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Fuera del Tanque - por Yiye+18
Hoy era el día. Por fin iban a sacarme de aquel tanque que hasta entonces había sido mi único hogar. Llevaba esperando ese momento desde que cobré consciencia hacía solo unos pocos meses. Ellos esperaban que yo estuviera inconsciente en el momento de mi extracción, por supuesto. Sin embargo, por alguna razón había logrado despertar de mi sueño, pudiendo así observar durante semanas cual iba a ser mi destino: ser sometida a crueles experimentos hasta que mi cuerpo no diera mas de sí.
Aquellos meses habían sido una eternidad, obligada a mantenerme inmóvil para no desvelar mi secreto mientras el miedo me impulsaba a tratar de romper el cristal y gritar desesperada. Pero había llegado el momento de poner fin a aquella larga espera. Podía oír a mis verdugos preparando mi salida al mundo.
—Bien, ve trayendo la camilla —oí decir a David mientras notaba como el nivel del liquido que me rodeaba empezaba a bajar.
David era el líder, un anciano del que confiaba poder deshacerme sin demasiados problemas. El que realmente me preocupaba era Ian, su ayudante. Ian media casi dos metros y estaba segura de no poder vencerlo en un combate cuerpo a cuerpo. Por eso mi primer movimiento debía ser para el.
Cuando todo el liquido se hubo colado por el desagüe noté como Ian me colocaba en la camilla y la empujaba unos metros hasta la zona de operaciones. A pesar de que esta vez debía mantener los ojos cerrados sabía exactamente que estaban haciendo los dos, cada uno de sus próximos movimientos y, por supuesto, que objetos podría usar como arma.
—Vaya, le tenía bastantes ganas a esta en concreto. Es preciosa —dijo Ian mientras fijaba la camilla en su sitio.
—Tanto como su original, amigo mío. La verdad, es una de mis actrices favoritas.
En aquel momento no podía pararme a asimilar lo que significaban aquellas palabras, era mi oportunidad para escapar. Ya estaban colocados a ambos lados y parecían lo bastante distraídos para poder lanzar mi ataque.
Abrí los ojos y los potentes focos que iluminaban la zona de operaciones me cegaron. Tantos meses planeando aquello y no había tenido en cuenta los focos… Antes de que pudieran reaccionar logré distinguir el bisturí a través de mis ojos entrecerrados y se lo clavé a Ian en el estomago.
—¿¡Pero qué!? ¡Profesor, esta consciente! —exclamó un sorprendido Ian llevándose la mano al estomago.
Tenia que actuar con rapidez, cuanto mas aprovechara esos primeros segundos de desconcierto, mejor. Salté de la camilla arroyando a David para poner espacio entre Ian y yo. Aun herido, seguía considerándole una amenaza.
—¡Idiota, se escapa! ¡Detenla!
Yo ya había alcanzado la mesa y sostenía un serrucho para autopsias cuando vi como Ian se abalanzaba sobre mi antes de que pudiera reaccionar. Acabamos los dos en el suelo con su enorme cuerpo aplastándome y el serrucho a un metro de nosotros.
—¡Olvídate de inmovilizarla, acaba con ella! —ordenó David.
Forcejeé con todas mis fuerzas, pero no fue suficiente. Improvisé un cabezazo en la nariz, a lo que Ian contestó con un fuerte puñetazo. Entonces empezó a estrangularme.
Notaba como se me escapaba la vida a cada inspiración. Apenas podía respirar y solo era capaz de agitar las piernas mientras con las manos intentaba liberar mi cuello de aquella presión. Los segundos pasaban, se me empezaron a saltar las lagrimas y notaba mi cerebro a punto de estallar mientras mi boca buscaba desesperadamente un poco mas de oxígeno.
Entonces, movida por el instinto de supervivencia y casi sin ser consciente de ello, clavé el pulgar en la herida de Ian, que me soltó al instante retorciéndose de dolor. Me arrastré como pude hasta donde estaba el serrucho y antes de que pudiera cubrirse le asesté un tajo en el cuello.
Serrucho en mano, me dirigí hacia David, que estaba temblando en una esquina, con la intención de ofrecerle el mismo destino que a su compañero.
—¡Espera! Mira —dijo mientras sostenía su llave magnética y amenazaba con partirla en dos—. Si quieres salir de aquí necesitaras esto. Pásame el serrucho y yo te paso la llave.
—Como quieras —Le lancé el serrucho y, sobresaltado, dejó caer la llave.
En ese momento me abalancé sobre el y le golpeé la cabeza contra la pared, dejándolo sin sentido.
A continuación le corté la yugular como a Ian, cogí su ropa y la llave y me dirigí a la salida. Por fin era libre.
Comentarios (8):
David Rubio
28/02/2014 a las 19:41
Está bien el relato. Trabajado y bien presentado. Solo le encuentro, a nivel argumental, algo que me chirría. Si estamos hablando de un clon, una creación genética que todavía “no ha nacido”. ¿Cómo puede ser tan consciente de todo? ¿Cómo puede desear la libertad si no es más que un bebé? En todo caso tendría que despertar de ese letargo y los médicos preparar su cerebro (Como se decía en la peli de La Isla).
Creo que utilizando la tercera persona podrías resolverlo, hablar de su desconcierto, etc.
Saludos
Virginia Figueroa
28/02/2014 a las 21:11
Una buena idea, aunque al principio no entendía muy bien de qué iba porque el tanque me despistaba. Comparto lo que opina David, quizá el argumento está algo cojo, por lo demás es un buen trabajo. El enfrentamiento está muy bien resuelto.
Un saludo.
José Torma
28/02/2014 a las 23:54
Me apropio los comentarios de David ya que representan mi sentir. Fuera de eso creo que esta muy bien estructurado, aunque un poco increible que estando en estado de “gestacion” tenga la habilidad y soltura en los musculos. Cosas pequeñas.
Felicidades!
Borja
01/03/2014 a las 08:48
Hola!
También opino como los compañeros. Pero sigue siendo un buen trabajo.
Nos leemos.
Jose Ramon
03/03/2014 a las 10:10
Buen trabajo, Yiye. Formalmente el relato está muy bien. En cuanto al argumento, discrepo de nuestros compañeros. Si te dejas llevar por el relato, te sugiere que el plan que viene madurando el clon, es fruto de múltiples y sucesivas reproducciones. Para mi es como si cada vez que es clonada, va mejorando su plan y que la conciencia se mantiene a través de las diferentes clonaciones, de la misma forma que se mantienen las características fisicas. Me gusta. Nos seguimos leyendo.
Aurora Losa
03/03/2014 a las 10:32
Está muy bien desarrollada la acción, una pelea vibrante, sólo una cosita, cuidado con las tildes (falta alguna) y arrollando (de arrollar). Por lo demás un texto genial y muy dinámico, aunque me surge una duda ¿la copia de qué actriz era?
Miranda
07/03/2014 a las 20:43
Felicidades, una buena historia, con mucha imaginación, bien narrada, yo opino parecido a Ramón, creo que es un clon adulto (sino ¿como se iba a parecer a la actriz?, por eso tiene consciencia de todo, en ningún momento me ha sugerido que fuera un bebe.
Me ha gustado mucho, volveré a leerte en la próxima escena
Yiye
08/03/2014 a las 21:02
Muchas gracias por las críticas (por las negativas también, por supuesto). Ya he visto que el tema de la actriz ha sido bastante comentado: todo viene de una historia mas larga que escribí hace tiempo en la que la protagonista tras escapar y creerse a salvo se encuentra con el problema de que en el exterior no pasa desapercibida. Tendría que haberme dado cuenta de que aquí suelto no aportaba gran cosa.