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El guardaespaldas - por Fernando Falcoff
Web: http://nuevomochilero.blogspot.com
Apuró el paso al escuchar las doce campanadas que llegaban desde el Gran Templo. La hora del anunciado crimen se acercaba. Corrió entre carruajes, túnicas anacaradas, escribas y filósofos. Marco Bruto y su séquito habían cercado ya a Julio César en el palacio. Desarrolló entonces una velocidad comparable solamente a la de Aquiles.
Los insubordinados desenfundaban espadas e intimidaban al otrora emperador implacable, cuyas pericias en el arte de la seducción resultaban inoportunas ante la actual amenaza.
Apuró el paso y continuó apurándolo el superhéroe. Las espadas, blandiéndose en derredor, prontas al pescuezo del mandatario, creyeron haber acertado en su mortífera empresa. Pero no fue así, Deus Ex Machina bajó de una grúa con su vocación superhéroe y se interpuso entre las espadas y el pescuezo de su empleador.
Comentarios (4):
Mario DG
29/01/2014 a las 11:24
Muy bueno!! Aunque para mi un poco corto, dejas con ganas de más,jeje.
Fernando Falcoff
30/01/2014 a las 05:38
Gracias por tu comentario Mario. Me alegra que te hayas quedado con ganas de más 🙂 Saludos
Virginia Figueroa
01/02/2014 a las 10:19
Breve, conciso y directo. No se necesita más para describir una escena, aunque está tan concentrado que a mí me hubiera gustado un poco más de recreación, más detalles y más descripciones para imaginarme ese decorado. 😉
Fernando Falcoff
16/10/2016 a las 22:56
Hola Mario DG. Disculpa por mi demora en contestar a tu comentario. Te agradezco tus observaciones. Te envío un gran abrazo.
Hola Virginia. Antes que nada, disculpa mi demora en responder. Quiero agradecerte por comentar mi relato. Reconozco que no es el mejor material que he escrito. Te confieso que, como bien podrás observar, lo escribí con la ansiedad absoluta de enviarlo y sacármelo de encima. Creo que algún día aprenderé mi lección. Saludos cálidos desde San Juan, Argentina.