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LIBERTAD - por Oda a la cebolla
—Hola, ya voy para casa. ¿Qué tal Esperanza?
—Bueno… Lleva un par de horas sin aparecer.
—¿Otra vez? Desde luego, vaya semana que nos ha dado, escapándose a cada momento. Digo yo que no se encontrará muy mal… Está más que recuperada.
—Así es. Desde que la encontramos, cómo ha cambiado la pobre… Le he dado un buen baño y le puse unas gotas del perfume antiparasitario que te recomendaron. Con lo fresca que se ha visto, seguro que no le vemos los pelos hasta la noche. Por cierto, volvieron a llamar interesados en la adopción; les gustó mucho la foto del anuncio.
—No me extraña, es enorme, la más bonita de todos. Habrá que advertirles de las veces al día que intenta perderse. Mientras llego a casa, lo mejor es que vayas buscando otro nombre para ella, porque ya de Esperanza, nada…