RetoLiterautas Nº 20 (13 de abril, 2020)

Esta semana proponemos escribir un relato que contenga las palabras: astronauta, galaxia, nubes, armario y uvas.

Ejercicio de escritura 20

Esta semana proponemos escribir un relato que contenga las palabras: astronauta, galaxia, nubes, armario y uvas.

Al contrario que con el taller de escritura, aquí no ponemos límite de palabras ni otro tipo de restricciones. Tampoco hay hora de entrega máxima, podéis publicarlo cuando queráis.

Puedes dejar tu texto como comentario a las entradas de este post. Y no te olvides de leer y comentar los textos de tus compañeros, seguro que te lo agradecen. ¡Feliz escritura!

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Comentarios (30):

Verso suelto

13/04/2020 a las 18:43

El extraño viaje

El cielo amenazaba lluvia y Han sintió miedo. ¿Dónde estaba el valiente piloto que había viajado tantas veces fuera de la galaxia?, se preguntó. Entonces no era un viejo, no temblaba como ahora, solo al pensar en salir a la calle. Después de seiscientos cincuenta y siete días de confinamiento las mascarillas y los guantes seguían agotados y salir sin protección era una locura.
Pero Selene estaba tan ilusionada…le había cuidado con tanto mimo durante todo este tiempo, que no podía dejar pasar una fecha tan señalada sin algo especial.
Dudó todo el día. Cada dos por tres miraba por la ventana para ver si el cielo se despejaba pero cada vez estaba más negro y eso era lo peor; el Covid 19 se había instalado en la troposfera; las microgotas contaminadas con partículas de polvo en suspensión, preñadas con el virus, ascendían hasta la capa de nubes, arrastradas por la evaporación.
Pasaba el tiempo y Han no sabía que hacer, miraba continuamente el reloj. Finalmente poco antes de que cerraran las tiendas se decidió. Fue al cuarto trastero, abrió el viejo armario donde guardaban la ropa fuera de uso y allí estaba su traje de astronauta.
Se lo embutió como pudo pues estaba mucho más gordo que cuando surcaba el espacio a la velocidad de la luz y, ahora pasito a pasito, aguantando las arcadas que le producía el olor a naftalina, salió sin hacer ruido.
Después de cenar, mientras la mujer preparaba el café en la cocina, sacó la bolsa de Mercadona y puso sobre la mesa una botella de Champán, dos copas y dos pequeños cuencos de cristal de bohemia que habían comprado en el viaje de bodas. Luego puso en cada uno doce uvas.
Después de brindar por el 2022, con la luz apagada, se quedaron abrazados contemplando el cielo que ya estaba limpio y lleno de estrellas.

Palomaa

13/04/2020 a las 18:48

Siempre se dijo que al lugar donde fuiste feliz no deberíamos regresar por temor a la desilusión, pero aquí estoy, recorriendo éstas veredas de mi barrio donde no existen calles planas, dónde sopla el viento más frío que en otros rincones de la Ciudad, dónde tienes a tus pies la Ciudad entera, donde no existe la pobreza porque eres felíz, dónde los moradores son una sola familia y comparten sus alegrías y sus pobrezas, recuerdo cada escena de juego con mis amigos que añoro, vivíamos en un mundo imaginario sin saber que lo era, Carlitos era un ASTRONAUTA, Mario era el héroe de la GALAXIA mientras Lupita y yo corríamos a abrir un ARMARIO, también imaginario y fingiamos ponernos largos vestidos de colores combinados con sombreros que llevaban encima diversas frutas como piña, UVAS, plátanos y bailábamos sobre NUBES de algodón, ahora; todo es recuerdo que llevas tatuado en el corazón y cuando la vida se presenta en su momento imposible, me limito a explorar cada recuerdo una y otra vez y siempre me contesta algo diferente por la misma duda.

Rita

13/04/2020 a las 19:40

Muy bonito tu relato, Vero suelto, me ha gustado mucho 🙂
Un saludo

Mariana

14/04/2020 a las 00:17

Cada noche, después de la cena, Elise corría a su habitación, se lavaba los dientes, se colocaba sus pijamas y esperaba a que sus padres vinieran a despedirse de ella, cada noche ellos le cantaban una canción que ellos habían escrito para ella, pero para Elise era su canción preferida, le hacía sentir paz y que todo estaría bien de una forma u otra. Al terminar la canción, ambos padres le dieron un beso en la frente de la pequeña y ella le regalaba a cada uno un abrazo, para luego retirarse, apagando la luz de la habitación.

Varios minutos después, un gran trueno logra que Elise abra sus ojos color mar, se levanta de su cama y mira por su ventana donde una gran tormenta eléctrica se apoderaba de toda la ciudad, las nubes negras cubren el cielo acompañados de agua y luces provenientes de los relámpagos. La niña un poco asustada coge a su pingüino de peluche y se dirige a la puerta abriéndola con sumo silencio, no quería que sus padres se despertaran, sus planes quedarían arruinados, en puntitas sale de la habitación caminando por el largo pasillo que lleva a las escaleras, baja con cuidado, tratando de no hacer ningún ruido hasta llegar a la planta baja, gira a la derecha y se encuentra con otro pasillo, un poco más largo, solo que esta vez la lleva a la cocina. Aun en puntitas, camina por este, pero la oscuridad no la ayuda mucho, además tampoco la hace dar cuenta de que chocaría con una mesa decorada con una pequeña bandeja de uvas; a Elise le encantan las uvas, pero no puede comer de esas porque sabían horrible y ni siquiera se podían masticar, un día perdió un diente por tratar de comer una, lloró mucho, pero esas lágrimas desaparecieron para dar paso a las risas ya que el ratón le había dejado una moneda de cinco centavos; por poco esa bandeja se cae si no fuera por los buenos reflejos de la niña, sería un desastre que sus padres despertaran.

Al llegar a la cocina, giró a la izquierda encontrándose una puerta color amarilla pastel, abrió esta con el mayor silencio para ver las escaleras que daban al sótano. Ahí la oscuridad era demasiado densa, el miedo se apoderó de la pequeña, pero ella sabía que podía ser valiente y bajar por estas.

-Vamos, Sr. Patitas heladas, ya casi llegamos- dijo a su peluche y lo abrazó más hacia ella.

Bajó las escaleras lo más despacio posible, la oscuridad se adueñaba de ella, terminó el último escalón y corrió a donde sabía que estaba el interruptor de la luz, la encendió y se sintió más tranquila, el sótano era grande, un espacio amplio en donde podía ver todo lo que se encontraba allí, al fondo vio lo que estaba buscando desde el principio: el gran armario abandonado, corrió hasta él y al lado agarró una linterna muy especial que le había regalado una de sus queridas tías, abrió las puertas de aquel closet y se metió en el cerrándolo al tiempo.

Al estar adentro, la oscuridad volvió a ocupar el lugar, pero esta vez ella no tuvo miedo porque sabía que la magia iba a comenzar pronto, acomodó al Sr. Patitas heladas a un lado y agarró la linterna y la encendió y ahí fue cuando todo cobró vida; las luces neón llegaron a todos los rincones del armario, no había lugar en donde no hubiera luz, Elise miró a su alrededor deslumbrada por los dibujos que se formaban por aquellas luces, podía ver planetas, estrellas, hasta el sol, rio ante todo aquello, siguió mirando de manera más profunda viendo cómo esos planetas se movían por todo el lugar, cerró los ojos un momento y los volvió a abrir, ya no estaba en el armario, sino en el mismo espacio manejando una pequeña pero cómoda nave espacial, sus pijamas de ositos fueron cambiadas por un traje de astronauta, miró a su alrededor y se encontró al Sr. Patitas heladas en el asiento del copiloto, con el mismo traje de astronauta que el de la pequeña, este también miró a la niña y le guiñó un ojo, colocó sus aletas en los controles de la nave para manejarla. La chica no paraba de reír, nunca se había divertido tanto, entonces al igual que su compañero, agarró el volante de la nave y manejó a la máxima velocidad posible, pasaron por Marte, Júpiter, Saturno, hasta llegar al último de los planetas donde dieron una parada y vieron el todo lo que tenían por explorar.

-¿Qué dices, Sr. Patitas heladas? ¿Seguimos con el viaje?–preguntó Elise a su querido amigo, y este como respuesta alzó sus pequeñas aletas hacia arriba como signo de alegría. La chica puso la nave a toda velocidad y avanzó por todo el espacio, ella y su gran compañero serían los viajeros más grandes de todas las galaxias del universo.

Ese armario era un gran amigo para la pequeña niña, ella se metía en él y podía viajar a donde quiera, muchos recuerdos quedaban impregnados en ese pequeño espacio, como las galaxias que descubrió hasta las amistades que formó en otros mundos. Pero a medida que la pequeña niña iba creciendo, también iba madurando más hasta convertirse en una gran mujer dedicada a la astronomía, pero sin olvidar aquel armario que en estos momentos este residía en su nuevo hogar en donde otra pequeña viajaba a través de él.

Cesar P.A

14/04/2020 a las 16:13

-Lo mejor esta por llegar-

Recordaba las palabras de aquel amigo que disfrutaba de la vida, que la saboreaba sorbo a sorbo, cuando hablaba de la muerte decía que no tenia miedo a morir, tenia curiosidad por saber que hay después, si es que había algo.

Brillante pensador, sus sentencias siempre fueron acertadas, meditaba sus palabras y luego emitía su juicio con fluido lenguaje, hablaba mirándote a los ojos, con sinceridad, su aspecto impoluto como si su ropa estuviera recién planchada salida del armario, el calzado siempre limpio, su barba recortada sus gafas redondas de montura de acero, todo en el denotaba ecuanimidad, honestidad, yo lo tenia como un ejemplo de persona sensata.

Conversador incansable, buen lector, gustaba de la poesía, recitaba de memoria a Neruda, pasando por Cesar Vallejo y se deleitaba con Gustavo Adolfo Becquer, muchas veces en nuestras reuniones con otros amigos tomando un buen vaso de vino a la cual el llamaba “Zumo de las uvas de los Dioses” nos quedábamos hasta la madrugada disfrutando de sus anécdotas, había viajado mucho, tenia infinidad de anécdotas, gran observador y sobre todo curioso con esa curiosidad que te lleva a descubrir cosas que a otros nos parecen indiferentes, contaba que cuando visito Turquia estuvo en La Capadocia, y conoció kaymakli, cuidad subterránea con mas de cinco mil años de antigüedad, hablaba de un viaje a Bolivia y de las ruinas de Puma Punku, otra incógnita de hechos antiguos, hablaba de su viaje a Pakistan y de las ruinas de Mohenjo-Daro por la cantidad de radiación que hasta el día de hoy tiene.

De tanto escucharlo llegue a hacerme participe de sus teorías sobre los viajeros interestelares, astronautas viajeros de otras galaxias, su teoría decía que nos visitaban y trataban de ayudarnos cuando sucedía o iba a suceder algún desastre a nivel mundial, como hoy sucede con esta epidemia que nos tiene a toda la humanidad encerrada en sus casas.

Hace ocho días me llamo por teléfono, me pidió le vaya a ver, vivíamos puerta con puerta, al llegar me abrió la puerta en estado febril, tosiendo, yo llevaba puesta mi mascarilla, inmediatamente llame al teléfono indicado para estos casos, mientras esperaba al personal sanitario el que era la persona mas sensata, , me decía que no comento nada por no molestar pensando que era un simple catarro.

Al decirle que había esperado demasiado tiempo me dijo ;

-Creo que no es demasiado tarde, todavía se puede hacer algo.-

Ayer falleció este buen amigo, miro al cielo y te busco entre las nubes, no estas amigo mío y recuerdo la canción de Alberto Cortez “Cuando un amigo se va, queda un espacio vacío, que no lo puede llenar la llegada de otro amigo”.

Roxmary

14/04/2020 a las 16:46

Tenía varios días sin salir de casa pero mi refrigerador estaba repleto para varias semanas, resulta que desde hace varios meses decidí aislarme por completo de todos mis conocidos, silencie todas las notificaciones de mis redes sociales, no consultaba nada en internet. Mi diario vivir  era dormir,comer y bañarme; pero un día mientras comía mi tazón de uvas tumbada frente al armario escuché una voz dentro de él, fué tanto el shock que comencé a marearme y a ver que todo se volvía oscuro, cerré mis ojos con fuerza por unos segundos y al abrirlos lentamente me vi con un traje de astronauta vagando en la periferia de una galaxia. Ahora sé por qué estoy en este viaje- pensé en mis adentros- sé lo que debo hacer… Dentro de aquella galaxia me dirigí a un mundo extremadamente brillante ; pero antes de que lo fuera según cuenta la historia, era un mundo tirado a la desgracia, invisible entre la soledad donde nadie estaba dispuesto a gastar una gota de esperanza ni fe en que llegara a ser bueno para explorarlo; quien iba a pensar que llegaría a ser tan codiciado como lo es ahora? Quien iba a pensar que iba a evolucionar a tal grado de ser el dios de muchas personas? Muchas veces ese mundo me llevó con sus besos a las nubes, ese mundo hizo crecer en mi un sentimiento sublime , ese mundo me hacía sentir tranquilidad ofreciendome un lugar donde quedarme, ese mundo tenía unos ojos verdes como esmeraldas y una sonrisa dulce…él era mi mundo….

Pero un día un frío y duro cometa con su hermosura y brillo atrajo la atención de aquél mundo, fué así que se enamoraron y yo su peregrina fiel fui desterrada de su bello ser, lo que me obligó a seguir viajando en busca de mi mundo adecuado.

Ahora que vuelvo me cuentan las estrellas  que aquél cometa  dejó a este bello mundo muy destrozado, el cometa se incrustó muy dentro de él y cuando perdió su brillo mostrando lo que realmente era lo dejó desconcertado, aquél mundo lloró día y noche hasta quedarse dormido, la luna intentó con su suave luz calmarlo; pero no logró conseguirlo.

Mi mundo vaga con el dolor irreparable de su cometa y yo de vagar buscando mundos ya me he cansado, él era mi mundo, no encontré otro como él, me hize vieja esperando, quien esté escribiendo nuestro destino tiene un toque de escritor sádico, no le bastó con verme sufrir por perder a mí mundo, ahora ese mundo es libre y ni aún así lo tengo entre mis brazos.

Ahora sé por qué estoy en este viaje, él era mi mundo pero para mí ya está muerto, no hay esperanza de recuperar lo que antes fué, el dolor borra todos los buenos recuerdos. Lo triste es que ahora que regreso al mundo real veo mi cuerpo tirado en el suelo, no hubo nadie quien me despertara de esta pesadilla, ni quien derramara sus lágrimas porque partí a un viaje sin regreso…

Nota: lo siento por los errores de ortografía lo escribí en mi celular, luego lo arreglaré

Melissa

14/04/2020 a las 20:04

Experimentar la inmensidad de la galaxia, ese fue siempre mi sueño. Palpar la densa oscuridad del espacio, a veces contrarrestada por la intensidad de las estrellas…

Pero nunca lograré alcanzar ese sueño que tan pronto quiso desvanecerse.

Hace un par de años, con 27 recién cumplidos y una carrera prometedora, me preparaba para el examen de la Agencia Espacial Europea. Recuerdo que era primavera por la alergia que el ambiente me provocaba. Como cada año, en dicha estación, decidimos hacer limpieza general en casa. Fue entonces cuando sucedió. Un viejo armario que conservábamos del anterior inquilino se cayó a mi lado al romperse una de las patas que lo sujetaba, mientras lo apartaba para limpiar detrás suyo. Nada más hacer contacto con el suelo los cristales de las puertas se hicieron añicos para así precipitarse por la casa dejando un reguero difícil de limpiar. El destino o ,simplemente, la mala suerte quiso que me quedara prácticamente ciega del ojo izquierdo al caer uno de los cristales en este.

Recuerdo los años siguientes con un ligero sabor a amargura. Día tras día me tumbaba en el césped a ver las nubes pasar, en un deseo de redimirme de mi sueño frustrado. Fue realmente doloroso por un tiempo. Hasta que mi hija me sugirió invertir mi tiempo en un arte que tenía olvidado. ¡La pintura! Y es que, incluso dibujar un par de uvas me llevaba a sentir una paz infinita de la que hacía mucho que me había olvidado.

Helenicus

14/04/2020 a las 22:11

Emilio es el nombre del astronauta de la primera nave que se lanza al espacio con un solo tripulante. Es protagonista de una hazaña que no estaba programada. Tiene que tomar una decisión arriesgada, pero es tan apasionante que se la juega. La comunicación con la tierra en ese momento no es buena ni rápida. No hay tiempo para deliberar. Un acontecimiento así puede hacer que en breves segundos decidas, guiado por la intuición, algo que nunca hubieras imaginado: decir sí a un ser extrasolar.
Emilio no da crédito a lo que está viendo. Piensa que está alucinando en el espacio. Un ser con aspecto humano está orbitando en paralelo a su nave e intenta comunicarse con él. Los signos y señales que le hace son perfectamente inteligibles. Entiende Emilio perfectamente que este ser, le pide entrar en su nave, pues señala claramente hacia un acceso giratorio que tiene la peculiar capacidad de mantener y garantizar el hermetismo de la nave en todo momento.
Emilio hace señales al ser extrasolar con aspecto de humano para que se introduzca en el módulo giratorio. Este ser da muestras de entender rápida y completamente el permiso y las indicaciones que Emilio le da. Se introduce en el módulo giratorio. Emilio pulsa el mando de control remoto y el módulo gira permitiendo que el ser extrasolar entre dentro de la nave. El nombre de este ser es Lázaro. Es original de la tierra.
Lázaro habita en Kepler-186f, un planeta con unas características similares a las de la Tierra, aunque con recursos naturales mucho más pobres. Este planeta para nosotros es Kepler-186f, pero para sus habitantes tiene un nombre que significa metamorfosis, pertenece a la galaxia de Andrómeda.
Lázaro había hecho varios viajes astrales extracorpóreos, para reconocer la nave y su tripulante. No tiene ningún problema para expresarse en cualquier idioma. En el planeta que significa metamorfosis ─a partir de ahora Metamorfosis─ dominan todos los fonemas y, además, pueden comunicarse por transmisión de pensamiento. El tiempo en Metamorfosis no tiene la misma densidad que en la tierra. Lázaro tiene 500 años y tiene un aspecto de unos 35 de la Tierra.
En aquella época yo no fui deseado por mi padre ni por mi madre. ─Dice Lázaro─. Quienes, de la galaxia Andrómeda, tuvieron el encargo de recogerme, ciertamente liberaron a mis padres, de 15 y 13 años, de una responsabilidad que les venía muy grande. En 1520 en la isla de Testudo, en la Macaronesia, había demasiados prejuicios, no había responsabilidad social y, quienes eran protagonistas de un acontecimiento natural, como el que tuvieron mis padres, se veían acusados por sus semejantes que a su vez eran víctimas de los prejuicios reinantes en aquella época.
Nada os voy a decir del viaje de regreso a la Tierra. Sólo os voy a narrar algo de lo extraño que Lázaro encontró en su planeta de origen.
Una vez instalado en la Tierra, Lázaro comienza su adaptación y comenta sus impresiones.
El primer día, la segunda vez que vio a Laura, caminaba ésta comiendo un racimo de uvas. Lázaro le pregunta.
─ ¿Qué es eso?
─Nada, un alimento de lo más vulgar ─contestó Laura.
Lázaro entendió perfectamente las intenciones de Laura, no quería compartir, pero no entendía por qué tenía necesidad de ocultarse. Aparecía ante sus ojos como encerrada en un armario.
El segundo día, en un paseo donde transitaba mucha gente, le pareció que las personas llevaban pesadas cargas. Como el día anterior, cuando vio a Laura, le pareció que unas personas caminaban dentro de armarios, otras transportaban pesadas torres, máscaras, disfraces, etc. Nadie dejaba translucir su ser.
¡Qué extraños son mis hermanos de la Tierra! ─Pensaba Lázaro.
Mientras tanto, por sentido común, se cuidaba bien de no destaparles él, lo que ellos no querían que se les viera. Aunque él estaba viendo sus pensamientos.
Por alguna razón, quizá inconsciente, sintió la imperiosa necesidad de correr a mirarse en un espejo. Vio que él mismo transportaba una fortaleza, una gran torre, pero no fue muy grande su sorpresa, pues ya empezaba a intuir que el gran enmascaramiento no tiene sólo la función de aparentar, sino también la de defenderse.
Y vio cómo una nube envolvía su cuerpo y ocultaba su candidez.

Laura

15/04/2020 a las 00:12

María, se acercó hasta su padre, que acariciaba con sus manos gastadas cada ejemplar de la viña. Bajo aquellas calladas nubes que no se movían del sitio, se concentraban los años cansados que recogían hoy, a duras penas las uvas.
Levitando su caricia sobre ellas, como si de un astronauta se tratara, María, se detenía en el regocijo que le causaba aquel hermoso escenario. Parecía haber salido de otra galaxia.

El chaval

15/04/2020 a las 16:10

EL ASTRONAUTA

En la base de operaciones se están ultimando los últimos detalles, para lograr el más espectacular de los lanzamientos que no se han podido producir antes.
En situaciones anteriores, pequeños errores habían provocado fallos en los sistemas de comunicación, el ruido extraño del cohete o la mala confección del traje.
Tanto el controlador como el departamento de aprovisionamiento no tenían suficiente experiencia; se desistió, hasta encontrar el momento idóneo. Hoy no puede fallar.

Treinta días confinados por el coronavirus y todo lo necesario ya está a punto. En el salón orientado al oeste, desprovisto de árboles o postes de la luz, que dificulten la visión de la Vía Láctea, se ambienta la preparación y despegue.
La madre, Ster-illa, es la encargada de intendencia: ya tiene a punto las tartas de crema y cohetes de cereal recubiertos de chocolate, para celebrar el regreso.
El padre Xu-Chi, no tiene nada de chino aunque su nombre lo parezca. Tiene a su cargo la parte más delicada: aguantar como soporte al cohete y dirigirlo lentamente al despegue hasta que coja la velocidad del sonido. Es el representante de APDCO (asociación de padres desesperados por el covid19). Una vez terminado el confino, se celebrará en La Sedeta –amplio espacio para el correteo de niños y solaz cervecero para los padres vigilantes—el comienzo escolar y laboral.

Un primer toque de atención por parte de Fidi, el hijo mayor, responsable de la operación—¡Todos a sus puestos!
Dimitri, el más joven astronauta, está preparado; se comunica con su hermano por los auriculares. El casco es una botella plástica de seis litros cortada por la parte inferior; y por la parte superior, conectada a una manguera verde de jardín que a su vez, conecta con la botella de ocho litros acoplada a la espalda para el suministro de aire.

El traje es el de Spiderman, regalo de sus padres-reyes, que ha encogido bastante al pintarlo de blanco, aunque en el espacio ya no tendrá tanta presión, por aquello de la fuerza de la gravedad.

La galaxia ya está preparada: una unión de catorce botellas plásticas de ocho litros, cortadas de tal forma que se acoplan una a otra y lograr con ello la espiral, y suspendida con cordeles a una altura de veinte centímetros del techo. En su interior se ha introducido el contenido de una caja de estrellitas, lunas y soles fosforescentes que la madre por un orificio efectuado en una de las botellas, removerá el cielo estelar con el secador de pelo.

Fidi, encargado de la supervisión, al mismo tiempo que da la orden de despegue quemará en un plato, azúcar, para la simulación de las nubes que siempre será más oloroso el trance, y sacará del armario un racimo de uvas, para ir tirando los granos a su hermano como si fueran asteroides.

Dimitri, el astronauta, está amarrado por la cintura a una cuerda suspendida de una viga del techo y asida por el padre, esperando a que se encienda el cohete para poner toda su fuerza a la causa. Mientras, Fidi se comunica con su hermano que la operación ya no tiene marcha atrás y empieza el descuento: diez …nueve…ocho…

Con la cuenta final, suena el gong de la cacerola, se pone en marcha el motor (de la aspiradora) y la cuerda se tensa, mientras el astronauta se despide con sus manos enguantadas y una sonrisa, al ir cogiendo velocidad desapareciendo entre nubes olorosas y transmitiendo en la oscuridad del espacio, el espectáculo de colores de la galaxia entubada, al mismo tiempo que desea bajar a tierra para reponer fuerzas con los dulces que su madre ha preparado.

Lorena

15/04/2020 a las 20:31

Se paró frente a la venta de la cocina mientras degustaba unas uvas que encontró en la nevera tras haberle dado mil vueltas a todos los armarios de la cocina. Se fijó en las nubes y por un rato se entretuvo jugando a descubrir las formas de de las nubes, se ríe sola mientras disfruta de sus descubrimientos.
Un rato más tarde empezó a divagar sobretodo lo que había y hay en la Galaxia y lo afortunados que han sido todos aquellos Astronautas que han podido disfrutar de otra perspectiva de nuestro mundo y de lo que hay más allá de las estrellas.
Tras una breve reflexión volvió al salón a disfrutar de su aperitivo.

Alicia Commisso

15/04/2020 a las 22:58

Reencuentro con mi niñez

Cuatro amigas de la infancia y un deseo que perdura a través del tiempo y la distancia que es común a todas; las ganas de vernos, pasarla bien y nunca perder la risa. Reírnos de nosotras mismas es la intención; como en los años de la puericia cuando el disfrute estaba siempre a flor de piel.

Tenemos infinidades de anécdotas divertidas para contar, pero hay una en especial que nos identifica por sobre todas las cosas; nuestra primera salida solas: cuando la fantasía y la realidad no tienen fronteras, se unen en una misma quimera, se vive con intensidad. La primera vez es la que se graba en nuestros sentimientos, es única, inolvidable, nadie puede abstraerse de ella.

Y ese día nos dieron permiso para ir al cine. Salimos temprano, estábamos muy ansiosas, viendo que aún teníamos tiempo suficiente fuimos a un barcito; pedimos jugo de naranja y uva.
En unos minutos el mozo, muy erguido, flaquito, con bigotes frondosos tipo candado, se dirigió a un armario a buscar las copas. Luego, caminando lento como un astronauta a punto de viajar a una nueva galaxia, se acercó a nuestra mesa con la bandeja a lo alto y los tres vasos que hacían lo imposible para no caerse. Una mirada cómplice bastó para tentarnos de risa sin parar frente al hombre que nos miraba sin entender.

Para salir de esa situación bochornosa, tratamos, con gran esfuerzo, de sostener los dientes y los labios bien apretados, pero a pesar de nuestro esmero, algunas risitas se nos escapaban, a tal punto, que mis amigas no pudieron disfrutar ni un solo trago, mientras que yo terminé tirando el primer sorbo adentro del vaso.
Pagamos y nos fuimos descompuestas de risa.

Unas nubes negras anunciaban una tormenta de verano, caminamos unas cuadras y nos metimos en el cine. Cuando salimos, una lluvia copiosa inundaba las calles, nuestros papas no tenían vehiculo para venir a buscarnos ni había celulares para comunicarnos. De más está decir que nos fuimos corriendo y chapuceando charcos. Llegamos embarradas y empapadas; era lo que más nos gustaba.

Hamilton Davila Córdoba.

16/04/2020 a las 02:36

Quince de abril del año 2000. La base militar buenaventura fue remplazada por todo un arsenal tecnológico. Los expertos habían considerado que las condiciones topográficas de la pista aérea del claustro militar eran adecuadas para la misión. Afuera, los periodistas centellaban su cegadora luz blanquecina de las cámaras ante cualquier movimiento que pudiese divisarse desde las mallas. Minutos después, un vocero salió y anuncio con detalles la misión y la persona escogida para ello, una multitud se aglomero acercando sin pudor sus infames micrófonos, todos esperaban este día. A continuación, hablo el vocero a la luz de la luna …

La cabeza le dolía. Se llevo la mano a la frente y sintió la sangre calidad que goteaba suavemente sobre los titilantes botones y controles de la nave. Henry soltó un gemido desgarrador recuperando la postura. El sonido de la válvula hidrocuantica le llegaba desde los fluidos de taquiones y esbozo una sonrisa. Luego reviso el reloj, el tiempo de llegada arrojaba siete minutos. Soltó una carcajada, sabia que nada de esto saldría bien, pero tenía que intentarlo. Curioseó con la idea de encontrase con su yo del pasado, y un leve terror acaricio sus sentidos. Se volvió hacia el armario que se encontraba a un rico de la sala de tripulación y desabrocho los aun colgantes cinturones de la silla. La planta estaba intacta, en una de sus tiernas romas colgaba la única uva que quedaba en aquella vid, el resto se habían desprendido posiblemente en el salto cuántico. Al lado de la planta, la foto de su hija reposaba sobre el antiguo traje de astronauta de su primer viaje. De pronto, desde los cristales una luz opalescente le advirtió que el circulo de taquiones ya besaba las cuerdas de las dimensiones. En cuestiones de minuto la galaxia se doblaría y estaría de nuevo en casa. Volvió a su asiento abrochándose con dedos hábiles. La planta lo acompañaba esta vez, se aferró ella rodeando con sus brazos la vid en torno a la matera. Y espero el salto…

Quince de abril del año 200. Horas. 8:30 pm. Una hora para el despegue. Al salir, una oleada de palmas y ovaciones lo recibió. Yesika Pink era la periodista encargada de hacer el reportaje que elevarían los Rankin de muchos shows de la tv, pero aún más importante, escribir con lujos y detalles la vida del primer hombre en viajar en el tiempo, si tal cosa se llegara a concretar aquella noche en no pocos minutos. Al ver la multitud que se congregaba en las afueras de la pista se asombró. Mas tarde toda esa atención seria dirigida hacia ella. Se sabia casi de memoria la historia de Henry. Se vio en uno de esos programas de la tv, mientras Henry caminaba en la calle de honor hecha por el presidente y otros, hablando y canturreando quien era Henry. El niño que había soñado con toda su vida en viajar en el tiempo, creciendo entre libros de ciencia ficción y comics que le llenaba mas la mente de sueño que, a todas luces, parecían estar lejos de alcanzar. Gano una beca para estudiar en la Universidad John Edwar en la que se graduó con honores en ingeniería astronómica, pronto la NASA no tardaría en poner sus ojos en el joven talentoso, pero fue despedido cuando propuso sus ingeniosas teorías de viajes en el tiempo. Trabajo independiente en un garaje en la afuera de california sacando conjeturas sin poder probarlas. No fue sino cinco años después cuando un nuevo grupo de investigación descubrió sus archivados y nucas publicados artículos, cuando lo llamaron. Sus teorías podían funcionar y, haciendo un esfuerzo enorme, conseguir que se patrocinara una prueba. Luego vino la elección sobre quién sería el primer hombre que viajaría en el tiempo. Soldados gallardos y condecorados en la marina fueron vencidos por Henry, un hombre no más que con un cerebro del tamaño de sus bíceps. El hombre que llegaba a la puerta de la nave con una plata en la mano, Yesika revelaría después que había sido dado por su hija para que la cuidara y, como envuelta en sus juegos de hadas, ella crecería a la par de vid. Por un momento una lagrima busco salírsele de sus ojos color larvada. A Henry le faltaba solo un escalón para ocult… el baño de luz de la luna del que gozaban los reunidas aquella noche, fue cubierto por una cortina de nubes salidas de quien sabe diablos. Hubo relámpagos, un trueno, una luz atornasolada y, de pronto, una pieza de ingeniería metálica caía sobre la desierta pista que sería corrida por Henry en unos minutos. Del pánico se pasó al grito, luego a la histeria, después a las corridas y luego no se supo cómo más describir la barahúnda. De proto hubo silencio. Yesika estaba en una buena posición cuando un cuerpo de militares se acercó. Un ruido metálico se escucho de la parte oculta de la nave, a los ojos de Yesika. Del interior salió humo, no obstante, logro ver la silueta de un hombre que avanzaba hacia la luz, llevaba algo en la mano, como la figura de una planta. Salido de la cortina de humo, los reflotares arrojaron un chorro de luz sobre la forma que, deteniéndose, levanto las manos cuando los militares le apuntaban. – ¡soy Henry! – se le oyó gritar. –Henry Miller –.

Lilian

16/04/2020 a las 19:50

Tan aburrido como siempre, mi primo siempre había sido aburrido. Sus padres no le dejaban jugar a la play, solo tenia que juguetes con los que tenias que moverte con ellos, disfraces, perotes, una habitación llena, pero yo me aburría mucho cuando mi madre me dejaba en su casa. No podía entender como alguien llamaba jugar a eso que hacia él.

Pero mi primo tenia algo muy bueno, si veía que me aburría intentaba cambiar el juego para que yo me alegrara un poco, pero claro nada de pantallitas… bueno, al menos se esforzaba.

Un buen día, cuando estaba en una de esas locas historias que el se montaba y yo le miraba con ojos como platos mientras jugaba con el gajo de uva que me estaba comiendo, mi primo se cayó. Había conseguido montar junto con algunas mantas, telas, pinzas, sillas, cajas e incluso un trozo de la puerta del armario, un buen cohete para viajar por la galaxia Stardinom, o al menos así la llamaba él. El casco de la bici, los guantes de lana, las zapatillas de ir por casa y la chaqueta de ir a la nieve le hacían un digno equipaje de astronauta, pero claro nadie dijo que era sencillo moverse con todo eso en el cuerpo mientras se subía por las sillas de su cohete ASTRO para viajar a las estrellas a cumplir una misión especial. Lo que mi primo no pensó es que aquí la gravedad sigue existiendo y no hay nada que se pueda hacer si a uno se le van las tres sillas en las que estás montado. Y así fué, cayó como cien quilos de plomo contra el suelo y el sonido que hizo fué como si algo quisiese atravesar la tierra.

Rápidamente lo llevamos al hospital, factura de tobillo, tres meses…

El primer día lo pasó como si estuviera en las nubes, creo que seguía con la misión de la galaxia Stardinom, pero cuando la terminó empezó a estar muy triste, no se reía, no hablaba, necesitaba jugar. Así que recogí todo lo que encontré, sábanas para una capa, cacerola para la cabeza, botas de agua… monté mi primera aventura, por una vez él miró y yo le conté todo lo que pasaba, para mi asombro lo pasé tan bien que todos los días después de la escuela iba a casa de mi primo para jugar, jugar de verdad.

MT Andrade

16/04/2020 a las 22:12

NIÑO DE APARTAMENTO
Niño de apartamento, que no puede correr detrás de la pelota, que en la casa de la playa construye barcos para echar al río, aunque siempre los doblegue el viento.
En esta cuarentena puede utilizar la noche y mirar un recuadro de cielo. En el recóndito armario de su pieza halló los anteojos de su bisabuelo, los que llevaba a las carreras de caballos. Arma un trípode con palos de escoba firmemente amarrados como soporte, luego acerca el celular al ocular y registra el cielo, apenas ve pequeños círculos de luz ampliados. Quizá en algún momento en ese, su pequeño cielo encuentre un planeta. Eso, de no interponerse las nubes; ya los grises días de otoño han comenzado. En la soledad de la noche se siente un astronauta, claro, no puede salir de la galaxia. Desperdigados por el piso están los esquemas que hizo del trípode. Funciona… podría ser mejor si tuviera otros elementos. Desarma y vuelve a armar, decide utilizar su imaginación.
Sobre una mesa de arrime coloca dos ejemplares de la biblia y un grueso volumen de la historia del mundo. Por la ventana apunta a la antena del edificio de enfrente. No lo puede creer, si agrega el zoom electrónico, ve detalles que no pensó existieran.
En el otro extremo de la vivienda, sobre un pequeño tubo transparente, coloca una uva hermosa, redonda y grande. Es la foto de un planeta violáceo y manchado. Mañana por whatsapp dirá a sus amigos que ha fotografiado a marte.

Amilcar Barça

16/04/2020 a las 22:55

Era más que un simple robot

Urgente:
Informa la agencia COÑA’S MARINERAS que el Mariano, enviado en exploración hace tiempo al planeta Alfa, avisa que la nave ha tocado fondo o algo duro al menos. Abierta la compuerta del vehículo espacial, lleno de emoción ha gritado ¡alfalfa! e iniciado el descenso al tiempo que sonaba el himno nacional de su pueblo.
Cuando se disponía a tomar posesión de Alfa: “En nombre del alc…” no ha podido seguir. Tras pisar suelo alfarero, el cobrador del frac, en nombre de no sgabe qué sociedad, le ha exigido el pago de los derechos de autor del himno; otro, los recibos atrasados de la hipoteca; un top manta le ha ofrecido su mercancía y le han multado por alferizar mal. Esas no han sido las únicas sorpresas. En medio de aquél carajal, había una tienda de todo a cien ¡cómo no!, regentada por chinos; y un charlatán vendiendo mantas.
Vuela cabreado porque considera que le hemos tenido por ahí haciendo el primo y engañado. Y se niega a volver pues forma pareja de hecho con el androide y van a establecerse en la Luna, ignorando que en la parte oculta ya hay establecida una colonia de alienígenas, varios gallegos y unos chinos huyendo del coronavirus.

PD.- Como el cuento ocupa más de dos folios, lo he publicado en la entrada de mi blog, -Era más que un simple robot-, del día 16 de abril.

guiomar de zahara

17/04/2020 a las 09:00

El estudiante
Sus ojos miraban el mundo a través de dos lágrimas tan grandes como uvas de albillo; su boca no era sino una herida azul como la carpeta de apuntes, que había olvidado en el armario de su dormitorio.
Se percató de su olvido al llegar al teatro donde se iba a celebrar la conferencia de una eminencia en astrofísica. Tan emocionado salió de su casa que no se fijó en las nubes oscuras cargadas de agua que se le venían encima.
Escuchaba atento mientras dejaba que las gotas de lluvia resbalaran por su chaqueta y, las palabras galaxia, astronautas… llenaran su cerebro.

Alicia Commisso

17/04/2020 a las 14:45

Hola gente linda! Quiero decirles que “No” es “chapucear charcos” como lo escribí en el relato, sino “chapotear charcos” Gracias por la oportunidad de aclararlo, cariños!

Helenicus

17/04/2020 a las 22:47

Encontramos a Verso Suelto buscando el contraste entre el miedo del viejo astronauta Han y la ilusión de Selene.

Palomaa les dijo a Carlitos y Mario que no quería volver al lugar donde había sido tan feliz por temor a llevarse una desilusión.

Elise espera, sentada en la cama y cogida de la mano de Mariana, que vengan sus padres a cantarle su canción favorita y descubre con sorpresa el regalo que le había dejado el Ratoncito Pérez, debajo de Patitas Heladas.

Mientras el amigo de César P. A, de barba recortada y gafas redondas, deja un espacio vacío.

Roxmary se dirige a un mundo que, antes tirado a la desgracia, ahora ya, dentro de aquella galaxia, aparece extremadamente brillante. Es su mundo.

Cómo Melissa pudo transformar su amargura en gusto por la pintura y dulce contemplación del fluir de las nubes.

Laura observa cómo María, se detenía en el regocijo que le causaba aquel hermoso escenario: Su padre en el éxtasis de su viña.

El padre Xu-Chi, que no es chino, tiene la responsabilidad de sujetar el soporte del cohete, ayudado por “El chaval”.

Lorena sueña con viajar como astronauta y descubrir que todo es relativo al contemplar esta parte del universo desde otro punto de vista. Oportunidad que se le ofrecerá al viajar por esta galaxia.

Alicia Commisso añora de las risas de la infancia. Recuerda especialmente aquella tarde en que sus risas mal reprimidas hicieron que el camarero perdiera el equilibrio y su sobrecargada bandeja eligiera su mesa como punto de aterrizaje.

Hamilton Davila Córdoba experimenta la teletransportación. Su vehículo biológico se transforma en partículas subatómicas con la densidad del neutrino y la velocidad del taquión. Atraviesa la Galaxia Andrómeda, dobla el plano en una curva y, a través de un agujero de gusano vuelve a su base un minuto antes de su propia partida.

El primo de Lilian que tiene mucha empatía y se adapta muy bien a los gustos de los demás, se enfunda sus más acolchadas vestiduras, sube a lo alto de una pila de 3 sillas, era el cohete, y aterriza antes de despegar. Fractura cráneo encefálica fue el pago por no haber aprendido la lección del astronauta.

MT Andrade observa al niño desubicado que confunde el mar con el río. Ve que le asiste el despiste de los genios. Tiene en su mente todos los instrumentos necesarios para construir una galáctica ilusión con ayuda de la realidad o a pesar de esta.

Amilcar Barça con sus hijos Anibal y Asdrúbal, aunque tenían pensado irse al Camp Nou, tuvieron que cumplir con la obligación de ir a indagar qué ocurría en el planeta Alfa. Se encontraron muy decepcionados, pero al mismo tiempo, sorprendidos e intrigados, al ver que, creyendo haber alfarizado, desvelaron un secreto arrabal árabe. Allí se encontraban: Alfareros, alfanjes, alfajores, alfalfa, alfajemes, un alfaguara, el alfabeto, alfandoques, un grupo de bereberes, etc. La desilusión más grande vino cuando se dieron cuenta que estaban en un alfeizar junto a la Farola de Alfaro.

El estudiante de guiomar de zahara tiene dos perlas en la cara.
Son el broche de su cerebro. Detrás guarda sus recuerdos. Tan guardados, que llegan a ser sus olvidos.

Alicia Commisso

17/04/2020 a las 23:26

Gracias Helenicus por tus comentarios; destacando cada relato en forma muy original, cariños!

Palomaa

18/04/2020 a las 02:58

Gracias Helenicus muy amable en tu apreciación de mi comentario.
Saludos cordiales.

shajka

18/04/2020 a las 04:22

Por las noches,se disfrutaba de un exquisito vino,casero, con las mejores uvas de la viña.Normalmente,la esposa del astronauta solía invitar una copa de lemoncello,que sacaba de las vitrinas de un antiguo armario.Tan solo bebíamos,entre risas y haciendo nubes de humo, mientras observábamos las galaxias.

elvocito

18/04/2020 a las 11:41

Querida niña.
Carta del 14 de Abril a la Segunda República Española.
Los españoles en aquellos años pronunciaron República de la niña bonita. Triunfo de la galaxia republicana era el escrito de una alumna de segunda enseñanza. Esa chica era Margarita (alias Marga), joven adolescente y mocita. Tenía sueños de grandeza en el futuro quería ser astronauta.

Jugaba y flirteaba con sus compañeros del Instituto Público de Libre Enseñanza, se mostraba atea y anticlerical. Pues, su fuerte carácter la llevaba a tener ilusiones de estar en un país libre y democrático. Hablaba de política hasta los codos y por ello, molestaban a los que se cruzaban con los del Instituto Privado Religioso que militaban del ala más radical derechista. El lema grabado a fuego “Dios, Patria y Justicia (Rey)”.

Un día de uvas, el día de la vendimia ayudaba a sus familiares; eran los años que la tensión en el parlamento que bramaba con rudeza. Las radios lanzaban consignas a todo pulmón por encima de las nubes diciendo: “La tierra es para quien la trabaja”, “Muerte a los patronos”, y uno que cundió en el público, el término “rojo” despectivo para los de camisas azules de la Falange Española. “Vamos a hacer lo que tu quieras” sin pensar le dijeron los diputados afines a Manuel Azaña siendo Ministro de Guerra.

El triunfo fácil de la “Querida niña” en las elecciones municipales del año 1931, en pocas semanas dieron lugar a las algarabías callejeras pidiendo la cabeza de los “señoritos”. Y en los años siguientes las medidas anticlericales, reforma agraria y reducción de la paga al ejercito crearon la conspiración en el armario.

Al llegar al año 1936, Marga ya había cumplido los diecinueve años, una mujer competente y cultivada de ideales encarnados estuvo en varios campamentos comunistas y en los soviéticos. Ya había traído a su casa un gran póster con la imagen de una chica sosteniendo la balanza de justicia con una espada en la otra mano, llamada “La niña bonita”.

Tras la rebelión militar, la señorita joven militante de la POUM abrió el armario y saco todo tipo de armas que lucho en el bando republicano. Cuando los nacionales que los del bando contrario lo llamaban “fascistas” y los republicanos, los “rojos” ocuparon la aldea en medio de nubarrones detuvieron a Marga que se quedó porque le daba igual ya que la España Republicana estaba a punto de morir tras los avances de las tropas del Generalísimo Francisco Franco Bahamonte (“mariscal de campo”).

Pronto montaron el circo en la casa del Ayuntamiento que se usaba para ambos casos Administración Municipal y Juzgado Militar, los guardias civiles y miembros de los camisas azules tenían presos rojos. La Marga no se arredró y se defendió contra las calumnias y falsedades como que había incendiado las haciendas y los conventos, matado al clero, peleas callejeras, etc.

La Justicia Militar la condenó a muerte, pero levantados los acusados, Marga que llevaba una potente bomba escondida en el interior de la falda atada a la cintura que le había proporcionado en la cárcel por algún infiltrado, como estaba levantada aunque esposada de frente, corrió velozmente chocando contra el estrado del juez militar y activo la espoleta provocando una terrible explosión en la sala, y al mismo tiempo algunos presos también la activaron acabando con los presentes allí.

El parte de la prensa facciosa de malas uvas escribió así: “Los cobardes rojos escondieron potentes bombas humanas y mató a todos los de la justicia y público viéndose el techo abajo. Qué terribles y crueles son los rojos”. Así, acabó con la recién estrenada “Niña bonita”, una astronauta en la galaxia…

Amilcar Barça

18/04/2020 a las 19:04

Helenicus, muy interesante tu autopsia de los escritos. Lástima que entre el grupo de bereberes se había colado un tal Escipión, el africano, -de ahí lo de bereber-, que les jodió el partido pitando un penalty a favor de la Juve.

Sonia

19/04/2020 a las 18:36

La pregunta indiscreta

¿Y si hubiese vida en otra galaxia? Más allá de las nubes, donde nuestra vista ya no alcanza a ver.
Eran las siete de la tarde y Alba no podía evitar pensar en su propia supervivencia. Llevaba más de un mes hibernando mientras la primavera se colaba por cada una de las ventanas de su diminuto apartamento.
Vivía en compañía de su perro, Tugui, nervioso, con carácter pero con un alma bohemia, eso fue lo que vio Alba en su perro; sabía que la entendería.
Cada domingo ambos aprovechan la estrecha terraza que les conecta con el universo y más concretamente, con el ocaso.
A Tugui le relaja ver el día apagarse, es un ser nocturno, amigo de la noche, como Alba.
Media hora antes preparan el ritual: Alba abre los armarios de la despensa, coge la bandeja y coloca dos racimos de su fruta favorita junto con la copa azul mediada de vino tinto. Antes de salir, silba a Tugui que como el que sigue a su pastor, va tras de ella.
Ambos se disponen a sentarse en el suelo cubierto por un césped de alfombra y mientras Alba ve pasar otro día, en su anhelo por sobrevivir, mira a Tugui y pregunta ¿un astronauta en el espacio puede comer uvas?

Inés

27/04/2020 a las 20:31

Aquel anuncio que hablaba del olor de las nubes. Pensar si un astronauta tomará las uvas cuando viaja por la galaxia. Sacar mi autoestima del armario. Dejar de pensar en ti. Esas gilipolleces que tiene la vida.

Mercedes

27/04/2020 a las 21:04

Solía estar en las nubes. Soñaba despierta con una galaxia lejana y en su armario guardaba uvas, novelas, pan y fotografías de astronautas y atletas. Sus vecinas cuchilleaban a sus espaldas y creían que era una excéntrica. Pero a ella nada le importaba, solo leer, comer, observar… vivir. Y sabía que los locos eran en realidad los demás

Nyla

14/08/2020 a las 16:47

Luego de las palabras graves y dolorosas de parte de la persona que más he querido, me encaminé hacia el armario, ese ya tan conocido armario que me ha apoyado en tantas. Era mi pequeña Narnia, donde podía imaginar lo que sea, siendo mi escape de la realidad.
Esta vez, lo primero que vino a mi mente fueron las nubes, nubes blancas en el cielo azulado, caminando suavemente en la misma dirección para unirse y separarse entre sí. ¡Oh! pero que hermosa vista.
Pero aún podía ir más allá, quiero romper mis limites, ir a un lugar desconocido. Y mi imaginación viaja, mucho más allá de las nubes, mucho más allá de las cosas terrenales que me atan.
La galaxia, un lugar oscuro para algunos, otros le tienen miedo por ser desconocido, pero para mí, esa galaxia era hermosa, habían tantos colores. Aún cuando estaba sola, no se sentía así, la única astronauta allí.
Pero debía bajar, no me puedo quedar mucho tiempo ahí porque mi mundo me llama, la realidad me está gritando que ya es hora de despertar y dejar de soñar, aún cuando no quiero. Pero la realidad es dolorosa, en mi mundo el dolor no existe, pero en esté sí, y duele, no importa cuanto tiempo pase.
Ya ni siquiera podía llorar, el dolor físico seguía ahí pero ya no reaccionaba a él, ¿Qué está pasando? No importa, solo debo imaginar un poco más y ya pasará todo. Esta vez estaba en un jardín grande, lleno de verde y coloridas flores de todo tipo y en el medio había una mesa blanca, había una silla y me acerqué para sentarme, estaba cansada.
De la nada, en el medio de la mesa apareció un tazón con uvas en él, cuando iba a tomar una de ellas alguien al otro lado de la mesa habló:
– Puedes tomar una, te haz esforzado y la haz ganado, tomala.
Luego de ello, con un poco de desconfianza la tomé, la miré de cerca, tenía hambre. Lentamente la metí en mi boca sintiendo el jugo dulzón, hace mucho no comía algo así. La otra persona ya se había ido, no me extrañó y tampoco lo busqué, simplemente seguí comiendo ahora con más tranquilidad, disfrutando de la vista verde y el cálido viento. El tiempo pasaba y de alguna me extrañaba, nuca había pasado tanto tiempo sin volver a mi realidad, pero no me importa, ya no.
Quiero seguir aquí, ya no quiero dolor, ya no lo necesito, ya no más.
Mi niña se casó con la persona que creía era la mejor que había conocido, oh mi pequeña, por cuanto dolor tuviste que pasar. Ahora descansa en ese bello jardín, ten la tranquilidad y felicidad que debiste tener en tu corta vida. Vida que fue arrebata de la peor manera.
2 semanas pasaron para dar con el cuerpo de Ana Merié, no entraré en detalles de su estado pero no es muy difícil saber que sus días habían acabado hace ya un tiempo, solo que ahora, su cuerpo ya no respondía. Tenía 23 años cuando su vida comenzó a ser una pesadilla real. Vida que terminó por las manos de su pareja.
Es mi primera vez comentando, aún no me convence el final así que si tienen sugerencias, me sería realmente util c:

Roxi-dahhhh

19/05/2023 a las 00:40

Es maravilloso sinceramente como pueden salir grandes relatos, frases o cualquier tipo de literatura a partir de palabras tan simples. Cada vez me convenzo a mí mismo sobre aquella frase de Rosa Montero “los humanos somos palabras, palabras en busca de sentido” (Montero, 2013).

Sabrina

16/12/2023 a las 10:12

Mañana del 16 De Diciembre del 2023.
Galaxia ‘z’, el
Astronauta lunar se disponía a desayunar las deliciosas uvas que guardaba en su armario.
Espara NO OLVIDAR.Desea NO BORRAR las 14 fotografías que tomó aquel amanecer: las nubes que dibujaban El FIRMAMENTO, Un Jazmín y ‘retazo de Cielo ‘ que completaba intencionalmente la captura.
A veces, ELLAS, Se Disponen como ESPUMA SOBRE EL MAR.
Reconoce A Dios.Asume SU ARTE porque Percibe Belleza A Través de sus sentidos.
El Creador Permanece En
Constante Movimiento. Es Un
Incansable Generador De Poesía.
‘Lunar’ decide zarpar Sabiendo que NO ESTÁ SOLO.

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