Cómo escribir una novela (9): la estructura

Descubre cómo planificar la estructura de una historia y prepáralo todo para comenzar a escribir el primer borrador de tu novela.

Cómo escribir una novela - La estructura

Lo hemos conseguido. Después de semanas de arduo trabajo entramos por fin en la recta final. Dentro de nada estaremos inmersos en el primer borrador de la novela y, si hemos hecho bien los deberes, esta debería ser fluida y sin más sorpresas que las del propio placer de la escritura. Pero para que algo así sea posible, primero tenemos que crear una estructura sólida.

Para crear la estructura de una novela hay que tener en cuenta dos aspectos de la misma: por un lado, tenemos lo que podríamos llamar la estructura física de la novela, la forma en la que está dividida la obra —por ejemplo, en capítulos o partes—. No profundizaré más en esto porque es algo que ya tratamos en el blog con anterioridad, cuando vimos cómo dividir una novela en capítulos.

Por otro lado, nos encontramos con la estructura temática, —es decir, la organización del contenido de la historia en escenas— que es la que trataremos en esta entrada.

En el capítulo anterior de la serie hablamos de los puntos clave de una novela con la idea de que pudieras profundizar en tu propia historia y seleccionar qué partes querías mostrar al lector y qué partes preferías dejar fuera.

Ahora llega el momento de dar un paso más y empezar a elegir todas los momentos de la historia que formarán parte de la novela. O lo que es lo mismo, vas a decidir qué escenas serán las que escribirás cuando comiences con el borrador.

¿Cómo se crea la estructura de una novela?

Como siempre, no existe una única forma de llevar a cabo este proceso de la planificación, pero lo que yo recomiendo siempre es afrontarlo de manera parecida a como se escribe una escaleta o un tratamiento de un guion cinematográfico. La idea es que cada escena tenga, al menos, los siguientes elementos:

1. Título de la escena. Algo breve que puedas identificar de un vistazo para saber de qué escena se trata. Por ejemplo: «El empresario acude a la cita con el chantajista».

2. Momento en el que ocurre la escena. Aquí la información dependerá de cómo sea tu novela y cuánto tiempo transcurra en ella, pero para guiarte puedes incluir en una parte de la ficha el día y la hora exactos —si los sabes—, o simplemente una nota que diga «Día 3, noche». Estos datos te ayudarán a crear la línea temporal de la novela y a asegurarte de que cada escena esté en su sitio y, sobre todo, que un personaje no se encuentre en dos lugares a la vez.

3. Descripción. Dos o tres líneas como máximo, algo muy escueto, que describan qué ocurre en esta escena. Lo ideal aquí es que menciones el conflicto principal, el tema a tratar o la función que tiene dicha escena en la historia. Por ejemplo: «Enfrentamiento del empresario con el chantajista. El empresario se da cuenta de que no tiene escapatoria. Comienza a planear el asesinato».

Como ves, no hace falta que busques un estilo literario para crear la estructura. Es solo un documento técnico que desecharás en cuanto escribas tu primer borrador.

Si quieres, también puedes añadir otros elementos, como distintos colores según la trama a la que pertenezca la historia, los personajes que aparecen en ella, las localizaciones… Cualquier cosa que te ayude a comprender lo que tienes que escribir cada día cuando empieces con el manuscrito.

Cada escena, una ficha

Una forma práctica de organizar las información de la estructura es crear una ficha —con los elementos del punto anterior— para cada una de esas escenas. Para ello puedes recurrir a las típicas tarjetas índice rayadas, a post-its —tienen la ventaja de que puedes pegarlos en una pizarra o una pared y cambiarlos de orden fácilmente— o a aplicaciones como Story Planner, que cuenta con su propia herramienta para elaborar una estructura de este tipo y permite cambiar de orden las escenas según necesitemos.

Al final tendrás un montón de fichas o tarjetas con su título, su descripción y los datos adicionales que necesite, y podrás moverlas a tu antojo si en algún momento te das cuenta de que hay partes de la historia que necesitas atrasar o adelantar.

¿Por dónde empiezo?

Una vez hayas decidido el método que vas a seguir para tu estructura, lo mejor es que retomes los puntos clave que vimos en la entrada anterior y crea a partir de ellos las primeras fichas de escena y ordénalas en orden cronológico —o en el orden que seguirán en la historia—. Así te servirán como espina dorsal para crear el resto de la estructura.

Por ejemplo, tenemos la siguiente escena inicial o de apertura: «Título: El empresario en su vida ordinaria. Descripción: el empresario acude al trabajo, lo vemos en su vida cotidiana, con su secretaria y sus subalternos. Descubrimos que es un hombre mezquino y solitario».

A continuación, creamos la ficha para la escena que corresponde al detonante: «Título: El empresario recibe carta de chantajista. Descripción: el empresario abre su correo y descubre una nota del chantajista. Alguien ha descubierto su mayor secreto, todo su mundo se tambalea. Tiene miedo, pero reacciona con prepotencia».

Ahora, con estas dos fichas creadas, lo que queda es construir las escenas intermedias necesarias para llegar de ese punto inicial —la escena de apertura del empresario en su vida ordinaria— hasta el detonante. Y lo mismo para el resto de puntos clave de tu historia, hasta llegar al final o al epílogo, si lo hubiera.

¿Cómo elegir qué escenas incluyo en mi novela?

Esta es una cuestión importante que solemos hacernos antes de crear la estructura y la respuesta tiene su complejidad. Para comenzar, te recomiendo que le eches un vistazo a las entradas del blog “Estructura tu novela según la intensidad de las escenas” y «Cómo escribir escenas que enganchen a tus lectores».

Ambas analizan los distintos tipos de escena que existen según dos formas de clasificarlas, así como la forma de organizarlas dentro de la estructura. Creo que estas dos entradas pueden darte alguna pista para comenzar.

Además, no te olvides de la máxima en la que se insiste siempre a la hora de escribir: muestra, no cuentes. Es decir, siempre que puedas, elige las escenas en las que los personajes se encuentran en plena acción.

Si la novela trata sobre un empresario que es chantajeado por un oscuro secreto familiar, coloca al empresario en escenas interesantes, enséñale a lector cómo se comporta a través de sus actos, haz que vaya a sitios, que abra cajas, que rompa cosas. ¡Lo que sea! Pero procura siempre mostrar con imágenes a través de las palabras.

¿Cuántas escenas necesita mi novela?

Eso es tan difícil de responder como lo sería decirte cuántas palabras ha de tener tu manuscrito. Cada historia tiene su propio tiempo, su ritmo, su narración… Alguien puede escribir una obra muy extensa con muy pocas escenas —si cada escena se alarga durante páginas y páginas por necesidades de la historia—, y otra persona construir una novela corta con un gran número de escenas cortas y dinámicas.

Tú intenta que la estructura quede completa, que no haya huecos o vacíos por el medio y la historia avance de forma natural escena a escena. Por supuesto, tampoco metas escenas de relleno solo por conseguir más páginas después. Si te parece que al terminar la estructura la historia se queda corta, quizá sea hora de plantearse si una subtrama tendría cabida.

¿Cómo saber si he elegido bien las escenas?

Llega el momento para la prueba del algodón. Imagina que has creado tu estructura, tienes un montón de fichas bien ordenadas y organizadas que dan paso unas a otras de forma orgánica y buscan un equilibrio en cuanto a intensidad. Hasta aquí todo bien. Pero ¿seguro que están todas las que son y son todas las que están?

La mejor forma de saber si una escena hace falta o no en la novela es responder a tres preguntas bien sencillas:

1. ¿Qué aporta a la historia? ¿Cuál es la finalidad de esta escena? ¿Qué sentido para la obra en conjunto? Puede ser que la necesites para hacer avanzar un aspecto concreto de la trama o para mostrar la personalidad del personaje. No importa, pero ha de servir para algo. Si está por estar, sin ninguna otra función aparente, quizás deberías replanteártela.

2. ¿Qué me aporta a mí? Piensa en la escena en pleno desarrollo, con los personajes en marcha, la acción sucede… ¿Qué sientes? ¿Te emociona? ¿Te divierte? ¿O, por el contrario, la encuentras un poco aburrida? Una escena que no consiga removerte por dentro, tampoco se lo removerá a lector. Además, ten en cuenta que vas a pasar semanas, puede que meses, escribiendo esta novela. En ocasiones se volverá una tarea tediosa y resultará mucho más fácil si cada escena te aporta algo.

3. ¿Hay alguna manera de que esta escena sea aún mejor? Esta última pregunta has de hacértela, sobre todo, si alguna de las dos anteriores se ha quedado un poco en el aire. Quizás la escena te emociona por algún aspecto personal, pero te das cuenta de que, en realidad, no aporta nada a la historia. Piensa qué elementos o acciones podrías añadir para darle cabida dentro de la trama. ¿Quién sabe? A lo mejor te encuentras sorpresas inesperadas que te ayudan a mejorar la novela.

También puede darse el caso contrario. Que la escena sea necesaria y tenga que estar sí o sí —por ejemplo, el momento en el que el personaje hace un descubrimiento que el lector ha de conocer—, pero no te diga nada. Si te deja frío/a o te parece aburrida porque solo tiene ese elemento importante, significa que hay que trabajarla un poco. Dale una vuelta, a ver si encuentras alguna forma de darle mayor profundidad o intenta fusionarla con otra escena que sí te guste y en la que creas que tiene cabida.

¿Te ha gustado?

Ahora puedes conseguir todo el contenido del tutorial actualizado y extendido en el libro Cómo escribir una novela. También puedes acceder a todas las entradas de la serie en la página del tutorial.

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Cómo escribir peleas y escenas de lucha
La descripción de personajes

Comentarios (6):

Jean Ives Thibauth

05/06/2017 a las 14:16

Como siempre, esta entrada, tan esperada, es de gran utilidad.
A estas alturas marea un poco la cantidad de cosas que se han de manejar para escribir una novela. Si a eso le sumamos la impaciencia por sentarse a escribir, no se a vosotros, pero a mí me tiemblan las piernas…

Suerte a todos.

Agustín

05/06/2017 a las 18:49

Tal ha sido la cantidad de información que me han aportado las entradas anteriores que las escenas que creía tener se me han multiplicado y me he visto algo sobrepasado.

Así que he metido esas ideas a reposar en un cajón y me he enfocado en una idea menos ambiciosa (en cuestión de tamaño). Serán pocas escenas y largas.

¡Qué emocionante es ver las cosas avanzar!

Rita

05/06/2017 a las 22:45

Me ha encantado esta entrada!! De hecho, me ha sabido a poco. Es cierto que una novela requiere mucho trabajo, con partes más interesantes y divertidas, y otras menos; pero yo estoy disfrutando mucho de este tutorial.
Estoy deseando aplicar este paso y, sobre todo, ponerme manos a la obra con el primer borrador.
Un saludo a todos.

Israel

06/06/2017 a las 19:10

Excelente artículo. Hay un programa orientado para los escritores, Scrivener, que facilita mucho organización y estructura de una novela, recomiendo que prueben el programa, es muy util y va mas allá de un procesador de texto.
Saludos.

Mara

13/06/2017 a las 14:16

Como siempre muy util, yo eso de sentarse a escribir “libremente”, sin nada planeado, es un poco loco, aunque sea unos puntos principales tienes que tener y creo que en esta entrada, con las fichas, los definen perfectamente. Creo que esta organización es de la más eficiente. Yo lo que suelo hacer es reservarme una escena por sesion de escritura así lo tengo todo más o menos “controlado”. Lo malo es que, como suele ocurrir, una vez que te sientas a escribir la historia va cambiando y encuentras caminos que no tenías planeado, al final suelo empezar con unas treinta fichas y acabar con 60 o así, la Historia tiene vida propia.

K. Marce

15/06/2017 a las 19:43

Saludos a todos,

Tal como dice Israel, es altamente recomendable buscar un procesador de texto especial para esto, él recomienda el Scrivener, y yo nunca cambiaría el YWriter (Con nueva version 6).
La razón es muy sencilla, todo lo que ha recomendado Iria en sus entradas, creación de personajes, fichas, notas etc, los puedes manejar desde ese tipo de plataformas.
Pero lo más importante, en mi caso, es encontrar la información.
Cuando escribimos en un procesador común (Word, Note o incluso Google Drive) es fácil encontrar algo si cuentas con unas cincuenta páginas… pero es súper caótico cuando lo ya tienes trescientas páginas escritas.
Estos programas dividen fácilmente una obra completa (con el millón de páginas que escribiste en un arrebato de inspiración) en capítulos y escenas. Cada uno con su propio nombre. Ya no quieres la escena de “José le compró comida a su perro Jordan”… sólo vas y la eliminas. O si la quieres poner antes de: “Susan dijo que ama a los perros”… también puedes hacerlo. En fín, la libertad de tenerlo todo frente a tus ojos, es incomparable.
Yo he usado tanto el Word como el YWriter, y jamás de los jamasés volveré a escribir en Word… Eso lo dejo para los backups (que estos mismos programas hacen en diferentes formatos) y las copias de seguridad que se pueden subir a Google Drive.

Si quieren puede ver mi reseña de estos programas (y otros similares) en mi blog. Les dejo el link con sus respectivos enlaces de descargas de los programas.
Reseñas I (varias entradas): https://karenmarcescorner.wordpress.com/2015/10/
Reseñas II (mi favorito: YWriter): https://karenmarcescorner.wordpress.com/2016/04/04/ywriter5-mi-programa-de-escritura-favorito/

Ánimo, chic@s. Cuando la estructura está montada, se está a medio camino. Mucha suerte a los que se han anotado a seguir este reto. Yo por mi parte, lo sigo para reconfirmar o modificar mis proyectos previos.
¡Nos leemos!

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