Ejercicio de escritura nº 24: ¿quién tiene miedo?

El miedo es una de las peores emociones que existen porque nos paraliza; no nos permite avanzar. En esta ocasión, sin embargo, voy a proponeros un ejercicio en el que el miedo, en lugar de bloquear, nos ayude a poner una nueva historia en movimiento. ¿Qué os parece? ¿Os animáis a intentarlo?

Como ya sabréis, existen miedos y fobias para todos los gustos. Hay algunas que parecen increíbles, como la bibliofobia, que consiste en el miedo a los libros. ¿Os imagináis? Yo no podría vivir con una fobia así. Pero bueno, vamos a lo importante, el ejercicio:

1. Elije a un personaje

Empecemos por elegir a un personaje, el que queráis. Podéis inventarlo de cero, tomarlo prestado de vuestra carpeta de personajes o de la colección que tenemos en el blog.

2. Asígnale una fobia

Una vez tengas al personaje, piensa en un miedo o una fobia que pueda tener. No importa que parezca absurdo, como el miedo a las sandalias o a los relojes de arena, por ejemplo. De hecho, cuanto más absurdo sea, más juego puede darte después.

Si quieres, puedes tomar como inspiración miedos reales como los que encontrarás en esta página: diccionario de Fobias; o también hacer una lista de posibles miedos con lo primero que se te ocurra hasta que des con uno que te parezca más inspirador para tu historia.

3. Enfrenta al personaje a sus miedos

Para terminar, escribe la historia de tu personaje enfrentándose a ese miedo que lo paraliza. ¿Qué podría pasar para que este enfrentamiento ocurra? ¿Cómo reaccionaría el personaje? ¿Lograría superarlo? Con las respuestas, construye tu historia.

Por ejemplo, un personaje con pánico a las alturas tiene que escoger entre caminar por la cornisa de un rascacielos o dejar que lo atrape un asesino a sueldo. O un personaje con miedo a los libros tiene que entrar en una biblioteca y leer un montón de ejemplares en busca del antídoto que salve la vida a su hijo. Son ejemplos un poco simplones, pero creo que sirven para ver por dónde va el ejercicio.

Sugerencia

Otra posibilidad que nos da este ejercicio es la de darle a un personaje uno de nuestros miedos más profundos y hacer que se enfrente a él —a ser posible para acabar superándolo—. Puede funcionar como terapia para ayudarnos a superarlo.

¿Qué os parece el ejercicio? ¿Os animáis a darle una paliza a vuestros miedos?

¡Feliz escritura!

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