Literautas - Tu escuela de escritura

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T.O.C. - por Aurora Losa

7:50 Remueve el azúcar en el café diez veces, ni una más ni una menos. La tostada, dorada durante un minuto justo, y la mermelada de naranja amarga, a la derecha de la taza. Exactamente como cada mañana, nada fuera de su sitio, nada rompiendo el ritual.
Sólo le inquieta una cosa, no tendrá tiempo de leer el periódico, que espera sobre la esquina de la mesa, y eso no le gusta, le aterra la idea de perderse un paso, más en un día tan importante.
¿De quién habrá sido la idea de poner un casting a las nueve de la mañana?

Podría haberse levantado antes, su despertador le da la posibilidad tan solo tocando un par de botones; pero eso no puede ser, ni ha querido intentarlo, ¿cómo no va a levantarse a las 7:37? Lleva haciéndolo desde que tenía trece años.

8:00 Recoge la mesa todavía masticando, treinta y ocho, treinta y nueve, cuarenta. Es lo único en lo que puede arañar el tiempo que le falta. Traga el último pedazo de pan y abre el armario.

8:02 Pasea su mirada por la ropa colgada: arriba las camisas, abajo los pantalones, los calcetines enrollados en un cajón; en perfecto orden, bendito IKEA.

8:03 Descarta el lado derecho, ropa de diario. Coge unos vaqueros y un cinturón, revisa uno por uno los suéters, observando con detenimiento cada punto de la trama, buscando cualquier evidencia de amarillo.
No puede llevar nada amarillo a un casting, Moliére pagó caro su descuido, pero él no cometerá el mismo error que el escritor francés.

8:06 Jersey gris marengo de cuello vuelto, una elección fácil, sobrio a la par que elegante.

8:09 Extiende la crema hidratante que, previamente, ha calentado en su mano, no soporta los cosméticos fríos.

8:10 Pasa el cepillo por el pelo, veinte veces, y lo deja sobre la balda, justo en el centro, ni muy fuera ni muy dentro.

8:12 Repasa el contenido de su bolsa sobre la mesa: llaves, bien, móvil, bien, pañuelos, bien, caramelos de menta, bien.
Se vuelve ansioso, buscando por el salón, ¿dónde lo ha metido? El libreto le mira desde un brazo del sofá, a punto de resbalar hasta el suelo. Lo coge rápido, como si fuera el último segundo que tiene para hacerlo, antes de que el cuaderno se despeñe por el borde mullido del cojín.
El bolígrafo, el que su padre le regaló al cumplir los dieciocho, no puede irse sin él, siempre lo lleva consigo, nada saldrá bien si no lo tiene encima, habrá que hacer anotaciones en el libreto, y tiene que hacerlas con ese bolígrafo.
Su pulso se acelera cada vez más y empieza a costarle respirar; piensa ¿dónde lo viste por última vez? Imposible, esa casa es un caos, debió suponerlo cuando encontró su zapatilla derecha al otro lado de la cama, un día que comienza así no traerá nada bueno.
Por el rabillo del ojo ve la hora en el reloj de pared con forma de candado de la cocina y que ya estaba allí cuando se mudó

8:15. No puede entretenerse buscando el dichoso bolígrafo, no si quiere enderezar este despropósito.

8:16 Toma una decisión drástica, dejar el bolígrafo; y se siente como si fuera a saltar al vacío, al borde del suicidio. Le palpitan las sienes y su mente está eliminando cada palabra memorizada del texto, le sudan las manos y empieza a notar cómo su musculatura pierde vigor, invadido por un hormigueo constante. Aún así encuentra fuerzas para ponerse la cazadora.

8:19 Todo vuelve a la normalidad cuando palpa algo delgado y largo en el bolsillo interior: el bolígrafo.

8:20 Sale de casa con serenidad, cierra la puerta, comprobando tres veces que la llave está echada. Baja los escalones de uno en uno, acabando cada tramo con el pie derecho.

8:30 El vagón de metro abre sus puertas delante de él. Sus piernas ya responden con normalidad y la humedad fría de sus manos ha desaparecido por completo.

8:45 Le llevará un poco más de tiempo llegar al teatro, ha de caminar siempre por la acera de los pares, cruzando sólo cuando esté frente a su destino.

8:50 La ansiedad ha desaparecido totalmente, ha cumplido con cada uno de los requisitos que se ha impuesto día a día durante su vida para que las cosas salgan bien.

8:53 Espera a ser llamado. Esta vez sí, esta vez conseguirá el papel protagonista.

Comentarios (16):

Emmeline Punkhurst

28/12/2013 a las 16:47

Me ha gustado mucho el formato cronológico del texto. ¡Enhorabuena!

Emmeline Punkhurst

28/12/2013 a las 16:59

Y se me había olvidado: el título muy acertado

Mar Mare Maris

28/12/2013 a las 17:03

Me ha gustado. Es preciso hasta en el formato indicando qué hace a cada hora. Felicidades.

Nana

28/12/2013 a las 18:01

Es divertido y refleja muy bien la obsesión de la gente supersticiosa. Enhorabuena

Diego Djabwa

29/12/2013 a las 04:05

Y te deja con ganas des saber si consiguió el papel o no.
Muy bueno!

Aurora

29/12/2013 a las 11:40

Gracias a todos por los comentarios, confieso que, a pesar de ser mi texto, no me gustaba nada, algo bueno tiene, pero como que le falta algo y no sé cómo mejorarlo.
Por eso me gusta este taller, porque, a veces, cosas que a nosotros nos parecen una porquería, a otros les gusta.
PD: Agradecería sugerencias y críticas.

Moona

29/12/2013 a las 13:04

Me gustó mucho, no solo el formato cronológico, sino la historia en sí y lo bien escrita que está. Muy acertados los elementos “externos” como los comentarios sobre Ikea o Molière 🙂

Tilly

29/12/2013 a las 14:28

El relato es muy divertido , me falta el gato negro. Acertada la superstición en el TOC, lo unico que me descontrola un poco es el orden cronologico ,¿ es el que mira siempre la hora? Si te apetece leer el mio es :el candado

Servio Flores

30/12/2013 a las 05:35

Muy acertado, desde el titulo en adelante. Sin duda una forma muy interesasante de contar una historia. Hace que la lectura sea fácil.
Saludos y que el proximo año nos sigamos leyendo.
Felicidades.

José Torma

30/12/2013 a las 18:38

Me ha gustado mucho! la idea de ir poniendo las horas contribuia a generar el sentimiento de ansiedad y estar totalmente en la piel del protagonista.

Buen relato muy redondo. Gracias por compartirlo y una sola cosa…. ¿consiguio el papel?

Enhorabuena

Emyl Bohin

30/12/2013 a las 18:40

Hola
Pues a mi me gusta tal como está.
Pero si quieres sugerencias, diría:
La mayor parte del relato puede decirse que lo cuenta un narrador cámara, alguien que observa a través de un objetivo sin tomar parte.
Pero en algunos momentos aparece el narrador omnisciente, metiéndose en su cabeza para decirnos lo que le inquieta, o que se vuelve ansioso.
Si muestras algunas imágenes, algo que él al hacerlo nos indique esa ansiedad o la normalidad y serenidad posterior, podrías mantener al narrador cámara en todo momento.
Un saludo.

Virginia Figueroa

02/01/2014 a las 10:10

Me ha gustado tu relato, sobre todo la forma de contarlo. Su estructura es diferente y eso hace una lectura interesante. El Trastorno obsesivo compulsivo tiene mucho parecido a una personalidad supersticiosa, por las manías sin fundamento, sin embargo, no sé si yo lo hubiese empleado en esta escena. Me choca la contraposición de la forma de ser tan estructurada y ordenada del protagonista con el desórden de su casa. Imagino que ese tipo de personas, tendrán todo perféctamente clasificado y ordenado… pero hablo desde el desconocimiento. A parte de todo esto, me ha gustado tu enfoque y tu forma de contar la escena. Felicidades!!

lunaclara

02/01/2014 a las 13:06

Hola Aurora! Feliz año nuevo! Me ha gustado tu relato…. me hubiera gustado saber qué tal le va al prota en la prueba. Nunca había visto lo de escribir por franjas horarias. Supongo que eso ayuda a transmitir mejor la obsesión del personaje. Personalmente, me gusta más la redacción continuada. Si acaso, indicando la hora, pero no de forma tan seguida. Aun así, te felicito. Es un ejercicio interesante.

Aristides Neppo

03/01/2014 a las 01:27

Felicidades Aurora…!!! Me encanta tu relato, muy agil y fluido. Desde el principio empieza a fluir como el agua. El orden cronologico le agrega mas precision y produce una cierta ansiedad muy interesante. Me atrapo de principio a fin y al final me quede deseando mas. Seras una gran escritora…

Aurora

04/01/2014 a las 15:40

Primero Feliz Año a todos, y luego, gracias por pasaros a leerlo y dejar vuestras impresiones, tendré en cuenta lo que me decís para mejorar este texto y aplicarlo en los próximos. EStoy deseando compartir con vosotros lectura y escritura, porque de verdad me estais ayudando a mejorar un poquito cada día en algo que llevo haciendo desde que tengo memoria, y por fin me había decidido a aprender a hacerlo bien.
Gracias de nuevo a cada uno de vosotros y a Literautas por la oportunidad que nos da.

Aitor

05/01/2014 a las 11:44

Me ha gustado mucho como está escrito, se hace entretenido y como has metido los elementos necesarios, sin caer en el tópico del protagonista escritor (como hemos hecho muchos) 🙂

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