Literautas - Tu escuela de escritura

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Un adiós silencioso - por Ikazuchi

Cuando el chico arrodillado le soltó la mano recordó lo que habían pasado juntos. Cuando le vio los ojos cerrados se imaginó lo que habían visto a lo largo de los años. Su boca, limpia de todo mal, sonreía, iluminada como en el rostro de un niño. Aun así, la sangre que vertió le había dejado frío. Su cuerpo helado se humedecía en los brazos de su amigo, pero ya no era sangre lo que fluía, sino lágrimas de dolor que no podrían borrar los recuerdos que habían construido.
Un último suspiro apenas audible se perdió en el aire y después la nada le embargó, dejando atrás un cascarón vacío que ya jamás podría volver a ser aquello que una vez fue.