<< Volver a la lista de textos
Un paseo por el bosque - por Juan F. Valdivia
Web: http://juanfvaldivia.wordpress.com
—Necesito mostrarte algo —dijo él.
Sin esperarla activó el retrojet y se elevó hacia la fronda. En la microgravedad del asteroide bastó un ínfimo chorro de propelente para convertirle en un bólido.
—¡Espérame! —gritó ella por la radio.
—Sígueme —replicó él.
La pareja se adentró entre los árboles. Zigzagueaban de tronco en tronco, siempre elevándose, alejándose de la superficie del micromundo. Así recorrieron decenas de kilómetros. Habían superado el centenar cuando él se detuvo. Desde allí el asteroide parecía un diminuto erizo de colosales espinas vegetales. Cada árbol, ingrávido, se prolongaba y dispersaba cientos de kilómetros buscando el Sol. Capturaban su luz para convertirla en energía química, oxígeno y materia orgánica.
—Ahora —dijo él— contempla los árboles. ¿Ves cómo se alargan hacia al Sol, desesperados, ávidos de su luz? ¿Ves cómo lo hacen, inconscientes de que si lo alcanzasen éste los abrasaría hasta matarlos? Así es mi amor por ti.
Comentarios (21):
Wolfdux
16/06/2017 a las 19:02
Perfecto. Cómo ya te dije en su día, tiene un aura muy guay. Me mola.
Juana Medina
16/06/2017 a las 21:30
¡No sé qué habría dado por recibir una declaración de amor semejante!
Felicidades
Juan F. Valdivia
17/06/2017 a las 12:03
Hola.
Ejem… se me había olvidado pasar por aquí :O Madre mía, llevo unos días de un despiste que no me lo creo ni yo.
Esta vez no hay acerca de ya que el texto es un refrito ampliado de algo _muy_ viejo. Como quien dice, de otra vida.
Wolfdux: gracias por tus palabras. Me alegro que te guste.
Juana: no esperes a que te lo digan y toma tú la iniciativa 😉 Gracias por molestarte en comentar.
No soy nada dado a la poesía, pero creo que este cuento me ha quedado con cierto estilo haiku (salvando las limitaciones de palabras), sobre todo por esa frase final a contrapié del resto del cuento.
Un saludo
Laura
18/06/2017 a las 01:09
Hola Juan.
Gran declaración de amor. Felicitaciones,
María Kersimon
18/06/2017 a las 13:45
Hola Juan,
Precioso y sentimental. Un disfrute.
Denise
18/06/2017 a las 15:38
Hola!
Hace tiempo que le perdí el gusto a los cuentos románticos, pero este me parece bastante original. Me gustaron los detalles con los que ambientaste la historia.
Saludos!
Maria Jesús
18/06/2017 a las 19:15
Una declaración de amor preciosa, fascinante. Me ha gustado mucho.
beba
19/06/2017 a las 02:10
Hola, jesús:
Soy la vecina 32.
Me gustó tu relato; ese juego “tecno progre”me pareció muy original. Un texto muy bello y bien escrito.
Felices vacaciones.
beba
19/06/2017 a las 02:12
Hola, Juan. Se me cruzó tu nombre con el de la compañera que acababa de comentar. Mil perdones.
Vespertina
19/06/2017 a las 07:13
Buenas descripciones y precioso final.
Creo que hubieras podido suprimir algunas frases sin que el texto se resintiera y se acercaría más a mi idea de microrrelato.
Aún así, felicitaciones, he disfrutado leyéndolo.
Roger/NHICAP
19/06/2017 a las 10:12
Una manera compleja de seducir en ese asteroide. Lo de la energīa química me ha descolorado.
Me voy del asteroide, pero tu micro me ha gustado por el punto de humor que encierra. Bien escrito.
Saludos
Javier López
19/06/2017 a las 12:28
Hola Juan.
¿Es un cuento de ciencia ficción romántico o un romance de ciencia ficción? En cualquier caso me ha hecho sonreír y me ha parecido todo muy bien colocado en su lugar.
Felicidades.
Un saludo.
drow_jack
20/06/2017 a las 11:11
Un gusto leerte, un gusto comentarte por primera vez y un gusto haber sido comentado bajo tu criterio.
Pros: Me ha encantado la imagen que has creado de un asteroide lleno de vida y viajero en el espacio. Me ha encantado todavía más el mensaje del protagonista para explicar su amor. Esto hace del microrrelato un 10, porque es una declaración muy original, a mi parecer. Esa “noche” folla seguro. Digo “noche” porque eso depende de en qué lado se alojen del asteroide.
Contras: Esto es ciencia ficción blanda, y para los que le gusta el ci-fi duro, como yo; estamos todo el texto haciéndonos preguntas. ¿Ese asteroide tiene atmósfera? Debería tener si hay vida vegetal ¿Tiene atmósfera en microgravedad, es eso posible? No, de hecho los protagonistas se alejan del asteroide y no se menciona que traspasen ningún tipo de atmósfera, lo cual confirma que no la hay. Al no haber atmósfera es como si estuvieran en el vació del espacio. ¿Llevan escafandra los protagonistas? Deberían. Todo esto puede ser explicado, simplemente diciendo, que en el basto espacio puede existir otra especia vegetal y animal que crezca bajo esas condiciones. Te lo compro.
Con esto quiero decir que eres el Dios de tu mundo, pero un enclave de estas características exige muchas explicaciones. Muchas más que esta: “Capturaban su luz para convertirla en energía química, oxígeno y materia orgánica.” Obviamente los tecnicismos romperían la fantasía y el romanticismo que destila este microrrelato.
Así que no tengas en cuenta los contras.
Saludos.
Alycia
20/06/2017 a las 11:53
Hola, Juan:
Cuánta ternura. Que de algún modo choca con esos mitos del amor romántico que nos hacen creer en esas pasiones que devastan.
En la redacción y el ritmo no veo fallos, y logras unas imágenes muy nítidas. Muy fluido de leer.
Saludos.
Alycia
20/06/2017 a las 11:53
Hola, Juan:
Cuánta ternura. Que de algún modo choca con esos mitos del amor romántico que nos hacen creer en esas pasiones que devastan.
En la redacción y el ritmo no veo fallos, y logras unas imágenes muy nítidas. Muy fluido de leer.
Saludos.
Juan F. Valdivia
20/06/2017 a las 16:01
Hola a todos.
Paso a contestar a los comentarios, algunos con más detalle que otro:
Laura, María Kersimon, María Jesús, Alycia: muchas gracias por vuestras palabras. Me alegro que os hay gustado.
Denise: como sabrá quien me lea no soy NADA proclive al romanticismo. Pero a veces sí, y la imagen de este microcuento (desde que ‘la tuve’) lo pedía a gritos. Gracias por comentar.
Beba: me desconcierta eso de ‘tecno progre’ 😛 ¿Progue? Se supone que es un microcuento de ciencia ficción dura. Aunque claro, con tan pocas palabras no da espacio para mostrar con detalle el aspecto ‘duro’. Muchas gracias por molestarte en comentar.
Vespertina: desde mi punto de vista, si quitase más frases el cuento perdería plasticidad. Y se volvería aún más complicado de comprender. De hecho, al parecer (según leo de algunos comentarios) ya hay problemas para comprender del todo lo que narro. Gracias por comentar.
Roger/NHICAP: Manera compleja de seducir no; cada uno usa los recursos de los que dispone. Por ejemplo tomemos como lugar de idilio los satélites de la liga vulcanoide que describe Kim Stanley Robinson en su novela 2312. Allí, a como mucho 0.2 UAs, seguro que un enamorado consigue encontrar algo igual de poético y bello en medio de ese mar de fuego. Gracias por comentar. Lo de la energía química tómatelo en que esos árboles, aparte de sacar O2 del CO2, podrían elaborar moléculas que almacenen energía bioquímica, tipo ATP (adenosín trifosfato, en plan ‘básico’) o glucosas, hidratos de carbono o grasas (estas ya con la energía más compactada), que luego se use para elaborar complejos enzimáticos o proteicos. Ná, jerga técnica para darle un trasfondo duro al cuento 😛
Javier López: la ciencia ficción y romance no tienen por qué ser conceptos disjuntos. Toma la ciencia ficción como marco de narración, y el romance como acontecimientos narrados. Muchas gracias por comentar.
Drow_jack: no, no se trata de ciencia ficción blanda. Tienes ejemplos de asteroides rocosos (no metálicos, ojo) con árboles semejantes a los de este cuento en Hijos de la Eternidad (Aguilera y Redal) o en Los árboles integrales (Niven). Se pueden modificar las estructuras de los árboles de tal manera que resistan el vació (mira los tardígrados, por ejemplo) y, si tienen el suficiente sustrato y luz solar, en 0g pueden extenderse de la manera que describo. No, el asteroide no tiene atmósfera, tal y como intuyes. La fotosíntesis que describo trabaja con CO2 captado en las raíces (y aspirado desde los habitáculos humanos), subido a los tejidos cloroplasmáticos mediante la savia vieja; en esos tejidos (llámalos hojas, si quieres) ser realiza la fotosíntesis sin que se produzca transpiración, mediante un proceso más o menos estanco. Por supuesto que en la microgravedad que describo no hay atmósfera. No me ha dado el espacio para describir las escafandras: las 150 palabras no dan para más. En el borrador inicial describía cómo salían de la cámara de descompresión, pero tuve que eliminar ese detalle (junto al de las escafandras y varios otros) para poder ajustarme a las palabras. Pero ya te digo que lo del diseño de especies vegetales que sean capaces de vivir en el espacio y hacer lo que digo es sólo cuestión de tiempo. Y si no tiempo al tiempo. Al fin y al cabo ya mismo existen especies animales capaces de resistir el vacío espacial (de nuevo, mis queridos tardígrados). En efecto, meter demasiados tecnicismos en un microcuento lo arruina, pero te aseguro que todo lo escrito tiene su base científica (desde mis humildes conocimientos de aficionado). Pero vamos, que me encanta discutir de estos temas 🙂 Muchísimas gracias por comentar.
Un saludo a todos.
José Torma
22/06/2017 a las 18:59
¿Qué tal Juan?
Tu escritura siempre es muy sobria y correcta, no le encuentro pega, si algo pudiera decir es que la acotación de los diálogos, me mecanizo un poco la lectura, pero fuera de ahí, es una declaración de amor, narrada de modo excelso.
Felicidades.
R.J. Esperanza Pardo
25/06/2017 a las 14:44
Hola, Juan
Los milagros no existen y los olmos no dan peras. En estos microrrelatos no hay que explicar tesis científicas (tampoco caer en contradicciones importantes, claro). Pero todo está en la voluntad creativa del autor, y si no, fijémonos en Star Wars: el fuego de los disparos, el sonido de los motores (cuando en el espacio no existe el sonido ni el fuego ya que no hay oxígeno), pasaron olímpicamente del problema de la gravedad dentro de aquellas naves pequeñas (se necesita masa, centrifugación, mil cosas que desconocemos).
Yo solo sé que he sentido que volaba y zigzagueaba entre esos extraños árboles (siempre hacia arriba 😛 ) y lo que más me ha gustado: he sentido (inconsciente como ellos) el calor del Sol de ese micromundo que has “microcreado”.
Qué pena tener que repetir la palabra “kilómetros”, ¿no hay solución?
Un saludo.
Vespasiano
25/06/2017 a las 22:19
Hola Juan F. Valdivia:
Paso a leerte después de algunos meses sin hacerlo, Me he encontrado con un imaginativo cuento romántico que me ha gustado.
De ficción blanda o dura, no entiendo nada, así que ni comento.
Felicidades y que tengas una buenas vacaciones.
Hasta el próximo curso.
Leosinprisa
26/06/2017 a las 12:42
Hola Juan F. Valdivia:
Parece una historia de ciencia ficción y aunque podría encuadrarse en ese género, también tiene su rama romántica al llevar a cabo semejante declaración de amor.
Para ser ficción dura deberías haber descrito la parabólica de su movimiento, tanto de ellos como de sus asteroides, del sistema solar que los envuelve, los efectos de la radiación y un sinfin más de matices técnicos de una complejidad excelsa (vamos, más un tratado astrofísico que otra cosa). Aunque dudo mucho que semejante despliegue pudiera contenerse en un microrelato, debería ser escrito por un astronauta o un ingeniero aeronáutico.
A mi me basta con lo que has descrito, es igual de emocionante y comprensible (al menos para mi) y mucho más entretenido. Enhorabuena por este relato tan imaginativo y especial.
Un placer leerte y un saludo.
Pulp
07/07/2017 a las 18:20
Hola Juan,
Me ha gustado el estilo sci-fy para un cuento romántico, sorprende y agrada a partes iguales. La descripción me costó un par o tres lecturas para tenerla bien presente en mi cabeza, algunos tecnicismos me despistaron en la lectura (aunque hay algún compañero que piensa que le faltan más tecnicismos), pero es algo que suele pasarme, jeje…
Es un relato muy bueno, escrito con sobriedad y originalidad, da gusto leerte. Esta vez no te pongo ni un solo pero (guiño).