Literautas - Tu escuela de escritura

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Paws - por Emmeline Punkhurst

Ojos como platos, oídos abiertos, piel erizada. Era el preludio de un enfrentamiento, más anunciado imposible. Ulises y Roy habían clavado sus miradas el uno en el otro y no había escapatoria.
Recorrieron veloces los escasos metros que les separaban sintiendo un calor sofocante sobre sus cabezas y entregándose con devoción al sangriento arte de la lucha. Acudieron tan rápido a la llamada de sus instintos que, a segundos, incluso consiguieron despegarse del suelo. Sorprendentemente, el choque no fue frontal sino más bien algo desviado, fruto del intenso momento que estaban viviendo. No por ello estuvo exento de violencia: uñas arrasando células epiteliales, músculos golpeándose con premura, saliva salpicando sus desnudos cuerpos…
A su alrededor, decenas de personas gritaban entusiasmadas, los billetes rodaban a espuertas y las apuestas se inclinaban por un claro vencedor aunque se procuraba que el resultado fuera secreto hasta el final.
De repente, una algarabía inflamó la sala: el favorito de la noche tenía la victoria a su alcance. Un movimiento más y Ulises habría sometido a Roy. A estas alturas ambos contendientes estaban exhaustos y percibían con claridad cada adrenalítico latido de sus corazones. Sin embargo, de manera repentina Roy consiguió tirar a Ulises contra el suelo y asestar el golpe de gracia, quedando los ojos de éste último inertes, y fijos en el techo pobremente iluminado del recinto. A pesar de esta quietud, Roy siguió ensañándose con el cadáver de su contrincante hasta que alguien le propinó un fuerte tirón en el cuello. La rabia que emanaba no disminuyó ni siquiera cuando le encerraron entre los barrotes de una minúscula jaula.
Con gruñidos fieros ya no recordaba las palmaditas en el lomo que le regalaba su amo antes de que una mano negra le metiera a la fuerza en una sucia furgoneta. Ignorante ante su destino, desconocía que las peleas interminables se sucederían día tras días hasta que su vida acabase como la del bueno de Ulises.

Comentarios (19):

lunaclara

28/02/2014 a las 15:49

Vaya Emmeline… ¡Creía que eran personas! Me ha gustado mucho esa técnica de ir desvelando poco a poco tu secreto, jajaja… Está muy bien escrito y redactado. Me imaginaba la escena 100 por 100 conforme iba leyendo, y no me ha soltado hasta ese inesperado final. Felicidades!!

Wolfdux

28/02/2014 a las 20:30

Me he llevado una grata sorpresa leyendo tu relato. La extensión no parece llegar a las 750 que tenemos de máximo pero cautiva desde la primera frase. ¡Enhorabuena!

Cibeles

28/02/2014 a las 22:35

Muy bueno, y es verdad, si no hubiera leído tu aclaración en los comentarios, me habría costado darme cuenta de que eran perros.
Pero la pelea está bien narrada, no sé cómo lograste que las imágenes fueran tan nítidas, la descripción del público, por ejemplo, me pareció excelente.

Peter Walley

01/03/2014 a las 08:23

Muy bueno, este mes te has superado a ti misma 🙂 la pelea está muy bien contada y la historia te deja con un regusto amargo, señal de que el relato ha sido un éxito. Enhorabuena y sigue así.

Emmeline Punkhurst

01/03/2014 a las 15:47

Muchas gracias por vuestros comentarios. Lo cierto es que este relato pretende ser un homenaje a los perros robados para ser utilizados en peleas. Mi idea era ir sembrando pistas para que el lector se fuera dando cuenta poco a poco de que los contendientes no son humanos. A veces, experimentar tiene estos riesgos.
Un saludo y ahora me “paso” por vuestros relatos

NHICAP

01/03/2014 a las 18:04

Muy logrado Emmeline.
El comienzo del segundo párrafo, “Recorrieron veloces…” y las palabras ” uñas” y “saliva” , ambas en el primer choque de la pelea, ya anuncian que son animales. Muy bien la narración de la pelea. Hay frases fantásticas como, “uñas arrasando células epiteliales, músculos golpeándose con premura, saliva….”
Felicidades, me hs gustado el breve relato.
Hasta la próxima

Abbey

01/03/2014 a las 18:49

Hola!. Te devuelvo la visita.
Me ha encantado lo que logras con pocas palabras, no hace falta acercarse a las 750 para llegar al lector. Demuestras que, muchas veces, menos es más.
La alusión a su pasado y a la pérdida de su “docilidad”… ¡tremendo!. Muy bueno.

Aina Pons Triay

02/03/2014 a las 12:51

“Ojos como platos, oídos abiertos, piel erizada.” Yo desde el principio he visto animales. Reconozco que no sabía la raza (leí tu comentario hace dos días y no lo he relacionado hasta leer el comentario de Cibeles), pero en ningún momento he visto humanos. Creo que tus descripciones son de puro instinto animal desde el principio, lo has clavado.
Muchas gracias por escribir relatos que nos hagan pensar.
¡Enhorabuena!

forvetor

02/03/2014 a las 19:43

bravo! no puedo más que admirar tu capacidad para contar historias en tan poco espacio. apenas trescientas palabras!!! intensas y con fondo. bravo! yo también leí tu comentario hace unos días y ya sabía lo que me iba a encontrar, pero me ha gustado muchísimo el juego de hacer ese paralelismo entre los perros y esclavos obligados a luchar hasta la muerte… obligas al lector a empatizar con los pobres animales.

te añado ya mismo mi lista de imprescindibles, nos leemos!
Sergio Mesa / Forvetor
http://miesquinadelring.wordpress.com

Emmeline Punkhurst

02/03/2014 a las 19:51

Muchas gracias. Este mes he descubierto que hay algo peor que las críticas negativas, y es no saber transmitir lo que quieres. Nos pondremos manos a la obra con la escena de este mes, que parece algo complicadilla…

Virginia Figueroa

02/03/2014 a las 23:08

Es un relato genial Emmeline!! Breve, directo y jugando con el doble sentido. Desde el principio dudé de si eran humanos o no por las pistas que vas dejando y deseaba que no lo fuesen, porque creo que es de los pocos en los que no intervienen personas.
Me gusta que le des voz a un tema tan “escabroso” como lo son las peleas clandestinas de perros. La imbecilidad humana para divertirse con este tipo de apuestas no tiene límite…
Un saludo!!!

un farero impaciente

03/03/2014 a las 12:45

Hola Emmeline.

He leído tu relato esta mañana, recién levantado. Justo después de la ducha y antes del café, para ser exacto. Y, sorpresa, ha ocurrido algo inesperado. Has conseguido endulzar una mañana de “lunes”. Y no es fácil. Los lunes no me sientan bien (supongo que a nadie).
Tu relato me ha encantado. Podría nombrarte muchas cosas que me han gustado del texto, pero lo que más me ha impactado es la intensidad en la narración. Tan pocas palabras con tanta fuerza. Me gusta, como lector, que me quiten el aliento, que no me dejen pensar, que tenga que leer todo de un tirón. Y tu texto lo consigue. Bueno, tú lo consigues. En fin… todo un lujo.

Un saludito. Un farero estresado.

NOTA: Gracias por haber pasado a leer mi historia.

NOTA 2: Me encanta tu nombre. Y lo que significa.

Emmeline Punkhurst

03/03/2014 a las 21:53

¡Gracias por vuestros comentarios! Ojalá para la escena nº16 tuviera la misma inspiración pero mucho me temo que estoy algo bloqueada

Aurora Losa

04/03/2014 a las 09:27

Directo, sin adornos, la batalla en sí misma; muy bien redactado, Emmeline. Y el párrafo final, es conmovedor. Enhorabuena.

Mar Mare Maris

04/03/2014 a las 18:02

Enhorabuena, me has puesto los pelos de punta. La atmósfera está genial descrita y el final sobrecoge.

Chiripa

06/03/2014 a las 00:46

Emmeline, como no participé este mes, no había leído ninguno de los relatos.
Pero hoy que retomé el taller leí tu comentario acerca de la confusión que causó tu relato y aquí estoy leyéndote.
Me parece que cumpliste perfectamente con la escena. Tus descripciones son intensas y la forma de escribir el relato me enganchó desde el comienzo. Felicitaciones!

Por cierto, te escribí un comentario en tu cuento de enero. (Más vale tarde que nunca, verdad?)

Emyl Bohin

07/03/2014 a las 06:18

Dices en un comentario: “Este mes he descubierto que hay algo peor que las críticas negativas, y es no saber transmitir lo que quieres.”
Yo creo que has sabido transmitir lo que querías y además de una manera muy efectiva. Con menos de la mitad del tope de palabras has contado una historia llena de emoción. Otra historia son los lectores. Cada uno tenemos nuestros conocimientos y nuestras carencias. Por ejemplo: el título era una pista, pero los que no sabemos inglés tenemos un hándicap con ello. Yo, sin ir más lejos, he confundido Paws con Pawns (peones) y creía que era una lucha en el tablero de ajedrez. Impresión corroborada cuando leo que el choque no fue frontal sino más bien algo desviado. Y como los peones avanzan de frente, pero comen de costado…
Pues eso, enhorabuena y hasta la próxima.

Emmeline Punkhurst

07/03/2014 a las 20:34

Gracias nuevamente a todo el mundo, incluidos aquellos que habéis revisados relatos anteriores 😉 Chiripa, prometo buscar alguno de tus relatos si este mes no has participado.

Emyl, entiendo lo que quieres decir en tu mensaje. Desde luego, hay momentos en los que si quieres llegar a la gente tienes que adecuarte a sus características. Por eso, sé que a todas las personas que participamos en el taller se nos supone unos conocimientos básicos de Internet y escribir “paws” en Google lleva muy poco tiempo.
No sé si tú también harás lo mismo, pero en mi caso me detengo especialmente en el título porque lo veo una estupenda forma de enmarcar lo que voy a leer a continuación. De cualquier modo, mi nivel de inglés es el mismo que el del resto de españoles (raspadillo) y no suelo usar anglicismos pero en este caso me decanté por esta opción porque me parecía más atractiva.
Gracias por tu comentario y nos seguimos leyendo por aquí… 😀

José Torma

25/03/2014 a las 19:32

El secreto de un buen “secreto” es que sea breve y substancioso. Tu relato lo es. Yo me imaginaba que eran animales, pero siempre tenia la espinita que si podrian ser esclavos. Me ha gustado mucho que en solo 300 palabras (dato de Forvetor, yo no las conte jeje) cumplieras cabalmente con la encomienda del mes. Siempre me pasa que yo me voy mucho mas alla de las 750 palabras y mi problema es reducirlo. Aqui tu nos presentas un pedazo de historia que no requiere de mas adornos, descripciones y dialogos.

Enhorabuena, me ha parecido excelente.

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