¡Eureka! Las claves del proceso creativo

Descubre las cuatro claves del proceso creativo y aprende a dominar tu inspiración.

Las claves del proceso creativo

Siempre he pensado que saber cómo funciona nuestro cerebro es una de las mejores formas que tenemos para poder vencer cualquier resistencia o miedo a la escritura. Es decir, si sabes cómo funciona tu creatividad, tal vez logres dominarla.

Por eso quiero hablaros de la batalla interna que todos hemos de librar antes de ponernos a escribir: el proceso creativo, también conocido como la búsqueda de la idea o de la solución a un problema.

Todo proceso creativo pasa por cuatro fases: la preparación, la incubación, el descubrimiento y la puesta en marcha.

1. La preparación:

La llamada fase de preparación varía ligeramente dependiendo de si ya existe una idea vaga de lo que queremos contar o si estamos buscando una idea desde cero.

En el primer caso, pongamos por ejemplo que no tengo claro lo que quiero contar pero sé que me apetece narrar una historia bélica. En este caso, puedo llevar a cabo algo parecido a una etapa primitiva de documentación. No se trata de documentación en sí porque todavía no sé nada excepto el género que me apetece contar; no existe una idea en sí misma, sólo el deseo de una idea.

Para ello, puedo empaparme de todo lo que encuentre que sienta puede estar relacionado con el tema: libros, revistas, periódicos, exposiciones, películas, documentales, testimonios directos…

En el segundo caso, cuando todavía no existe nada, ni siquiera el tema de la idea que quiero tratar, puedo hacer lo mismo pero sin restricciones. Se trata de leer, ver, conocer, moverse, escuchar…

Suelo comparar esta fase del proceso creativo con una coctelera vacía que tengo que ir llenando de cosas para después agitarla y ver qué sale. Y la coctelera, claro está, es mi cabeza.

2. La incubación:

A mí me resulta fácil identificar que he alcanzado esta fase porque me siento llena de información, como una olla antes de hervir, con muchos temas dando vueltas en mi cabeza aunque sin acabar de concretarse.

Esta fase puede ser muy divertida ya que viene siendo la fase de “estar de vacaciones”. Estamos tan empapados de imágenes, sonidos, palabras, estímulos y todo lo que nos hemos encontrado por el camino que ya sólo queda agitar un instante la coctelera y dejarla reposar haciendo lo que más nos guste o relaje.

Irse a tomar algo con los amigos, dar largos paseos, cocinar, practicar deporte, irse de compras, hacer maquetas, montar puzles, pintar… Aquí cada uno sabe mejor que nadie qué es lo que le relaja y le distrae.

Sea lo que sea lo que os ayude a desconectar, os recomiendo hacerlo una vez os encontréis en esta fase, así el subconsciente trabajará mucho mejor y más rápido. Obcecarse en encontrar la idea a toda costa suele atascara al cerebro en lugar de motivarlo.

Eso sí, tal vez sea útil en esta fase tomar notas si surgen pequeñas ideas, atisbos del camino a seguir. Pueden ayudar a perfilar luego la idea definitiva.

3. El descubrimiento:

Esta es una fase genial. La del chispazo, la iluminación, el momento en el que todas las piezas del rompecabezas encajan y exclamas: ¡Eureka!¡Lo tengo!.

Seguro que lo habéis experimentado montones de veces tras quedaros atascados en un problema. Es justo cuando dejas de darle vueltas y te pones a hacer otra cosa distinta -como irte a dormir, darte una ducha o acudir a esa comida familiar- y de pronto la solución aparece sola ante tus ojos, de una forma tan obvia que a mí a veces hasta me da rabia que se le haya ocurrido a mi subconsciente antes que a mí.

Supongo que sobra decir que lo mejor que podemos hacer en ese momento es correr a apuntar la idea donde sea, por si las moscas luego se nos olvida.

4. La puesta en marcha:

Ésta es la última fase del proceso creativo y consiste, como su propio nombre indica, en tomar esa idea y desarrollarla, bien sea iniciando una fase de documentación, bien sea empezando a perfilando cómo queremos llevarla a cabo. Pero bueno, a partir de aquí ya es harina de otro costal, que se suele decir. O material para un post aparte.

Y eso es todo… Bueno, casi todo. Porque antes me gustaría añadir que, hagas lo que hagas en las distintas etapas del proceso creativo, nunca deseches una idea demasiado pronto. No te autocensures. La creatividad consiste casi siempre en ser capaces de soñar, de imaginar y de dejarnos llevar como cuando éramos niños.

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Comentarios (9):

Adán

17/06/2012 a las 15:54

¿Qué hacer cuando ya estás en la puesta en marcha y a mitad de camino se te ocurren nuevas ideas que te obligan a cambiar cosas que ya has llevado a cabo?
¿Debemos hacerles caso o ceñirnos a nuestra primera idea?

Literautas

17/06/2012 a las 19:04

Hola, Adán

En mi opinión, nunca es bueno desechar las nuevas ideas que puedan ir surgiendo, incluso cuando ya estás en marcha. Cuando empiezo a escribir una historia suelo tener un esquema trazado, pero sé que acabará variando a medida que avance, porque nuevas ideas surgirán, y esto es bueno siempre que sirva para mejorar lo que se cuenta.

Eso sí, hay que tener cuidado y aprender a diferenciar las buenas ideas de las dudas.

Por ejemplo, hace tiempo yo tuve una idea para una historia y me puse manos a la obra para desarrollarla, pero en mitad del proceso empezaron a ocurrírseme otras maneras de hacerlo, otros caminos distintos para aquella idea. Podían parecer nuevas ideas, pero en realidad eran dudas porque no tenía claro que la forma en la que estaba tratando la historia fuese la mejor. En este caso, al menos para mí, existen dos soluciones:

O ignoro las dudas y se sigue adelante aceptando que sí se ha elegido la mejor opción para contar la historia, o me paro en seco, detengo la escritura y dejo reposar la historia, mientras pruebo a escribir otras cosas. Con el paso del tiempo y una nueva perspectiva, tal vez encuentre de nuevo el camino para contarla.

Lo que está claro es que si uno se deja llevar una y otra vez por esas dudas, teniendo que cambiar una y otra vez lo escrito, no se llegará a ninguna parte.

En resumidas cuentas: mantener una mente abierta durante la escritura, sí; dejarse llevar por las dudas, no. Para ello, lo que suelo hacer es trabajar mucho entre en la fase cuatro del proceso creativo (lo que se llama la puesta en marcha). Independientemente de la idea, antes de ponerme definitivamente a escribir, me gusta darle muchas vueltas a la cabeza, documentarme, analizar todos los posibles puntos de vista y las formas en las que se puede contar. Así, cuando empiece a escribir, sé que me sentiré lo suficientemente segura como para saber diferenciar una buena idea que surge en el camino de una duda. Bueno al menos es lo que me funciona a mí 🙂

Espero haberte ayudado. Un saludo y gracias por tu comentario.

Adán

18/06/2012 a las 12:59

Sí, ha servido de bastante ayuda. Ahora solo queda que sea capaz de diferenciar las buenas ideas de las dudas, aunque seguramente sea capaz 🙂
Muchas gracias.

Literautas

18/06/2012 a las 14:02

Seguro que sí 😉
Un abrazo y que pases un buen día!

Paulus7

19/06/2012 a las 15:29

Esto parece tan solo la aceituna de un vermut con 30 platitos. No está mal pero debería haber mucho más. Adelante. Saludos para todos. Paulus7

Literautas

19/06/2012 a las 16:17

Posiblemente lo sea. La búsqueda de la idea es sólo una pequeña parte de todo el proceso de creación y la parte más compleja empieza justo después de ese momento de iluminación. Pero para eso poco a poco voy haciendo otros posts, para desentrañar los misterios de todo el proceso 🙂
Un saludo

jaime castillo

29/10/2014 a las 01:01

Siguiendo más o menos esos pasos es como he logrado escribir algo, aunque hasta ahora he partido de hechos reales que conozco, a los cuales les he agregado, la salsa, el picante y la crema. Ahora quiero partir para un proximo intento de novela, de una historia que sea completamente ficción de principio a fin, algo que hasta ahora estoy dandole vueltas en la cabeza, pero que por lo mismo de ser ficción sin nada de experiencias propias sobre el tema considero que debo investigar sobre el mismo, antes de iniciar, aunque en rasgos muy generales ya lo tengo, aunque sea en un marco macro muy grande, el cual tendre que desglozar, hasta encontrar los elementos del tema especifico, aunque por el momoento no tengo ese tema especifico, estoy hilbanando ideas nada más. Por lo demas esto como todos tus temas me encanta, siempre aprendo mucho contigo. Mil Gracias.

Cora

02/12/2014 a las 19:04

Mi problema, es que de golpe y porrazo se me ocurre una idea, una idea que hace que parezca la virgen llena de tanta luz. Apunto las cosas, mi cabeza no deja de ver imágenes, escenas, de todo ¡Vamos! ¿El problema? Que cuando me pongo delante del ordenador, con energía escribo, parezco una loca jajaja. Cuando paso de la cincuenta paginas, noto como todo lo que tenia en la mente se disipa, me bloqueo y me vengo abajo. Luego cuando me releo, todo lo que escribo me parece estúpido ¿Eso es normal? Se que luego termino encontrándome como hago siempre, pero cuando inicio una novela, sigo los mismos patrones. Saludos.

Literautas

08/12/2014 a las 11:48

Cora, es completamente normal, por eso te daré un consejo que leí en un libro y que me sirvió de mucho hace años: “Tienes que permitirte a ti misma escribir basura” porque el primer borrador siempre lo es, incluso el de escritores ya consagrados. La escritura consiste en revisar y editar, revisar y editar… Una historia, para estar terminada, ha de tener muchas versiones.

Pero, de todas formas, si quieres evitar esos bloqueos a partir de las cincuenta páginas, te aconsejo lo siguiente:

1. No releeas lo que llevas escrito hasta que no termines el primer borrador. Completamente prohibido porque no te gustará, querrás cambiar muchas cosas y acabarás tirando la toalla con esa historia.

2. Planifica de antemano la historia. Antes de escribirla, crea un esquema de cada una de las escenas que tendrá, hasta el final. No hace falta que sea algo muy complejo, solamente unas líneas o un párrafo por cada escena, para que te sirva como guía. Si construyes este esqueleto, no te perderás a mitad de camino y siempre sabrás qué escribir a continuación.

3. Cuando termines el primer borrador, no lo releas. Al menos no por el momento. Guárdalo en un cajón y deja que repose un tiempo prudencial. Cuando te hayas alejado lo suficiente de la historia (por ejemplo, escribiendo un nuevo borrador), lo verás todo con más perspectiva. Es decir, sabrás apreciar mejor los errores que tiene, pero también sabrás apreciar mejor las cosas buenas.

Espero que te sirvan estos consejos. Además, te recomiendo echarle un vistazo a la entrada de cómo superar el bloqueo creativo, donde encontrarás un enlace interesante a un artículo sobre cómo vencer ese tipo de inseguridades que a veces nos atenazan: https://www.literautas.com/es/blog/post-4022/como-superar-el-bloqueo-creativo/

Un abrazo y ¡¡ánimo!!

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