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Las Ratas - por Aldo Brov+18
Web: http://daydreams2014.blogspot.com/
Jeremy despertó al sentir una mordida en su brazo. Una rata, similar a la que había mordido a su esposa el día anterior, estaba parada a su lado sobre la almohada, chillando y mostrando los dientes.
Con torpeza, luchó con las sábanas y se lanzó al piso asqueado por la situación. Rápidamente se puso de pie, tomó el velador y golpeó a la criatura en la cabeza que cayó al suelo aturdida. Antes de que esta se repusiera, volvió a arremeter contra el animal golpeándolo con un odio incontrolable. Los sesos de la rata se esparcieron por todo el lugar manchando la pared y las sábanas con sangre.
Agitado y nervioso examinó la mordedura y notó que era bastante profunda. Tomó la sábana, cortó un trozo con el que cubrió la herida y entonces miró a su alrededor. La cartera y el abrigo de su esposa Anna aún estaban sobre la cómoda.
– ¡Anna!, ¿estas ahí? -preguntó, pero no recibió respuesta alguna.
Tomó el resto de la sabana manchada y cubrió al animal muerto. Recorrió el apartamento buscando a su esposa, pero ella ya no estaba.
Los ataques de ratas a humanos se habían multiplicado exponencialmente después de que estos animales aparecieran misteriosamente en la ciudad. Con el pasar de los días, las calles habían comenzado a verse vacías. La gente se había recluido en sus casas por miedo a las enfermedades y a los ataques repentinos de estos roedores que habían surgido de la nada y, poco a poco, se habían hecho dueños de todo.
Desconcertado por la ausencia de su mujer, y con el estomago dolorido luego de varios días sin comer, tomó el teléfono y confirmó que seguía sin funcionar. Escuchó ruidos en el pasillo y se dirigió hacia la puerta, la cual abrió con extrema precaución. La puerta del apartamento vecino se encontraba abierta. Pensó que su esposa tal vez había salido a buscar comida.
-Anna… ¿eres tú? -susurró acercándose unos pasos, pero una vez más no tuvo respuesta.
Del lugar salió una rata que al verlo se quedó inmóvil, observándolo. Jeremy caminó hacia adelante y pensó en lanzarse sobre ella para atacarla, pero la repugnancia que este bicho le causaba le hizo reconsiderarlo. Sin apartar su vista del animal, volvió sobre sus pasos y regreso al apartamento.
Incapaz de razonar sobre cualquier cosa, encendió el televisor y pasó varios canales, pero lo único que pudo ver fue lluvia y estática. Entonces lo apagó y lanzó el control remoto sobre el sofá. Se dirigió hacia la cocina y buscó en varios estantes algo para comer. Solo después de tirar varias latas vacías encontró una de hongos enlatados que habían caducado hacía ya más de un año, pero eso no le importó. La abrió y comió su contenido con desesperación.
El grito de un hombre interrumpió el silencio que reinaba en las calles. Rápidamente se acercó a la ventana, separó con sus dedos las láminas de la persiana y apoyando su cabeza contra el vidrio miró hacia el exterior. Un hombre corría intentando quitarse de encima dos ratas que lo atacaban por la espalda. A pocos metros, el desconocido cayó al piso y enseguida fue abordado por una decena de estas alimañas que aparecieron corriendo de todas direcciones. Segundos después el hombre dejó de gritar, y lo que antes era una figura humana, se había convertido en una masa de roedores hambrientos, amontonados unos sobre otros.
Su vista fue interrumpida por una rata que apareció caminando sobre el marco de la ventana, detrás del vidrio donde aún apoyaba su cara. Al verla retrocedió asustado y los hongos que había comido parecieron subirle hasta la garganta. La imagen del animal podía verse a contraluz, detrás de la persiana golpeando el vidrio con sus pequeñas manos y chillando desesperada.
Se sintió algo mareado. Miró la lata de hongos que comía y volvió a mirar la fecha de vencimiento. Esta vez sintió náuseas y la dejó sobre la mesada. “Solo una rata podría comer esto” pensó y volvió a mirar la silueta del animal que seguía golpeando la ventana.
Caminó hasta el sofá y se desplomó sobre él. Revisó rápidamente su herida corriendo apenas el vendaje improvisado que había hecho, y pensó que debería limpiarlo mejor, aunque se sentía muy mal para hacerlo.
Cerró sus ojos e intentó descansar unos minutos pero enseguida se durmió.
Al día siguiente, el apartamento estaba vacío. Solo una rata dormía sobre el sofá, envuelta sobre un pedazo de sábana sucia.
Comentarios (23):
Paola
28/11/2014 a las 16:16
Sorprendente, me ha recordado La ceguera, te deja el mismo vacío en el estómago. El relato acompaña bien al lector a lo largo de la trama, no sobra ni falta nada. Lo único que apuntaría es un “luego” en el 5º párrafo que cambiaría por un “después”. Enhorabuena.
Si te sobra tiempo y quieres leer el mio, es el 105
M. H. Heels
28/11/2014 a las 16:41
Me ha gustado mucho. Tiene algo de La Metamorfosis de Kafka pero con un punto diferente que le da otro aire a la historia. La verdad es que se ve venir el final, pero eso no es malo, al contrario, si hubieras hecho otro tipo de final no le pegaria bien al resto de la historia.
Miraré las ratas de otra manera a partir de ahora… jeje. Nos leemos.
Anoide
30/11/2014 a las 00:38
Buf… Si ya dan grima de por sí, ¡añádele esto! Qué idea tan buena y desagradable a la vez 😛 Me ha gustado mucho. Coincido en que es predecible lo que ocurrirá pero eso no le resta puntos al relato. Al fin y al cabo, si conduces el hilo hacia un punto determinado, no queda bien terminar la historia de un modo que no sea ese.
Me gustaría saber qué pensó Jeremy al despertarse, o si podía razonar aún como un ser humano. Muy personalmente, creo que habría sido un buen detalle.
Un relato muy bien llevado y narrado, Aldo. Un placer leerlo.
¡Saludos!
Ryan Ralkins
30/11/2014 a las 01:32
Me gusto mucho tu cuento. Es como un apocalipsis zombi pero en vez de cadáveres humanos que convierten a los humanos en cadáveres ambulantes, son ratas las que vuelven a los humanos en ratas… !cool!
Buen cuento. Saludos.
Peter Walley
30/11/2014 a las 14:46
Me ha encantado (es un decir, me dan mucha grima las ratas), la historia está muy bien escrita y el final es perfecto. Creo que tiene la longitud perfecta, ni sobra ni falta nada.
fernando sanz félez
30/11/2014 a las 16:36
Vaya con el cuento. Es impresionante y estremecedor. Una plaga de ratas. Temible sin duda.
Sólo un pero, y es que a diferencia del resto de lectores (para gustos los colores, ya se sabe), el final me chirría. Yo no le habría añadido nada fantástico. Suficiente horror transmite en este caso el desajuste de la naturaleza como para añadirle algo que sólo consigue desvirtuar ese horror para transformarlo en otro tipo de horror. Es decir, le quita verosimilitud y lo convierte en fantasía.
Pero, vamos, es un simple detalle. El cuento es brutal.
Enhorabuena.
Aurora Losa
01/12/2014 a las 08:35
Hola, Aldo. Yo soy una de tus comentaristas anónimos y, como ya te dije en esos comentarios, la historia es genial. Tiene fuerza y ese tono apocalíptico. Me parece que has hecho un gran trabajo este mes.
Ya te tenía fichado de otros talleres, pero no me di cuenta de que eras tú aunque había algo en el estilo que me decía que conocía al autor, no sé qué, pero algo.
Insisto en darte la enhorabuena porque está muy bien construido, y llevas la acción de forma limpia y cautivadora.
Vuelvo a decirte que me encanta (a la vez que me repugna) la escena de las ratas comiéndose al hombre, brutal pero añade carácter al texto.
Wolfdux
01/12/2014 a las 10:27
Un relato soberbio, con un ritmo excelente y un final kafkiano como ya han apuntado. Me ha gustado (como lector, si me pasa a mi, me da un patatus) el inicio por esa imagen de despertarse con una alimaña mordiéndote; el final me ha gustado incluso todavía más, ya que entiendo que es tu forma de decirnos que la gran cantidad de ratas y la ausencia de personas esta justificada.
Felicidades Aldo.
PD: ¿Su mujer es la que da golpecitos en la ventana? Jajaja.
Marazul
01/12/2014 a las 16:37
Pues si que me ha dado miedo tu relato Aldo, más que miedo me ha puesto los pelos de punta. Es una historia de terror. Hitchcock eligió a los pájaros para su historia, Delibes escribió Las Ratas, y recuerdo que cuando leí este último libro estuve un tiempo haciéndole ascos a la comida (siempre me imaginaba a alguien comiendo ratas).
Creo que voy a volver a soñar y la culpa será de tu relato.
La ambientación y las descripciones son muy buenas, la acción y la sorpresa del final perfecta.
Ya sabemos lo que le pasó a Anne.
Un saludo. Marazul
Maureen
01/12/2014 a las 18:13
Pues, a diferencia de otros, yo no me esperaba el final para nada, y creo que es estupendo.
¿La mujer del protagonista es la rata que se encuentra junto a él en la cama al principio de la historia? Si es así, tal vez podrías dar alguna pista sutil que haga que el final no sea tan inesperado.
Es un magnífico relato, desagradable y agobiante a la vez. Me recordó un poco a “Soy leyenda”. Enhorabuena.
Sergio Mesa
01/12/2014 a las 18:47
muy buen relato Aldo!
a mi el final me gusta, pero con eso en mete yo es posible que hubiera jugando más que con el ambiente con la transformación. como historia fantástica me gusta más ese aspecto que la de un testigo del Apocalipsis Roedor. pero igualmente me ha encantado, por ahora el que más cosíca me ha dado de los que he leído.
sólo una cosa, ¿de verdad los sesos de una rata dan para manchar una pared y una sabana? cuando leí eso lo primero que pensé es que estábamos hablando de una rata desmesurada. pero como el protagonista tampoco dice nada acabé pensando que sería un error.
un saludo, nos leemos!
Sergio Mesa / forvetor
http://miesquinadelring.com/
Aldo Brov
01/12/2014 a las 19:17
Sergio, uff si hubieras visto el tamaño de esa rata! tal vez podria cambiar “los sesos” por “las tripas”, supongo que eso mancharia mas! de todas formas, creo que es un detalle menor. No me imagine los sesos solamente manchando, es el enchastre de sangre. En cuanto atrape una rata voy a hacer la prueba y te cuento, eso si, seras culpable de la muerte de un pobre roedor. Jaja!
Saludos
Aldo Brov
01/12/2014 a las 19:34
Gracias a todos los que dedicaron un ratito para leer mi relato, estoy muy contento con los comentarios y por saber que gente que escribe muy bien diga que le gusta lo que hice.
Para esta historia pense en “Los Pajaros” de Hitchcock y en la “Metamorfosis” de Kafka, solo en los nombres, porque la verdad no se bien las historias, y a eso le sume un poco de ese placer que tengo por lo apocaliptico. El cuento salio rapido, el segundo dia, pero recien lo mande el dia 14, lo lei varias veces antes y encontre muchos errores durante ese periodo, errores que tal vez solo un obsesivo puede encontrar.
Como dije en mi comentario del post principal de la recopilacion de los relatos: Prefiero dar un final predecible y un viaje maravilloso, antes que un final maravilloso y un viaje predecible.
Gracias por leerme, saludos a todos.
Emmeline Punkhurst
01/12/2014 a las 23:55
Hola Aldo:
Un relato muy grimoso si no fuera por mi inclinación a defender a las pobres ratas, esos seres que nos tienen más miedo a nosotros que nosotros a ellos jajaja.
En serio, me ha encantado la historia y sobre todo, ese mundo apocalíptico y distópico (gracias a Iria por enseñarme lo que significa la palabra) que describes. Consigues que no decaiga el interés en ningún momento y le das un toque tétrico al argumento muy logrado.
¡Felicidades!
José Torma
02/12/2014 a las 00:40
Que tal Aldo? que se puede criticar de un relato tan solido? la verdad se lee muy facil y lo demas son simplonerias. No lo explicas y creo que es correcto, el tamaño de la rata… si un humano se convierte en rata, seria una gran rata y el asunto de los sesos en la pared se vuelve totalmente coherente.
A mi me a gustado, Maureen te pide una pista que yo creo hiciste bien en no dar, porque sutilmente se adivinaba.
Felicidades, un gran relato.
Job Peró
02/12/2014 a las 18:53
Un gran relato, Aldo. Yo soy de la minoría que no se espera el final. Quizás porque me encantan las historias de zombies y le estaba viendo muchas similitudes. Yo creo que la fantasía de una transformación tan radical de un cuerpo (de hombre a ratón) le quita parte de terror a la historia. Pero que simplemente sirvan de comida a una plaga desmedida, o que incluso provoque alguna alteración en el comportamiento de las personas… creo que eso podría dar más juego y generar más miedo por ser más cercano a algo que podría ocurrir. ¿Te has planteado construir una historia alrededor de este relato?
lunaclara
03/12/2014 a las 00:19
Hola Aldo: sin duda un gran cuento, muy bien escrito, que mantiene la tensión hasta el final.
Yo estoy de acuerdo con algunos compañeros: el final me chirria, y me lo esperaba. Has probado otro final??
Muchas felicidades!!
Álvarez Vainlla
03/12/2014 a las 07:51
Una historia apocalíptica estupendamente narrada. Un texto con el que tuve la suerte de enfrentarme y comentar anónimamente, y de los tres que me tocaron, sin duda, fue el que más gustó leer.
La tensión y el clima que consigues transmitir durante todo el texto es sin duda el adecuado. Me gusta la parte en la que nuestro protagonista se convierte en uxoricida sin saberlo.
Un saludo y enhorabuena por el relato.
Marcelo Kisi
03/12/2014 a las 16:15
Hola Aldo! Propusiste y acá estoy. Efectivamente no se nota tu argentinidad en este texto. El tema de la “localización” de un relato o texto es un tema: utilizar el idioma neutro para que nos entiendan todos, al precio de perder algo de naturalidad? O ser naturales, al precio de que no a todos los hispanoparlantes les guste? No creo que sea tu caso, creo que te sentís cómodo escribiendo de esta manera, y ahí vas encontrando tu estilo. Pero el asunto es interesante en sí. En cuanto a tu relato en sí, me parece bien ejecutado, y quedaría la pregunta de si el final no fue muy abrupto, si no había que dar alguna transición donde el tipo se vuelve amante del queso y de repente le crecen los dientes o algo así, pero el problema es que, estas temáticas se conocen tanto, que no hay más remedio que citar, y la sorpresa prácticamente es imposible de lograr. Dado que es así, sólo nos queda ejecutar bien la trama y abandonar la ilusión de poder soeprender al lector. Y la trama está bien ejecutada! Un aporte pequeño y técnico, nada más: creo que mejoraría mucho tu escritura si abandonaras determinados modismos que son propios de la escritura formal y no ficcional (comercial, académica, etc.): para no repetir, usás sinónimos, pero también las formas tipo “estos animales”, “estos roedores” (para no repetir ratas; mejor decir “los” o incluso “esos”, que le da un tono despectivo, y no delata que estás tratando de no repetir), “corrió hacia la puerta, la cual…” (mejor usar “que” y listo). Son del tipo, “éste”, “el mismo”,etc. para referirse a algo que se acaba de decir, y que son también partículas que hay que evitar en la ficción, (salvo que sea lo que dice algún personaje en una circunstancia adecuada). Y esto por qué? Porque el lector se da cuenta de que estás escribiendo y estás tratando de no repetir palabras, en lugar de disfrutar del cuento. Es decir, de lo que se trata es de “borrar las huellas de la producción”. Y de evitar las repeticiones, sí, pero sin que se note 😉 FElicitaciones por un relato tan bien logrado!
Pato Menudencio
03/12/2014 a las 19:56
Hola Aldo, por fin llegué a tu relato.
Creaste una buena atmósfera, me imaginé una calle de Londres con niebla en la que siempre está en penumbra.
El final no es el típico final, cuando uno cree que será devorado sales con la transformación (Se puede inferir que en el segundo párrafo el protagonista mató a su esposa).
Volviendo a las ratas, hay dos relatos (uno es un comic eso si) que usan a las ratas para transmitir terror.
Uno de ellos es el relato “1922” del libro “Todo oscuro sin estrellas” de Stephen King.
El otro es un poco más difícil de encontrar, es un comic del Monje loco, y el título es “El sótano de los dioses perversos”.
Sugerencias:
Con más espacio podrías hacer la transición de la transformación, por ejemplo, al ver que no había comida, el protagonista empieza a roer objetos (tal vez no decir roer).
respecto a la forma, sólo cosas mínimas. La primera sería evitar las palabras terminadas en “mente”. Encontré que la palabra pero se repite bastante.
Y eso sería, nos leemos.
Aldo Brov
04/12/2014 a las 00:55
Marcelo, Gracias por leerme y comentar, toda opinion ayuda a ampliar el universo de opciones. Es mi objetivo tener un estilo simple y donde el narrador pase inadvertido.
1) El final: Queria que sea simple e impactante, con ese ultimo parrafo quise cerrar completamente la historia, todo lo dicho con anterioridad cierra con ese final.
2) Respecto a la transformacion. No quise que Jeremy sospeche cual seria su final, pero pienso en sus acciones, el desconcierto, como busca comida y se desespera al comer, acaso es normal en el o son las reacciones de una rata? tal vez es parte de su transformacion. Decir que Jeremy queria comer queso o empezaba a roer objetos, me parecio demasiado cliché.
Con la aparicion de su esposa, la rata de la ventana y la del pasillo pense, ¿Acaso las ratas recordaban que antes habian sido personas? querian comunicarse con Jeremy o actuaban como simples ratas?. Quise dejar en el lector esa duda y que sean ellos quienes decidan.
La palabra “la cual” fue una de las palabras de intenso analisis, temia usar “la que” y caer en un queismo innecesario, el queismo suele ser un galicismo que a veces se usa incorrectamente en castellano “Ce n’est pas là que sont nos parents”, en fin, cuestiones quisquillosas que a veces hacen pensar demasiado y pueden llevarte a cometer un error por no querer cometer un error.
Pato:
El uso de los adverbios terminados en mente es una cuestion que tengo en mi top ten de errores a no cometer, podria haber dicho “de manera exponencial” en vez de “exponencialmente”. Misteriosamente no lo cambiaria, no es que no podamos usar adverbios terminados en mente, sugieren que no abusemos, y despues hay 3 rapidamente, el primero implica la manera que se hizo, creo que es necesario, quizas otra forma de decirlo no suene tan natural, tal vez podria borrar los otros dos.
Saludos
Osvaldo Mario Vela Sáenz
21/12/2014 a las 05:37
Aldo, un escrito de lo mejor. Te atrapa desde la primera mordida para luego seguir la historia a travez de una trama que finaliza de una forma esperada, pero con una señal excelsa. Despues de comer los hongos super caducos, el personaje principal claudica diciendo “esto solo lo podría comer una rata”. Esa primera mordida cumplió su cometido. Igual habia pasado con Ana. Enhorabuena.
He leido varios de tus comentarios a otros talleristas y percibí certera intención de reforzar esos escritos. Me tocó el doble que tú. #40.
Osvaldo Mario Vela Sáenz
21/12/2014 a las 23:27
Aldo, tus comentarios son precisos, aunque no preciosos son lo que esperaba yo de ti. Agradezco el que te tomaras el tiempo para escudriñar mi cuento tan profundamente. Tendré en cuenta tus recomendaciones y definitivamente nos seguiremos leyendo. Recibe de mi parte un fuerte apretón.