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La vieja del cementerio - por Martina BersanoR.
Web: http://martylibros.blogspot.com.ar/
El autor/a de este texto es menor de edad
Susana esperaba. Al lado de la tumba. Se rumoreaba que estaba loca. La muerte de su esposo la había desbasto. Parecía tener la esperanza de que algún día él fuera a salir.
Cada lunes, cuando iba a ver a mi padre, la veía, ahí sentada, sola, triste, descolocada.
Recuerdo un día de este invierno, donde hacia realmente mucho frió. La pobre solo tenía un saco muy fino encima, y la pena me carcomió. L e ofrecí si quería que la lleve algún lado o si quería mi abrigo (uno muy viejo, que ya no necesitaba) Se negó a mi oferta con un simple gesto, pero igualmente se lo deje al lado. Minutos después desde el auto vi como ella se lo ponía lentamente sobre sus hombros.
Hoy, un lunes como cualquier otro, me quede perpleja al no verla, no estaba ahí, mire rápidamente hacia los costados, pero no, no estaba, en cambio había un montón de gente que no había visto nunca. Algo estaba raro, tenía una sensación distinta. Me sentía menos pesada, como si volará. Entonces caí, cuando vi a mi padre cara a cara, y me di cuenta que la que no estaba ahí era yo, no ella.
Comentarios (3):
Gantros
17/04/2017 a las 20:08
¡Hola, Martina! ¿Qué tal? Bueno, debes saber que me ha agradado bastante tu relato. Procederé a comentarte un par de cosas.
El inicio está bien, pero pudo haber tenido más fuerza. Lo bueno de tu inicio es que desde las primeras líneas ya planteas la base de todo el relato. Pero tardé un poco en enterarme que estaba contada desde el punto de vista de un narrador testigo. Creo que debería hacer alusión a ello desde las primeras oraciones.
Está muy bien escrita la parte en la que le ofrece un abrigo, porque se muestra de verdad lo pobre que era Susana.
El final cumple con su trabajo al dejarlo un poco, digamos, en suspenso. Aunque no quita que es un poco confuso… puede que sea solo yo, pero no lo entendí del todo bien.
DETALLES MÁS GENERALES:
En algunas palabras se puede mejorar la ortografía. Nada demasiado gordo, pero siempre viene bien corregir. Apuntaré todo lo que encuentre:
1. «La muerte de su esposo la había “desbasto”». Creo que quisiste decir «devastado».
2. «Recuerdo un día de este invierno, donde hacia realmente mucho frió». La tilde se coloca en la «í». Me puedo jugar la cabeza a que este error fue por culpa del corrector automático.
3. «L e ofrecí si quería que la lleve algún lado». «Le» va junto, aunque seguro que fue un error de dedo. «la lleve algún lado», sería más bien «la lleve a algún lado».
4. «pero igualmente se lo deje al lado». Aquí «dejé» lleva tilde.
5. «me quede perpleja al no verla». Lo mismo: «quedé» va con acento.
6. «Me sentía menos pesada, como si volará». «Volara» solo llevaría tilde si estuviera hablando en tiempo futuro de la tercera persona, lo cual no es el caso.
7. «Entonces caí, cuando vi a mi padre cara a cara, y me di cuenta que». En «me di cuenta que» incurres en el queísmo: la preposición «de» era necesaria allí. Así: «y me di cuenta de que».
Resumiendo: lo que has escrito es un buen relato, pero con un poquito más de trabajo en los detalles lo puedes mejorar.
Te invito a pasarte por el mío, es el 170.
¡Saludos!
~Gantros
Ortzaize
17/04/2017 a las 22:38
Hola algunas palabras no me suenan bien.
Creo que podias haber esplotado un poco mas el relato que t han sobrado palabras. Bueno agradable la lectura saludos
Manuel
18/04/2017 a las 15:20
Hola Martina,
Me ha gustado tu relato. Consigues, en pocas palabras, que el lector se sumerja rápidamente en la historia y sienta compasión por Susana.
Deberías revisar la conjugación de la frase: “Le ofrecí si quería que la lleve algún lado…” Creo que querías decir: “Le ofrecí si quería que la llevara a algún lado…”.
Una historia breve pero intensa.
Saludos.