Literautas - Tu escuela de escritura

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Cinco sombras - por Eva+18

Fogoso, orgulloso y violento. Se paseaba por el castillo con altivez y exceso de pompa y nunca reprimía sus arrebatos de ira, que no conocían el respeto, el dolor o las lágrimas de los receptores de su genio fuera de sí. Tras una partida de caza desafortunada se dedicó a descargar frustraciones saltándole los dientes a puñetazos a su rastreador, de cuyo rostro no quedó más que un agujero ensangrentado, una nariz medio arrancada y unos ojos aplastados que nunca volverían a ver la luz del sol.

Lo que no sabía el déspota es que había sembrado las semillas de la hiedra, planta trepadora siempre verde que daña y aún ahoga con su espeso follaje a los árboles por los que trepa. Cinco niñas fueron abocadas ese día al escarnio y a la pobreza, con su única fuente de sustento lisiado y doblegado en un rincón de por vida, inútil para todo excepto para recordar con su presencia la injusticia de este mundo de Dios sin misericordia, en el que ellas se vieron maltratadas, humilladas y violadas sin piedad por vecinos depredadores deseosos de sacar provecho de su desdicha. Cinco ramas sarmentosas que aprendieron por instinto a agarrarse fuertemente a los cuerpos inmediatos. Cinco hijas de la adversidad, que bien hubieran podido ser estrellas de noches luminosas pero que crecieron con la noche en el corazón.

Con sus tiernas intimidades embrutecidas, las cinco lograron hacerse mujeres y, entre manoseos de mercaderes, aprendieron los rudimentos de la lujuria hasta hacerse un nombre que llegó a los oídos del dueño del castillo, quien empezó a soñar con follar y ser follado por las cinco diosas de los deleites carnales.

Con arrumacos que valían su peso en oro el señor doblegaba la voluntad de sus cinco putas para que respondieran a sus caprichos ante el más leve movimiento de los cinco dedos de su mano, los que después hundía con posesión a cualquier hora y ante cualquiera en los orificios femeninos que más le gozaran en ese momento. Con premeditación las inició en una ceremonia de orgía voluptuosa en la que hembras arrodilladas a sus pies lamían con fruición su virilidad engrandecida mientras él chupaba pezones. A veces invitaba a algún escudero de confianza a compartir placeres pero normalmente se reservaba el derecho de embestir a las hermanas por detrás, como animales a la disposición del semental. Le daba igual cual, pues eran carne fresca a la que horadaba hasta sangrar, sin rostro visible, solo posaderas ofrecidas a él en posición de servitud donde descargaba hasta la última gota.

En tal éxtasis se encontraba esa noche que no vio la lágrima que caía del rostro de la más joven, la más frágil, la más bonita, su favorita, valedora por su cara de niña de la primera fornicación, la que aún ejecutaba con el ímpetu todavía intacto, sacudiendo salvajemente ese cuerpo de pluma que parecía estremecerse hasta romperse tras cada embiste. En su levitación gozosa apenas llegó a escuchar las palabras engañosamente melosas “se acabó el juego” que la hermana mayor pronunció a su espalda, mientras se acercaba a él con sigilo de gata. Insinuante lo rodeó con un brazo y le tomó una de sus manos hasta el coño, que se abrió en contoneo sugerente invitando a la penetración, tentación tan poderosa como para que el señor se apartara lo suficiente del cuerpo de la pequeña, dejando que una parte de su polla erecta emergiera de tan calientes profundidades, trozo de piel sobre el que cayó con precisión la hoz enarbolada por otra de las hermanas al tiempo que las diosas tornadas en diablos se abalanzaban sobre él golpeándolo con todo objeto contundente que encontraron a mano. Los gritos de dolor del señor fueron acallados entre jadeos orgásmicos, en medio de una exaltación carnal culminante, la de la hermana pequeña, a la que por primera vez, el órgano erecto del déspota, aún incrustado dentro de ella y separado de su dueño, le producía un placer tan violento que no podía dejar de chillar y reír entre convulsiones.

Los historiadores aún lamentan el incendio del castillo del conde, en el que se guardaban tantos tapices, cuadros y otras riquezas. El incendio pareció haber comenzado en los aposentos privados de su dueño, del que nunca se volvió a saber nada. Las cábalas apuntan a que fue uno de sus propios hermanos quien ideó su desaparición. Aquella noche, sin embargo, cinco nuevas estrellas formaron una constelación.

Comentarios (25):

Eva

28/04/2014 a las 13:51

A mis tres betalectores:
Muchísimas gracias por unos comentarios tan buenos. En especial quería agradecer la exhaustividad de uno de vosotros, que fue incluso a comprobar la definición de hiedra en el diccionario de la RAE, de donde evidentemente saqué la definición. Puedo aseguraros a todos que vuestro trabajo no cae en saco roto y que ya estoy trabajando en una versión mejorada del texto gracias a vosotros. No fue fácil escribir un texto tan despiadado. Os lo agradezco de todo corazón.

Ana

28/04/2014 a las 14:13

Hola Eva!

Yo soy la puntillosa de la RAE 🙂

Me imagino lo que te habrá costado escribir un texto tan crudo. Yo reconozco que aún no me he liberado del pudor a la hora de escribir cuando pienso que alguien me va a leer. Por eso admiro a los que sois capaces de escribir así, tan sinceramente y sin inhibiciones.

Un saludo y a seguir!

Eva

28/04/2014 a las 14:44

Ana! Encantada de conocerte virtualmente. Tus comentarios fueron magníficos. Ojalá hiciéramos todos como tú! Yo los aprecio verdaderamente porque para mejorar no hay nada mejor que recibir sugerencias puntillosas. He tomado todo en cuenta. Este es el primer texto tan bestia que escribo. Creo que debe haberme influído ver la serie Juego de Tronos 🙂 Un abrazo

Juanjo

29/04/2014 a las 09:08

Me ha gustado tu historia, tan cruda y descarnada, y la he releido un par de veces más por puro placer. Además me ha servido para conocer otra palabra nueva, servitud, lo que nunca está de más. ¡Enhorabuena!

Eva

29/04/2014 a las 11:09

Juanjo,

Muchísimas gracias por los ánimos y enhorabuena a tí también! No todos los lectores pueden enfrentarse a un texto cruel :-).
Hasta pronto

Wolfdux

29/04/2014 a las 12:11

Hola Eva,

creo que todavía no había tenido ocasión de leer nada tuyo. A

Wolfdux

29/04/2014 a las 12:12

A sido una gozada leerte. Una abrazo.

Eva

29/04/2014 a las 12:18

Hola Wolfdux,
Creo que ya habías leído algún otro relato mío, al menos una vez. Gracias por pasarte por aquí. Seguimos leyéndonos. Hasta pronto

Wolfdux

29/04/2014 a las 12:24

¡Cierto! El relato sobre el atraco. Perdona el lapsus.

¡Nos leemos!

lunaclara

29/04/2014 a las 12:58

¡Hala, hala! Vaya tela con el relato… No es que sea mi estilo, pero reconozco que sabes ser muy visual y que describes muy bien.

¡Gracias por pasarte por mi humilde relato!

Adella Brac

29/04/2014 a las 13:19

Muy intenso. La riqueza del texto hace que la escena te envuelva por completo.
Muy valiente por tu parte plantar cara a una historia terrible y defenderla tan bien. Sobre todo, si como dices, no es tu registro habitual.
¡Enhorabuena!

Lagarto

29/04/2014 a las 13:20

En el mío también sale un castillo, y también se acaba el juego, pero joder, nada que ver ; )

Me encantó la idea y como la llevaste a delante. Creo que todo está bien colocado, cada frase, cada palabra. Todo me pareció requeté pensado. Y para colmo, con una naturalidad bestial y gran fluidez.

Pues eso, que me ha encantado.

Saludos.

Miranda

29/04/2014 a las 13:52

¡BRUTAL!. (En el mejor sentido)
Una historia, dura, intensa, real y magníficamente narrada. Me ha gustado muchísimo el lenguaje que has utilizado, hace que a la vez de ser duro el texto sea suave y fácil de leer. Una vez que lo has empezado no puedes dejarlo.
Yo no he escrito nunca nada parecido y no se si seré capaz de hacerlo, pero me gustaría.
Gracias por haberte pasado por mi relato y animarme con la saga, pero el tuyo es mucho mejor.
Saludos, te seguiré leyendo. Pasas a engrosar mi lista de Literautas a seguir

Vicente Pacheco Gallego

29/04/2014 a las 14:24

Primero felicitarte por tu relato y segundo darte las gracias por pasar por el mio. Lo que más me ha gustado es la parte en que las hermanas arremeten contra el despota que las ha usado tantas y tantas veces y cuando se convierten en estrellas. Espero que él siga ardiendo en el infierno.

Sigue adelante.

marisa cuñat mafé

29/04/2014 a las 14:59

Acabo de leer tu relato .Muy fuerte y muy bien escrito. Logras que el lector capte la psicologIa de los personajes y el drama de la acción .L a venganza.Muy bueno.

Aina Pons Triay

29/04/2014 a las 20:01

Espectacular. Es la palabra que ha venido a mi mente durante todo el relato y al final, las cinco estrellas en el cielo, tan poético. Me ha encantado Eva. brutal y directo, pero a la vez relatado de forma que hace que veas cada escena, cada movimiento, cada palabra. Me has puesto la piel de gallina. Es un relato muy, muy bueno. Te sigo leyendo, no pienso perderme ninguno más de tus relatos. Gracias por dejarnos disfrutar de él.
Mi más sincera ENHORABUENA. Felicidades.

José Torma

30/04/2014 a las 00:01

Hola. Excelente trabajo. Hay textos que conmueven, otros que inquietan y algunos de plano incomodan. Tu paseas por todos con una agilidad envidiable. Vas planteando una situacion de abuso extremo y lo vas llevando hasta un climax que no podria haber predicho.

A mi tampoco se me da como a Ana el escribir escenas tan graficas y sexuales. Un ejercicio para mas tarde tal vez.

Muchas felicidades, como dice LunaClara, es totalmente visual.

Saludos

Emyl Bohin

30/04/2014 a las 00:23

Y pensar que hace tres meses me dijeron que la palabra follar era soez y que debía buscar otra expresión… me agrada mucho leer tu historia, a ver si a los que nos da reparo escribir sobre sexo se nos va quitando esa represión, porque en el tema de matar ahí no solemos tener problemas (literariamente hablando, por supuesto).

Saludos y enhorabuena.

Eva

30/04/2014 a las 10:06

Hola a todos!
Qué puedo decir? Muchísimas gracias por haber leído mi texto y por vuestros comentarios de ánimo. Es cierto que escribir sin inhibiciones es difícil y esta es la primera vez que me lanzo ante algo tan salvaje. Creo que tal vez he llegado a un cierto punto de madurez (por fin). Un abrazo a todos

Pato Menudencio

30/04/2014 a las 17:07

Sexo, Castillos y sangre. Es cómo juego de tronos en 750 palabras.
Saludos.

fernando sanz

01/05/2014 a las 14:40

Hola, Eva. He leído el cuento y no me ha parecido brutal. Me ha parecido una buena descripción de la desdicha. Me ha gustado por eso (como decirte, si me pones un cuento en el que una ancianita las recoge y las lleva a su casa, primero me habría defraudado y, segundo, no me lo habría creído) Enhorabuena por ser capaz de poner nombre a las cosas. Pero, ese tono de realismo salvaje lo traicionas en el último instante. Imagino que debe quedar una puerta abierta a la esperanza, a la ilusión, a la poesía, a la justicia como símbolo. Me refiero por supuesto a la frase final. El detalle de la constelación en el cielo, partiendo de un escenario de fluidos corporales y violencia social y física, me parece una concesión innecesaria. Es como si ablandaras en el último instante el nudo que has construido con tus manos alrededor de nuestros cuellos. Quizás habría estado bien que siguieras apretando hasta más allá del texto. De manera que terminada su lectura siguiéramos pensando en él con dolor y angustia. Pero sólo es una opinión.
En fin, magnífico cuento. Parece que hubiera muchas más de 750 palabras.

Aurora Losa

02/05/2014 a las 11:15

Impresionada es poco, no soy nada fan de los relatos sexuales, pero has logrado que la escena sea de todo menos eso. Me enganchó tu modo de describir a las niñas al principio y cómo su sed de venganza las convirtió no tanto en rameras como en brujas.
Enhorabuena.

fernando sanz

05/05/2014 a las 20:24

Hola, Eva, sólo quería agradecerte el comentario de “el abuelete” Me ha sorprendido ya que no se pudo publicar en Literautas al no cumplir las condiciones (un error en las palabras. “Se acabó el juego” resulta que no es lo mismo que “el juego ha terminado” (cosa evidente, por otra parte).
De todas maneras, para abril había escrito otro: “Bendígame, ilustrísima” que no me decidí a presentar ya que para su correcta comprensión requería más palabras de las 750 admitidas.
En fin, lo dicho, gracias por haberte asomado al texto. Un saludo.
Nos leemos en unos días.

forvetor

13/05/2014 a las 22:25

ops.. que despiste… leí tu relato los primeros días y pensé que había comentado… imperdonable!

muy, muy buen relato. hay que ser muy valiente y tener recursos para sacar adelante una historia como esta. me gustan especialmente las partes alegóricas al destino y las hermanas. y carnaza.. of course 😉

a estas fechas no puedo añadir mucho más que mis más sinceras felicitaciones
nos leemos en unos días ^^
Sergio Mesa / forvetor
http://miesquinadelring.com/
pd. no sé si estás al tanto de que este mes, por pura torpeza, mi relato quedó fuera de la recopilación. si te apetece echarle un vistazo está en mi blog. se titula “Las piedras no”

Eva

14/05/2014 a las 09:30

Hola Sergio,
Gracias por tu comentario. Me pasaré por tu blog para leer el tuyo!
Hasta pronto

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