<< Volver a la lista de textos
Venganza - por Denis Enamorado
Dicen que en cuanto lo miré bajar del autobús, le dije: lo estoy esperando, si tiene pistola sáquela y defiéndase. Dicen que después le respondí: yo tampoco quiero pelear, quiero qué nos matemos.
Pequeños fragmentos desordenados. Recuerdo verlo lívido, ligeramente encorvado apretando con fuerza el pequeño cartapacio amarillo de ingeniero contra su estómago y con los ojos brotados por el terror de la muerte; el frenético chasquido emitido por los percusores de las dos pistolas vacías, la mía y la de él. Esa que por el pánico no usó para defenderse y que yo le quité. Esa misma que sacó de debajo de la almohada de mi mujer, para sacarme a balazos de mi casa cuando los encontré.
Por último, yo, apuntando al cuerpo del moribundo, él sacudiéndose en los estertores de la agonía, extenuado por la faena de la muerte. Y mi rencor capaz de matarlo cien veces más.