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Así en la tierra como en el cielo - por onirico
Alguien lo tiene que contar y tal vez no sea necesario un escritor de valía .Porque hay cosas en la vida que deben trascender como aquellos personajes que pasan por nuestra vida y nos marcan aunque sea apenas un raspón .Esto es apenas un homenaje a un hombre vivido mas errante que bohemio. No se si existe la figura del errante de gran ciudad. Ese que supo de juego, contrabando superstición, miseria pero que por una resiliencia (aún no se conocía el término) que antes llamábamos cuna no olvidó los modales, el respeto, la amistad y el trabajo. Un caballero .Honesto en su deshonestidad jamás te vendió un cigarrillo o whisky de contrabando como legítimo. Con lo que pasabas a ser no solo su cómplice sino el estafador de tus amigos al ofrecer tu whisky importado
Pero el juego fue su perdición y su razón de vivir. No el juego de poker y millones le bastaba el chinchón y los burros ( “burrero” es en el lunfardo de argentina el jugador de carreras de caballo).Por el chinchón perdió su peluquería a manos de su empleado quién , con código de jugador, empleo a su ex dueño. Ahí los conocí esperando en el sillón, con mis quince años, que terminen una mano .Al terminar la infaltable frase :” Con este corte y 100$ en la bragueta no hay mina que se resista “ ( “mina “ mujer en lunfardo ). Y uno salía envalentonado mirándose en el reflejo de la vidrieras y con una clase de “calle” de esos jugadores que no prestaban atención a mi presencia.
Y entre la maquinita en punto cero y mano de chinchón contaba de sus jugadas con otros jugadores y “centros deportivos“ más allá de su peluquería.
El sacristán de la parroquia vecina era uno y la sacristía, una vez cerrada con candados la iglesia después de la misa de 8, el lugar de reunión.
Cierta vez la suerte no estaba con Antonio, nuestro peluquero, y para no hablar de suerte o calidad en el juego le atribuía a una imagen de San Cayetano sus desventuras. ” Este santo me trae yeta (mala suerte en lunfardo)”. El sacristán por jugador no olvidaba su devoción, respeto y el ser “gallego” (español sin importar región en lunfardo) y lo increpó duramente “ Coño, porque no dejas de joder con esas supercherias: que cuando no es el gato, es el trece y sino, es la escalera, porque no te dedicas a jugar bien y dejas a los santos en paz, que se necesita un poco de respeto, hombre!”
“¿Así que no crees que es el santo?. Cambiemos de sitio".Provocado, el "gallego" no quiso dar el brazo a torcer, y tomo el lugar quedando a sus espaldas el pobre San Cayetano de yeso. Pero, como era de prever y porque así es el juego, cambió la fortuna de Antonio quién, rápidamente, y ya con la suerte a su favor se encargó de recuperar su dinero y lo hacia siempre a costa del sacristán .Este comenzó a juntar broncas sobre todo al ver la sonrisa ya tallada en mármol del peluquero.
No fueron necesarias muchas manos más para que se pudiese ver como, lentamente, el gallego giraba su cuerpo, y mirando fijamente los ojos del santo , mostrándole todo su rencor, arrancase esas palabras que aún hoy repetimos jugando un truco o un chinchón ." ¿NO SERAS VOS HIJO DE PUTA?".
Comentarios (2):
Diego Djabwa
29/12/2013 a las 03:56
Muy bueno. Me gusta sobre todo la descripción inicial del personaje.
Un saludo!
onirico
07/01/2014 a las 17:28
Gracias por tu lectura y el ánimo que me infunde.
Nos seguimos leyendo
Saludos