Literautas - Tu escuela de escritura

Cómo escribir mejor, sin errores y con estilo

¿Cometes errores al escribir? Descubre estos sencillos trucos y herramientas que te ayudarán a mejorar casi sin darte cuenta.

En este blog suelo hablar mucho de técnicas narrativas y de escritura creativa, pero la forma en la que presentamos nuestras historias es tan crucial como las ideas, el narrador, las tramas, los conflictos y cualquier otra parte de la narración. Una buena historia no lo es todo: la manera en que la escribimos también cuenta.

Por eso, he decidido escribir este artículo sobre la importancia de escribir sin errores y compartir algunos consejos que os ayudarán a mejorar la forma de vuestros textos. Espero que os sirvan tanto para participar en nuestro taller de escritura como para presentar vuestras historias en cualquier otro lugar.

🎓 Recuerda: Es normal cometer errores al escribir, pero con algunas prácticas sencillas podemos reducirlos al mínimo y mejorar la calidad de nuestros relatos.

Usa un procesador de textos

A raíz del taller, me he dado cuenta de que muchos más escritores de lo que pensaba escriben directamente en el formulario del taller desde su teléfono móvil, cosa que puede parecer práctica, pero tiene sus inconvenientes.

Es cierto que escribir en el móvil parece rápido y cómodo, ya que puedes hacerlo en cualquier lugar. También puede que no tengas acceso a un ordenador o tablet, o simplemente te sientas más cómodo con un dispositivo más pequeño. Sin embargo, escribir directamente en un formulario puede ser arriesgado: existe el peligro de perder información si ocurre un error o cierre inesperado. Además, se complica la revisión del texto, lo que afecta la calidad de la historia.

Así que, escribas en el móvil, en un ordenador o en cualquier otro dispositivo, por favor no escribas directamente en formularios de envío. Es mejor usar un procesador de textos donde puedas guardar tu información de forma segura, revisarla y corregirla antes de copiarla y pegarla en el lugar donde la vayas a enviar.

Existen muchos procesadores de texto, de todos los tipos y precios, sin importar el dispositivo que uses. Algunos ejemplos son Google Docs, Open Office, Word, Pages, o incluso nuestra app Story Planner, que te permite escribir y guardar tus historias en cualquier lugar, para que puedas revisarlas y corregirlas siempre que lo necesites.

Los procesadores de texto incluyen un corrector ortográfico que subraya las palabras mal escritas, sugiere cambios e incluso corrige errores comunes, como cuando escribes “qeu” en lugar de “que” (algo que a mí me pasa mucho al teclear, ¡bendito corrector automático!).

Deja reposar el texto

Las prisas no son buenas aliadas cuando se trata de escribir. A menudo, cuando terminamos un relato, estamos tan involucrados en él que nos resulta difícil ver los errores o identificar aspectos que puedan mejorarse. Por eso, si puedes, lo ideal es dejar reposar el texto durante unas horas o incluso días antes de revisarlo.

Este pequeño descanso te permitirá volver al relato con una mirada más fresca y objetiva. Al hacerlo, serás capaz de detectar errores que antes te pasaron desapercibidos y mejorar la fluidez del texto, dándole más claridad y naturalidad.

Léelo en voz alta

Leer tu texto en voz alta es una de las mejores formas de detectar errores y mejorar la fluidez del relato. Al escuchar las palabras, podrás identificar frases que suenan forzadas, repeticiones innecesarias o problemas de ritmo que podrían pasar desapercibidos al leer en silencio. Si algo no suena natural cuando lo lees en voz alta, es una señal de que probablemente necesite ajustes. Si prefieres no leerlo tú mismo, también existen herramientas que pueden leer el texto por ti para detectar posibles fallos de manera más objetiva.

Mejora tu gramática y ortografía

Todos tenemos algún aspecto de la escritura que nos cuesta más que otros. En ocasiones, pueden ser la puntuación, la gramática o la ortografía. La buena noticia es que existen opciones disponibles para mejorar esta parte de la escritura sin complicarnos demasiado. A continuación veremos algunas de las herramientas que puedes usar:

Libros para aprender a escribir mejor

Hay muchos libros que se enfocan en los aspectos formales de los textos, ayudándonos a mejorar la ortografía, la puntuación y la gramática en general. En el blog publiqué hace tiempo un post con algunos de mis libros de consulta favoritos. Hoy en día, si me tuviera que quedar solamente con uno, sería El castellano actual: usos y normas, de Manuel Casado.

Si tu problema son los diálogos, te recomiendo mi libro Cómo escribir diálogos. Me sabe un poco mal decirlo porque lo he escrito yo misma, pero puedo asegurarte que es uno de los más completos que encontrarás sobre la escritura de diálogos. Además, contiene un capítulo entero dedicado a la puntuación, con ejercicios y ejemplos prácticos.

Apps para revisar la ortografía y la puntuación

Aunque está bien leer libros sobre ortografía o seguir los posts sobre reglas de escritura en nuestro blog, a la hora de la verdad es la práctica la que hace al maestro. Pero, cuando estamos escribiendo o revisando un texto, no siempre resulta fácil recordar todas las normas que hemos leído. Si te pasa, quizás puedas recurrir a alguna aplicación que te ayude a asentar esos conocimientos.

Voy a ponerte un ejemplo para que veas cómo estas herramientas pueden marcar la diferencia: por motivos de trabajo, todas las semanas tengo que escribir textos en inglés y responder correos en este idioma. Hace cosa de un año, comencé a usar una app llamada Grammarly (diseñada para revisar ortografía y gramática en inglés) para ayudarme con la tarea. Al principio, cada vez que introducía un texto en la app, aparecían decenas de errores y recomendaciones para mejorar. Sin embargo, en unas pocas semanas, a base de revisar las sugerencias, empecé a interiorizar las normas y ahora soy capaz de escribir textos en inglés que, cuando los reviso en Grammarly, ya no tienen fallos. No te imaginas lo satisfactorio que fue la primera vez que vi ese mensaje de “No hay errores”.

Por desgracia, Grammarly solo está disponible en inglés. ¿Qué herramienta podemos usar entonces para textos en castellano? Hay montones de opciones disponibles, pero muchas son un desastre. Antes de que te vuelvas loco/a buscando y probando, permíteme ahorrarte algo de tiempo, porque ya he hecho ese trabajo.

He rebuscado en la web, probado un montón de herramientas con textos de distintas longitudes, introduciendo a propósito fallos evidentes y sutiles, para ver cuáles detectaba cada una de las herramientas. De todas las pruebas que hice, he seleccionado las que me pareció que ofrecían mejores resultados:

LanguageTool – Corrector ortográfico en español

LanguageTool es un simple corrector dentro de una web, donde tienes que insertar el texto a corregir, aunque también puedes instalarte su aplicación y/o los complementos para los navegadores. La versión gratuita permite textos de hasta 1600 palabras.

La versión de pago nos deja incluso subir un fichero en Word. Detecta bien las faltas de ortografía y algunos fallos de puntuación, pero no todos. Los vocativos no los pone entre comas y los diálogos los puntúa regular. Lo mejor: las tildes, no falla una. De nota media le daría un bien raspadito, nada del otro mundo.

DeepL – Corrector ortográfico en español

DeepL es un corrector ortográfico en web con una versión gratuita limitada para textos de hasta 2000 caracteres. De pago cuesta 15€ al mes (10 si te suscribes anualmente). Barato no es. Ahora bien, me ha convencido más que el anterior.

Ha corregido bien todas las comas y faltas de ortografía, ha puntuado bien los diálogos e incluso me ha sugerido un final para una frase que he dejado cortada a propósito. Aunque parece tener una manía inexplicable a los gerundios, que entiendo que es una cuestión de estilo, pero los cambia todos. En general, le doy mejor nota que LanguageTool, pero se quedaría en un 7,5 porque sigue siendo limitado.

LorcaEditor – Corrector ortográfico en español

LorcaEditor es una app que, en apariencia, me recuerda más a Grammarly. Es bonita, cómoda de usar, y entre esto y el nombre ya me habían ganado antes de probarla. Quizás por eso luego el chasco fue mayor cuando vi que los resultados dejaban bastante que desear.

Corrige bien las faltas de ortografía, así como las minúsculas que deberían ser mayúsculas. También te avisa de palabras que se repiten demasiado ofreciendo sinónimos a modo de corrección de estilo, pero no puntúa bien ni los diálogos ni el texto en general, además de no ofrecer todas las correcciones en el modo gratuito. Es decir, aparece un supuesto fallo, pero no me dice qué fallo es sin pagar. De nota, se queda en un 6 raspadito.

Inteligencias artificiales como correctores ortográficos

Sé que aquí abro un tema polémico porque no todo el mundo está a favor de las inteligencias artificiales, y mucho menos a la hora de escribir textos. Sin embargo, como aquí de lo que estamos hablando es de herramientas para aprender a escribir sin fallos, me parecía interesante probarlas a ver qué resultados ofrecen. Y la verdad es que no están mal. Quizás sea la opción más interesante.

He probado cuatro: Claude, DeepSeek, ChatGPT y Perplexity. De estas cuatro, Perplexity y Claude lo hicieron bastante mal, así que no las voy a incluir en la recomendación, pero DeepSeek y ChatGPT sí que me sorprendieron para bien, y ambas me dieron unos resultados muy similares, por no decir idénticos.

Lo que más me gustó de usar estas herramientas es que puedes pedirles que te marquen los fallos y te expliquen por qué están mal, y así aprender de ello. En ambos casos detectaron todos los fallos de ortografía, de puntuación y de concordancia. ¡Incluso en los diálogos!

Otro punto a favor de estas herramientas es que permiten corregir textos en cualquier idioma. Yo probé a revisar textos en español, gallego y catalán con resultados idénticos.

Lo único que noté que no corregían bien fue una palabra en mayúscula después de unos puntos suspensivos, cuando debía estar en minúscula. Tampoco me gustó que, a veces, estas herramientas se pasan de listas y corrigen en exceso, cambiando frases a su antojo y adaptándolas a su estilo, que no tiene por qué coincidir con el tuyo. Es decir, que corrigen cosas que no están mal. La solución que probé fue pedirles que corrigiesen sólo los fallos, pero no modificases el texto ni el estilo. Así lo hicieron mejor, pero se dejaron cosas sin revisar.

Conclusiones

Aunque las herramientas que he analizado para este post me parecen útiles, sobre todo las inteligencias artificiales, no son infalibles. Quizá algún día lo sean, pero aún estamos lejos de ese punto. En ningún caso confiaría en ellas al cien por cien. Lo ideal es que funcionen como complemento al propio aprendizaje. Para mejorar deberíamos seguir leyendo libros y artículos, adquiriendo conocimientos y, ante cualquier duda, recurrir a fuentes más fiables.

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Comentarios (15):

José Torma

12/02/2025 a las 17:17

Mucho que pensar y digerir. Me gusto en especial la lectora.

Gracias.

Iria (Literautas)

14/02/2025 a las 09:47

Gracias a ti por tus palabras, José. Un abrazo.

Daniel Calleja

12/02/2025 a las 19:17

Muy buen artículo, como siempre. Más que las herramientas que podamos usar, lo importante es aprender todo lo que se pueda y leer mucho. Yo escribo a mano a veces, a veces directo en el ordenador y siempre tengo el diccionario a mano. Cuando las ideas me asaltan en la calle uso el grabador de voz del celular. Lo de la lectura es voz alta me ha resultado muy útil, especialmente a la hora de detectar problemas con el ritmo. Desconfío de las IA, pero puede ser un tema de mi edad. Cuando yo comencé lo hacía en máquina de escribir mecánica. No tenía corrector(obvio) y si te salteabas algo, a veces debías escribir toda la hoja de vuelta. Los procesadores de texto son una gran herramienta, aunque en ortografía no son infalibles. Sin embargo, facilitan mucho el trabajo del escritor. Saludos

Iria (Literautas)

14/02/2025 a las 09:55

Muchas gracias, Daniel. Tienes un buen sistema de trabajo, enhorabuena. 🙂

Entiendo tu reticencia con las IA, es comprensible y yo misma tengo mis reservas en según qué aspectos. Pero, al mismo tiempo, creo que pueden ser una herramienta útil si se emplean con sentido común.

Yo viví lo que comentas de la máquina de escribir, pero por poco tiempo. Siendo una niña, recuerdo intentar escribir alguno de mis cuentos en ella y tener que reescribir todo por un fallo (lo cual era bastante frecuente porque, con ocho años, de mecanografía sabía más bien poco). Por suerte, pronto mi padre se hizo con una impresora para el ordenador (lenta como una tortuga, pero impresora al fin y al cabo) y todo resultó más fácil. Hoy en día tenemos tantos recursos a nuestra disposición que aquello parece la prehistoria.

¡Un abrazo!

IGNACIO

12/02/2025 a las 20:20

Importante el consejo de dejar reposar los textos.

Pregunta: ¿No es mejor conocer las reglas que acudir a una APP que corrija lo que hemos hecho mal?

Iria (Literautas)

14/02/2025 a las 10:00

Hola, Ignacio. Muchas gracias por tu comentario.

Por supuesto que es mucho mejor conocer las reglas, pero también soy consciente de que, a veces, por mucho que alguien se las estudie, cuesta interiorizarlas. Es como los niños que en la escuela tienen que estudiar las reglas de ortografía, pero luego cuando realmente las aprenden es a través de dictados y de las correciones que los maestros les hacen en sus propios textos. Por eso me parecen interesantes estas apps, si se usan de esta forma: como un complemento al estudio, para que haya “un maestro” que te corrija los fallos. Pero tú tienes que entender el por qué de esos fallos para interiorizarlos. De otra forma, sería como simplemente dejar que otro hiciese el trabajo por ti, pero no aprenderías.

El ejemplo que comentaba del inglés con Grammarly, a mí me sirvió precisamente por esto. Yo hago el trabajo proactivo de estudiar la gramática en este idioma, pero cuando realmente la aprendí fue a través del uso y las correcciones que me hacía esta app. Por eso ahora ya soy capaz de escribir textos en inglés sin todos esos fallos que tenía antes, y también sin tener que recurrir ya a la app. Lo he aprendido e interiorizado.

Pero, de nuevo, es solo una herramienta, un complemento al trabajo de aprendizaje que cada uno tiene que hacer por su cuenta si realmente quiere aprender. 🙂

¡Un abrazo!

Codrum

13/02/2025 a las 12:45

Gracias por la información. Ahora toca digerirla y aplicarla.

Iria (Literautas)

14/02/2025 a las 10:01

Gracias a ti por tu comentario, Codrum. 🙂
Un abrazo.

Amilcar

13/02/2025 a las 15:15

Iria (Literautas)

14/02/2025 a las 10:04

Gracias por compartir el enlace, Amilcar. Eloy es un escritor que sabe mucho cómo venderse, además de ser perseverante y tener fe en su trabajo. Es muy bueno en esos aspecto y por eso está donde está. Hace años lo entrevisté para el blog precisamente por estas facetas suyas: https://www.literautas.com/es/blog/post-6742/la-historia-del-escritor-que-creyo-en-su-novela/

¡Un abrazo!

CARMELILLA

15/02/2025 a las 17:29

La verdad es que no hay que parar de daros las gracias por el blog y todo lo que nos ofrece de manera gratuita. Me parece un espacio educativo y solidario del que es fácil aprender. Es adictivo, y como no, gracias.

Mónica Bezom

16/02/2025 a las 15:50

Agradezco a Literauras esta entrada, muy informativa y completa. Además de las herramientas de la web indicadas, tienes mucha razón en dejar reposar el texto. En mi modesto entender, lo ideal es de un día para el otro. Me ha pasado de reescribir un texto retocándolo y me dije “ya está perfecto, en este caso no es necesario”. Y voilá, al otro día se me presentaron fallos como carteles luminosos. Tal vez no errores, pero sí cuestiones mejorables del texto en forma sencilla, como reemplazar palabras para evitar repeticiones que el día anterior, metida en el texto,fui incapaz de detectar. Muy cierto y adecuado tu consejo.
Gracias otra vez.

Iria (Literautas)

19/02/2025 a las 10:52

Gracias a vosotras por vuestros comentarios, me alegra mucho que os resulte de utilidad. 🙂

¡Un abrazo!

Gixi

28/02/2025 a las 04:33

Gracias por la información. Me gustó la sugerencia de dejar reposar el texto, anteriormente la aplicaba inconscientemente, ya que “abandonaba” algún escrito por tiempo indeterminado y al releerlo me percataba de fallos que pasaba por alto. Seguiré leyendo el blog y los libros que recomiendas, me parece muy acertado el punto de que una historia no lo es todo, hay que saber redactarla y transmitir lo que uno pretende.

Alicia

07/03/2025 a las 04:14

Gracias por la sugerencia de dejar reposar el texto
Verdaderamente útil. Releerlo ayuda a la corrección y encontrar el ritmo. Abrazo

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