<< Volver a la lista de textos
El mentiroso - por Juan F. Valdivia
Web: https://juanfvaldivia.wordpress.com/
Stalcius retorció la vejiga todo cuanto pudo pero no logró sacar ni una gota de maná. Estaba sólo ante su destino.
Siguió caminando. Atrás quedaban el mar de espejismos pulsantes y el erial de vacíos evanescentes. Ahora recorría un paraje montañoso erizado de difamaciones, espinas adiamantadas y vibrátiles. El interior de Garok no dejaba de sorprenderle. Ni de desafiarle.
El juggervol empezaba a escalar una loma de agujas iridiscentes —parecían fluctuar sin razón aparente— cuando se desató una lluvia de murmuraciones. Se arrebujó en el tejido de su avatar y anudó con fuerza los versículos de Canción de su alma. Tras asegurarse de que los filos de las difamaciones y el chubasco de embustes no le afectaban, alzó la vista y continuó.
«Podré», pensó. «Sí. Podré».
Le habían repetido la pregunta varias veces.
—¿Podrás?
—Por supuesto —contestó dirigiéndose no sólo al magister sino a todo el Sanedrín—. Podré. Entraré, lo recuperaré y saldré.
—Pero, ¿estás seguro? Muchos otros han fallado.
Él respondió retorciendo la realidad que le envolvía en un remolino multicolor, aullante, doloroso y lascivo. Nadie replicó: estaba decidido. El Sanedrín desgarró el icono de devoción y conjuró la puerta al interior de Garok, el Dios de la Mentira, el Repudiado. Stalcius se arrojó por el orificio sin mirara atrás.
La cordillera de engaños parecía no tener fin. Garok era así. Por desgracia, la Canción de Stalcius empezaba a quedarse sin compases. El juggervol caminaba y caminaba, cada vez más agotado. Subía colinas de agujas canallescas, atravesaba valles falaces, bordeaba precipicios de descrédito.
—Estoy en el corazón del dios, sin duda —murmuró dándose ánimos—. La meta no debe quedar lejos.
Caminó una eternidad. Aquel paraje demencial y yerto no acababa nunca.
Tras la colina se desplegaba una meseta azotada por un viento calumnioso. Al fondo, lejos, parecía moverse algo. ¿Vida? ¿Allí? Stalcius corrió esperanzado.
Las figuras saltaban con movimientos huidizos, engañosos. Iban de un lado a otro sin rumbo concreto, apareciendo y desvaneciéndose. De repente una de ellas se abalanzó sobre Stalcius. El espectro de susurros empezó a arrojarle palabras sin sentido, afiladas como puñales. Su contacto abrasaba. Otras biomentiras acudieron atraídas por su aullido de dolor. En un instante el juggervol quedó rodeado. Tenía que defenderse. Stalcius hizo resplandecer la Verdad de su Voluntad y alzó una esfera de determinación psimathemática. Durante una microeternidad los espectros intentaron desgarrar el escudo, pero cuando vieron que resistía escaparon aullando fábulas imposibles.
Stalcius continuó.
El cielo, un océano de trivialidades, palpitaba abrasador.
Divisó el macizo de flores bajo la luz engañosa del ocaso. Parecía resplandecer. Emitían un aroma radiante, sólido. Sorprendido de encontrar algo así en Garok, Stalcius arrancó una flor e hizo que su avatar la estudiara. ¡Increíble! Estaba trenzada con hilos de íntima sinceridad, algo insólito allí, en el corazón del Mentiroso Absoluto.
El juggervol aspiró su aroma. Había algo muy familiar en la fragancia. Volvió a aspirar. Los conceptos se fijaron: hogar, infancia, orgullo, soberbia, poder. Y sí, al fondo, uniendo todo ello con su argamasa de sangre y dolor, Efímera.
El aroma se consumía con la rapidez de una mecha encendida. Stalcius tomó otra flor. Paladeó su efluvio, lo consumió. Arrancó una tercera, y una cuarta, y una quinta… El aroma le embriagaba, enajenaba sus sentidos. No podía parar.
—No debo —susurró—. La misión…
Pero siguió devorando flores. Una tras otra.
Sin saber cómo, se encontró tendido en el suelo, exhausto. El torrente de fragancias había arrasado sus fuerzas. Aun así seguía paladeando los aromas, los recuerdos. Entre la bruma de imágenes floreció una idea: «No puedo seguir. Así de simple: no puedo».
Al instante Stalcius recordó lo que había dicho al Sanedrín. Una de sus palabras le machacaba: «Podré».
El juggervol suspiró.
«Podré».
Sollozó, avergonzado.
«Podré».
Stalcius aulló.
Desesperado, intentó entonar su Canción privada para recuperar energías. Debía salir de ahí, rápido. Pero las notas volaban espantadas, huidizas.
Se derrumbó.
Cerró unos ojos inexistentes y empezó a implorar piedad. Lloraba mientras reconocía la trampa: aquellas flores cargadas de recuerdos… Las imágenes de poder, los ecos de orgullo, las llamas de soberbia, las prendas que siempre habían vestido su alma: la falsa seguridad.
Falsa.
Stalcius gimió, aulló… suplicó.
Él tenía que oírle. Debía apreciar en su voz el tañido de la sinceridad mezquina. Comprendería. Le aceptaría. Garok, el Mentiroso, paladearía su nueva esencia y le admitiría como discípulo, otro hijo de la impostura.
Stalcius esperó. Y volvió a suplicar.
Mientras, horrorizado, veía cómo aquel cielo incandescente se hundía con el ocaso, calcinando el páramo.
Comentarios (15):
Anael
17/03/2017 a las 19:49
¡Hola Juan F.!
Wow, menudo texto. Es pura poesía mezclada con fantasía a raudales. Qué imaginación, me ha encantado. Sobre la forma del texto, yo suelo repartir platos de lentejas en mis comentarios, (sugerencias para que la gente elija las que mejor le parezcan), pero la verdad, sólo encuentro una que hacerte, el texto está tan cuidado en forma y contenido… Incluso en los diálogos, están perfectos (son mi batalla constante). Es impactante. Felicidades, me quito el sombrero ante tal maestría.
A continuación los detalles que me han gustado y mi sugerencia, que como las lenteas, si la quieres la tomas y si no la dejas:
1. “El interior de Garok no dejaba de sorprenderle. Ni de desafiarle.
El juggervol empezaba a escalar una loma de agujas iridiscentes…”
Al tratarse de un mundo nuevo en el que no conocemos nada de lo que se está hablando, cuando mencionas al juggervol es difícil saber si te refieres a Garok o a Stalcius. Yo pondría su nombre y luego la palabra seguida de un adjetivo para que sepamos que el juggervolk es Stalcius. Un ejemplo:
Stalcius, juggervol persistente,
Pero vamos, es un detalle insignificante que a lo mejor estropea un texto perfecto
2. Me ha gustado los símiles que has hecho de un mundo físico con el de la mentira, construyendo montañas de difamación y utilizando palabras extrañas como vibrátiles. Eso ha creado un mundo entero nuevo y surrealista en mi cabeza.
3. Una errata que se te ha escapado: Stalcius se arrojó por el orificio sin mirara atrás 😉
4. ¡Ah! La flor entreverada de hilos de sinceridad me ha parecido un toque maestro. Toda mentira necesita un poco de verdad sobre la que sostenerse. Perfecto.
Bueno, creo que ya ves que me ha encantado tu texto y me voy a callar antes de hacer una disertación sobre él (a las que soy muy dada). Espero que las sugerencias te sean de utilidad, ha sido una delicia leerte, el final de la historia es devastador, pero realista y maravilloso al mismo tiempo. Enhorabuena, una historia genial con un final redondo y cuya forma deslumbra por su fineza. Te seguiré leyendo.
Si tienes tiempo me encantaría que te pasaras por mi texto a repartir las collejas literarias que consideres necesarias 😉 https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-42/7495
¡Un abrazo, nos leemos!
Juan F. Valdivia
18/03/2017 a las 00:27
Hola a todos.
Por una vez llego un poco tarde a mi propio texto pero bueno, no se puede estar a todo. Como todos los meses, aquí dejo el ‘Acerca de’: https://juanfvaldivia.wordpress.com/2017/03/11/acerca-de-el-mentiroso/ Si alguno quiere saber un poco cómo llegué a este mentiroso, ahí tiene unas pistas.
Anael, muchas gracias por tus palabras. Y sobre todo por encontrar ese fallo. Ahora mismo lo apunto y lo corrijo 🙂
Tal y como cuentas, he creado un mundo casi a partir de cero para estas miserables 750 palabras. Sé que eso puede hacer que algunos conceptos queden ‘colgados’, pero de igual manera en intentarlo está el reto de este tipo de fantasía poco menos que alocada.
La historia está metida de lleno en mi universo fantasioso personal, el de La Voluntad. De hecho la palabra juggervol la he acuñado ex profeso para este realto. Lo de juggervol viene de un cuento creado para este mismo taller, el del ejercicio 18 (https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-18/1730) en el que describía a un señor de la Voluntad como un juggrenaut. El nombre de juggervol me ha gustado tanto que seguro que lo uso de aquí en adelante más veces.
Para el estilo de la narración me he inspirado en parte en mi amado Michael Moorcock, y en parte (veo que cada vez me maravilla más su estilo) en una de mis últimos descubrimientos: James Tiptree Jr. Por si no los conoces, los dos son autores muy recomendables, de los que dejan huella.
Este cuento le debe MUCHO a Moorcock: la manera de enfocar el interior de Garok, ese mundo tejido con mentiras, se basa en sus descripciones de los planos del caos.
Lo de la flor… ni yo mismo sé de dónde salió, pero me alegra comprobar que a alguien le ha gustado.
Muchas gracias por tus palabras. A ver si este fin de semana tengo tiempo para comentar un buen número de cuentos, y entre ellos el tuyo.
Un saludo.
Earendil
18/03/2017 a las 01:55
Saludos, Juan F. Valdivia.
Es el segundo texto que leo este mes y que me deja anonadada. Para serte sincera no sé cómo calificarlo, aunque creo que un relato así no debe interpretarse, si no disfrutar de él y de las sensaciones que causa su lectura.
Es bello en su forma, e inquietante en su contenido. El lenguaje es sumamente rico y el uso de palabras poco comunes le dan un toque exótico.
No soy para nada aficionada a juegos de ordenador, de hecho, no he jugado en mi vida. Sin embargo, pareciera que tu personaje fuese el protagonista de uno de ellos, en un mundo insólito donde nada es real, pero a la vez queda perfectamente dibujado en la mente a medida que se avanza en la lectura.
Enhorabuena por tu trabajo.
Me alegro mucho de haber pasado por aquí y haber disfrutado de él.
Nos leemos
Thelma López Lara
18/03/2017 a las 19:25
Hola, Juan.
Simplemente muy hermoso tu relato. Qué imaginación por Dios. Te felicito.
Sacaste el mundo interior al exterior. Armándose toda una lucha de poderes.
VOLUNTAD: es como un fortín, pero cuando logras ingresar a ella, es un paraíso lleno de puertas que te llevan a saborear los frutos que ella cosecha.
Buscaré y leeré esos autores que le mencionas a Anael.
Un abrazo desde Costa Rica.
Osvaldo Mario Vela Sáenz
18/03/2017 a las 22:47
Hola Juan, en relación al taller de la escena 18 en que que mencionas el origen de “Juggernaut”, me di a la tarea de leer mi comentario de aquella ocación se lee así:
JUAN.Tienes el don de la palabra escrita. Tus expresiones se convierten en sentidos: te permite ver, oír. oler y tocar. Aunque el tema de la historia rebasa mi conocimiento de los personajes involucrados, leerte es un placer. Enhorabuena.
Mi comentario esta vez sería similar con un agregado al uso poético de palabras que voy aprendiendo cada vez que te leo.
Simplemente en el primer párrafo me encontré con: erial, evanescente, adiamantadas y vibrátiles, falaces, iridiscentes, arrebujó, palabras que le dan una aire de jerarquía natural a tus escritos. Compartir en el taller de Literautas uno de tus escritos es toda una enseñanza. Felicidades.
Escritores Anónimos
19/03/2017 a las 11:29
Hola Juan!!!!
Tu relato me ha transmitido mucho. Tus descripciones son impagables de verdad, creas un ambiente en el que el lector se mete, me he imaginado que estaba en ese mundo que has creado.
Anael con sus lentejas ya te ha dicho todo aquello que podría haber en cuanto a tema formal. Solo quiero añadir que envolver es un verbo transitivo por lo tanto sería “que lo envuelve”. Tengo que admitir que en mi relato de este mes he cometido el mismo error, pero bueno yo te lo marco
De verdad muy buen trabajo se nota dedicación y amor hacia la escritura, mucho cuidado. El reto más que cumplido, felicitaciones!!!
Un beso enorme
Ocitore
19/03/2017 a las 19:26
Perdón, pero yo paso de comentar. Primero porque desconozco el mundo del personaje, segundo porque me parece demasiado rebuscado, tercero, prefiero la ciencia ficción de verdad. Las aventuras de ficcion no me atraen. Lei la primera parte y me pareció que estaba en chino, pero recordé a unos colombianos que escribian cuando Garcia Marquez era un periodista hippie y pensé que se puede experimentar como ellos. La narracion textua, las expresiones frasean y la aventura personajea monumental. En fin. Suerte.
Wolfdux Anathema Chimaera
19/03/2017 a las 20:49
Genial.
Laura
19/03/2017 a las 21:46
Hola Juan.
Has creado un mundo increíblemente maravilloso y real. Nada hay que pueda agregar, más que…SIGUE ESCRIBIENDO!!!
Berundgaar
20/03/2017 a las 09:13
Bueno.
Después de leer y releer tu “constructiva” crítica he llegado aquí con mi katana y mi wakizashi bien afiladas. He dejado el tanto en casa, porque no pienso suicidarme por haber faltado al honor.
Veo que estoy ante un maestro (al menos en apariencia) en esto del noble arte de las letras. Me apunto tus observaciones. No sé si les haré caso a todas, pero al menos me las guardo.
Es verdad lo de las comas. En ocasiones me fallan. Pongo de más y de menos, es algo que tengo que pulir, en cuanto a lo de las comillas, ya sabía yo que no estaban bien, pero no sabía la forma de hacerlo mejor.
Con respecto a tu texto, quisiera criticarlo, quisiera despellejarte, igual que tú has hecho con el mío, pero un guerrero de verdad sabe reconocer cuando no puede vencer.
Y tu relato es brillante, apasionante. No te deja indiferente, incluso aunque no te guste la fantasía (no es mi caso, yo parecía estar abonado a la editorial Timun Mas en mi juventud).
Así que, por mi parte, enhorabuena.
Sólo una cosa.
En la última parte de tu acerada crítica te ha podido la vanidad. Y eso es peligroso, compañero
Cito textualmente: “PD: y si quieres te pasas por mi cuento, que está justo encima del tuyo. Aviso: se trata de fantasía alocada. Pero creo que incluso así no me ha quedado un texto con trampa final. Creo ”
Da la impresión de que lo importante no es hacer una crítica constructiva, sino no caer en los mismos errores que yo. Como si te considerases realmente MEJOR.
Tal vez lo seas, pero no presumas, hombre.
Y sí, las comas están ahí a propósito.
Un saludo, sensei.
Coral Mané
20/03/2017 a las 18:12
Hola Juan,
Me parece que llego un poco tarde, pero aquí estoy y dispuesta a darte mi valoración, que como no podía ser de otro modo, es un sobresaliente como la copa de un pino.
La armonia del relato, la estetica y el vocabulario tan cuidado, te hacen transportarte a ese mundo ficticio que tu creas con la tinta y el papel (bueno, el teclado y los pixeles, en su defecto). Me ha gustado también que entremezclas conceptos que a mi entender pueden ser de época medieval (la Cancion, que me ha recordado a los salmos de la Biblia, la misión como si fuera una cruzada contra los herejes…) y por otra parte elementos futuristas (biomentiras, esfera de determinación…) Son cosas que le dan riqueza al ambiente y a la historia.
En el aspecto formal, poco mas que añadir.
Solo decirte que me pasare ahora por tu blog, me ha picado la curiosidad de saber de donde ha salido la idea para este cuento y por si te apetece pasarte, dejo por aquí el link del mío, le he abierto recientemente y todos los comentarios y visitas son una alegría.
Ah, por cierto, mi texto es el 31, por si quieres darle un vistazo.
¡Nos leemos!
https://escribiendoloinefable.wordpress.com
Diego coppa
22/03/2017 a las 03:55
Hola Juan, usás palabras muy imaginativas pero no he entendido mucho tu cuento, me cuesta imaginar las cosas con una sola palabra. Quizá con más carne me puedo imaginar donde está el personaje y de que la va el cuento. Saludos
LUIS
22/03/2017 a las 18:34
Hola, Juan F. Valdivia, soy Luis(21). Tu relato parece interesante, pero yo me he perdido. Quizás demasiadas metáforas. Aunque no me hagas mucho caso, este tipo de historias siempre me han costado de entender. Una brazo.
MOT
26/03/2017 a las 16:09
Hola Juan.
Grandilocuente derroche de fantasía (dicho en el mejor de los sentidos). Aunque reconozco que alguna que otra vez me he perdido en algunas “palabras complicadillas”, me ha gustado el relato, la historia está muy bien, llega…atrapa… Enhorabuena.
Juan F. Valdivia
27/03/2017 a las 08:59
Un saludo a todos.
Bueno, ya estoy aquí de nuevo. Empiezo a responderos uno por uno.
Hola, Earendil.
Parece que debo tomarme bien 😉 lo de ‘anonadada’. Ya me imaginaba yo que este relato iba a causar en algún lector cierta sensación de pasmo. Al fin y al cabo he intentado crear un mundo usando la mentira (en sus vertientes) como elemento de construcción principal… y de paso jugar a que el papel del mentiroso se convirtiera no sólo en escenario, sino a que el protagonista descubriera que vivía una mentira en el desenlace, lo que le transforma (como debe ocurrir en todo cuento).
Yo tampoco juego a ordenador: me parece una absoluta pérdida de tiempo, poco menos que tirar tu vida por un sumidero. Al menos si lo comparo con el reto de la página en blanco, o de la página ya ‘garrapateada’ de mis historias.
Si te ha gustado este texto deberías darle una oportunidad a Michel Moorcok, quien me ha inspirado. En las sagas de Corum o de Elric puedes encontrar los pasajes de los que bebe este pequeño cuento, y sin duda su lectura se te hará toda una experiencia.
Buenas, Thelma.
Te digo en parte lo mismo que a Earendil: más que imaginación se trata de un homenaje. En serio: leed a Moorcok y veréis cómo la fantasía es mucho más que el tópico manido y aburrido de Tolkien.
Y en mi universo personal la Voluntad no sólo es un fortín, sino un elemento moldeador, la herramienta definitiva de creación… y destrucción.
Gracias por molestarte en comentar.
Hola, Osvaldo.
Cuando uno se enfrenta al reto de crear todo un mundo en torno a un concepto, la Mentira, debe tirar de vocabulario. Y de diccionario de sinónimos, aparte de otras cosas 😉 Así que no te extrañe que haya metido más palabrería de la normal 🙂
Muchas gracias por tus palabras.
Saludos, EE. AA.
Muchas gracias por lo del verbo transitivo: ese tipo de detalles se me escapan y, lo sé, volveré a cometer ese error y otros similares… o más gordos.
Muchas gracias por comentar.
Buenos días, Ocitore.
Gracias por molestarte en comentar. Tal y como dices, no a todo el mundo le tiene gustar un género como la fantasía. Menos aún un texto como éste, poco menos que fantasía descarnada. Por supuesto que este cuento no es ciencia ficción, ni ‘de verdad’ no ‘de mentira’. Y tampoco lo que yo llamo ‘ficción’: yo considero ‘ficción’ al realismo sin elementos fantásticos y/o especulativos.
Coño, Wolfdux, más parco en palabras imposible XD
Hola, Laura.
No temas, que dado que la escritura es mi único pasatiempo seguiré, sí.
Muchas gracias por tus palabras.
Buenas, Berundgaar.
Me alegra ver que alguien se acuerda del wakizashi. Mis colegas saben que existe el tanto (esa ‘espadita’ que llevan junto con la katana) pero cuando les hablo del tercer elemento me ponen cara de póquer XD
Y no, aquí no hay que cometer seppuku. Faltaría más…
No, no soy un maestro (ni tampoco el sensei de nadie). Sólo uno que lleva mucho leído y en función de su experiencia opina. Por eso mismo puedes hacer caso a mis palabras o ignorarlas.
Siente libre de despellejar todos mis textos: precisamente eso es lo que deseo, que la gente saque a la luz todos los posibles errores que yo no he visto. Así es como se crece.
¿Crees que me ha podido la vanidad por decir que creo que no he caído en el final trampa? Ten por seguro que no, al menos no de manera voluntaria. Más que nada porque puse ese ‘creo’: quizá he pecado y ni me he dado cuenta de ello… lo que no elimina el pecado.
Te puedo asegurar que no me considero mejor que nadie. Menos aun pretendo entrar en un competición de ‘no cometo los mismos fallos que tú’. Sólo tiro para adelante, tratando de aprender. Y, en el camino, intento que otros también crezcan.
Muchas gracias por comentar de esa manera tan sincera. Se agradece, de verdad. Y mucho. Espero leerte más.
Hola, Coral Mané.
La idea de la Canción como elemento ‘radical’ empezó en un cuento que escribí para este taller: ‘Salvaje melodía de un mal sueño’ https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-14/1169. La idea me gustó, y la empecé a difundir por otros cuentos. Y lo de mezclar fantasía con supuesta cifi lo debo, de nuevo, a Moorkock. En concreto a historias como las de Dorian Hawkmoon.
Llevo unos días muy liado, sin apenas tiempo para mí no para escribir. A ver si saco un poco de tiempo y comento más cuentos.
De todas maneras muchas gracias por comentar.
Buenas, Diego.
Lo que comentas es un ‘problema’ de este tipo de microficciones: dado que debo crear un universo, introducir un personaje así como su situación y un drama, todo ello en 750 palabras, me voy obligado a veces a usar (o abusar) de palabras concretas de tal manera que posean tanto significado como para seguir adelante la historia sin ‘perder tiempo’ en descripciones. Quiero pensar que quien conoce los significados de las palabras captará el sentido del texto. Pero claro, si no los conoces andas perdido. Pero no puedo escribir pensando en los hándicaps de todos los lectores. A algunos llegaré, a otros no. Simple ley de vida 😉
De todas maneras muchas gracias por comentar.
Hola, Luis.
Casi te digo lo mismo que a Diego: sé que este relato es ‘duro’, y era del todo consciente de que a más de uno le iba a costar, por no decir que resultar imposible. Pero claro, por fortuna no todos tenemos los mismo gustos 🙂
Un saludo y gracias por comentar.
Buenas, MOT.
Me alegra que te haya gustado.
Respecto a las palabras ‘complicadas’ te digo lo mismo que a Diego y a Luis: el querer meter tanto en tan espacio obliga a esas filigranas a veces poco menos que fractales.
Gracias por molestarte en comentar.
Un saludo.