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¿Qué hacer después de escribir tu primer borrador?

Has terminado tu primer borrador, ¿y ahora qué? Descubre la guía paso a paso para revisarlo, mejorarlo y convertirlo en una novela lista para el mundo.

Planificar y escribir una novela no es tarea fácil. Podemos tardar semanas, incluso meses, en avanzar en cada etapa. Pero, si perseveramos y seguimos escribiendo, llega ese momento tan esperado: ¡terminar el primer borrador! Es una sensación increíble, maravillosa… Sin embargo, enseguida comienzan a asaltarnos las dudas: ¿cuál es el siguiente paso tras terminar de escribir un manuscrito? ¿Qué viene después del primer borrador?

Por desgracia, aquí es donde empieza una de las partes más arduas del proceso: la revisión y edición del manuscrito. Lo más probable es que, si lo lees con perspectiva, tu borrador te parezca un desastre (la mayoría lo son). Pero no te preocupes, es más fácil de arreglar de lo que parece. Lo importante es mantener la calma. Hay formas de hacer que esta fase sea mucho más llevadera, como trabajar con un sistema metódico y organizado.

Obviamente, cada escritor es único y utilizará su propio sistema, pero voy a compartir el mío por si puede servirte para crear el tuyo:

1. Recuerda de qué va tu historia

Antes de empezar a revisar un manuscrito, creo que es importante identificar el tema de la historia y saber qué es lo que quieres contar exactamente. Si no lo has hecho aún, hazlo ahora y apúntalo en un lugar visible para tenerlo siempre presente mientras revisas el texto. Te servirá como brújula cuando dudes sobre algún cambio.

🎯 Truco: a mí me gusta escribir una breve escena que capture la esencia de esa idea. Suele ser una escena que luego no usaré en la novela, pero que me ayuda a entender emocionalmente lo que quiero contar

2. Deja reposar el manuscrito

Cuando terminamos de escribir una historia, todavía estamos demasiado implicados en ella y nos cuesta leerla con la objetividad y distancia necesarias como para ponernos a revisar. Lo ideal es dejar pasar un tiempo para que el borrador repose y nos resulte más fácil leerla y, sobre todo, cambiarla.

Pero ¿cuánto tiempo hay que dejar reposar un manuscrito? Aunque no existe una respuesta única y cada escritor tiene su propio método, deberías dejar pasar un par de semanas como mínimo, aunque un mes o dos sería todavía mejor. Esto te ayudará a ver la historia con más claridad y detectar sus puntos débiles con mayor facilidad.

Mientras tanto, puedes leer otros libros, planificar una nueva novela o simplemente desconectar. Lo importante es dar espacio a tu mente para que, cuando vuelvas al borrador, puedas verlo con otra perspectiva.

3. Relee el manuscrito y toma notas

Después de haber dejado pasar el tiempo de rigor, es hora de volver al manuscrito y leerlo de principio a fin, sin pararte a analizar los detalles de estilo.

En esta fase, el objetivo es analizar la historia y detectar posibles problemas en las tramas y subtramas, en los arcos de personaje, en la construcción de los personajes, el desarrollo de los conflictos, etcétera. Se trata de fijarse en el fondo más que en la forma y de tomar notas de todo lo que no funciona, pero sin corregir aún nada: identifica los problemas antes de solucionarlos.

4. Organiza los cambios según su importancia

Una vez hayas identificado las partes que hay que modificar para que tu historia funcione mejor, crea una hoja, una lista de tareas o un documento de excel en el que organices estos problemas ordenándolos según su importancia:

1. Problemas globales. Los más importantes porque afectan a toda la historia, como un personaje que sobra (o falta) o una trama que no funciona.

2. Problemas intermedios. Afectan a partes específicas, como la mitad de la novela o ciertos capítulos.

3. Problemas menores. Errores concretos de escenas o capítulos que necesitan ajustes más sencillos, pero que no afectan a otros momentos de la historia.

Con tu lista de problemas organizada, es el momento de comenzar la reescritura. Pero no te preocupes aún por el estilo. Es el momento de asegurarte de que la historia funciona a nivel narrativo y no tanto de pulir tu prosa. Y cuando termines…

5. Envía tu manuscrito a los lectores alfa

Los lectores alfa son un recurso valioso en la revisión de un manuscrito, ya que tienen experiencia en escritura y análisis narrativo. Su labor no es fijarse en el estilo o la corrección lingüística, sino identificar fallos en la trama, inconsistencias en los personajes y posibles problemas estructurales.

Si tienes a alguien así en tu entorno y puedes enviarle tu historia, aprovecha la oportunidad. Pero si no cuentas con esa suerte, hay alternativas: puedes buscar grupos de escritores en redes para intercambiar opiniones o, si tu presupuesto lo permite, recurrir a un informe de lectura profesional, como los que hacemos en Literautas.

6. Pule a fondo el manuscrito

Cuando recibas las opiniones de tus lectores alfa, crea una nueva lista con los aspectos a modificar, organizados otra vez por importancia. Con esta lista en mano, podrás escribir la tercera versión de tu historia, enfocándote en mejorar los elementos que aún lo necesiten.

Una vez realizados los ajustes necesarios para que la historia funcione, llega el momento de hacer una  primera revisión de estilo: la prosa, las descripciones, el narrador, los diálogos… Lee en voz alta el manuscrito e intenta que suene lo mejor posible. Es un primer lavado de cara que mejorará la presentación del texto, ya que esta será la versión que enviarás a los lectores beta.

⚠️ ¡Ojo! Que un lector alfa haga una crítica constructiva de tu historia no significa que debas cambiar todo lo que sugiera. Analiza sus comentarios con perspectiva y modifica solo aquello con lo que realmente estés de acuerdo. Al fin y al cabo, es tu historia y tú decides cómo contarla.

7. Envía el manuscrito a tus lectores beta

Los lectores beta son más fáciles de encontrar, ya que no necesitan ser expertos en escritura, pero sí es interesante que sean lectores habituales para que puedan darte una opinión útil e interesante sobre el libro. Si recurres a amigos o conocidos, intenta que sean personas que leen con frecuencia, preferiblemente dentro del género de tu novela.

A diferencia de los lectores alfa, aquí no buscas una crítica técnica, sino conocer la experiencia de lectura. Quieres saber cómo reaccionan los lectores: si la historia engancha, si los personajes les resultan creíbles o si hay partes confusas o aburridas.

Como no son críticos profesionales, es importante guiar sus respuestas para que su feedback sea realmente útil. Para evitar valoraciones vagas como “me ha gustado” o “no me terminó de enganchar”, lo ideal es preparar un cuestionario con preguntas concretas. Puedes seguir los consejos que publicamos en el blog sobre cómo aprovechar al máximo la opinión de los beta lectores.

8. Sácale brillo y escribe la versión definitiva

Cuando recibas las opiniones de los beta lectores, seguramente aún haya algunos ajustes por hacer. Con suerte, ya no serán cambios drásticos en la trama, sino correcciones menores: aclarar una escena confusa, pulir una subtrama o ajustar un personaje para que se interprete tal como lo imaginaste.

Haz las modificaciones necesarias y aprovecha para realizar la revisión final del borrador. Esto significa eliminar lo innecesario, asegurarte de que cada palabra sea la adecuada y perfeccionar la fluidez del texto. Puede ser una fase tediosa, pero es fundamental para que tu manuscrito brille. Dedícale el tiempo que haga falta hasta que la lectura sea natural y precisa.

🎯 Consejo: recuerda lo útil que resulta leer en voz alta el texto o usar alguna app para que lo haga por ti. Al escuchar, muchas veces resulta más fácil detectar frases o líneas de diálogo que no sean naturales.

9. Misión cumplica

Si has llegado hasta aquí, ¡lo has conseguido! Enhorabuena, tu novela está lista para enviarla a una editorial, intentar buscar un agente literario, participar en un certamen o incluso autopublicarla. Pero esa, como se suele decir, ya es otra historia…

¿Y tú? ¿Tienes algún método para organizar la reescritura de tus textos? ¿Qué te parece el mío? ¿Crees que podría resultarte útil? ¡Cuéntamelo en los comentarios!

Comentarios (5):

Daniel Calleja

12/03/2025 a las 14:06

Hola compañeros y compañeras del foro. Yo tenía la muy mala costumbre de ir corrigiendo sobre la marcha. A raíz de uno de los primeros retos (el de la vidente) me inspiro para escribir una novela qué hacía tiempo me venía dando vueltas. No es larga, apenas algo más de 50.000 palabras. La dejé reposar un mes y le realicé la primera corrección, buscando huecos en la trama e incongruencias. Pero tengo un problema. Me gana el lector y me olvido que estoy corrigiendo, me dejo arrastrar por la historia y las emociones que me provoca. Muchas veces paso páginas sin darme cuenta y tengo que volver atrás. ¿Cómo se hace para disociarse y leer como escritor? ¿Conocen algún truco? ¿A quién recurrir cuando no se pueden pagar lectores alfa? Gracias Iria por tus consejos. Saludos

Trinidad

12/03/2025 a las 18:58

¡Muchas gracias por compartir tu experiencia! Viendo el proceso tan estructurado me animo a dejar los garabatos a un lado y enfrascarme en una primera novela. ¡Gracias!

renier Gamboa

13/03/2025 a las 19:37

Hola, cuando escribo borradores de cuentos lo paso a lectores que so n escritores y lectores. LOmdejo reposar unas dos semanas y mejoro. cada cuento tiene sus ajustes después de cada revisión.

Dante

15/03/2025 a las 20:15

Hola Daniel.

Qué bueno que hayas podido expandir ese relato, o bien inspirarte para una novela corta. Y sobre todo que hayas logrado terminarla.

Está bien dejarla reposar. Es un gran consejo el que nos ha dado Iria. En el caso del relato de este mes, me ha servido. Si bien tenía la estructura ya lista, en las últimas lecturas después de alejarme, descubrí algunos pequeños detalles. Creo que a todos los que sigan/seguimos ese consejo nos pasará.

Con respecto a tu problema de que te “gana el lector”, este inconveniente es la contracara de la “mala costumbre” que referías al principio, esto es “corregir sobre la marcha”.

Cuando se corrige “sobre la marcha”, aquí suele suceder que el crítico “mata” al escritor y si no nos deja con la página en blanco, nos acerca peligrosamente. No siempre pasa y a veces ayuda a que el producto final sea bueno si lo que hay es observación y no una censura. Pero el crítico/censor siempre puede aparecer cuando se va corrigiendo “sobre la marcha”.

Para disociarse y leer como escritor, quizás te convendría hacer una planificación previa.

Con esto me refiero a armar una estructura o a hacer preguntas.

Es muy interesante el post de este mes acerca del tema de la historia. Si tenés eso claro, puede ayudar mucho, porque la historia, aún por contraste, siempre deberá volver a ese hilo conductor, alma, esqueleto, esencia, o como quieras llamarle.

Por otro lado, podrías fijarte en la guía para comentar textos de Literautas y tratar de analizar tu propio texto como si fuera ajeno PUNTO POR PUNTO (perdón las mayúsculas, pero no conozco otra forma para destacar esta idea). Es decir: separar forma de contenido y elemento formal por elemento formal. Este análisis habría que hacerlo tanto por partes (ejemplo capítulos o actos, si la dividís en tres actos) como a nivel global.

El contenido es fundamental porque sin él no tenemos historia. Pero en gran medida lo que determina la “originalidad” (lo pongo entre comillas porque en forma pura no existe, pero es para un laaargoo debate) y la singularidad de una historia es la FORMA. O sea: cómo está contada, en base a qué recursos.

En cuanto al contenido, ya ahí podrías analizar cómo se conectan los elementos de la trama, su relación con temas y subtemas y si algunas palabras, personajes, lugares, cosas, condiciones climáticas, estaciones, nombres de personajes, etc. no operan o podrían operar como símbolos. En caso afirmativo, ¿esos símbolos se relacionan entre sí, son coherentes, son unívocos o multívocos?

Todo lo anterior creo que debiera complementarse con lo siguiente: al ir analizando críticamente las partes y el todo, también siempre deben “flotar” otras preguntas:

¿Qué sucede?
¿A quién?
¿Qué hace/piensa/dice cada quién?
¿Qué hace y qué sufre cada quién?
¿Cómo suceden las cosas?
¿Por qué sucede lo que sucede y por qué cada quién hace/piensa/dice lo que hace/piensa/dice?
¿Para qué sucede lo que sucede y para qué cada quién hace/piensa/dice?

Esto último, la cuestión de la razón y el propósito (por qué y para qué) sirve tanto para la trama como para los parlamentos y acciones de los personajes. Una buena guía también es que la información siempre venga en contexto, que nada sea simplemente informativo para que “el lector lo sepa”. En materia de diálogos significaría que cada palabra tenga una “carga”, una intención. Que busque producir efectos en los otros personajes y el entorno.

En mi opinión, siempre es un buena consejera la pregunta: ¿Qué quiero lograr con esto? ¿Qué quiero lograr con este personaje, con esta descripción, con este elemento, etc.? ¿Qué efecto quiero causar en la trama y en el lector?

Más allá de que encuadra también como elemento formal y ya me referí a ese análisis, examinar aparte tanto el narrador como el punto de vista (desde dónde cuenta la historia) y la pertinencia de ese narrador para la historia, es otro factor a considerar.

Otra guía que se me ocurre es lo que llamo “intención narrativa”. No siempre me es posible hacerlo, pero cuando puedo hacer comentarios más exhaustivos siguiendo la guía de Literautas, siempre me fijo en eso: “la intención narrativa”. A la que yo suelo definir como “lo que el autor quiso contar y cómo quiso hacerlo, independientemente de si lo logró o no”.

¿Qué quiero decir con esto? De que es perfectamente posible (lamentablemente para nosotros como escritores) que tengamos muy en claro qué queremos contar y cómo lo quisimos hacer y que el resultado final no sea consistente con ello. A veces el lector puede inferirlo, y si lo que está haciendo es comentarlo como nosotros en el taller, puede reconstruir esa intención en base a manifestaciones externas y sugerir variantes que se ajustarían más a dicha intención. Pero si es un simple lector, no sólo no tendremos ese feedback, sino que además puede sentirse “perdido” o entender de otra manera el texto.

Entonces al leer nuestro propio texto sí podemos preguntarnos: ¿quise contar esto y de esta manera? Si lo que vemos no se ajusta a lo que quisimos y cómo lo quisimos, habrá que ajustar el cómo de la concreción.

No obstante que vos exponés como el problema el dejarte ganar por las emociones, aquí hay un punto que podrías “dar vuelta” en tu favor.

Además de los análisis estilísticos, formales, narrativos, lógicos, etc. (de forma y contenido) también se puede hacer un examen emocional. Cuando ese “lector” te gana, podrías tener al lado una hoja o cuaderno o un archivo de texto e ir anotando. ¿Qué emociones me provoca cada pasaje? Luego, al volver a la estructura que reconstruiste al analizar el texto podrás ver si hay una correspondencia entre esas emociones, tu intención narrativa y lo que habrías planificado al escribir la novela.

También tené en cuenta otra cosa positiva de que “te gane el lector”. No está bien que desplace al escritor. Pero cuidado cuando el escritor quiere ser “demasiado escritor”. ¿A qué me refiero? A que el escritor puede tener la tentanción de que se “note” como escritor. Lo que no está bien.

¿Por qué? Porque el escritor crea la historia y obviamente realiza el trabajo de escribir, pero debe “diluirse”. El mérito debe ser del narrador, cualquiera sea, de la trama y, sobre todo, de los personajes.

Esto lo menciono para que tengas en cuenta de que todos los análisis anteriores que mencioné, vayan “filtrados” a través de esa óptica. Porque de lo contrario, seremos nosotros los escritores quienes hablemos en forma directa y podría ser percibido por los lectores como algo brusco, que no les causa placer estético o que lo que es peor (según de lo que se trate la historia), que están ante una “bajada de línea”.

Finalmente, otra guía que podés tomar en cuenta es pensar: ¿qué clase de historia es mi historia? ¿Plot-driven o character-driven?

Las historias “plot driven” son aquellas “manejadas por la trama”, y las “character driven” son aquellas “manejadas por los personajes”. Esta distinción es importante para saber dónde está el factor impulsor, y te guiará para saber si la dirección que va tomando la historia mientras la leés va en línea con lo que pensaste para ella. Si algo “no encaja”, pueden pasar dos cosas: o que tu historia encuadre en el otro tipo o que haya algo que ajustar para que encuadre en el tipo que crees que es el correcto y el que elegiste.

No sé si estos son trucos. Pero te agradezco habernos dado la oportunidad para pensar en una cuestión tan importante, así que te comparto mis reflexiones.

Espero que te puedan ser útiles, aunque más no sea para seguir pensando acerca de la gran pregunta: ¿Cómo leer como escritores nuestra propia obra? Y que, llegado el caso, pudieran servirte como etapa previa a la intervención de lectores alfa, para que lo que ellos pudieran aportarte te rinda aún más.

Saludos y nos seguimos leyendo.

Daniel Calleja

17/03/2025 a las 00:36

Estimado Dante, gracias por tu extenso y valioso comentario. En una primera corrección trato de enfocarme mucho en lo más básico: gramática y ortografía por un lado (faltas, errores orto-tipográficos, puntuación, concordancia de genero y número, nombres cambiados etc). Por otro, que haya coherencia en el comportamiento de los personajes, incluso con sus humanas contradicciones.En una segunda instancia, trato de comprobar si la historia fluye con sus puntos de tensión y de descanso, si no hay descripciones innecesarias o faltantes, si no repito la misma información en varios puntos (salvo que sea para remarcarla). La verosimilitud del relato y mantener el interés del lector son otros aspectos que me parece importante controlar. En cuanto a las emociones, no hay una intención narrativa de generarlas en el lector, simplemente suceden, tal vez porque escribo de forma muy visceral. Aclaro que no tengo una formación académica “formal” en literatura. Sí he hecho algún taller, pero diría que soy mayormente autodidacta, a fuerza de textos sobre técnica literaria y algún cursillo por internet. Y por supuesto leer mucho y muy variado, y un gran amor por la escritura. Por ejemplo, no conocía los “driven” que mencionás. ¿Puede existir un enfoque intermedio? Diría que en el caso que comenté, sin duda está basada en el personaje y su viaje interior. ¿Cuenta lo que quiero contar? La respuesta es sí. ¿De la forma que quiero? También. Para mí es muy importante la claridad más que los adornos literarios. Creo que se puede escribir simple sin sacrificar la belleza del texto. Hay una planificación inicial del mismo, pero muchas veces el/los personajes nos hacen modificar esa hoja de ruta, como si cobraran vida propia.
Dejo por acá. De nuevo te agradezco tu extenso comentario, ha sido de gran ayuda. Saludos. Nos seguimos leyendo.

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