<< Volver a la lista de textos
El fondo de microondas - por Luis Javier Rodríguez "Don Kendall"R.
La nueva enfermera acaba de llegar al único edificio del enorme planeta abandonado. Sin cambiar de ropa, entra al cuartucho de recepción del geriátrico.
Abre un archivador con la llave que trae colgada del cuello y sin dudar toma la caja marcada con una equis roja. Dentro de la caja hay una libreta de hule negro y unas gafas circulares de montura fina.
Rápida pasa las hojas en blanco y va de la sonrisa a la carcajada, mientras sube y baja las gafas delante de los ojos.
—¡Qué jodida! ¡No están graduadas!
Al final del pasillo, el resplandor tenue de una lámpara moribunda señala la habitación vacía. Se percibe un olor de almizcle, posible perfume de la última habitante de aquel mundo polvoriento. Su desaparición no deja lugar a la esperanza.
Ahora solo queda apagar la luz y salir al descampado.Después,la soledad, el vacío y la nada.