Literautas - Tu escuela de escritura

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Venganza - por M. H. Heels

Web: http://mhheels.wordpress.com

-Decidí visitar a la bruja…

-Pero, ¿al final era una bruja? – preguntó el muchacho con cara de no entender nada.

-No, no era una bruja en realidad, pero nunca se molestaron en comprobarlo. El caso es que decidí visitarla… bueno, a lo que quedase de ella.

Hizo una pausa para beber un largo trago de la jarra de cerveza. Cuando continuó hablando su voz se había oscurecido y pareció que incluso las velas de la taberna alumbraban menos como símbolo de respeto. El muchacho se estremeció por un frío que no existía.

-Ensillé mi caballo y me puse en marcha. Me gustaría decir que fui lo más rápido que pude, pero no es cierto. El viaje fue lento y pausado. No tenía prisa por llegar porque sabía lo que iba a encontrarme. En realidad no quería llegar. Tenía la sensación de que si no lo veía con mis propios ojos podía no haber ocurrido en realidad. Pero había ocurrido. Había ocurrido y yo tenía que vengarla, ese era el trato.

Agarró de nuevo la jarra de cerveza, sujetándola como si fuese su propia vida, hasta que los nudillos se le quedaron blancos. Durante un instante eterno su mirada se perdió entre la espuma de la jarra mientras aguantaba la respiración. La habitación se volvió más oscura a su alrededor. El muchacho esperó pacientemente en silencio, más que por educación, por miedo.

-Habían matado a mi hermana, era inevitable, ese era el trato.

Esta vez no se dirigía al muchacho sino al fondo de la jarra de cerveza, como si hablase para sí. Fue la primera vez que su voz tuvo un ligero matiz de sentimiento, aunque puede que no fuese el sentimiento correcto. Enfocó de nuevo la vista hacia el muchacho pelirrojo, como si se hubiese acabado de despertar, y continuó la historia.

-Al llegar a la plaza todos lo estaban festejando. Cientos de personas ebrias de alcohol y poder, sintiéndose dioses, gritando y bailando alrededor de un montón de cenizas humeantes. Até con fuerza mi caballo a un árbol y me acerqué despacio hasta la pira. Ninguno pareció verme. A nadie le importó que me agachase a recoger el cráneo incinerado de entre los restos. Comencé el ritual. Primero llegó el viento suave, que meció las hojas de los árboles, después el día se hizo noche cuando las nubes negras cubrieron el cielo, pero hasta que los truenos no comenzaron a sonar con fuerza nadie le dio importancia. Cuando por fin todos sabían que algo sucedía, las cenizas de mi hermana subían en un remolino hacia las nubes. Entonces fue el fin.

-¿Les mataste? – preguntó el muchacho rascándose la nariz pecosa.

– El infierno comenzó a materializarse a su alrededor. Sintieron el fuego y el sufrimiento eternos. Todos y cada uno de ellos comprendieron porqué había sido. No, no les maté. La mayoría me suplicaron que acabase con sus vidas pero no lo hice. Les envié allí aún vivos y conscientes. La perspectiva del sufrimiento siempre es más dolorosa que el sufrimiento en sí. Debía vengarla. Debían pagar por ello.

-¿Y yo? ¿Por qué estoy vivo? – preguntó el muchacho con cautela.

-Me gustaría decirte que te salvé porque fuiste el único que la defendió, o que fuiste el único que no festejó su muerte. Me gustaría pensar que tengo la sangre fría para decidir que tú mereces ser salvado. Pero no es cierto. Tú sigues vivo por pura casualidad. Tú sigues vivo porque alguien debe contar mi historia.

-Pero… dices que les enviaste vivos al infierno… ¿no decías que no era una bruja?

-Ella no era la bruja.

Terminó lo que quedaba en la jarra de cerveza de un trago y salió de la taberna sin volver la vista atrás. El muchacho no se atrevió a respirar hasta que dejó de escuchar los cascos de su caballo.

Comentarios (10):

Eunice

28/10/2013 a las 16:30

Muy bien escrito. Me ha recordado al libro de “El nombre del viento”. Felicidades!

lunaclara

28/10/2013 a las 18:21

Que chulo! Solo me choca no tener mas informacion sobre el pelirrojo. Felicidades!

M. H. Heels

28/10/2013 a las 18:41

Eunice, es todo un honor que me compares con Rothfuss, no lo merezco. Muchas gracias por pasarte y por ese enorme halago. Nos leemos

M. H. Heels

28/10/2013 a las 18:44

Lumaclara ya sabes que es difícil entrar en mucho detalle con 750 palabras, siempre hay algo que se queda en el tintero y, esta vez, pensé que la descripción de los personajes era prescindible. Aún así, te doy la razón, algo más de información habría venido bien. Gracias por todo. Nos leemos.

Aradlith

28/10/2013 a las 21:55

Genial, pura fantasía con ese toque oscuro tan atractivo que la separa de la temática infantil…

Filias

28/10/2013 a las 22:07

Gran relato, M.H. Lo has escrito de tal manera que es muy plástico y las imágenes llegan a mi mente de manera espontánea. Felicidades.

Enrique

30/10/2013 a las 08:21

Muy bien contado, te deja con ganas de más. Enhorabuena.

Abbey

30/10/2013 a las 22:12

¡Estupendo!.
La tensión va creciendo con el transcurrir de las palabras.
!Gran efecto final!. Que sangre tan fría y que mente tan perversa…(je, je, genial)
Enhorabuena

Marazul

31/10/2013 a las 17:16

Interesante. Me lo he leído de un tirón. Saludos

Montse León

16/11/2013 a las 18:09

Muy bueno!

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