Cuando nos enfrentamos a la creación de la estructura de una novela, con frecuencia suelen aconsejarnos que sigamos un esquema similar al de la siguiente imagen:
Aunque acertada, esta puede ser una visión general y bastante plana de cómo estructurar una novela, porque da la sensación de que tenemos que conseguir que cada escena sea más intensa que la anterior, cosa que no solo es innecesaria, sino que en ocasiones puede resultar contraproducente.
Toda narración necesita respiros para que el lector pueda descansar. Por eso es mejor tomar la imagen anterior solo como una referencia general, pero sin olvidarnos de que, en realidad, tendría que verse como algo parecido a esto:
Es decir, una narración cuya intensidad va en aumento, pero con sus propios altibajos de escena en escena.
Para conseguir este efecto, es importante que sepamos a qué tipos de escena podemos recurrir cuando damos forma a la estructura de nuestras historias. A continuación veremos los más comunes e importantes:
Exposición
Por regla general, las escenas de exposición muestran más que cuentan y sirven para que conozcamos más sobre los personajes y sus vidas. Son útiles para ayudar al lector a comprender mejor la historia, pero no olvides que este tipo de escenas frenan mucho la narración. Úsalas bien.
Intensidad: baja.
Ubicación: pueden aparecer en cualquier parte de la historia, aunque son más frecuentes en el primer acto.
Ambientación
Son escenas que nos ayudan a dar forma al universo de la ficción, al mundo en el que se mueven los personajes. Al igual que ocurría con las escenas de exposición, el abuso de las escenas de ambientación pueden dar como resultado una historia aburrida. Pero usadas con moderación y en su momento justo, darán profundidad a tus novelas.
Intensidad: baja.
Ubicación: pueden aparecer en cualquier parte de la historia.
El incidente detonador
Se trata del momento en el que todo cambia para el personaje protagonista. Es el momento o el instante en el que aparece el problema, el conflicto de la historia. Por ejemplo, en una novela de detectives, el incidente detonador suele ser un asesinato.
Intensidad: alta.
Ubicación: solo hay un incidente detonador por historia y, en ocasiones, ni siquiera aparece en la narración, sino que ocurre antes de que esta empiece. Otras veces, tarda bastante en aparecer, porque la precede una larga exposición o presentación.
Según donde coloquemos el incidente detonador, tendremos un tipo de historia u otra. Es lo que Orson Scott Card llama el cociente MIPA y nos ayuda a determinar el punto exacto donde comenzar y terminar una historia.
Conflicto
Como ya hemos comentado con anterioridad en el blog, el conflicto es una parte fundamental de cualquier historia. Resumiendo, un conflicto es la lucha o el choque entre los personajes protagonistas y las fuerzas antagonistas.
Intensidad: alta.
Ubicación: suele presentarse en el primer acto y, a veces, justo al comienzo de la historia.
Puntos de giro
Los puntos de giro son escenas especiales en las que la trama cambia o toma una dirección distinta. Para definirlos de una forma más profana, se trata de esos momentos en los que, como lectores, nos quedamos con la boca abierta o muy intrigados por lo que acaba de pasar.
Intensidad: alta.
Ubicación: tanto la colocación como el número de puntos de giro de una historia suelen depender del número de actos que esta tenga. Para una historia de estructura clásica en tres actos (presentación, nudo y desenlace), lo normal son dos o tres puntos de giro, aunque puede haber más.
El punto de giro imprescindible en toda estructura de tres actos es el que nos hace pasar del primer acto (presentación) al segundo (desarrollo). También se suele colocar más o menos sobre la mitad del segundo acto otro punto de giro para que la tensión narrativa no decaiga.
Escenas de incremento de la tensión
Se llama así a las escenas en las que la acción avanza sin que la línea narrativa decaiga. Por ejemplo, en una novela de detectives, podemos encontrarnos con que el coche que ha estado siguiendo al protagonista vuelve a aparecer y este intenta despistarlo.
Intensidad: media-alta.
Ubicación: pueden aparecer en cualquier parte de la historia.
Escenas de decremento de la tensión
En contraposición con las escenas anteriores, hay escenas que se usan para relajar la tensión de la historia. Estas pueden ser escenas de resolución (que veremos más adelante), escenas de ambientación… o simplemente escenas en las que la trama avanza, pero de una manera más relajada, para que el lector tenga algún respiro dentro de tanta acción.
Intensidad: media-baja.
Ubicación: pueden aparecer en cualquier parte de la historia.
Escenas de revelación
A medio camino entre una escena de incremento de la tensión y una escena de punto de giro, nos encontramos las escenas de revelación, que son aquellas en las que se descubre una información o un elemento de vital importancia para la trama y que el lector o el personaje desconocía hasta el momento.
Intensidad: media-alta.
Ubicación: pueden aparecer en cualquier parte de la historia.
Escenas de crisis
Las escenas de crisis en una historia se parecen bastante al clímax que veremos a continuación, pero sin llegar a su intensidad. Son esos momentos en los que los protagonistas se van encontrando pequeños obstáculos en su camino y tienen que enfrentarse a ellos.
Intensidad: media-alta.
Ubicación: pueden aparecer en cualquier parte de la historia.
Clímax
La escena del clímax se parece a las escenas de crisis en el sentido de que en ella el protagonista también ha de enfrentarse a un obstáculo, solo que en esta ocasión se trata del obstáculo definitivo, el más grande, el que decidirá por fin si consigue su objetivo o no.
Intensidad: muy alta. Es la escena más intensa de la historia.
Ubicación: solamente hay una escena de clímax por historia y esta siempre precede al último acto o desenlace.
Escenas de resolución
Una vez superado el umbral del clímax, ya metidos de lleno en el último acto, nos encontramos con las escenas de resolución, mucho más bajas de intensidad, pero muy necesarias en algunas historias donde quedan cosas por explicar o se quiere mostrar lo que pasa con los personajes una vez terminada la aventura.
Intensidad: baja.
Ubicación: se colocan en el último acto, después del clímax.
Mezcla de escenas
Además de las que hemos visto aquí, también podemos encontrarnos escenas en las que se mezclan dos o más de los puntos anteriores (por ejemplo, una escena de incremento de la tensión en la que también hay algo de ambientación), pero siempre habrá uno que destaque sobre los otros y que marque cuál es la intensidad real de la escena en el conjunto de la obra.
Hasta aquí los tipos de escena según su intensidad. ¿Qué os ha parecido? ¿Soléis usar alguno de estos puntos para estructurar vuestras escenas?
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Comentarios (21):
Rober
07/07/2015 a las 11:23
Este blog es maravilloso y, esta entrada, solo una prueba más de la confirmación de este hecho.
ROSARIO CORREA MORALES
07/07/2015 a las 18:31
Muy interesante éste blog. Me sirve de mucho para continuar escribiendo mi novela. Saludos.
Atonia
07/07/2015 a las 20:17
Gracias, es uno de los mejores blog sobre el tema que conozco
Eduardo Tapia
08/07/2015 a las 02:18
Un análisis muy metódico de una novela, sin duda me parece interesante conocer las clasificaciones de cada tramo de una historia. Esta entrada me parece especialmente interesante cuando queremos coger un libro escrito que nos gusta con intención de hacer un análisis técnico y desgranar mejor como ha ensamblado el autor su historia y así aprender de ello. Me deja con la duda de si aplicarlo muy tempranamente a tu obra haría que se volviera la creación tan técnica que te pueda llegar a lastrar y encorsetar. Por otra parte no desmerezco que sentarte a revisar desde todos los ángulos imaginables tu nueva obra recién terminada como manuscrito es positivo, siempre y cuando no se te eche el tiempo encima y enloquezcas con tanta revisión.
Augustófeles
08/07/2015 a las 10:57
¿No podríais usar un sistema de comentarios como el de Disqus en este blog? Es muy pesado tener que registrar nombre y correo para cada comentario y sin poder responder directamente a otros.
Literautas
08/07/2015 a las 12:19
Gracias por la sugerencia. Le echaremos un vistazo, aunque para los comentarios del taller usamos el mismo sistema y puede que cambiarlo complicase su funcionamiento.
De todas formas, si se activan las cookies del navegador, debería recordar tus datos. ¿No es así?
Un abrazo
Euterpe
08/07/2015 a las 12:14
Había visto ya esquemas sobre cómo estructurar una historia, pero este post ha sido muy profundo y ha ido más allá. ¡Felicidades, me ha gustado mucho y ha sido útil!
Miranda
08/07/2015 a las 12:58
Iria: Excelente articulo, muy en tu linea, con reflexiones concretas y concisas, muy sencillas y que dibujan una visión general. Realmente didactico, nos abres posibilidades para que cada cual las trabaje.
En concreto me vendrá bien para un proyecto compartido, que tuvo un muy buen arranque, pero quedo un poco aparcado, porque había detectado un problema que no sabia como resolver.
Con la lectura de este post, ya he encontrado la forma de modificarlo, sin eliminar lo que ya esta hecho.
El problema era una concatenación de escenas de incremento de la tensión, y ralentizarlo con escenas de ambientación, que era lo que se me había ocurrido, no me comvencia. Los diferentes puntos que nos das, tan sencillamente plasmados, me ofrecen una cascada de ideas para modificarlo.
Aplicaré como sugiere Eduardo Tapia esta visión a la estructura de un libro que me guste, para aprender.
Muchas gracias.
Katherine
08/07/2015 a las 20:57
Hola! Solo quería decirles que este blog esta muy bueno 😀
Sandra
10/07/2015 a las 16:51
Me gustaría dar las gracias de corazón a este blog porque me está ayudando muchísimo y responde a un 90% de mis preguntas. De verdad, enhorabuena.
Acabo de cumplir 17 años, llevo mucho escribiendo relatos y acabo de empezar a escribir un libro. Sé que no se publicará, que es una carrera dura, que soy una niña todavía y que debo seguir escribiendo para mejorar, pero voy a intentarlo.
Me preocupa que vaya muy rápido. Hace unas dos semanas que me surgió una idea y la llevo desarrollando desde entonces, junto con los personajes y las subtramas. Lo que estoy haciendo en este momento es un esquema por capítulos, y en cada uno de ellos escribo TODAS las ideas que se me ocurren. He leído que los escritores más profesionales tardan meses en completar este proceso, y yo llevo 2 semanas y casi he acabado. ¿Estoy haciendo algo mal, o es normal esta “inspiración repentina” y no debo preocuparme? Como he dicho, esto es solo la planificación para poder hacer el primer borrador.
Si alguien pudiera ayudarme lo agradecería. Gracias 🙂
Rober
11/07/2015 a las 07:42
Para Sandra,
En líneas generales, depende de lo exigente que uno sea con el trabajo y el cribado al que sometas esas ideas. En mi opinión, te diré que no es prudente quedarse con lo primero; propón alternativas, replantea lo que ya tienes, desmárcate y no seas rígida con el proceso creativo; en ocasiones, es preferible distanciarse un tiempo del trabajo y reanudar el proceso.
Tampoco te obsesiones con lo que debería ser o no; somos personas diferentes y no existe una única forma de hacer las cosas; desconfía de las reglas y escucha las orientaciones; las dinámicas mentales cambian, la forma de trabajar difiere y son muchos los caminos que te llevarán al mismo punto.
Como bien indicas, el esquema inicial es eso, un sistema que te permite vislumbrar lo que será tu historia: un acercamiento; como cuando el dibujante marca el papel en blanco con unos primeros trazos para situar en el espacio las dimensiones y proporción de los elementos que componen su obra.
Es el punto de partida y por lo tanto es importante, pero no lo veas como algo limitante, rígido o como un sistema cerrado donde ya no cabe nada más. La escritura es algo imperfecto, mutable, siempre dispuesta a cambios y modificaciones.
A medida que escribas se irán perfilando las ideas y se irá enriqueciendo el texto con nuevos elementos, tú tranqui.
Sandra
11/07/2015 a las 10:07
Muchas gracias Rober,
Te haré caso,pensaré distintas alternativas y puede que en el momento de escribir ni siquiera las utilice. Creo que me tomo demasiado en serio el esquema general y voy a cambiar esa postura. ¡Un saludo!
Evelia
14/07/2015 a las 07:04
Si no es mucha molestia podría escribir un artículo sobre como escribir
un buen villano
Denise
14/07/2015 a las 16:49
Creo que ésta es una de las entradas más interesantes y útiles del blog (que ya de por sí tiene muchas entradas asi XD). Es increíblemente útil para planificar una novela cuando ya se tiene el esquema general planteado, y creo que también sirve para relatos largos y nouvelles.
Para los relatos más breves, sin embargo, me atrevería a decir que puede prescindirse de la escena de resolución, si tenemos en cuenta los consejos ya conocidos de gente como Poe o Cortázar (no recuerdo Quiroga), ya que le quitarían impacto al clímax, y realmente no es necesaria, dada la brevedad del texto.
Va a sonar muy nerd esto, pero me anoté la lista de escenas en un cuaderno que tengo para cosas como ésta, justamente XD
Saludos!
KMarce
21/07/2015 a las 00:24
10/10 Magnifica entrada. Súper útil, sobre todo para poder estructurar de mejor manera el desarrollo de una novela.
Yo los uso todos, así que eso me ha sacado una enorme sonrisa, porque no soy muy estructurada formalmente, sino digamos que intuítiva, quizá por leer mucho el trabajo de escritores consagrados, algo debió meterse en mi inconsciente.
En mi proyecto personal, tengo ese patrón, tal como sugieren bajar el nivel y meter un poquito de ambientación. Mi historia es coral, con tres protagonistas, pero muchos personajes secundarios, a quienes siempre me ha gustado darles más protagonismo sin dejarlos salir de su papel secundario.
Ayer tenía la duda si lo que estaba escribiendo era realmente correcto, porque como lo he repetido tanto, “transcribo” un sueño, y para mí “todo” debería ir incluído, pero me di cuenta que SIN esa parte en particular un hecho pasado de un secundario no explicaría lo que ocurre casi treinta años después. Y me ha alegrado mucho comprender que esas “pausas” son necesarias, no son simple relleno, que sería catastrófico.
A Denise: No hay nada mejor que tener todo en un libro de apuntes, si tu programa de escritura no te lo permite. Deberías de observar mi PC, tiene una carpeta de EI que dice: Proyecto, ahí estan todas las páginas de la web a las que consulto para datos historicos, referencia, mapas, fotografias, guías de gramática, etc. En mi programa de escritura, tengo lleno de “notas” la casilla y en mi agenda personal, todo lo que escribo a mano limpia para no olvidarme de nada. En este proyecto no llevo un control de escenas, porque ya lo tengo en la cabeza (lo veo como un “indice”) pero quien sabe a lo mejor lo haga para que no se me escape nada.
A Sandra, buen consejo el de Robert. Yo solo añadiría que una historia es lo que es, a veces una historia puede ser de solo unos personajes, (Como Robison Crusoe) pero es dificil de estructurar, o coral pero con una temática simple. Lo importante es que aprendas en el proceso, que lo disfrutes y que no te exijas perfección, pero si pulcritud y dedicación. Lee mucho, lee los clásicos, ten curiosidad y necesidad por aprender, las reglas nos mantienen “seguros”, pero la imaginación y la creatividad, es la que hace algo grandioso con esa “rígidez”. Yo comencé a escribir a los seis años, y a los dieciseís escribí mi primera novela larga en la que trabajé cinco años. No consideres que algo corto sea malo y algo elaborado en más tiempo sea mejor. Es el contenido lo que cuenta, pule el contenido, condensa, mejora, añade y recorta. Escribir es un proceso relativamente fácil, la corrección y la edición sobre todo para los escritores indie, es un proceso quizá más prolongado y exigente que la escritura misma. ¡Suerte!
¡nos leemos! 🙂
Féli Eguizábal
29/07/2015 a las 10:45
Una entrada muy interesante e instructiva. Gracias Literautas.
Samantha
24/08/2015 a las 17:52
Sólo digo ¡GUAO!
Rafi
25/09/2015 a las 12:13
Muchísimas gracias por el blog, estoy empezando y me es muy útil. Tengo una preguntita: ¿Tenéis algún ejemplo concreto de climax en una historia conocida?
Gracias,
Literautas
28/09/2015 a las 08:16
Rafi, para localizar el clímax, fíjate siempre en cuál es el momento más intenso justo antes del final, el momento en el que se decide todo en la historia. Por ejemplo, en una novela de detectives puede ser la última persecución, en la que el propio detective se juega la vida.
Un clímax conocido… Por ejemplo, recurriendo a un cuento clásico, el clímax de “Caperucita roja” correspondería al momento en el que Caperucita descubre que el lobo está disfrazado de su abuela y se la ha comido, intentando comérsela a ella después. El clímax termina cuando el leñador salva a Caperucita. A partir de ahí, ya sería el desenlace. 🙂
Un abrazo a todos y gracias por vuestros comentarios
Antonio
05/01/2016 a las 17:54
Hola.
Se que te lo dicen mucho pero tu blog me tiene enamorado.
Durante unos días de vacaciones decidí ponerme a escribir y como me gusta curiosear de todo lo que hago, busqué información en la red y entre muchas llegué a tu página. Has conseguido que me pique el gusanillo y que me haya motivado a hacerlo más a largo plazo. Estoy aprendiendo mucho con tus entradas y cada vez que se me presenta una duda o quiero saber si la forma en que escribo es adecuada, recurro aquí y siempre encuentro la mejor respuesta,de forma fácil, amena y accesible.
Gracias y éxito.
Marcais
17/01/2020 a las 14:12
Hola, se me ha quedado la idea porfiada de escribir un prólogo qie tenga capítulos propios en mi novela.
Se puede? En caso de “si”, cómo los diferencio de los capítulos del desarrollo?
Cuando pregunto “cómo” es por si hay algún tipo de regla o formato específico para esto.
Tengo un par de ideas pero no estoy seguro.