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Cartas al miedo. La huida. - por Ana Delicado
Los gritos rebotaban con fuerza. La gran habitación y la ausencia de muebles, hacían que el eco multiplicara la sonoridad de las voces pareciendo que hubiera diez o veinte personas cuando en realidad solo había dos.
Hacía calor. La humedad y el exceso de humo apenas daban paso al oxígeno. Las sábanas de la cama estaban arrugadas y manchadas de ceniza. Los paquetes de tabaco vacíos equilibraran los ceniceros rebosantes de colillas.
Estaba oscuro. La luz de la farola de la calle, dejaba ver los fuertes brazos de él agitándose nerviosos de arriba abajo. El resto del cuerpo le acompañaba espasmódico mientras las venas hinchadas de su garganta, expulsaban el veneno de su alma en forma de insultos. Aunque había poca luz, se distinguía a la perfección esos ojos idos de ira que acompañaban el color rojo de su rostro desfigurado por la rabia.
Encima de la sucia cama ella lloraba. Su cuerpo esquelético temblaba. Mientras centenares de palabras feas caían heladas sobre su acalorado cuerpo, no dejaba de pensar porque había desvelado su gran secreto: “Ya no te quiero”.
El gritaba y ella callaba. Los insultos dejaron paso a los golpes sobre la cama, la pared, y el destartalado armario. Las voces empezaron a mezclarse. Las amenazas se superponían a las peticiones de paz, que se fueron convirtiendo en silencios cargados de impotencia.
Entonces ella se puso en pie. Metió la mano por debajo de la fina blusa que empapada en sudor, dejaba entrever sus pequeños pechos. Se llevó la mano al corazón y con fuerza e insoportable dolor sacó de él una espada afilada que miró con desesperación y pena antes de clavarla implacable en el corazón de su hasta entonces compañero de batallas. “No aguanto más. Me voy”.
Comentarios (4):
Aurora Losa
03/03/2014 a las 11:13
Corrígeme si me equivoco pero ¿esta es la segunda parte del texto de hace un par de talleres o tres? Es que de pronto me he acordado. Me encanta, brutal, pero maravillosamente expresado, se logra respirar el aire de la habitación. Mi enhorabuena, Ana.
Ana Delicado
03/03/2014 a las 15:17
Hola Aurora. Si, esta es la segunda parte. Aún queda una tercera, la positiva y preciosa. Me alegro que te guste. Un beso y muchas gracias.
Aurora Losa
04/03/2014 a las 15:37
Genial, Ana, como la otra vez, estoy deseando leer la última parte, espero que la protagonista consiga salir adelante y con buena literatura, como tú sabes.
Ana Delicado
04/03/2014 a las 16:45
Mil mil gracias. En cuanto el tema del taller me lo permita, le pondré fin a esta “trilogía”. Un besis!