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"En el centro del universo" - por marko
Tras aquella puerta de madera negra maciza se hallaba el salón del Gran Reloj donde cada año dura un día. Por fin mi alma aventurera urgida por la gran guerra a nivel interplanetario se hallaba en la antesala del centro del tiempo, el alma de todo conocimiento con sus 300 millones de libros según cuentan las crónicas, era cuestión de girar aquel pomo dorado , allí se me había encomendado entregar la tablilla del tiempo parte del trío del equilibrio eterno del universo.
Un fino haz de luz atravesaba la puerta entreabierta, del interior se filtraba una sutil música de reloj, tic tac, tic tac…. Había viajado a través del universo en una odisea que me trajo hasta aquí. ¡Tan lejos de casa!, ¿Cómo me embarqué en ella? , apenas lo recuerdo….Miré otra vez aquella robusta puerta, debía medir al menos tres metros de alto y dos y medio de ancho y me dije:
-¡Ya!, posé la mano sobre el pomo tallado finamente y la puerta comenzó a abrirse sin necesidad de ejercer fuerza alguna sobre ella. Se descubrió entonces ante mí una maravillosa habitación sin paredes y un suelo embaldosado de damero. Miles de libros colgaban del ¿cielo?; bueno podríamos así decirlo…
-Elije uno- dijo una voz proveniente del frente de la habitación.-Pronuncia el nombre de tu libro favorito. -Era un ser parecido a un gnomo pero yo siempre había pensado que los gnomos eran producto de la imaginación humana. Estaba sentado en un escritorio de madera noble frente a mí
-“El principito” de Antoine de saint Exupery , dije e inmediatamente de entre las nubes de libros salió y se posó en mi mano un bonito ejemplar de dicha obra, “con ilustraciones del autor “ ponía en la cubierta, pero no eran las que yo conocía.
– Las hizo el maestro después de “desaparecer” con su avioneta; hoy es parte de nuestro Senado. Por cierto mi nombre es G-armand y sí, soy un gnomo .Se bienvenido Salón del Gran Reloj. Atravesaste el “horizonte de sucesos”, estuviste en Kepler y Astra, recogiste la tablilla del tiempo, parte del trío espacio, conocimiento, tiempo que devolverá el equilibrio y la paz al gran universo.
Junto a él se hallaban dos seres que me costaría describir , uno de aspecto humanoide y rasgos anfibios en el rostro y el otro un androide que no levantaba más de medio metro , un solo brazo y que emitía sonidos metálicos. Extrañamente le entendía a la perfección.
-Este salón posee la virtud de la traducción infinita , yo te estoy hablando en G’hez, mi lengua materna y tú me entiendes en la tuya; no hay otro lugar en el universo donde esto suceda.
-Ellos son Darmond – dijo señalando al humanoide, proviene de Uth y rescató la tablilla del espacio en la ínsula de Dordoka , tuvo que atravesar la tundra de Loos y el paramo de la estrella muerta en la constelación del cisne .El robot es 342htj y su morada esta en el subsuelo de Arneb, un planeta dominado por lo que vosotros conocisteis como dinosaurios. El rescató en Alpha lobo la tablilla del conocimiento. Ahora juntaremos las tres para restablecer el equilibrio, para traer la paz .Seguidme!
Se levantó del escritorio y nos hizo un gesto solemne para que le siguiéramos. Paseamos por aquel damero bajo el techo de cielo azul , nubes blancas y libros flotantes, bajamos trece escaleras también de damero y llegamos a un patio interior en cuyo centro reinaba una hermosa fuente con aguas color esmeralda que brotaban de la boca de siete leones de lo que podría ser mármol . En el centro de la fuente tres marcos tallados del tamaño de las tres tablillas.
Sentí el peso de miles de estrellas sobre mis hombros, y que millones de ojos y otros ingenios para ver me estarían observando.
-Y ahora ¿Qué debemos de hacer? . pregunté nervioso.
-Colocareis las tablillas por el orden establecido: Espacio, conocimiento y tiempo. El año que viene tal vez el equilibrio y la paz vuelvan a nuestras vidas y la armonía entre especies y androides nos guie como siempre durante milenios. Proceded!!
Darmond colocó su tablilla y acto seguido del mismo modo procedió 342htj; era mi turno. Me arrodillé y pensando en los amigos que esta absurda guerra me había arrebatado inserté la tablilla junto a las otras dos. Una inmensa luz me cubrió por completo, estoy en el patio de mi casa, gotas de lluvia sobre mi cabeza
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