Hace unos días publiqué la primera parte de este post para hablaros sobre el conflicto, su importancia en una historia y los tipos que nos podemos encontrar. Hoy os traigo la segunda parte, en la que quiero hablaros de cómo introducir el conflicto en una historia.
El conflicto es el detonante de toda trama y sin él, no hay historia. Dicho así, puede imponer respeto, pero lo cierto es que no es tan complicado como parece, así que vamos a ello. Aunque antes de empezar voy a proponeros un texto bastante sencillo pero que me servirá de ayuda para ilustrar los puntos que desarrollaré luego:
Imaginemos a un hombre (llamémosle Lucas) que sale del gimnasio y echa a correr hacia el coche con la bolsa de deporte sobre la cabeza para protegerse de la lluvia. Cuando llega al coche y está a punto de abrir la puerta, se detiene porque ve a Laura, la novia de su mejor amigo, besando a otro hombre en la acera contraria. La chica lleva unas gafas de sol, pero la reconoce igualmente.
El hombre se queda unos instantes bajo la lluvia sin acabar de creérselo, observando la escena. La pareja entra en una cafetería y Lucas se mete en el coche, pero no lo arranca, sino que se queda allí sentado con el teléfono en la mano. En la pantalla se ve el nombre de su amigo y su foto junto al símbolo de llamada. Lucas está a punto de marcarlo varias veces pero se detiene antes de hacerlo.
Un rato después, Lucas guarda el teléfono, baja del coche, cruza la calle sin importarle la lluvia y entra en la cafetería. Laura está sentada en una mesa con su acompañante y charlan animados. Lucas se acerca y se sienta frente a la chica, que lo mira desde detrás de las gafas de sol que no se ha quitado todavía y le pregunta “¿Tú qué haces aquí?”. Lucas ignora su pregunta, la mira con desprecio y le dice: “¿Con éste también ha sido un lapsus o eso sólo lo fui yo?”.
Y ahora sí, vamos con los aspectos a tener en cuenta para introducir el conflicto en una historia:
1. Usa todos los que puedas
Aunque éste podría ser el lema de Laura, la novia del amigo de Lucas, en realidad hablo de conflictos. En una buena historia (especialmente una historia larga, como una novela o un largometraje) el conflicto está por todas partes. Además del conflicto principal, puedes añadir otros para crear sub-tramas, conflictos internos en cada personaje, etcétera.
En el ejemplo que puse antes, el primer conflicto aparece cuando Lucas ve a la novia de su amigo con otro tipo. Esto provoca un conflicto en el personaje, que tiene que decidir si contárselo o no a su amigo.
Además, al final de todo aparece un nuevo conflicto: en el pasado, Laura ya engañó a su novio con el propio Lucas, y es posible que parte del debate interno del hombre tenga que ver también con los celos. Como veis, si hay varios conflictos, la historia se vuelve más jugosa.
2. Usa la acción
El lema que siempre debe tener presente un escritor de “si puedes mostrarlo, no lo cuentes” también funciona para el conflicto. Todo lo que se pueda narrar a través de los hechos, de la acción, provocará una experiencia más intensa en el lector.
En el caso del ejemplo, cuando Lucas está sentado en el coche, podría haber dicho que “Lucas se debatía internamente entre llamar a su amigo y contárselo o enfrentarse directamente a Laura“. Sin embargo, opté por sentar a Lucas mirando el teléfono con el número de su amigo en la pantalla para que sea la acción la que nos cuente lo que pasa dentro de la cabeza del personaje.
3. Usa los diálogos
Nada hay más aburrido que dos personas hablando por hablar, así que cuando introduzcas un diálogo en una historia es mejor que sirva para algo. El diálogo puede usarse para aportar información, para dar a conocer a los personajes, para hacer evolucionar la trama… pero también para introducir conflictos. Es una gran herramienta que con un par de frases nos puede ayudar a decir mucho.
En el diálogo del ejemplo, Laura no saluda a Lucas, sino que le pregunta secamente “¿Tú qué haces aquí?“, dejando entrever cierta hostilidad que puede deberse tanto a la relación previa entre ellos como al verse sorprendida con otro hombre. Además, con la respuesta de Lucas nos enteramos de esa relación anterior y podemos intuir que el hombre guarda cierto resentimiento al respecto.
4. Usa los elementos externos
Hay determinados elementos externos que pueden ayudarnos a reforzar un conflicto. Por ejemplo, la lluvia intensa de la que Lucas se protege al principio ya no le importa luego cuando descubre a Laura, lo que recalca un poco más la importancia emocional que tiene para él lo que acaba de ver.
5. Usa los símbolos
Algunos símbolos, como una herida, un color o un escenario (unas ruinas, por ejemplo) remarcan ideas o conflictos. Las cicatrices externas de un personaje suelen ser un reflejo de una cicatriz interna o, lo que es lo mismo, de un conflicto interno. La cojera del famoso Doctor House era el símbolo de sus traumas y problemas psicológicos.
En el caso del texto de antes, las gafas de sol de Laura podrían ser interpretadas como un símbolo también, ya que funcionan como una máscara, la pantalla que ella usa para protegerse y esconder su verdadera identidad.
6. Usa los flashbacks
A veces no queda queda más remedio que mostrar una escena del pasado para explicar un conflicto. En el texto de Lucas no he usado ninguno, pero no tenemos más que pensar en la película Casablanca: la relación entre los protagonistas es complicada, pero el espectador no comprende la dimensión real de la misma hasta que se le muestra a través de un flash-back lo que ocurrió entre ellos años atrás.
7. Úsalo cuanto antes, mejor
Aunque tengas muchos conflictos para ir soltando durante toda la historia y mantener así la atención del lector, no tardes demasiado en empezar a introducirlos. En el texto de Lucas, por ejemplo, el primer conflicto aparece en la segunda frase. Si en lugar de esto, me hubiese demorado explicando cómo Lucas sale del gimnasio, saluda a un conocido, se detiene a mirar la intensa lluvia, se lamenta por no haber cogido un paraguas…, puede que para entonces hubiese perdido ya la atención de varios lectores.
Aunque no es necesario que todos los conflictos se introduzcan tan pronto, sí es cierto que no deberíamos retrasar el primero más allá de las primeras cinco páginas en una novela (o cinco minutos, si se trata de un guión).
8. Termina lo que empiezas
Todo conflicto debe tener una introducción (planteamiento de la situación), un desarrollo (el conflicto evoluciona con la trama), un momento álgido (el conflicto llega a su apogeo) y una resolución (una de las dos fuerzas enfrentadas vence a la otra). Si el lector se va a quedar enganchado durante decenas o centenares de páginas porque desea saber cómo se resolverá un conflicto, es mejor que lo resuelvas o se sentirá defraudado.
Y hasta aquí mis pequeños consejos para introducir el conflicto en la historia. ¿Qué os han parecido?¿Añadiríais algún otro?
(*) Recomendación: Para practicar, cuando leas una novela o veas una película (o incluso una serie de televisión), puedes fijarte en el número de conflictos que tiene, cómo se introducen, cuál es su importancia, su duración, su evolución, el número de escenas que se le dedica a cada uno… Puede ser un ejercicio muy instructivo.
Entradas relacionadas:
Sin conflicto no hay historia (1ª parte)
Elementos clave para contar una historia: el incidente detonador
Cómo dar profundidad a un personaje
Comentarios (11):
Ianna
17/08/2012 a las 09:09
El punto ocho es el más complicado, no he podido evitar pensar en Lost, aunque a mi si me gustó, si que en cierta forma quedó como incompleto. También me he acordado de Torre Oscura (he oído que King no gusta a mucha gente en los ámbitos literarios, pero yo lo mencionaré :P) y cuando King se dirige a ti, en ese momento tan emocionante y te dice, aquí se acaba, pero puedes seguir si quieres… esa emoción de abrir una puerta final que tiene el personaje te la contagia. Ains, yo quiero hacer eso :_
¡Gracias Iria por tan útil artículo! Lo esperaba con ganas 🙂
Literautas
17/08/2012 a las 13:38
Sí, tienes razón, a veces el punto 8 es complicado y, además, puede ser como un jarro de agua fría tanto cuando se deja incompleto como cuando no se resuelve bien (o se resuelve a prisa y de manera injustificada).
En cuanto a Lost, yo también tuve esa sensación. Otra historia con la que me pasó fue “El club Dumas”, de Pérez Reverte. Creo que intentó incluir tantas cosas y añadir tantos conflictos, que al final se metió en camisas de once varas y la resolución queda incompleta. Es una pena porque el sabor final de una historia es lo que más te llevas contigo y puede tirar por la borda todo el trabajo anterior.
No he leído Torre Oscura pero me han entrado ganas, así que me lo apunto. Lo que comentas me ha recordado a “El palacio de la luna”, de Auster, que tiene un final completamente abierto pero me gustó mucho precisamente por eso, porque cierra los conflictos planteados y abre una nueva puerta. Es el fin de un ciclo y el comienzo de una nueva etapa, de una nueva historia… Ayyys que me emociono solo de pensarlo, y eso que hace tantos años que lo leí que ya sólo recuerdo del libro esa sensación final jaja
Un saludo y muchas gracias por tu comentario. Me alegra mucho que te haya gustado el post 😀
Lady_boopy
20/08/2012 a las 21:01
sin conflicto no hay historia?
tengo una historia entre manos pero no me he planteado ningún tipo de conflicto. No he pensado en que tengan que “luchar” contra algo o contra alguien, o incluso conseguir algo. Creo que su posible “conflicto” es simplemente la vida, seguir viviendo (o sobreviviendo) algo así como “la senda del perdedor” de Henry Chinaski (me encanta Bukowski!)…
Pero después de leer estas dos entradas me lo estoy replanteando…… no se por donde seguir. ¿Hará falta algún “conflicto” real? ¿o será suficiente con seguir con vida?
Literautas
20/08/2012 a las 21:21
Bueno, Lady Boopy, ante todo no te agobies! 🙂
Porque es posible que tu historia ya tenga un conflicto, aunque no sea evidente. Como comentaba en el anterior post, los conflictos también pueden ser internos, emocionales. La vida está llena de conflictos, de pequeñas cosas, de relaciones enfrentadas. Y de ahí se puede sacar mucha literatura. Lo que puedes hacer es analizar tu historia para detectar esos pequeños conflictos y cuáles pueden ser los objetivos (conscientes o inconscientes, sueños, deseos, anhelos, motivos para levantarse cada mañana) de tus protagonistas. A partir de ahí será más fácil saber cómo contarla, qué es lo interesante.
Pero sobre todo, lo que te decía al principio, no te agobies. Las historias se pueden contar de muchas formas 🙂
Julia
27/09/2012 a las 02:28
¡Hola! Disculpa, pero ¿me podrías dar una indicación o consejo de como introducir un flashback en una novela?
Ocurre que normalmente por internet (en las páginas de historias hechas por fanáticos de ciertas series (fanfics) para anunciar un fashback lo ponen de manera centrada, entre paréntesis o entro dos guiones… No creo que era sea una manera correcta para hacerlo en una novela x3 Así que si tienes algún consejo para eso, me gustaría leerlo.
Gracias :3
Literautas
28/09/2012 a las 11:36
Hola, Julia
Efectivamente, el flashback en novela no se suele escribir así. Es un tema interesante que da para escribir una entrada completa (me la apunto para el futuro ^^), pero te puedo dar algunas claves que espero te sirvan de guía.
Obviamente, no hay una única manera de introducir flashbacks en las historias.
Puede hacerse intercalando capítulos que se desarrollan en el pasado. Me explico: estás contando una historia que transcurre en el año 2012 (por ejemplo) y, en medio, introduces capítulos que transcurren en en 1980, durante la infancia del protagonista, para explicar así de forma directa lo que ocurría.
Otra solución es a través de la evocación de un personaje, algo le trae recuerdos y lo enlazas con el flashback. Por poner un ejemplo, Pedro paseaba con su hijo por la calle cuando vio un escaparate con una flamante bicicleta roja. Le entraron ganas de comprársela a su hijo porque él tenía una igual de niño, se la habían regalado sus padres por su sexto cumpleaños. Una mañana, al bajar a desayunar, se la había encontrado en la cocina envuelta con un gran lazo azul. Le encantaba aquella bicicleta… Y sigues con el flashback ^^
Esta última es la forma más natural de introducirlo pero, eso sí, has de tener cuidado con el empleo de los tiempos verbales para que se entienda qué época estás narrando.
Y, por supuesto, un buen ejercicio que puedes realizar cuando leas es fijarte en cómo introducen otros escritores los elementos del pasado. Anótalo, analízalo y fíjate en los mecanismos que usan. Verás como aprendes un montón de técnicas y al final te saldrán a ti también de forma automática. 🙂
¡Un abrazo!
Julia
29/09/2012 a las 02:37
¡Wii! ¡Muchas gracias! jaja 😀 Seguiré tus consejos, y también me pondré a leer bastante (últimamente no he podido por falta de tiempo, y ando con unas terribles ganas de leer xD). Muchas gracias, y felicidades por tu página, está genial.
Vito
25/04/2014 a las 22:58
Escribo para felicitarte por tu dedicación y generosidad al brindar tantos elementos para la escritura. Muchas gracias por eso.
jaime castillo
16/10/2014 a las 03:13
Esta segunda parte completa lo dicho en la primera, y el punto 8 me parece ser determinante, porque hay que dar inicio, desarrollo y finalización al conflicto. Por Ejemplo, La niña esperaba a su padre para decirle lo que había visto hacer a su madre, cuendo él entró en la casa, ella corrio a contarselo, pero persivio que venía borracho, entonces opto por no decir nada, regreso a su cuarto y cerro la puerta.
Elena Álvarez
26/01/2016 a las 13:32
¡Hola! El conflicto es uno de los obstáculos más grandes que encuentro al escribir, no solo a la hora de desarrollarlos sino sobre todo a la hora de manejarlos… ¡la mayoría de las veces se me van de las manos! Estos consejos me parecen muy útiles, ¡gracias por la entrada! Por eso os he mencionado en mi blog: http://bit.ly/1SgRFDp ¡Saludos!
Alida Elena Alvarez Silveira
20/05/2016 a las 21:28
Elenita dice: Hoy inicié el vínculo con Literautas y quedé maravillada. Pertenezco a un Taller,”Palabra en construcción”, en Melo,Uruguay. Gracias a una generosa compañera del taller que me dió la dirección virtual logré el vínculo. Todo lo que leí me pareció estupendo, de mucha ayuda para los que estamos comenzando con esta hermosa tarea de escribir.Y lo que me pareció genial es la postura generosa, amigable, sin urgencias y con mucho gusto!!!! Un abrazo transocéanico!!!!!