Érase una vez… Michael Ende

Pequeña reflexión sobre una de las obras infantiles del escritor alemán Michael Ende: Jim Botón y Lucas el maquinista.

Retomando la sección de Érase una vez del blog, hoy voy a publicar un principio que para mí es muy especial, porque no sólo es el principio de una novela, sino el comienzo de la primera novela que leí en mi vida y también la primera que publicó el escritor alemán Michael Ende: Jim Botón y Lucas el maquinista.

Después, me leí muchas otras y Michael Ende fue sin duda el escritor favorito de mi infancia: La historia interminable, Momo, El espejo en el espejo, El Tragasueños… Pero Jim Botón será siempre el que recuerde con más cariño. Al fin y al cabo, cuando terminé de leerla, hace ya muchísimos años, me pareció tan genial que tomé la firme determinación de que quería dedicarme a escribir historias.

Por eso me parece un libro recomendable para regalar a sobrinos, hermanos, hijos, amigos… A cualquiera, niño o no, que tenga ganas de dejarse llevar por la fantasía a un mundo lleno de humor, lugares maravillosos y personajes inolvidables. Un libro para sonreír y para soñar. Bueno, y ahora sí, dejo de daros la lata con lo mucho que me gusta y os escribo el inicio de la obra, que consiste en la descripción del país de los protagonistas:

El país en el que vivía Lucas, el maquinista del tren, se llamaba Lummerland y era muy pequeño. Era extraordinariamente pequeño en relación con otros países, como, por ejemplo, Alemania, España o China. Era más o menos el doble de nuestra vivienda y estaba ocupado en su mayor parte por una montaña con dos picos, uno alto y el otro más bajo. En la montaña había varios caminos con pequeños puentes y cruces y además un tendido de tren con muchas curvas. El tren pasaba por cinco túneles que atravesaban la montaña y sus dos picos. Naturalmente, en Lummerland también había casas: una era corriente y la otra tenía una tienda. Hay que añadir una pequeña estación, situada al pie de la montaña, donde vivía Lucas el maquinista. En lo alto de la montaña, entre los dos picos, se levantaba un castillo.

Comentarios (11):

Jota A

22/08/2012 a las 21:43

Vaya. Fue también mi primera novela. Aún conservo el ejemplar de círculo de lectores, colección arlequín.
La locomotora Emma, la dragona maldiente, esa China tan misteriosa y peligrosa… Fue el libro que más veces releí en mi juventud.
Me gustó tanto que no paré hasta que mis padres me compraron “La historia interminable”, y eso que “para mayores”. xD

Cuando alguien menciona a Ende siempre suelen hablar de Momo o La historia interminable, da gusto que por una vez alguien reivindique este título. Me acabas de dar un alegrón de cuidado. 😛

Literautas

22/08/2012 a las 21:50

Síííí, yo también tengo esa edición, con los rombitos azules y rojos! Yo no paré hasta que mis padres le compraron otra edición a mi hermana para no tener que compartir la mía jaja

Ahora se va conmigo a todas partes y la tengo en la estantería de los libros más chulos, entre ediciones antiguas del Quijote, Dumas, Cortázar, Walter Scott, incluso una Biblia antigua… todos con sus tapas oscuras y chulísimas, se ve un lomo blanco con tipografía alegre y los rombitos de colores XD

Pero es que todavía hoy lo ojeo y recuerdo esa sensación, ese descubrimiento de todo lo que se podía hacer con la palabra escrita 🙂

Un saludo y muchas gracias por tu comentario

Manuel

22/08/2012 a las 22:11

No fue mi primera novela, pero sí una de las primeras, y uno de los libros que recuerdo con más cariño (sumado a su continuación). La leí en una de mis habituales gripes infantiles, que me dejaban postrado un par de días en la cama sin nada más que hacer… que devorar un libro 🙂 Posee algunas de las lineas más inspiradoras que he catado, como la del hombre que se veía más grande según se alejaba.

Carme

22/08/2012 a las 23:21

Jo, yo nunca me la leí 🙁
Mi primera novela fue “La historia interminable”, a la que tengo un cariño tremendo. Aún me acuerdo del día que me la regalaron. Cumplía 10 años y era el primer “libro largo” que me leía. A partir de ahí, me hice el carnet de la biblioteca del pueblo y aquello se convirtió en un vicio de mucho cuidao.

Jota A

23/08/2012 a las 00:03

Habría que hacer una estadística de cuantos lectores de “taytantos” para abajo quedaron “infectados” por la magia de Ende.

Y Carme, nunca es tarde para ponerse al día. Tanto Jim Botón y Lucas el maquinista como Jím Botón y los trece salvajes están actualmente disponibles por menos de nueve euros cada uno. Pero esa es otra historia que merece ser contada en otra ocasión. 😉

Santiago

23/08/2012 a las 02:27

Mi primera novela no fue en la infancia, sino a los 21 y fue “El Conde de Montecristo” por Alejandro Dumas, pero ha sido la mejor novela que he podido leer y fue la que me inspiró a querer convertirme en escritor y lo deseo y trabajo todos los días para hacer eso realidad. Abrazos.

Ianna

23/08/2012 a las 08:04

¡oh! **.** Yo solo me he leído Momo, La historia interminable y Jojo, y son mis libros preferidos. Tienen un yo que sé, que será la magia de Ende como dice Jota :). Vi un documental suyo y a sus nietos se les iluminaba la cara hablando de él, de cómo les contaba historias, de su santuario donde escribía y se enfadaba mucho cuando entraba alguien. Ais, ¡es un hombre grande!

Ianna

23/08/2012 a las 09:51

Bueno la he pifiado, suelo confiar demasiado en mi memoria caprichosa, no era de él de quién vi el documental si no de Roald Dahl, La fábrica de chocolate. Aunque seguro que Michael también era un niño grande que es lo que me enamora de estos hombres. Siento la confusión. :$

Literautas

23/08/2012 a las 11:47

Manuel, me has recordado aquellos tiempos de gripes en los que tenías todo el día por delante para dormir y leer. ¡Qué gustazo! 🙂

Carme, tiene razón Jota A. ¡Nunca es tarde! De todas formas, La historia interminable tampoco es un mal inicio en la lectura. Sí es cierto que Ende nos marcó a muchos en nuestra infancia ^^

Santiago, tampoco es un mal inicio el tuyo, la verdad 🙂 Es una de mis favoritas y la guardo también con mucho cariño. No recuerdo exactamente la edad a la que la leí, pero no creo que fuese mucho más joven que cuando la leíste tú, y me atrapó como pocas.

Ianna, no te preocupes, todos tenemos lapus! ^^ Además, me has dado ganas de ver ese documental de Roald Dahl jaja. Y he recordado también un artículo que leí hace tiempo sobre Tolkien y sus hijos. Parece ser que el escritor se inventaba juegos e historias para contarle a los niños y sorprenderlos. De hecho, “El hobbit” lo escribió para ellos, para ir contándoselo por las noches. Ayyyssss, qué grandes todos ellos, recordándonos que Fantasía no tiene límites ^^

Un saludo a todos y gracias por vuestros comentarios.

Literautas

23/08/2012 a las 12:20

Por cierto, aquí os dejo también un enlace donde explican cómo Michael Ende concibió toda la novela a partir de la primera frase “El país en el que vivía Lucas, el maquinista del tren, se llamaba Lummerland y era muy pequeño.”

Está en inglés: A famous first line that gave birth to a novel.

Ianna

23/08/2012 a las 19:59

Me ha tocado buscar porque no me acordaba dónde lo había visto: es un extra del DVD edición especial de Charlie y la fábrica de chocolate de Tim Burton. Ahí fue donde descubrí que otra de mis películas de la infancia también era un libro de él “La maldición de las brujas” 😀 (Aún entre pendientes grrr)

¡Muchas gracias por el link! Me pondré a traducir un poquito y así practico inglés también 😀

Deja un comentario:

Tu dirección de correo no se publicará. Los campos obligatorios aparecen marcados *