guión largo y la palabra pegada al signo. Deberías modificarlo porque el relato en sí es un gran diálogo, y choca un poco al ojo ver esos espacios en blanco (:
El final a mí me gustó 😀

¡Abrazo!

http://www.soymoriapuch.wordpress.com

Diego

08/05/2014 a las 20:06

Muchas gracias por tu comentario en mi texto Aina.
Tu relato esta muy muy bien ambientado, se nota que eres balear jejejeje…
Las conversaciones de los crios muy naturales, me han gustado.
Sin embargo, me parece que la trama te ha quedado un poco difusa, no se, que te importa mas lo de los crios y la ambientacion que la historia…

Aun asi, esperando leerte de nuevo!
Un saludo

Aina Pons Triay

10/05/2014 a las 20:22

¡Muchas gracias por pasar por aquí, chicos!
Forvetor, creo que la falta de palabras coloquiales es debida a que mi idioma “materno” no es el castellano y algún detalle se me escapa por ahí. Tomo nota 😉
Moria, ya he encontrado la raya larga y la utilizo para mis escritos. Muchas gracias por el apunte 😀
Diego ¿se nota que soy balear? ¿por que? jajajaja (y no me has oído hablar… me cuesta un montón disimular el “acento”). Y de la trama, tomo nota, es verdad. Me encariñé con los niños, que le vamos a hacer 😉
¡Gracias por pasar por aquí! 🙂

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