Cómo manejar las elipsis en una novela

Descubre cómo manejar las elipsis en tu novela como un escritor profesional.

el tiempo en la novela

Todos estamos acostumbrados a las elipsis cuando vemos una película o una serie. Las imágenes que se nos muestran en pantalla no siempre son consecutivas, sino que van saltando en el tiempo, omitiendo las acciones que ocurren en el medio, y nosotros somos capaces de llenar los huecos.

En el siguiente vídeo podéis ver el inicio de la película Más extraño que la ficción, un ejemplo que me gustaba para ilustrar esta entrada porque en apenas tres minutos se cuenta un día entero en la vida del protagonista. Aunque todos sabemos que sus días tienen veinticuatro horas, como los de cualquier otro ser humano, entendemos que el narrador omite ciertas partes con el fin de resumir lo que ocurre y que no nos muramos de aburrimiento:

En narrativa ocurre lo mismo. No es necesario poner todos y cada uno de los pasos que dan nuestros personajes. Basta con mostrar aquellas escenas que son relevantes para la historia. Sin embargo, la duda que surge a veces y por la que muchos me habéis escrito para consultármelo, es la de cómo dar estos saltos en la narración sin que resulten abruptos o molestos para el lector.

No es que exista una solución mágica. Como casi siempre, depende de la historia, de la pericia del escritor, de la estructura… Pero la buena noticia es que sí hay ciertos recursos a los que podemos recurrir cuando queremos hacer avanzar nuestras historias en el tiempo. Veamos cuáles son:

1. Partes distintas

Cuanto mayor sea el salto de tiempo que queramos dar, más importante será marcarlo en la estructura. Por eso una opción puede ser dividir el libro en parte. Por ejemplo, Al faro, de Virginia Woolf, cuenta con dos partes, una que ocurre antes de la Primera Guerra Mundial y otra después. La guerra en sí no aparece, es una gran elipsis.

2. Capítulos distintos

Otra forma de crear estos saltos de tiempo es a través de capítulos distintos. Este recurso es el que utilicé en mi novela Niña de cristal, donde cada capítulo corresponde a una escena. Por ejemplo, en el primer capítulo la protagonista recibe una misteriosa llamada que la empuja a emprender un viaje. En el segundo capítulo, la protagonista ya ha llegado al destino de ese viaje, el trayecto fue algo que no incluí porque no era necesario ni aportaba nada a la historia.

Si queréis, podéis leer esos dos primeros capítulos en el siguiente enlace: Niña de cristal, primeros capítulos.

3. Espacio entre párrafos

Cuando el salto de tiempo es breve, otra forma de solucionarlo es marcando el salto con un espacio entre ellos. Esto lo hace mucho el autor Haruki Murakami. Aunque sus novelas también suelen estar divididas en capítulos (con saltos de tiempo mayor), cada capítulo cuenta con estos bloques o partes separadas entre sí por espacios. En el siguiente fragmento de Baila, baila, baila, podemos observar bien este recurso, ya que termina un bloque con la pareja esperando un taxi, y comienza el siguiente con ellos ya dentro del vehículo:

(…) Durante unos cinco minutos, en medio de aquel revoloteo de pequeños copos de nieve, esperamos a que llegara un taxi. Ella seguía agarrada de mi brazo. Estaba relajada. Yo también.
—Hacía tiempo que no me sentía tan a gusto —me dijo.
Lo mismo me ocurría a mí. Volví a pensar que teníamos algo en común. Por eso me había caído simpática desde el primer momento que la vi.

En el taxi charlamos de cosas anodinas, como la nieve, el frío, su horario de trabajo o Tokio. Mientras hablábamos (…)

4. Indicaciones del narrador

No siempre es necesario crear un salto de tiempo físico como un cambio de capítulo o un espacio entre párrafos. A veces basta con que sea el propio narrador el que nos indica el paso del tiempo. En este caso lo mejor es ser conciso, indicar en qué momento estamos y no dar demasiados detalles sobre ello para no cansar al lector. Un buen ejemplo de es el de este fragmento de Paul Auster en Ciudad de cristal, donde se hace una elipsis de veinticuatro horas con una breve aclaración por parte del narrador («La noche siguiente»):

(…) Contestó el teléfono después del sexto timbrazo, pero no había nadie al otro extremo de la línea. La persona que llamaba había colgado.
La noche siguiente estaba preparado. Tumbado en la cama, leyendo cuidadosamente las páginas del Sporting News, (…)

Estos son las cuatro formas más habituales y sencillas de indicar un paso de tiempo en una novela. ¿Qué os ha parecido? ¿Y vosotros? ¿Tenéis otra forma de indicarlo?

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Comentarios (28):

Veronica Murillo

24/05/2016 a las 23:54

Buenísima entrada, siempre me dicen que mis elipsis son demasiado bruscos, ahora podré analizar estas cuatro formas para ver cuál se adapta mejor a mis necesidades. Gracias Literautas!

Robert W. Peterson

25/05/2016 a las 00:20

¿Que qué me ha parecido? Necesario; es una entrada muy necesaria que aun no entrando en detalles pone el dedo en algo tan fundamental como es la elipsis.

Para mí la dificultad estriba en enlazar los saltos temporales, cuando escribimos un relato largo, sin que el lector se descoloque.

Y digo relato porque en la novela esto se salva respetando la estructura natural de partes o capítulos. En una historia corta hay que tirar de ingenio y no caer en lo sencillo: dividir el relato en capítulos de muy pocas hojas.

Para introducir el salto suele iniciarse el nuevo párrafo con un complemento de tiempo: “Al día siguiente…” “Por la tarde…” “Para el jueves siguiente” etc., esto está muy bien y pocas veces falla, pero existen más recursos, y no solo los aspectos gráficos que se señalan en esta entrada.

Yo opto por encadenar las escenas introduciendo el nuevo escenario primero y luego la secuencia temporal. También es útil enlazar las escenas sirviéndose de algún elemento presente en la escena previa y que haya sufrido un cambio. Un elemento puede ser desde un personaje, una circunstancia, un hecho o un objeto.

Por ejemplo, algo improvisado:

… y aún tendrían que esperar un año para que llegase la boda.

Las campanas repicaron en lo alto de la torre de la iglesia. La novia estaba bellísima. Llevaba un vestido blanco recargado de volantes de seda (…)

Los padres de los novios cuchicheaban, nerviosos, a la espera de que el sacerdote apareciese.

—Todo un año con los preparativos para que ahora falle el cura —dijo el padre de él—. ¡De locos!

—No te preocupes —dijo el otro, y colocó la mano sobre su hombro—. Vendrá.

Un hombre enmascarado le empotró contra la pared.

—¿Donde estabas, cabrón? —dijo, agarrándolo por la levita —. Debiste casar a mi hija hace una semana, ahora se ha ido con los hippies, ya es muy tarde. Lo pagaras caro.

Unas paredes blancas iluminadas por una potente luz blanca aparecieron ante sus ojos.

—¿Es grave?

—Le dieron una buena paliza, pero el santurrón saldrá de esta. —Escuchó decir a su lado.

—Ya no respetan nada —dijo la enfermera descorriendo el biombo..

Con todo, lo importante es trazar una hoja de ruta clara para que el lector no se pierda; y si el escritor no tiene muy claro a donde se dirige es seguro que el lector tampoco lo vaya a adivinar.

Un abrazo.

Rita

25/05/2016 a las 01:09

Me parece una entrada muy útil. Siempre me pregunto si mis cambios son demasiado bruscos. Por lo general, suelo utilizar los puntos 2 y 4. Aunque creo que el 1 también es interesante; sin embargo, aún no he tenido la oportunidad de emplearlo.
El espacio entre párrafos nunca lo he utilizado; no me gusta mucho este método.
Gracias por esta entrada tan interesante 😀

Rita

25/05/2016 a las 01:19

Por cierto, me parecen muy interesantes y acertados tus recursos, Robert. Gracias por ello.

Saldivia

25/05/2016 a las 01:35

Hay un caso que no se si califica como elipsis, y es cuando el capìtulo (o incluso la obra) empieza evidenciando un salto en el tiempo. Como en “Cien Años de Soledad” cuyas primera frase reza “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo”. Manejar un inicio asì requiere una continuaciòn magistral, cosa que en esta obra se logra con creces. Mas a este punto no se si ese caso es elipsis u otra figura. ¿Que opinan los expertos?

Melisa

25/05/2016 a las 02:55

Me parece una entrada muy interesante. Gracias, Iria!

Gran aporte el tuyo también, Robert. Genial ese ejemplo improvisado!

Robert W. Peterson

25/05/2016 a las 08:26

Hola, Saldivia, ¿qué tal?

No me considero un experto, solo un buen lector, por lo que te doy mi opinión de una obra que conozco bien por haberla leído mucho, y no por otra razón. Es posible que me equivoque.

Lo que señalas no es tanto una elipse —que las hay, y muchas, como en casi cualquier novela— como un recurso en el manejo del tiempo de la narración.

Si te fijas bien, la primera imagen que nos llega a la cabeza (muchas veces motivada por la porción más cinéfila de nuestro cerebro) al leer el fragmento inicial de “Cien años de soledad” es la de una evocación de un hecho pasado, es decir, una especie de flashback o regresión.

Pero al continuar leyendo observamos —atendiendo a la estructura que se nos presenta— que no se trata tanto de una incursión en el pasado sino del anticipo de un acontecimiento que, de continuar leyendo, vamos a encontrar descrito en la línea temporal de la narración. Es decir, Márquez nos muestra primero un adelanto de lo que después nos cuenta con más detalle.

Es una forma interesante para generar intriga y un recurso que le sirve el autor para potenciar la sensación de tiempo circular que impregna toda la novela: la perpetuación de los mismos errores y la casi repetición de los mismos hechos de generación en generación.

Como si yo te dijese, en la narración de un asesinato, «Y el hijo hundió el puñal en el torso del padre incluso antes de pensar siquiera en que lo haría. Y fue la sangre manando del pecho la única excusa que encontró para justificar tamaño crimen», y después siguiese: «En el pueblo de Guayapan un chico sin rostro camina cabizbajo…» y continuase con la narración hasta el momento en que el chico asesina al padre.

Claro que esto es solo un ejemplo y desluce mucho comparado con el estilo precioso y colorido de García Márquez, jajaja. Poco tiene que ver en ese aspecto.

El fragmento inicial de “Cien años…” no es un caso aislado, como digo, es una forma recurrente de presentar la información.

Así a bote pronto se me ocurre otro fragmento muy gráfico en el que, al comienzo de un capítulo, se cuenta una especie de resumen de lo que va a suceder con el General Buendía. Algo como “y lucho en nosecuantísimas guerras, mato a puñados de gente y tuvo tropecientos hijos de los que no viviría más que uno y luego se disparó a si mismo y sobrevivió” (perdóname por no citar textualmente pero no tengo el libro a mano) y después lo desarrolla en los siguientes capítulos.

Jo, al leer eso me dieron muchas ganas de saber más, seguro que a ti te paso igual.

No quería escribir un mensaje muy largo por lo que lo dejo en este punto, espero haberme explicado bien y haberte aclarado algo.

¿Qué opináis los demás?

Un abrazo.

Runarte

25/05/2016 a las 20:58

Me parece un artículo muy interesante. un poco extenso pero en realidad muy útil para escribir mi libro, es un libro sobre temas deportivos. Un poco básico pero iré implementando nueva información al respecto.

Saludos y gracias.

Cara

26/05/2016 a las 07:16

Hola:
Muy buena la entrada. Gracias.

Saldivia

26/05/2016 a las 12:40

Gracias Robert! con ese post (muy didàctico y ameno), creo que me dedicarè a releer 100 años de soledad. La leì cuando tenìa 14 años (hace 34) y la verdad debe ser interesante esa relectura con una visiòn diferente, producto obvio del paso del tiempo.

Un gran saludo!

Jisaen

26/05/2016 a las 19:00

Como Siempre interesante y muy útil.
Quisiera consultarles sobre un tema específico, no muy lejano del tema que toca el post, y que me dificulta la elaboración de mi primer libro.

Tengo varios personajes y algunas escenas transcurren en el mismo momento pero en distintos escenarios y obviamente con personajes distintos también. Al hacer el borrador pude narrar cada hecho independientemente, pero al tratar de darle forma al libro, se me dificulta el proceso de darle estructura. Que el lector entienda que los hechos ocurren simultáneamente.

Gracias.

María Eugenia

26/05/2016 a las 19:09

No se porqué pensaba que me iba a ser más fácil volver a escribir, digo “volver” porque hace tiempo escribía a menudo y no se me daba mal..desde niña..ahora me he impuesto “volver”a hacerlo,pero desde que me doy cuenta que hay personas que me van a leer (en Literautas claro,) me bloqueo y no me sale nada, ni siquiera ideas.Se lo que quiero decir y a quien quiero llegar, pero como dije antes mi bloqueo es muy grande, espero salvarlo con vuestra ayuda. y poco a poco se me tiene que deshacer este nudo tonto. Gracias Literautas.

Cara

26/05/2016 a las 21:12

Hola María Eugenia:
Lo tuyo parece miedo y es difícil de dominar, pero no debería impedirte alcanzar tus objetivos en la vida. Uno de ellos puede ser escribir para alguien más que uno mismo. Esto lo digo por propia experiencia.
Te invito a mi blog para que leas en lo que estoy trabajando ahora, esa es mi manera de combatir mi miedo a que me lean y decepcionar o fracasar.
elclamordeescribir.blogspot.com.
Perdón por los fallos y el spoiler.
Ánimo y gracias

Miki

26/05/2016 a las 23:34

Acostumbro a usar algo como esto:

Cierro el párrafo que precede a la elipsis.

Continuó la historia luego del salto temporal, el cual por lo general es un salto corto. Si es más largo, inicio un nuevo capítulo. También me valgo de las indicaciones del narrador (al día siguiente, una semana después, ect.)

Miki

26/05/2016 a las 23:35

Fe de errata es etc. no ect. Oppsss

Thelma López Lara

27/05/2016 a las 13:11

Excelente, muchas gracias. Definitivamente literautas es una escuela.

Thelma
Costa Rica

Laura

30/05/2016 a las 17:30

Excelente como siempre! Me encanta esta página!
Ahora estoy comenzando a escribir en un blog y me está siendo muy muy útil!
Gracias por todos los post que publicais, sois geniales.

Este es mi nuevo blog, me encantaría que empezara a tener nuevos lectores 😉
Aquí os dejo el link por si os quereis pasar:

https://eljardindelosincomprendidosblog.wordpress.com/

Laura

Alfonso Besada

01/06/2016 a las 17:54

Muy útil este artículo sobre la elipsis. Hace tiempo tuve problemas al reescribir el principio del primer capítulo de mi novela. La cuestión es que los dos protagonistas salen de una ciudad y llegan a otra, que es donde transcurre la acción de este primer capítulo y los dos sucesivos. Para ello, los dos protagonistas deben atravesar un bosque durante dos días. Mi problema surgió al querer mantener el número de páginas del texto original, por un lado, y al querer trasladar al lector la distancia real entre ambas ciudades, por otro. Esto me llevó a cometer el error de escribir TODO lo que hacían los protagonistas dentro den bosque. El resultado fue un texto pesado, lento y aburrido. Usando la elipsis conseguí aligerarlo un poco, pero sigue sin gustarme del todo.

Los cuatro métodos que aquí se dan sobre el uso de la elipsis ya los conocía; son muy útiles. El ejemplo de la elipsis de la boda de Robert W. Peterson es de lo más iluminador. Se omiten detalles sin perder el hilo arhumental y sin crear confusión. Es algo que no había probado hasta ahora y que pondré en práctica para escribir el inicio de mi novela.

Un saludo.

earendil

01/06/2016 a las 18:03

Hola gente.
Magnífica entrada, como tantas otras. Tengo mucho que aprender, sobre todo en los microrrelatos que escribimos en el taller, donde las 750 palabras nos obliga a sintetizar nuestras ideas.
Jisaen, yo no soy ninguna experta, y menos para dar lecciones, por lo que simplemente la idea que te voy a dar es una sugerencia.
Dices que ya has narrado cada hecho independientemente, pero se te dificulta el proceso para darle estructura. En un papel, organiza los textos simbólicamente con un número y dales la forma de un organigrama o un plano, por ejemplo con la idea principal en el centro y los capítulos alrededor. Según su importancia y relación que cada capítulo guarde con la idea principal, ve cambiando la numeración de los capítulos partiendo del uno, dos, etc.
Busca un hilo de la trama que los vaya uniendo. Si todos son simultáneos, podrías hacer un primer capítulo a modo de prefacio que explique esta circunstancia y encabeza cada capítulo siguiente con el lugar donde discurra cada acción, pues ya es irrelevante el tiempo en que transcurre.
Es sólo una idea. Espero que te sirva.
Saludos a todos

Alfonso Besada

01/06/2016 a las 18:06

Hola, María Eugenia. Te entiendo a la perfección. Lo que a ti te está pasando ahora lo he sufrido yo durante años. Pero no te preocupes, que estás en el sitio adecuado. En cuanto te dés un par de vueltas por aquí, se acabarán tus miedos y tus bloqueos. No te desanimes y sigue escribiendo. Saludos.

Elvi

01/06/2016 a las 20:47

Salto o vuelo
del hoy al ayer.
Del tu, al como estas,
granada roja que te desgranas.

FELIZ JUNIO.

Javier

03/06/2016 a las 18:23

Yo uso un metodo que he visto en algunos libros. Escribo entre guiones la fecha, y el lugar. Generalmente lo hago cuando quiero dar un salto en un solo capitulo.
-03 de Mayo del 2016-

María Esther

16/06/2016 a las 03:21

Excelente tanto las entradas como los comentarios.
Yo estoy muy lejos de poder hablar de novela.Voy en los cuentos cortos y estoy muy contenta con lo aprendido en tan solo seis meses;claro que sin contar el tiempo que venía leyendo,sin animarme a hacer comentarios,ni a escribir.
Muchas gracias por lo que se aprende.Soy sincera, si algo hay que nunca había pensado hacer en mi vida, es escribir.Por eso no me cansaré de agradecer.

Victor Daniel

26/09/2016 a las 04:48

Hola, mi duda es si usar saltos del tiempo que ocurran antes y después de como va la historia es una buena idea, me explico. Un personaje va por la calle y frente a el hay un choque de autos, termina ese capitulo y en el siguiente se ve al conductor hablando por teléfono, discutiendo y no se da cuenta que se estrella, termina ese capitulo y en el siguiente la historia de quien vio el choque regresa. ¿Es recomendable hacer eso algunas veces en una historia?

Literautas

28/10/2016 a las 11:52

Victor Daniel, es un recurso interesante, siempre y cuando lo manejes bien. Lo importante es que el lector sepa interpretar lo que está pasando y en qué momento de la historia. Un truco para conseguirlo sería emplear un elemento de referencia temporal al comienzo de cada una de los distintos puntos de vista. Por poner un ejemplo sencillo: un repartidor de periódicos que se cruza por delante de todos los personajes justo cuando va a empezar la acción.

¡Un abrazo y gracias por vuestros comentarios!

Cristine

04/07/2017 a las 00:23

Hola queridos lectores y escritores, es la primera vez que leo este blog, me parece muy interesante, y mas para los que estamos escribiendo por primera vez. Cuento mi historia breve, comencé a interesearme en este arte de la literatura, cuando quise escribir y desparramar mis sentimientos y los sentimientos de otros en hojas en blanco, tejiendo palabras, y oraciones, nunca me detuve en pensar o releer, lo escrito si estaba bien o mal y si se cumplía con las leyes de la gramática, solo me deje llevar….
¿Esta mal? he escrito cuentos, los escribo y los imprimo, nunca los retoco. Y mi primer novela basada en hechos reales, con testimonios reales y con esa construcción del personajes, con pedacitos de vida, como tejida al crochet…y como la novela esta basada en su crecimiento, por llamarlo de alguna manera, la acompañan a través del tiempo distintos personajes que son un capitulo aparte pero ligada en todo a la protagonista..los saltos de tiempo iban surgiendo en la escritura y sin darme cuenta.

Literautas

27/07/2017 a las 09:13

Cristine, no puedo juzgar si tu trabajo está bien o mal sin haberlo leído, pero si a ti te funciona ese tipo de escritura, ¿por qué cambiarla? Eso sí, antes de enviarlo a cualquier sitio, siempre es recomendable una revisión para asegurarnos de que está todo correctamente escrito. Es la parte más tediosa de la escritura, pero también forma parte del trabajo.

Un abrazo y gracias por tu comentario.

Daniel Cano Olmos

22/01/2018 a las 16:48

La entrada de Márquez en su novela “Cien años de soledad”, es una elipsis temporal, que da un salto al futuro.

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