Ejercicios de escritura con el narrador testigo

Un ejercicio de escritura creativa que te ayudará a comprender y practicar el uso del narrador testigo en tus textos.

Ejercicio de escritura el narrador testigo

Por fin traigo otro ejercicio de escritura. En este caso uno para trabajar un poco con el narrador testigo del que os hablaba en el artículo sobre los tipos de narrador: el narrador testigo. Al final del post encontraréis la ficha descargable del ejercicio.

Ejercicio:

Imagina la siguiente escena: un par de atracadores asaltan un banco en cuyo interior hay cuatro clientes y tres empleados. Uno de los empleados (que será el protagonista de la historia), reconoce a uno de los ladrones y logra salvar la situación a costa de su propia vida. Como el protagonista ya no está, puedes probar a contar la historia desde el punto de vista de uno de los testigos del atraco.

Si quieres, también puedes probar a redactarlo después como un informe policial escrito por uno de los policías que acude a la llamada por el atraco.

Si quieres compartir el relato que escribas a partir de este ejercicio, hemos abierto un grupo en Goodreads donde, entre otras cosas, hay un espacio para ello. Así podremos leerlos y comentarlos entre todos: ejercicios de escritura en el grupo de Literautas en Goodreads.

Descargas:

Ficha de escritura | Ejercicio número 010

Comentarios (2):

marialaperruca

02/03/2016 a las 22:37

Página muy práctica y creativa.

bochi

14/02/2019 a las 00:05

Testigo de un crimen
Señor policía lo que le voy a contar es la pura verdad verdadera de los hechos. Seré breve porque lo bueno y breve, dos veces breve. ¿Me entiende, no? Es que me gusta hablar metafóricamente. No le dije que soy poeta. Mi nombre es Gustavo García y soy cliente del banco desde hace años. Mi padre me abrió una cuenta hace diez años y nunca más me borré. Y aunque muchas veces me quejé de los intereses usurarios que te cobran por prestarte dos pesos con cincuenta. Igual yo sigo firme acá. Le advierto que no soy capaz de matar una mosca y que en la escuela fui escolta de la bandera por tres años seguidos. Me cagó, con perdón de la palabra, que en mi curso estaba Beatriz Bernao y la muy turra, como era hija de la portera, siempre entraba en consideración de las maestras. Come mierdas igual que los cajeros de este banco. No saben cómo salieron corriendo cuando entraron los chorros. No quedó; ni el gato de la modista ¡!!!! Pero como le digo una cosa, le digo la otra porque el que se portó como un verdadero héroe es el gerente. ¿Lo conoce? Es ese tipo peladito que siempre está impecablemente vestido pero que usa solamente dos corbatas en el año. Una roja sangre durante primavera-verano y otra verde militar en otoño-invierno. Se nota que es separado porque el saco tiene una mancha de café en la espalda y nunca se la saca. Pobre, lo entiendo porque a mí me pasa lo mismo. Es que uno no tiene ojos en la espalda y si nadie te avisa, como se puede hacer para estar siempre impecable. El otro día, sin ir más lejos, salí a trabajar con el piyama puesto y veía que la gente en el colectivo me miraba pero nadie me decía nada. Hasta que una mujer, cuando bajaba me gritó, quien te viste: la bella durmiente ¡!!! Le juro que al principio no entendí pero después me di cuenta y me tuve que volver en taxi a casa. Imagínese que vaya a la oficina en piyama. No corresponde. ¿ En qué habíamos quedado? ¡Ha! Qué el gerente es un héroe. Claro que sí. Enfrentó la situación como un duque y cuando le dijeron que se lo llevaban secuestrado le dijo al chorro. Vamos Jorge; hace lo que tenes que hacer conmigo pero te pido que no le hagas nada a los clientes. En eso estuvo bien porque nadie le pidió nada y sin embargo el tipo, te hace un regalo de navidad, sin que vos le pidas nada. Me entiende oficial. Yo habló en metáfora pero se entiende, no?

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