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Horario de visitas - por Alma Rural
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– Hoy he escrito mi carta para los Reyes Magos.
– ¡Estupendo! Pero, ¿qué hago con la carta que me diste ayer? También era para ellos.
– Esa puedes tirarla. Estaba incompleta.
Con resignación, Enrique se guardó una vez más otra carta repetida en el bolsillo de su chaqueta y besó a su madre en la frente. Enrique ya se sabía de memoria cada juguete que ella pedía.
– ¿Y cómo vas a mandar la carta? – preguntó su madre.
– En cuanto salga de aquí voy a ver al Cartero Real y se la doy.
– ¡Vale! ¡Guay!
Comentarios (2):
Tinta Negra
04/07/2015 a las 01:29
¡Muy bueno Alma Rural! Me ha fascinado como has cambiado el rol de los personajes y me has sorprendido, además el título termina de explicar y pincelar la historia por si quedaban dudas. Muy original, me gustó mucho ¡Genial! ¡Felicidades!
Cryssta
16/07/2015 a las 12:31
Me ha gustado mucho tu relato, es tierno y triste a la vez.
En cuanto a la forma creo que con nombrar una vez a Enrique está bien. Y lo de “¡Guay!” no lo acabo de ver, creo que es una expresión que la madre de Enrique no diría en su infancia, que es a donde su mente la lleva, porque todavía no debía estar en uso ya que se debió empezar a usar en los años 80 más o menos.
Saludos.