La creación de personajes es una parte crucial a la hora de construir novelas y guiones. Después de todo, una historia es algo que le sucede a alguien, y ese alguien es el personaje con el que nos identificamos, a través del que vivimos las aventuras que la narrativa nos ofrece. Sin los personajes, las historias de ficción no tendrían sentido.
Pero, como escritores, ¿necesitamos conocer absolutamente todos los detalles sobre un personaje antes de escribir? ¿Hace falta rellenar cuestionarios donde reflexionemos sobre su color favorito o qué marca de pasta de dientes usa?
¿Cuánta información necesita una ficha de personaje?
Si me hubiesen hecho esta pregunta hace quince años quizás te habría contestado que toda la información posible. Yo solía rellenar largas fichas de personaje donde especificaba datos innecesarios que nunca llegaba a usar. Con el tiempo, he ido mejorando mi sistema, ya que cubrir esas fichas sólo me servía para postergar el momento que más importa: escribir la historia.
Los que me conocéis desde hace tiempo sabréis que soy una gran defensora de la planificación. Me gusta trabajar bien una novela o un guion antes de lanzarme a por el primer borrador, aunque también opino que en el punto medio está la clave, o al menos eso es lo que a mí me funciona. No me gusta empezar a escribir sin conocer bien a mis personajes, pero tampoco necesito crear miles de datos que no me harán falta.
Con el tiempo, he ido desarrollando una especie de sistema o método, que también incorporé en la app Story Planner, y que hoy quiero compartir con vosotros aquí por si os sirve de ayuda. Pero antes me gustaría responder a una última pregunta que me soléis hacer.
¿Cuándo hay que rellenar las fichas de personaje?
La respuesta a esta pregunta no es tan categórica como pueden ser otras, ya que dependerá de la historia, de tu forma de trabajar y del tipo de escritor que seas. Hay quien suele empezar por las fichas, otros las dejan para el final, mientras que otros no las rellenan en absoluto.
Mi recomendación es que, si estás empezando, crees unas fichas de personaje lo más completas y organizadas posible. A medida que vayas escribiendo nuevas historias, seguramente te ocurrirá lo mismo que me pasó a mí y acabarás construyendo muchos de los aspectos del personaje de forma natural mientras creas el resto de la historia. Lo bueno de tener este tipo de recursos es que, a medida que los usas, interiorizas las técnicas y escribir se vuelve más intuitivo.
¿Cómo crear la ficha de personaje perfecta?
Ahora sí, vamos con los aspectos que os comentaba antes y que me parecen imprescindibles para construir a los personajes principales de una historia. Ojo, hablamos de personajes principales. Los personajes secundarios no es necesario desarrollarlos tanto. Son nueve aspectos que explicaré más abajo.
- 1. El nombre o apodo
- 2. Papel en la historia
- 3. Edad y fecha de nacimiento
- 4. Motivaciones y objetivos
- 5. Descripción física
- 6. Descripción psicológica
- 7. Defectos, desventajas y particularidades
- 8. Biografía
- 9. Arco de personaje
Consejo: Ten en cuenta que los elementos que componen una narración no son entes aislados. Piensa en la historia como algo orgánico donde todos sus partes están interconectadas y se alimentan entre sí. Aspectos como el tema o la trama sirven para dar forma al personaje, y viceversa.
1. El nombre del personaje
Es obvio que uno de los aspectos básicos para construir a un personaje es saber cómo se llama, al menos en la mayoría de los casos. Si bien hay novelas en las que no llegamos a conocer el nombre de alguno de los personajes, son excepciones; y escoger correctamente los nombres nos ayuda a crear una historia más sólida.
¿Por qué? Porque los nombres nos cuentan muchas cosas sobre los personajes: la época en la que viven, su estatus social, su familia… Y no sólo el nombre cuenta. ¿Tiene un apodo? ¿Quién lo escogió y por qué motivo? Reflexionar sobre ello nos ayuda a entender mejor a nuestros personajes. Incluso cuando elegimos un nombre inconscientemente porque nos sugiere o inspira algo basado en nuestra propia experiencia, también nos da pistas a cerca de cómo queremos que sea ese personaje.
Para saber más: Cómo elegir el nombre de tus personajes.
2. Su papel en la historia
Este es un aspecto más técnico que nos ayuda a reflexionar sobre los motivos que nos llevan a incluir a un personaje en una historia. Todos los personajes juegan un papel en la trama, al margen de que sean personajes principales o secundarios. Cumplen un propósito, están ahí por un motivo.
Los antagonistas se oponen a que los protagonistas alcancen sus objetivos; los personajes de impacto impulsan al principal hacia su cometido en un momento clave; el guardián custodia algo de vital importancia en la trama y supone un último obstáculo a superar.
Aunque no todos los personajes encajan perfectamente en estos moldes, sí existen unos roles arquetípicos que nos pueden dar ideas sobre cómo aprovechar a los personajes para crear una mejor historia.
Para saber más: Cómo dar forma a tus personajes según su función en la historia.
3. Edad y fecha de nacimiento
Este es un dato que no siempre se usa en el manuscrito, pero es interesante conocerlo igualmente para evitar posibles inconsistencias. Aunque cuando escribas la historia hables del protagonista como un adolescente o definas a la antagonista como una mujer de mediana edad, sí que deberías anotar su edad concreta en las fichas de personaje; y también la fecha de nacimiento si la historia tiene lugar en diferentes épocas. Así podrás calcular su edad y evitar despistes innecesarios.
4. Objetivo, motivación y adhesión a la trama
Para que haya una historia, tiene que haber un problema, un conflicto. Para que exista conflicto en una historia, tiene que haber un personaje que quiera algo y obstáculos que le impidan conseguirlo.
Por eso es tan importante este punto y no podemos construirlo de forma aislada, sino que hay que trabajarlo junto con el resto de las tramas. La mejor forma es haciéndonos las siguientes preguntas sobre cada uno de los personajes principales: ¿Qué quiere? ¿Qué necesita? ¿Por qué?
O, lo que es lo mismo, reflexionar sobre los siguientes aspectos:
Objetivo externo:
¿Qué quiere el personaje? ¿Qué persigue de forma evidente en la historia? Por ejemplo, un detective que tiene que resolver un asesinato, un atracador que quiere robar un banco o un cazador que necesita cazar una buena pieza.
Objetivo interno:
¿Qué necesita el personaje? ¿Por qué hace lo que hace? ¿Cuál es su verdadero motivo? En los ejemplos anteriores, podríamos decir que el detective está obsesionado con resolver casos y atrapar a los asesinos para purgar la culpa de algo que pasó cuando era un adolescente. El atracador quiere robar el banco para conseguir el dinero que le permita empezar una nueva vida lejos de todo. El cazador necesita cazar esa pieza para dar de comer a su familia.
Adhesión a la trama:
La adhesión a la trama está directamente relacionada con la motivación y es aquello que hace que un personaje continúe persiguiendo su objetivo a pesar de las dificultades que conlleve conseguirlo.
Cuando un objetivo se vuelve imposible de alcanzar o el riesgo de intentarlo supera al beneficio, lo normal es que nos rindamos. No merece la pena. Reflexionar sobre los motivos que llevan al personaje a perseverar en su empeño nos ayuda a construir historias más sólidas.
Este es un punto que recomiendo encarecidamente analizar, pues os sorprendería la cantidad de novelas y guiones que lo descuidan, consiguiendo que toda la historia resulte inverosímil.
Recuerda: un personaje puede tener más de un objetivo o motivación y, a veces, estas pueden ser contradictorias. No es algo malo, sino todo lo contrario, pues el personaje entraría en conflicto consigo mismo generando un dilema. ¡Así es cómo se consiguen historias más interesantes!
5. Descripción física
Lo reconozco, esta no es mi parte favorita de la ficha de personajes. Me cuesta describir a los personajes físicamente con todo lujo de detalles porque me resulta aburrido, igual que me resulta aburrido leer descripciones minuciosas en un texto. Prefiero centrarme en aquellos aspectos relevantes que diferencian a un personaje de otro.
Pero esto es algo subjetivo que tiene que ver también con el estilo de mi escritura y mis gustos como lectora. Si a ti no te pasa lo mismo quizás deberías explayarte más en este punto para tener claro cómo es tu personaje físicamente.
Ahora bien, sí que es cierto que en mi cabeza tengo una imagen clara del aspecto de mis personajes y me ayuda a la hora de darles vida, crear sus diálogos, pensar en su comportamiento, etcétera. Pero, como odio tener que explicar su aspecto por escrito, lo que suelo hacer es un truco que seguramente viene de mi trabajo como guionista: crear un casting con imágenes.
De todas formas, esto necesita un desarrollo mayor y no quiero extenderme aún más en este artículo, así que me lo apunto para crear una entrada específica en las próximas semanas sobre cómo imaginar y crear a tus personajes físicamente. Mientras tanto, para leer más sobre este tema, puedes consultar los posts sobre cómo describir a los personajes en tu novela y ejemplos de descripción de personajes.
6. Descripción psicológica
Este es uno de mis apartados favoritos de la ficha de personaje, ya que es cuando siento que estoy creando algo tridimensional. Creo que la clave aquí no consiste en en aportar todos los detalles sobre la personalidad del individuo, sino en pensar en aquellos rasgos que lo diferencian.
Obviamente, lo que escribas en el apartado de descripción psicológica variará mucho de un personaje a otro e incluso de una historia a otra. En ocasiones, puede ser relevante explicar que un personaje es muy tímido y, en otras, que se trata de alguien que se frustra fácilmente. Depende.
Pero hay tres puntos que me gusta desarrollar para todos mis personajes principales y que me parecen fundamentales para darles una nueva dimensión: sus defectos, sus desventajas y sus particularidades.
Para saber más: Como esto ya lo expliqué con más detalle en un artículo anterior, no me extenderé más aquí y os dejo a continuación el enlace: Personajes redondos: ¿qué son y cómo crearlos?
7. Biografía
El penúltimo de los puntos que relleno cuando creo una ficha de personaje es su biografía. Puede ser más o menos extensa dependiendo de la importancia del personaje en la historia, pero, por lo general, me gusta crearla como si fuera una entrada de la Wikipedia: dónde nació, quiénes eran sus padres, dónde vivió, qué estudió…
Consiste en un breve resumen de su vida que luego se centra en lo más importante: esos momentos clave en su vida que lo cambiaron y lo hicieron como es hoy. También intento reflexionar sobre cómo es su vida justo antes de comenzar la trama y que todo se ponga patas arriba.
Consejo: Todo personaje es el protagonista de su propia historia, aunque no lo sea en la que tú estás escribiendo. Construye a cada personaje y su trasfondo con esa idea en mente y tu novela saldrá reforzada.
8. Arco de personaje
Por último, cuando ya he rellenado todos los datos anteriores sobre mi personaje, llega el momento de pensar en su arco dramático. Esto consiste en decidir qué aprenderá en la historia, cómo afecta la trama a su personalidad o sus creencias y cómo cambiará su vida.
En realidad, crear un arco de personaje es similar a planificar una subtrama para la historia, especialmente cuando involucra a un personaje secundario. Trabajar bien los arcos de los personajes nos ayuda a crear historias más complejas.
Para saber más: Hay distintos tipos de arcos de personaje y diferentes formas de mostrarlos en una historia. Para aprender más sobre ellos puedes leer la entrada ¿Qué es un arco dramático de personaje? que publicamos hace tiempo en el blog.
Conclusiones
Estos son los puntos que yo trabajo más a conciencia cuando creo a los personajes para mis historias. ¿Qué os parece? ¿Vosotros también lo hacéis? ¿Algún aspecto que no haya incluido y que os parezca relevante? ¿Cómo soléis construir las fichas de vuestros personajes?
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