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Diario de un diario - por Ana Delicado

“Ilusión y esperanza eso es lo que nos hace falta”. Había escuchado esta frase un millón de veces. Angustiado por lo terrible de su existencia, decidió llevar a la práctica lo que todo el mundo comentaba. De esta manera, todos los días al entrar en el parque, se repetía una y otra vez:
-Hoy. Será hoy estoy completamente seguro.
El soñar despierto reforzaba positivamente sus pensamientos esperanzadores e “ilusioneros” que se habían transformado en mantras y le ayudaban a superar el paso del tiempo.
Mientras los recitaba, recordaba con cariño y nostalgia aquel maravilloso día.
Lucía el sol y los niños corrían entre los árboles. La brisa era fresquita y olía a primavera. Sus manos jóvenes y suaves lo acariciaban con cuidado. Sus ojos grandes, verdes y ¡vivos! no se despegaban de él. Se sentía importante. El consuelo llegaba cuando después de mucho y mucho pensar, volvía a caer en la cuenta de que ya había sido elegido en una ocasión. Había tenido la suerte de que ella, maravillosa y única, lo seleccionará a él ¡habiendo tantos donde escoger!.”
El ánimo empezaba a subirle hasta que los pies más bonitos del mundo entraban por el senderito estrecho que llevaba al kiosko de prensa. ¡¡¡Cómo odiaba ese camino!!!.
– Ilusión y esperanza eso es lo que nos hace falta… me eligió de un millón, a mí, a mí solo… ojos verdes, verde esperanza…
– Buenos días, me da el periódico de hoy por favor.- dijo ella al tendero.
– ¡Mierda, mierda, mierda!- se repetía el viejo periódico una y otra vez.
Llegaba el momento que menos le gustaba de todos. Ella abría el bolso para sacar el monedero y pagar. Entonces, derrotado y hundido, veía como el nuevo periódico lucía en sus manos, que ya no le parecían tan jóvenes, ni tan suaves. En ocasiones creía incluso acertar a ver como el nuevo diario, le miraba con risita burlona desde el lugar privilegiado que se le había dado, desde lo alto.
Cabreado y malhumorado, veía como aquellos pies gordos y deformes, caminaban por el asqueroso sendero, desfigurando las zapatillas de deporte que los vestían.
Como todas las mañanas, giró a la izquierda. El lago y su molesta brisa húmeda. Los gritos insoportables de los niños. El olor a meados de perros con dueños poco respetuosos.
Entonces el bolso volvía a abrirse. Las manos ásperas entraban y aquellos dedos poco ágiles y rechonchos, intentaban agarrarlo. Había querido escapar alguna que otra vez, pero ante la imposibilidad de lograrlo, la resignación se había convertido en su mejor solución.
El sol le daba medio segundo. Era tiempo en que ella tardaba en dejarlo sobre el banco y en poner su gran culo de morsa encima de él.
– Para esto he quedado- se repetía una y otra vez. Asfixiado, alcanzaba a ver por un pequeño piquito que se había quedado fuera de las gigantes posaderas de aquella tipeja, como el nuevo periódico lucía flamante ¡poderoso!.
-Jejejej- reía maliciosamente. Vive tu momento, periódico nuevo.
Después de una hora de insufrible y pesada espera, la fulana se levantó y él, por fin, pudo respirar. El sol volvió a tocarlo segundo y medio antes de regresar a su oscuro hogar.
Previa a la salida del parque, ella paró sus lindos pies al lado de un contenedor de color azul.
– ¡¡Bye, bye periódico nuevo!!- se dijo para él.
Triunfante pero extraño, volvió de nuevo a sentirse especial, ¡único! escogido entre un millón.

Comentarios (6):

Aina Pons Triay

29/03/2014 a las 12:33

Hola Ana, un relato muy original. La verdad que después del “- “¡Mierda, mierda, mierda!- se repetía el viejo periódico una y otra vez” he tenido que volver al principio, pues no había tenido suficientemente en cuenta el título del relato.
Sigue así. Felicidades. 🙂

Ana

29/03/2014 a las 16:17

Hola Ana,

Muy bueno! Muy original. Me encanta cómo va cambiando el tono a medida que avanza la historia y todo lo maravilloso se vuelve feo por la frustración del pobre periódico.

Enhorabuena!

Kangreja

29/03/2014 a las 16:28

Hola Ana, fui una de las personas que envió comentarios sobre tu texto. Es muy original y salvo las cositas que ya te comente, creo que tiene mucho potencial. Saludos y buen trabajo.

Cibeles

30/03/2014 a las 05:06

Muy lindo y divertido, me gustó el contraste de la descripción según el estado de ánimo del diario jaja

Aurora Losa

04/04/2014 a las 11:24

Hola, Ana.
Puede que esté un poco espesa, pero después de leer tu texto un par de veces, no termino de entenderlo del todo.
Me gusta mucho cómo el primer día el periódico ve a la mujer como lo más hermoso del mundo y luego ya como una vieja foca. Pero me pierdo, no logro adivinar el tiempo que ha pasado entre el primer día y el que relata.
Me ha parecido un texto conmovedor, un breve y hermoso alegato contra la caducidad de las cosas.
Enhorabuena.

tarodsim

04/04/2014 a las 19:47

Hola Ana, soy uno de los que comentó tu relato. Felicidades de nuevo, muy bueno.
Un saludo.

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