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INFIEL CON LOS CINCO SENTIDOS - por Luis Ponce
Un sonido familiar llega a oídos de Adrián, que reposa en una habitación de hospital. Reconoce los pasos de su esposa que esta noche viene también a medicarlo.
—Esperanza, ¿qué perfume estás usando?
—El que te gustaba antes de perder la vista, Adrián.
—Acércate y déjame percibirlo.
Esperanza, la enfermera y esposa, se aproxima y aprovecha para inyectarle una extraña poción intravenosa, mientras él recorre con sus manos las sinuosidades de una anatomía que conoce de memoria.
—… se me hace agua la boca, estás para comerte.
—Lo sé, pero no te atrevas ni a pensarlo—sentencia ella guardando las pruebas de su presencia. Después sale de la habitación agradeciendo a su sexto sentido que le ha permitido enterarse de la infidelidad.
El andar cadencioso y el perfume de su esposa se van alejando de Adrián, que empieza a perder su conciencia.
Sospecha que no volverá a disfrutar de Esperanza.