Treinta años después de casados, el matrimonio de Javier y Roberta se acabó, antes mismo de que muriera Javier, que estaba muy enfermo en el hospital.
El motivo ha sido la carta de Antonio que estaba con Javier durante todos esos años. En la carta, Antonio, que fue el primer y gran amor de Roberta, le decía lo cuanto la quería y amaba, si el hijo que esperaba era suyo y si quería irse con él del país pues tendría que irse por el trabajo.
Mientras leía la carta, todo se aclaraba para Roberta, el porqué de su aislamiento, de no buscarla y de su desaparecimiento. Javier sabía de todo, pues había leído la carta y la ocultó.
Lloró durante un largo momento y después de eso le invadió una mezcla de sentimientos: rabia, miedo, alegría y también de desesperación.
Salió del hospital después de terminar todo con Javier, corrió hacia su casa para contar a su hijo quien era su verdadero padre y que estaba decidida a encontrarlo para explicarle todo. Pero el destino ha facilitado parte de su trabajo.
Así que llegó a su casa le estaba esperando para cenar su hijo y su jefe, el Sr. Antonio Muñoz, su gran amor.