Al final del libro El último Catón, de Matilde Asensi, me he encontrado una nota de la autora que me ha parecido interesante y quería compartirla con vosotros. La nota se refiere a la necesidad o no de viajar físicamente a una ciudad para poder escribir sobre ella.
Obviamente, al margen de si es necesario viajar hasta allí o no, sí resulta imprescindible documentarse sobre el sitio a describir. De lo contrario, cualquier lector podría darse cuenta de que no conocemos el lugar.
En la nota que os comento, Matilde Ansensi defiende que no es necesario viajar a una ciudad para escribir sobre ella y argumenta lo siguiente:
«No podría contar las veces en las que se me ha preguntado si había visitado todas las ciudades mencionadas en la novela en relación con las pruebas del Purgatorio de Dante. Jamás entendí la pregunta. Supongo que forma parte de la imagen del escritor/a que viaja por todo el mundo para inspirarse o para escribir su gran obra maestra. La respuesta es que conozco bastante bien algunas de esas ciudades (porque he estado en ellas en repetidas ocasiones), pero otras no las he pisado en mi vida. Y bien, ¿qué diferencia supone? ¿Es absolutamente necesario haber estado en los lugares que se recrean en una obra literaria para poder dibujarlos y contar con precisión las cosas que suceden en ellos?
»Si fuera así, nadie podría escribir novela histórica porque, ¿cómo animar y dar vida al Caribe del siglo XVII, al Madrid del Siglo de Oro, al Shangai anterior a la revolución comunista, a la Barcelona medieval, al Londres de los Tudor, al París de María de Médicis, a la Etiopía de los primeros siglos de nuestra era o al Camino de Santiago en el siglo XIV…? ¿Alguien ha podido estar allí y verlo todo con sus propios ojos para, luego, ser capaz de contar cómo eran esos lugares en realidad en aquellos momentos históricos?».
Y vosotros, ¿qué opináis? ¿Estáis de acuerdo con la autora? ¿O creéis que es preciso viajar a un lugar para poder describirlo bien?
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Comentarios (28):
César
04/12/2013 a las 18:03
Yo estoy de acuerdo.
Hace un tiempo intenté hacer una historia de ciencia ficción donde dos chicos viajaban al pasado y terminaban en la ciudad de babilonia. Pero justo cuando llegué a esa parte me quede atorado porque no sabía exactamente cómo era y que nadie sabría porque esa ciudad ya no existe. Y sin embargo existen libros como “El hombre más rico de babilonia” en donde el autor usa la ciudad para narrar curiosas historias de prosperidad financiera y la verdad esas historias se sienten bien ambientadas y no creo que el venga del pasado.
Isabella
04/12/2013 a las 18:06
Que interesante! Desde mi punto de vista, Matilde Asensi tiene razon en lo de la parte historica: todos los escritores de novelas historias tienen que investigar y documentarse puesto que es imposible que escriban algo semejante a la realidad de otra forma.
En cuanto a lo que se refiere a la actualidad, yo creo que obligatorio no es pero si muy recomendable. Me parece que nada puede igualar a ver una ciudad de primera mano, pero investigar concienzudamente sobre el tema puede acercarse mucho. Se puede hacer un trabajo muy bueno sin haber estado en la ciudad fisicamente, aunque yo personalmente creo que ante un caso asi optaria por no describirla demasiado (en sentido de no arriesgarme inventando cosas o que no se a ciencia cierta que existen o que se encuentran ahi a no ser que ese sea mi proposito) para no cometer errores que cualquiera que conozca un la ciudad pudiera ver.
Josefa Vega
04/12/2013 a las 19:24
No es estrictamente necesaria la visita al lugar del que se escribe, pero indudablemente, si se conoce de primera mano, los detalles serán mucho más exactos y el riesgo de incurrir en errores será mínimo. Aun así, ¡imaginación al poder!
Quico
04/12/2013 a las 20:07
Yo estoy también de acuerdo con Matilde. De hecho cambian tantísimo las ciudades y pueblos en simplemente 50 años (sólo hay que escuchar a nuestros ancianos).Documentarse bien y suplir las lagunas o las ausencias de datos con imaginación. A no ser que se hable de algo muy emblemático y conocido. En cuanto a los parajes, por ejemplo si queremos situar una historia en Canadá, es probable que nos sirva lo mismo un paisaje de los Alpes o de los Pirineos o de cualquier sierra que reuna un mínimo de parecido y características similares. Simplemente intercalamos lo conocido, lo seguro y fiable para dar verosimilitud a lo desconocido. Con los pueblos anónimos pasa lo mismo, un pueblo blanco del Mediterraneo lo mismo puede ser de Grecia, como de Andalucía, Turquía, las islas, etc…nos puede servir teniendo en cuenta a la hora de escribir los cambios linguísticos, letreros, lo típico, pero lo general es perfectamente válido.
Rosa
05/12/2013 a las 16:29
Julio Verne no viajó a ninguno de los lugares que nombra en “La vuelta al mundo en 80 días” y sin embargo esta novela ha tenido muchas ventas.Incluso cuando tiene errores una historia es aceptable, ejemplo: él cuenta que el viaje por el océano Pacífico es muy tranquilo, por eso le pusieron ese nombre, y en verdad eso no es así. Este es una buena muestra de lo dicho por Matilde Asensi.
Serrano
06/12/2013 a las 03:57
Hola, Mi parecer es que todos están en lo correcto. Ya que me parece que existe variedad de estilos de escritura; aunque, yo, realmente soy ignorante conocedor del fascinante mundo de la literatura. No obstante, perfecto es tener la experiencia vívida, para una satisfacción mayor o personal. Pero si no es posible viajar, es cuando se convierte en arte. Pienso, no se, hasta que punto estoy en lo correcto.
Por lo de mi parte es un gusto comunicarme con vosotros.
Martina
06/12/2013 a las 11:45
Opino como Matilde. Es más, creo que un escritor es el que tiene la capacidad de crear e imaginar otros lugares con una buena documentación.
Cárlos
06/12/2013 a las 12:48
Sí, estoy de acuerdo no hay que haber estado presente en el sitio del que se habla, además en algunos casos es imposible porque ese lugar sólo se encuentra en la imaginación del autor. No se puede viajar al otro lado del espejo. Añadiría el ejemplo de Baroja que en su vida se subió a un barco y describe las faenas marineras con una precisión asombrosa.
Claro que si lo que pretendes es escribir una guía turística o te dedicas a la crítica gastronómica sí tienes que ir al lugar pero no creo que esa sea la clase de literatura de la que estamos hablando.
Samantha
06/12/2013 a las 16:41
Hoy en día, con los avances de la tecnología es muy sencillo conocer, (quizás no a profundidad)lo suficiente para ambientar una historia. Aunque soy de esas personas que acostumbro a investigar un poco más. También considero que nada ayuda más que hacer amigos de esos lugares, vía Facebook.
Serrano
07/12/2013 a las 02:50
Mi segundo comentario, si es posible. Ya he manifestado que no hay inconveniencia en visitar o no un país para crear una historia. Sin embargo, les contaré una breve experiencia actual.: Soy empleado a los que les llaman, eventuales,y resulta que me traslado en transporte público. Es una de varias rutas tortugas. Me subo en un punto en el que las unidades se encuentran bacías. Por lo que por suerte viajo sentado. Pero los que viajan parados disfrutan de: Un arranque mas que lento, si tienes suerte te toca un motorista honesto, y hace un viaje normal. De lo contrario, viajas a una velocidad de 1 kilómetro por hora. Esto lo hacen para llenar el bus con tantas personas como sea posible. Lo peor del caso es que aun estando llena, a modo de no poder caminar en su interior, el kolometrage no cambia. Por el contrario, empeora. Figúrate es tan lenta que cuando se les poncha una llanta, buscan a una tortuga mecánico, y esta les repara le llanta sin en bancár el autobús. Espero lo logres entender.
Cada lugar o ciudad tiene sus cosas bellas, sin llamar a las lindas mujeres cosas, por lo que creo que el que puede viajar felicidades, y el que no, que cree la mejor historia del mundo.
Pilar Alcántara
07/12/2013 a las 19:48
Estoy totalmente de acuerdo con lo que dice la escritora.
Carlso Dauro
08/12/2013 a las 21:43
Todo es cuestión de imaginación y documentación si vas a contar una historia que va a desarrollarse en la actualidad. Incluso para las históricas hay ciertas ubicaciones que aparecen en los libros de historia y pueden facilitarte situaciones a tus protagonistas. No obstante pienso que lo importante es la imaginación y la trama más que los detalles de la ciudad. Estoy de acuerdo con ella.
Literautas
09/12/2013 a las 14:41
¡Muchísimas gracias a todos por vuestros comentarios! Me encanta saber vuestra opinión sobre este tema y ver que, en general, estamos todos de acuerdo con Matilde Asensi. A veces basta con documentarse bien para poder escribir sobre un lugar, aunque nunca lo hayamos visto en persona.
Sin embargo, por no mantener el hilo del debate, me gustaría añadir una reflexión basada en una experiencia personal:
Hace unos años estaba documentándome para escribir un cuento sobre un artesano del vidrio en el siglo XVI. Me pasé meses leyendo información sobre el soplado de vidrio, las técnicas, la historia, etcétera. Sabía muchísimas cosas sobre el tema y creía que podía escribir la historia, pero no lograba sentirla. Me faltaba algo.
Entonces descubrí una fábrica en Mallorca que seguía empleando la técnica tradicional del vidrio soplado y que contaba con museo abierto a las visitas. Estaba de suerte, porque el horno en cuestión me quedaba cerca, a menos de 20 minutos en coche, así que para allá me fui.
Visitar esa fábrica me ayudó a sentir el calor de los hornos de cerca, los colores del vidrio al fundirse, sus sonidos, sus olores… Son cosas que tal vez no necesitaría para contar la historia, pero tampoco podría haber comprendido plenamente al personaje y transmitirlo sin haber tenido la oportunidad de ir a esa fábrica.
Está claro que la documentación en sí misma puede bastar para escribir una historia en la época y lugar que haga falta pero, ¿no creéis que la posibilidad de percibirlo de primera mano con nuestros cinco sentidos hará más fácil la tarea?
Un abrazo y gracias a todos por vuestros comentarios!
Isabella
09/12/2013 a las 16:17
A eso mismo me referia en mi anterior comentario, Literautas! 🙂
Se puede hacer un trabajo muy bueno mediante la investigacion (y todo lo que ello implica) pero como verlo de primera mano no hay nada.
Literautas
13/12/2013 a las 12:10
Estamos de acuerdo. 😉
Un abrazo
Víctor Mosqueda Allegri
09/12/2013 a las 17:48
Genial este debate. Es evidente que viajar al sitio que queremos recrear tiene innumerables beneficios. Eso nadie lo duda. La pregunta es si no usar esta herramienta puede permitirnos crear buena narrativa.
Allí habría que definir también de qué narrativa estamos hablando. Como yo escribo una narrativa más intimista, mi narración básicamente se centra en la psicología del personaje, y muy pero muy rara vez dejo detalles geográficos, y cuando los hay son muy vagos (o imaginarios por tratarse de una ciudad anónima o inventada). Entonces, aquí hablamos exclusivamente de historias donde el escenario de fondo es imprescindible.
Las historias de aventuras por lo general requieren de una descripción precisa del ambiente, y otro par de géneros más también lo requieren. Así que sería sobre ese tipo de obras sobre las que estaríamos hablando, más que sobre la literatura en general.
Existen libros preciosos (costosos, pero hermosos) donde se muestran fotografías de una ciudad en concreto, y cada ciudad por lo general tiene su cronista, que se encarga de escribir textos sobre esta, donde el buen nivel de detalle abunda en las descripciones. Eso podría ser un excelente punto de partida para recrear una ciudad. Pero en la actualidad contamos con herramientas mucho más expeditas.
Hace un par de años, participé de un proyecto de novela colectiva, junto a escritores de varias partes del mundo, y la trama de la novela se dividía entre Buenos Aires y Madrid. Además era una trama donde importaba la descripción precisa de ambas ciudades, incluso al nivel de precisión de hablar de calles, y de los locales comerciales (reales) que en estas habían. Yo soy venezolano y nunca he viajado a ninguno de estos países. Así que para documetarme sobre ambas ciudades utilicé el recurso de Google Street, disponible en su aplicación Google Earth o Google Maps. Con ella puedes ver panorámicas de 360 grados, perfectamente interactivas de las ciudades más importantes del mundo, tal como si fueras un transeúnte que camina por el medio de las calles.
Con esta herramienta conocí muy bien ambas ciudades, teniendo incluso la posibilidad de recrear la escena de una persecución a pie, donde menciono calles exactas, locales en los que se entra, cruces, semáforos y todo lo que se les pueda ocurrir.
En el tiempo con el que contábamos para hacer el trabajo, hubiera sido imposible viajar a ambas ciudades, y además hacer una exploración tan completa como la que yo hice, ya que tuve oportunidad de recorrerlas de punta a punta. Probablemente haya dedicado una decena de horas en cada ciudad, pero eso sería una fracción mínima de lo que necesitaría de estar en la ciudad real, contando traslado en avión, taxis, autobuses, caminatas, entre otras cosas.
Así que sí creo que sea posible, haciendo uso de los muchos recursos con los que contamos en la actualidad, escribir una historia en la que hasta el más local de los lectores quede convencido de que nosotros alguna vez estuvimos allí, en ese lugar que le narramos.
Aunque igual yo sigo con las ganas de poder hacer un viaje de investigación para cualquier cosa que escriba. Pero ya es más por una cosa romántica de sentirme un escritor profesional, que porque lo considere necesario.
Literautas
13/12/2013 a las 12:13
Es muy buena la reflexión que haces, porque es cierto que depende mucho de la obra que vayamos a escribir y la importancia que tenga el espacio en ella.
Tampoco son todas las ciudades iguales. Algunas sí podemos conocerlas gracias a herramientas como Google Street, añadiendo con imaginación las cosas que faltan. Otras, sin embargo, no estoy tan segura de poder llegar a comprenderlas si necesitásemos hacer una descripción minuciosa, como por ejemplo, una ciudad asiática, tan diferente de las nuestras. No sé si bastaría este tipo de documentación a distancia para forjarnos una idea real… Pero bueno, supongo que también puede depender del escritor. 🙂
Pero como también comentas: qué placer cuando podemos permitirnos el lujo de ir a ver un lugar en persona para documentarnos. ¡Esa sensación es impagable! 😀
Un abrazo y gracias por tu comentario
tyess
12/12/2013 a las 21:06
No conocer un lugar da espacio a errores y malentendidos. Por fortuna, visitar un sitio no es la única forma de conocerlo.
Literautas
13/12/2013 a las 12:18
Cierto. Y lo que sí está claro es que hay que conocerlo para escribir sobre él. Ya sea en persona o a distancia, si no lo conocemos a conciencia, habrá lagunas.
Por ejemplo, hace poco leí una crítica durísima a una novela ambientada en Galicia (aunque su autor no era gallego) porque en la historia se encontraban algunos despistes como el poner que un día de verano a las nueve ya había anochecido. En Galicia en esa fecha del año anochece bastante más tarde (cosas de estar en un uso horario que no corresponde con la luz solar). Parece algo nimio, pero un detalle tan tonto como éste puede acabar molestando a más de un lector. :S
Un abrazo y gracias por tu comentario. 🙂
Serrano
13/12/2013 a las 05:03
Hola, por la posible duda que he percibido, en el comentario de Literautas, opino; con todo respeto y admiración,digo: Si viajas al país de donde quieres la historia, te sorprenderá los encantos que este posea. Pero si escribes de el y estas documentado, y ademas es una linda parte la composición, pienso que no habrá inconveniencia. Por que el arte es ese, la creatividad. Gracias.
Literautas
13/12/2013 a las 12:19
Muy buena reflexión, Serrano. Gracias por compartirla. 🙂
Supongo que tienes razón. También depende de la historia que quieras contar y cómo la vayas a contar, por supuesto. De todas formas, siempre que podamos ir en persona, mejor que mejor. Aventura que nos llevamos en nuestra experiencia personal, ¿no te parece? 😉
Un abrazo y gracias por tu comentario
Nacho
07/01/2014 a las 20:23
Si la obra es actual, y la ciudad es fundamental en la trama, lo mínimo que puede hacer el autor es conocerla. De ser secundaria, con buena documentación y unas cuantas horas de internet puede solucionarse.
oswaldo antonio perez suarez
23/01/2014 a las 23:33
Las entradas me parecen muy utiles sobre todo para los que estamos empezando y nos asaltan muchas dudas e inquietudes.Les agradeceria tambien incluir, en lo sucesivo, un tema que se refiera a los capitulos de una novela literaria, los tipos que pueden darse y la manera tecnica de desarrollarlos para una adecuada coherencia de la misma.Gracias de antemano…estare pendiente.
Maureen
10/03/2014 a las 23:10
¡Caray! Pues yo me temo que no estoy de acuerdo del todo con Matilde Asensi. Efectivamente, para una novela histórica, es imposible visitar esos sitios en esas épocas, por lo que hay que documentarse de otra manera.
Pero si escribimos en la actualidad, yo creo que cuanto mejor se conozca la ciudad sobre la que escribimos, mejor. Y los sitios solamente se conocen bien si se visitan. Si no has estado nunca, te puedes hacer idea de los edificios u otros aspectos digamos “técnicos”… pero la vida, los olores, los ruidos, todo eso en mi opinión sólo se consigue viviéndolo.
Jeremy Williams
21/06/2014 a las 19:39
Street View de Google Maps es una herramienta maravillosa para el autor pobre.
Para el rico, puedes desgravar tus vacaciones si escribes novelas sobre los lugares que quieres visitar y aprovechas para visitar.
Sara
30/04/2015 a las 22:21
Yo no estoy de acuerdo, pero es por un motivo estrictamente personal. Cuando escribo generalmente soy muy visual, yo debo imaginar detalladamente la escena que voy a escribir, mucho más cuando se trata de un lugar. Todas mis visiones se basan en recuerdos, excepto cuando estoy INVENTANDO un lugar o una situación, pero sí, cuando describo un lugar que de verdad existe en determinada secuencia necesito acudir a mis recuerdos de lugares en los que he estado anteriormente, así que para mí si es importante haber estado en el lugar del que voy a escribir. Sí entiendo el argumento de defenderse con pura documentación o investigación, y puedo decir que muchos escritores podrán hacer uso de este recurso con éxito; pero lamentablemente eso no es para todas las personas, cada mente de escritor funciona diferente y realmente no creo que esto de escribir sobre un lugar solo a base de fotografías y datos funcione para mí.
Elena
20/02/2016 a las 14:13
Estoy de acuerdo con que no es necesario para viajar a un sitio para escribir sobre él. La imaginación es una poderosa herramienta, y a día de hoy, las tecnologías están tan desarrolladas que podemos “viajar” sin movernos del salón de casa. La información que está al alcance de de todos es variada.
Si bien, creo que personalmente me costaría mucho escribir sobre un sitio en el que no he estado.
Mayte
27/03/2016 a las 23:29
Hace años que quiero viajar a New Orleans. Siento pasión por el jazz y por esa ciudad con tanta historia. La novela negra es la que me inspira, y si bien podría crear una obra ambientada en Madrid, que conozco bastante bien sus calles y recovecos, hoy he sentido el deseo de ambientar una obra en New Orleans, y ha sido cuando me ha asaltado la duda y he encontrado estos comentarios. La posibilidad de viajar allí es muy lejana, por lo que me gustaría poder escribir algo sin necesidad de ese viaje.
Y además pienso que la creatividad nos da ese poder.