Literautas - Tu escuela de escritura

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ÁGATA - por lunaclara

Web: http://mhelengm.blogspot.com.es

Avancé sigilosamente por el pasillo oscuro. En mi mente se agolpaban multitud de imágenes que, corriendo desbocadas cual río bravo a punto de salirse de su cauce, provocaban un dolor agudo y persistente que presionaba mis sienes. La calentura me obligaba a buscar apoyo en las hendiduras de las rocas frías y porosas que formaban las paredes del hogar familiar.

Mi estancia en el castillo de Rockingham estaba llegando a su fin. Haciendo honor a su fama de gobernante despiadado, Guillermo, rey de Inglaterra, tramó un plan con el que supuestamente yo, su hermana Ágata, le traicionaba. Sus hombres, cargados de mazas, arcos y flechas, me perseguían.

Cambié mis trajes y adornos por unos pantalones sueltos y una túnica corta del esposo de mi fiel criada. Ella misma me recogió el pelo en un moño con una red, aunque aún no era mujer casada. Lloraba en silencio ante el espejo. ¿Qué sería de mí? Pronto iban a celebrarse mis esperadas nupcias, pero Guillermo me envidiaba; él no conocía mujer ni tenía hijos. La única opción era salir de ese castillo.

Enrique, nuestro hermano menor, me había enseñado algunas destrezas en el arte del combate cuerpo a cuerpo, pero solo era el juego de unos niños que en los ratos libres se juntaban en el patio interior de su castillo y luchaban como eternos rivales: ingleses y franceses hacían entrechocar sus espadas de madera y esquivaban los golpes lanzados al aire con infantil maestría. Nada de eso me serviría ahora.

El pasillo llevaba a una sala con grandes chimeneas que todavía expulsaban humo de la noche anterior. Los soldados corrían precipitadamente a través de los miradores intermedios que llevaban a las habitaciones principales. Los vi asomarse buscando a su presa. No sabía dónde esconderme. Los nervios y el miedo paralizaban mis piernas y las columnas no eran suficiente apoyo. ¿Hacia dónde ir? La sala era espaciosa: los techos altos se perdían a la vista y los tempraneros haces de luz, filtrándose por los vanos anchos y alargados, me cegaban intermitentemente e impedían, si se podía todavía más, mi avance. Soplaba una extraña brisa que traía a mi memoria aquellos deliciosos días de la niñez que transcurrían con lentitud en las playas del este.

Los soldados empezaron a gritar, me habían visto. ¿Por cuál de las puertas podría aventurarme? ¿Y si aparecían más hombres? De repente, una flecha silbó cerca de mi oído. Otra, rozó mi hombro derecho, cortó la tela y la herida empezó a sangrar. La presioné con la mano, ahogando gritos de dolor, pero al darme la vuelta en busca de socorro choqué violentamente con alguien que, empuñando un garrote con ambas manos, lo dejó caer con fuerza sobre mí.

Desperté tras una sacudida, como cuando no has terminado de conciliar el sueño y la sensación de caída hace que abras los ojos. Mis pies descalzos descansaban sepultados en la arena caliente. Me dolía un montón la cabeza; todavía tenía fiebre. Derrumbada en la silleta de la playa, con el sol dándome en plena cara y una suave brisa erizándome el vello, me preguntaba por qué diantres había bajado esa mañana. Ya llevaba una semana así. Me picaban los brazos y el torso debido a las costras que no terminaban de cicatrizar. ¿Por qué no cogí la varicela cuando era pequeña? El libro que estaba leyendo, “Mujeres de la realeza”, se había caído a la arena debido al sobresalto. Mi corazón palpitaba a cien por hora; aún tenía el miedo metido en el cuerpo. Me incorporé en la silla y al divisar a escasos metros un castillo de arena de torres circulares, murallas y un foso que lo rodeaba, cogí el libro, me levanté y, abalanzándome hacia la fortaleza, lo pisoteé sin ninguna piedad.

—¡Se acabó el juego!—grité, mientras descargaba sobre él mi frustración y la necesidad de acabar con aquella persecución onírica.

—¡No! ¡Ágata! ¡Ese es mi castillo!—Gimoteó el pequeño Enrique que, empuñando una pala de plástico, permanecía arrodillado junto a su obra maestra, ahora demolida. Me miraba boquiabierto y con los ojos a punto de salirse de sus órbitas.

—¡Ya lo sé, Enrique, ya lo sé!—exclamé, sacudiendo el libro en el aire—. ¡Seguro que construirás un castillo mucho más grande!—¿Hablaba sabiendo lo que decía? Dando media vuelta, aturdida por la pesadilla y la fiebre, me subí al piso a dormir y soñar, eso esperaba, con otras cosas que no fueran garrotes, castillos y flechas.

Comentarios (47):

Vicente Pacheco Gallego

28/04/2014 a las 14:37

Lo primero felicitarte lunaclara, es un buen realto, bien llevado y con cambios de ritmo. Desde luego el salto del sueño a la realidad es bastante fuerte, o por lo menos a mi me lo ha parecido así y es una lastima que el castillo de arena quede arrasado, pero forma parte del personaje que has creado.

Enhorabuena y sigue adelante.

lunaclara

28/04/2014 a las 15:11

Gracias Vicente! Eso es lo que me gusta hacer: sorprender!
Nos leemos.
Saludos.

Miranda

28/04/2014 a las 16:21

Muy bueno Lunaclara
Creía que estaba leyendo un relato histórico y me encuentro una pesadilla por insolación. Divertido, original y como siempre bien trabajado.
Enhorabuena

NHICAP

28/04/2014 a las 21:24

Y Lunaclara nos sorprende de nuevo. Bonito relato con gran giro final. Me encantō la historia. En el sueño nos presentas a los hijos de Guillermo I de Inglaterra, y utilizas como protagonista-narradora a la princesa Ágata que fuė la prometida de Alfonso VI, rey de León, Castilla y Galicia( soy un ferviente lector sobre el S.XI en España).

La narración es fluida con buenas descripciones y empleo de metáforas

Felicidades y un abrazo

Abbey

28/04/2014 a las 21:29

Como siempre estupendo. Admiro tu capacidad creadora. ¡Que imaginación!.
Enhorabuena

Carlos Dauro

28/04/2014 a las 21:32

Te has superado. Nos has hecho vivir una aventura medieval dentro de un sueño real. Enhorabuena.

David Rubio

28/04/2014 a las 22:30

Es un relato muy bien llevado e irreprochable. Muy bien.
Al leerlo se me ocurrió que quizás podrías enlazar sueño y realidad de una manera más profunda. Por ejemplo en el sueño aparece Enrique, su hermano pequeño. También aparece en la realidad. ¿Y Guillermo? el auténtico villano ¿Te has planteado que también salga en la realidad? Podrías utilizar esa figura onírica como la interpretación que ella le da a un hermano mayor con el que tiene un conflicto. Creo que así se lograría mayor fuerza al relato.
Un saludo y muy buen relato

lunaclara

29/04/2014 a las 08:18

¡Muchas gracias por tu comentario, Miranda!
Ese contraste es lo que quería conseguir.
Nos leemos!
Saludos.

lunaclara

29/04/2014 a las 08:21

Guau, NHICAP, veo que has leido historia y conoces a Ágata
;-)… Exactamente es como tú dices. El relato se comprende mucho mejor si se conoce a Guillermo, rey de Inglaterra, y a dos de sus hermanos Ágata y Enrique, que le sucedió en el trono y reconstruyó el castillo en el que transcurre el sueño.

¡Qué bien que te haya gustado! Para mí es un honor.

Nos leemos!

Saludos.

lunaclara

29/04/2014 a las 08:22

Hola Abbey! Qué bien tenerte por aquí! Me alegra mucho que te haya gustado mi relato.
A ver si me paso por los vuestros y os comento.
Saludos.

lunaclara

29/04/2014 a las 08:26

Hola Carlos Dauro:
A uno de mis comentaristas le pareció un cliché lo de escribir una historia medieval dentro de un sueño real…. bueno, a mí no me lo parece, me lo curré mucho, y creo que es por lo menos original, con sus más y sus menos, como el queismo (que sé que he de vigilar para no caer en él).

Qué bien que te haya gustado!!

Nos leemos.

Emyl Bohin

29/04/2014 a las 08:26

Hola lunaclara, me has sorprendido doblemente. Primero con la historia histórico medieval y luego con el giro que supone que era una pesadilla, por cierto muy bien descrita. Yo, en mi incultura, te imaginaba con unos príncipes Guillermo y Enrique más contemporáneos, pero NHICAP me ha puesto sobre la pista que me ha llevado al siglo XXI. ¡La de cosas que se aprenden!

Enhorabuena por tan buen trabajo. Nos leemos.

lunaclara

29/04/2014 a las 08:28

Hola David! Gracias por tu comentario.
Tienes razón, el Guillermo de la realidad se me quedó atrás, jejejeje… Sería una buena forma de enlazar mejor realidad con sueño. Ahora estaba pensando en un jefe amargado o un novio despechado.

Me alegra mucho que te haya gustado.

Nos leemos.

lunaclara

29/04/2014 a las 08:31

Un honor, Emyl Bohin, recibir este comentario tuyo.

Gracias!!

Me paso pronto por los vuestros.

Buen día!

Eva

29/04/2014 a las 12:51

Hola!
No tengo nada que añadir porque me ha encantado de principio a fin. Buen giro argumental y bien escrito. Qué más se puede decir? Creo que al pequeño Enrique solo le hubiera faltado dar un palazo a la protagonista en venganza por haberle destruído el castillo.

lunaclara

29/04/2014 a las 15:15

Gracias Eva! Lo del palazo no es mala idea 🙂

Gracias por pasarte por aquí.

Nos leemos!

Aina Pons Triay

29/04/2014 a las 20:45

Lunaclara, segundo día con los relatos colgados ¡y ya llego tarde para decir algo nuevo! Me ha gustado mucho y el salto de sueño a realidad, a mi me ha parecido creíble y bien escrito. Coincido en que falta un Guillermo en la parte real, pero para eso está la reescritura :).
Me ha gustado mucho.
Enhorabuena.

José Torma

29/04/2014 a las 23:30

Que te digo que no te hayan dicho ya. Tienes una habilidad barbara para irnos llevando de la mano. Senti claramente la angustia de Agata. La movilizacion dentro del castillo que me parecia estar viendo un episodio de Merlin y al final el giro genial de que no era un sueño (cliché) sino que era una alucinacion producto de la fiebre!

Una vez mas te aplaudo y me reitero tu fan No1.

LLegue tarde pero ahi voy leyendo lo mas rapido que puedo.

Saludos

Chiripa

30/04/2014 a las 01:33

Hola Lunaclara,
La verdad es que me ha gustado el tema que has escogido y la maravillosa forma de narrarlo, las metáforas que has utilizado y el final de varicela
Sentí lástima por el pequeño escultor, a quien sin ton ni son Ágata destruye su obra
Te felicito sinceramente

lunaclara

30/04/2014 a las 09:25

Gracias Aina!!
No sé si lo reescribiré, me gusta tal como está, pero a ver si tengo tiempo…

Nos leemos.

lunaclara

30/04/2014 a las 09:27

Hola José Torma: ¡Gracias por tus palabras!
Ágata despertó de su sopor, … ¡se había quedado dormida en la playa leyendo un libro! Además de que tenía fiebre, y eso también afecta, jejejeje…
Gracias mil.
Nos leemos.

lunaclara

30/04/2014 a las 09:29

¡Gracias Chiripa! Un honor tenerte por aquí.
Me alegra mucho que te haya gustado.

Nos leemos.

Borja González

30/04/2014 a las 10:21

Hola!
Gran trabajo, Luna. Diálogos y descripciones bien ejecutados.
Solo (y siempre dicho como una opinión), creo que en el segundo párrafo, si bien es necesaria esa información que das, la forma en la que lo contaste choca con el tempo del resto de la narración. El resto, perfecto.
Un saludo

Aurora Losa

30/04/2014 a las 10:32

La madre que te… ¿pues no estoy yo toda enganchada con la historia de la hermana del rey tratando de escapar y me lo cortas con la historia de la varicela?
Una vez más me has sorprendido, pero ahora te animo a que extiendas la parte “histórica”, que te estaba quedando de lujo, aunque reconozco que el final me vale, es bueno, inesperado y, en tu línea, desternillante.
Enhorabuena.

lunaclara

30/04/2014 a las 10:56

Gracias Borja, por pasarte por aquí y dejarme tu valioso comentario.

Saludos.

lunaclara

30/04/2014 a las 10:57

Gracias Aurora! Comentarios como el tuyo me animan a seguir esforzándome por mejorar.
Hasta pronto!

Adella Brac

30/04/2014 a las 12:24

He disfrutado sobre todo con la primera parte, pero reconozco que el giro del final resulta sorprendente 🙂
Un saludo.

Pato Menudencio

30/04/2014 a las 13:02

Me gustó la combinación de ficción histórica y un desenlace completamente diferente.
Saludos.

Roser

30/04/2014 a las 17:33

Muy bueno Lunaclara!!! A mi también me ha gustado mucho esa mezcla de ficción histórica con un sueño…Felicidades!

lunaclara

01/05/2014 a las 10:57

Gracias por vuestros comentarios, Adella, Pato y Roser!!!
Sigo leyendoos!!

Saludos y buen finde.

Marazul

01/05/2014 a las 17:02

Hola lunaclara. Tu relato me ha recordado una vivencia personal. Es verdad que en alguna ocasión y estando de vacaciones en Cádiz me he quedado dormida bajo la sombrilla y con el libro sobre el regazo mientras soñaba/imaginaba historias para mis relatos. Claro que al despertar no se me ocurre pisotear el castillo del pobre niño. Jajajajaj……Un buen relato. Enhorabuena…!!!!

Peter Walley

01/05/2014 a las 17:21

Muy bien contado y muy majo el giro del final, enhorabuena.

Kangreja

01/05/2014 a las 22:09

Me ha encantado el cambio de giro tan brutal! no me lo esperaba! felicitaciones, un placer leerte!

Gabontza

02/05/2014 a las 13:28

El final, con ese giro inesperado, es muy sorprendente y merece un diez. La historia está muy bien narrada y llena de bonitas metáforas. Me ha sorprendido y me ha gustado mucho, enhorabuena!

Emmeline Punkhurst

02/05/2014 a las 21:17

Hola Lunaclara:
Como siempre, has escrito un relato muy bueno. Lo mejor, la idea final de la ensoñación de la protagonista.
La ambientación inicial de la historia está muy lograda y el cambio abrupto te saca inevitablemente una sonrisa.
Felicidades 😉

lunaclara

03/05/2014 a las 08:46

Hola Marazul: sabes que? El relato también tiene que ver con una vivencia mía personal…
Gracias x leerme!!

lunaclara

03/05/2014 a las 08:47

Gracias Peter! Para mi siempre es un honor que mis compañeros escritores me lean.
Saludos!!

lunaclara

03/05/2014 a las 08:49

Gracias Kangreja! Qué bien que te haya gustado!
Nos leemos!!

lunaclara

03/05/2014 a las 08:53

Gracias por leerme, Gabontza!! Yo siempre procuro eso: sorprender a los que me leen.
Saludos.

lunaclara

03/05/2014 a las 08:59

Gracias por leerme, Emmeline Punkhurst. No puedo evitar sonreír al recordar el relato de Carlos Dauro, jejeje… Somos compañeras de coctel!!!

Seguimos leyendonos!!!

Lagarto

04/05/2014 a las 21:44

Hola, Lunaclara.

A mí lo que más me gustó fue la ambientación de la parte onírica.

Hiciste bien en romperle el castillo al joven Enrique, que se empieza por uno de arena y despues pasa lo que pasa. Que susto.

Saludos ; )

Maureen

05/05/2014 a las 19:22

Vaya, has conseguido sorprenderme cuando se descubre que todo ha sido un sueño… ¡Genial!

Lo que me temo que no he acabado de entender es por qué se supone que la persigue Guillermo en el sueño, o no veo la relación con su futuro matrimonio: ¿es porque le tiene envidia porque se va a casar y él no y por eso urde una trama para que ella quede como una traidora?

Me ha gustado mucho, se lee de forma muy fluida y me deja con ganas de leer más relatos tuyos. Los buscaré 😉

lunaclara

06/05/2014 a las 07:26

Hola Lagarto! Muchas gracias por pasarte y dejarme tu comentario!!
Saludos.

lunaclara

06/05/2014 a las 07:29

Hola Maureen: Gracias mil por leerme!! Qué bien que te haya gustado.
Efectivamente, Guillermo trama la traición de Ágata. Que se va a casar es excusa para matarla, por envidia.
Tengo más relatos en mi blog, por si quieres pasarte.
Saludos.

Servio Flores

11/05/2014 a las 20:12

Felicidades! como todo quiza pueda ser mejorado o aumentado. Pero es un relato bien logrado.
Nuevamente felicidades, bien hecho.

lunaclara

12/05/2014 a las 09:52

¡Gracias, Servio, por tu comentario! Vuestros ánimos siempre me ayudan a esforzarme en mejorar mi escritura.
Nos leemos.
Saludos.

lunaclara

16/05/2014 a las 13:41

Hola!!! Acabo de subir el relato a mi blog…. con algunos cambios, incluído Guillermo….

Saludos!!!

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